En mis recuerdos, Min era un chico débil. Pero, no pasó mucho tiempo cuando Min quedó encima de Curthwulf, mientras este enojado se convertía en un humano bastante enojado por haber sido acorralado.
— Suéltame, muerto en vida.— Solo si no me muerdes, perro con rabia. — responde Min.Debo reconocerlo, se ofenden de una manera que resulta chistosa, ¿o son mis nervios? Porque, aunque este comiendo un rico pastel con jugo, tengo miedo de lo que pueda suceder. — digo mentalmente.— No puedo prometer nada. No me han vacunado contra la rabia. — responde Curthwulf gruñendo.— Eso es malo, ¿Lowell tampoco fue vacunado? Dios, que mala madre soy, no sé si los niños ya están vacunados, aunque creo que Gabriela no hubiese omitido algo tan grande, ¿no?Min se aleja de mi esposo riendo, mientras Curthwulf me observa mal.— ¿En serio, Charlotte?— ¿Qué sucede?— Nosotros no sufrimos de rabia — dice Curthwulf levantándose del suelo.— ¿Seguro? Porque últimamente estas de un humor de perros.Min comienza a reírse a carcajadas, causando que Curthwulf lo observe mal, mientras yo como un poco del postre.— Tranquilo. Ella es así de imprudente. La ignorancia es atrevida y ella ignora mucho de lo que te sucede, por eso, habla así.— No defiendas a mi esposa. Si ella necesita que la defiendan, estoy yo. — dice Curthwulf y yo suspiro profundo.— En fin, ¿Qué es lo que te sucede? Quedamos en hablar, pero estas con un humor de…— No digas de perro, por favor. — dice Curthwulf molesto y yo asiento.— ¿Qué hay de las vacunas?— No necesitamos vacunas, pero si tomamos unas pociones que Loki hacia con los doctores. — Eso suple las vacunas. Así que, no te preocupes. — completa Min y yo asiento aliviada.— Eso es bueno.— Eso es algo que no te importa, señor Park.— Claro que me importa, yo soy quien haré las pócimas a partir de ahora.— Pedí al mejor mago, no a un muerto en vida que no sabe siquiera que es la luna para nosotros — dice Curthwulf.— Bueno, yo soy el mejor mago. Claramente, después de la muerte de mi maestro. Así que, si estás de acuerdo, yo seré quien este a cargo de sus dolencias y demás.— Esto debe ser una m*****a broma. — dice Curthwulf molesto.— ¿Por qué? ¿Qué pasó con Loki y los que la hacían?— No es nada. — murmura Curthwulf para después mirar hacia Min — ¿Si eres bueno o solo voy a confirmar que es un error contratarte?— Soy bueno.— Murió, ¿verdad? Desde que pasó lo de Rolf con mi familia, no lo vi más. — digo y Curthwulf suspira profundo.— Sí, murió. Las heridas fueron demasiado para él. — responde Curthwulf mientras Min revisa mi pulso sin que mi esposo se lance sobre él.— No puede ser, ¿Por qué no me habías dicho?— Tranquila, cariño. Recuerda que estas embarazada, debes cuidarte de emociones demasiados impactantes. — dice Curthwulf mientras respira profundo y yo lo imito.Le preocupa que este embarazada y algo me pasé por no saber manejar mis emociones. Entonces, le importan los bebés. Los quiere. — digo mentalmente, mientras el dolor se va disipando en mi corazón.— Por favor, no pensemos en las cosas que no nos van a avanzar. Fue dura la muerte de Loki, pero, con tantos problemas, tuvimos que salir adelante. Sin embargo, si quieres ver su tumba después, te llevaré si prometes que no vas a derrumbarte.— Te lo prometo. — murmuro y él asiente acariciando mi mejilla.— Bien, están más calmados. Así que, los voy a dejar hablar a solas. Nos vemos después, jefe. — dice Min marchándose, siendo escoltado por su gente.— No parece un trabajador común. — murmuro.— No creo que lo sea, pero, si es el mejor mago como ordené, eso justifica porque actúa así.— Entonces, cariño, ¿Qué piensas hacer?Curthwulf suspira profundo, es evidente que esto lo atormenta. Su mirada clara como el mar, se muestra atormentada.— No quiero perderte. No quiero ser mal padre deseándole la muerte a mis hijos. A mis cinco hijos, pero, cariño, no puedo perderte. Eres demasiado importante para renunciar a ti. — dice Curthwulf y yo me levanto, para sentarme en sus piernas.Sé que no voy a dejar de luchar hasta que la única opción sea tener a los bebés. Pero, sentir su apoyo es importante para mí. Por lo que, no puedo permitir que él este en contra de que nazcan nuestros hijos.— Cariño, hemos pasado por muchas cosas que, sin duda, debían matarme, pero, aquí estoy. Por favor, no me hagas esto. No renuncies a la felicidad que este embarazo nos puede dar.>> Porque cariño, aunque he pasado por cosas magnificas, nada supera el hecho de que voy a ser madre y de cinco bebés. Seamos felices, cariño. Amemos a estos bebés que crecen en mi interior y que son tan tuyos como míos, no me dejes luchar sola, por favor.Curthwulf me abraza y esconde su rostro en el espacio entre mi hombro e inicio de mi cuello. Su cuerpo vibra y sé por la humedad en esa parte, que está llorando. Mi vista se nubla y los lobos que nos rodean, se marchan, mientras cada vibra de mi cuerpo duele por como una noticia tan buena causa tanto dolor.— No quiero perderlos a ninguno. Quiero que me des muchos hijos, cariño. Pero, no es posible. No puedo arriesgarme solo por ser ambicioso. — Puedes ser ambicioso, eso no es malo si no le haces daño a otros.— Entiende, esposa, no puedo perderte. Así que, quieras o no…Está indeciso, su temblor en los labios y sus ojos rojos me dicen que no quiere que renuncie a los bebés y por ello, utilizo mi último recurso; yo. Deseando ganar esta lucha, uno mis labios a los suyos en un beso cargado de amor, donde el deseo se muestra presente y con él, se alejan todos los problemas.Lo amo. Aun cuando me pide algo que me duele, lo amo y sé que él me ama, solo… está decidiendo mal. Es eso. Bebés, papá los ama. Solo tiene miedo, es eso lo que lo hace expresarse mal. — digo mentalmente mientras imploro que este beso le haga cambiar de opinión.Nos separamos por falta de aire y él suspira profundo pegando su frente a la mía.— Los amo tanto que es difícil para mí escoger a uno. Pero, esposa, entiéndeme, no puedo perderte. Aunque perderlos me marque de por vida de una forma agonizante, puedo vivir con eso, pero, no sin ti. No puedo hacerlo. Lo siento, lamento ser un esposo y padre incompetente. — dice Curthwulf abrazándome mientras continúa llorando.— No es justo. No es justo que teniendo la felicidad tan cerca, no puedas tomarla y hacerla tuya. No es justo. — murmuro.— Es mi culpa, pero, deja que arregle esto. Podemos…— No. — digo levantándome de su regazo — Tú escogiste y ahora escojo yo. Si debo dejarte para tener mis hijos, lo haré. Así deba aliarme a una bestia, un vampiro, un gato o el mismísimo diablo, no permitiré que maten a mis hijos. >> Así que, si debo luchar contra ti, lo haré. No voy a temer por defender lo que amo. Tú escogiste y no voy a decir algo al respecto. Pero, si quiero que sepas que no voy a renunciar a mis hijos. Yo sí puedo renunciar a ti, pero no a ellos, ¿lo entiendes? — pregunto y él baja la mirada.Suspiro profundo y me marcho. Es evidente que no vamos a llegar a un acuerdo. Así que, camino hasta Min.— Ayúdame a tener a mis bebés, por favor. — pido aferrándome a mi única esperanza.— ¿Qué hay de los problemas que tengas con tu esposo por ello?— Él esta equivocado y no voy a perderlos por ello. Él decidió y yo también lo he hecho, ayúdame, por favor.— Está bien, hagámoslo.Estaba lista para subirme al auto, cuando Curthwulf apareció con su rostro completamente enojado y su mirada roja. Era evidente que no había aceptado mi decisión, pero, no iba a pensar en él, cuando él no pensaba en los bebés.— Charlotte, por favor.— Creo que ya hablamos suficiente. Min, ¿puedes llevarme a casa? Necesito ir por los niños.— Ni tú ni los niños se van a ir quien sabe a dónde con ese hombre. — No me dejas otra opción, no puedo quedarme en casa de alguien que incluso contra mi voluntad, quiere que pierda a los bebés. — Lo digo por tu bien. — insiste Curthwulf.— Creo que ya estoy lo suficientemente grande para saber qué es lo que quiero. Así que, no sigas molestando con algo que no va a hacerme cambiar de parecer.— Bien, hagamos algo. Puedes quedarte en una de las propiedades que tenemos y te aseguro que nadie va a atreverse a tocarte sin tu consentimiento.— Ellos me respetan, Curthwulf. Pero, cuando ambos damos una orden, van a acatar la tuya y no me molesta, porq
Despegamos y cuando el piloto nos dice que podemos levantarnos de nuestras sillas si lo deseamos, los niños se bajan de sus asientos y toman mis manos mientras sonríen a mi vientre. Algo que hace que bufe molesto Curthwulf.— Vamos, mamá. Tú y mi hermano o hermana necesita descansar. — dice Lowell sonriente.— Jueguen mientras puedan. Que, aunque me odien, no pueden seguir con esto. — dice Curthwulf y Lowell gruñe.— Los dos, es suficiente. Tú no digas esas cosas delante de los niños y Lowell, respeta a tu padre. — digo firme y los dos giran sus miradas, pero, no se gruñen entre sí.— Está bien. — dicen los dos y yo confirmo que estoy rodeada de niños.Zaid me jala y yo lo sigo hacia la habitación donde los dos me ayudan a quitar los zapatos y acomodarme en la cama.— Necesitas descansar y no te preocupes por papá. Voy a hacer vigilancia. Si quiere ser el malo, yo seré el héroe, mamá. Quisiera decir que eso me tranquiliza, pero, no es así. Con lo que he visto de los lobos, son muy al
¿Cómo podía ignorar que estaba molesta con él por algo tan importante solo porque me nalguea? Y lo peor, es que yo era de las mujeres que desaprobaba cualquier tipo de golpe, aunque fuera en el acto sexual y consensuado.Y aquí estoy, tragándome mis desapruebo, porque me ha gustado que me nalguee, al punto de tener un orgasmo. Vaya, sí que debo ser tonta para perder la fuerza de voluntad tan rápido.Una nalgada fuerte esta vez en mis glúteos, me hace volver a la realidad y levantar mi vista hacia el hombre que me observa con su mirada roja y no precisamente por tener rabia. — ¿Por qué no puedo serlo? No quiero seguir siendo una débil humana.— Débil o no, eres mía y no voy a permitir que cometas la locura de ser una vampira, menos cuando estas embarazada, Charlotte— Entonces, conviérteme en lobo. Es fácil. — murmuro y Curthwulf me aparta de sus piernas y me toma de los brazos.— Aunque existiera esa posibilidad, los bebés no podrían sobrevivir a algo así, por lo que, no es buena ide
Curthwulf se levantó de su asiento y mirándonos con enojo, nos dijo tantas cosas, pero, yo tomé la mano de Lowell y me alejé antes de que dijera algo. Ya había hablado y solo lo había hecho para herir a los demás, así que, no iba a permitírselo.— Vamos a sentarnos. Dejemos a tu papá donde sea que haya enviado las cosas de la cas ay nosotros nos iremos a Italia, ¿les parece?— Estas loca si crees que voy a permitir que te vayas para Italia.— Entonces, ven con nosotros, estoy seguro de que habrá italianas que te hagan feliz y no las mates por solo morderlas o que ellas te arañen — digo con frialdad.Lo amo, Dios es testigo que lo amo, pero, ya he tenido suficiente del odio hacia los bebés. Así que, no voy a caer como lo hice cuando me estaba dando nalgadas. No puedo ser débil. no cuando peleo por algo grande.— Vamos a sentarnos, estoy cansada. — digo sentándome lo más lejos del asiento de Curthwulf.— Podrán evitarme todo lo que quieran, pero, así estén en un bosque, solo necesitan l
Me preparo para el impacto, mientras imploro que mis hijos se encuentren bien después de ello. Sin embargo, el golpe no es fuerte como lo pensé, sino que, parece que he caído sobre un gran oso de peluche. Incluso, puedo sentir su pelaje con olor a manzanilla.— ¡Charlotte, ¿estas bien?! — pregunta Carlos mientras se transforma en humano.— Yo… ¿estas bien tú?— Me transformé en gato y caí bien, pero, ¿Qué hay de ti? — dice Carlos y como puedo me levanto, mientras el lobo debajo de mí gimotea, para después levantarse.Sus ojos amarillos, mostraban preocupación, pero, no era por el dolor que le había causado la caída a él, si no, por mí. Podía sentirlo. Eso era lo que quería decirme con su mirada.— ¿Eres tú, Retmus? — pregunto y el lobo asiente.— Debemos irnos. — dice Carlos mientras escucha los disparos.— Gracias por salvarme. — murmuro y el lobo me cubre mientras con su hocico que empuja para que camine.Sorprendida, subo al auto y es allí cuando Retmus se transforma en humano y sa
El auto nos deja en una gran casa donde por fortuna, no somos recibidos con disparos. Apenas llegamos, Lowell se transforma en lobo, mientras yo cargo a Zaid, sin intenciones de entregarlo a alguien.Si algo he entendido es que no puedo alejarme de los niños por mucho tiempo, porque pasa algo. Preocupada, soy escoltada hacia el interior de la casa donde un hombre ya nos espera con apósitos y otras herramientas de medicina.— ¿Quién es usted y que piensa darle? — pregunto cuando el hombre saca una pastilla para Zaid.Lowell gruñe y aunque no me agrada que siempre este a la defensiva Lowell siendo solo un niño, me alegra tener su respaldo. — Solo es medicamento para el dolor. Aunque no fue un corte demasiado profundo, debemos darle medicamento para que no se le infecte.Dudo de sus intenciones y aunque él me entrega el empaque que me hace confirmar que es antibiótico, no soy capaz de darle eso a mi pequeño. Aunque quiero que lo atiendan, con este atentado, desconfío de cualquier person
Todos habíamos sido atendidos y ya estábamos en la sala pensando en una solución para mi seguridad sin que esto no estuviera relacionado con Min y yo viviendo en una casa. Pero, no teníamos muchas opciones.— Deberías darte por vencido. Siempre van a estar atacándote o tú estarás respondiendo a las provocaciones, así que, debes aceptar que vas a dejarme sola con los niños y que Min es la mejor opción. — digo y él niega de inmediato.— No es la mejor opción, porque tenemos a Carlos. — dice Curthwulf mientras el gato comienza a lamer su pierna.Confundida, miro hacia el gato que supuestamente es Carlos y Curthwulf sigue mi mirada, suspirando profundo y marchándose para al minuto más tarde, traer a Carlos, quien viene con una copa de vino en su mano.— ¿No eras tú ese gato? —pregunto confundida— Bueno, muchas veces cuando están discutiendo sobre algo que no me importa o simplemente no quiero ser parte de la conversación, coloco un gato idéntico a mí mientras escucho a lo lejos lo que su
Narrador omnipresenteLa muerte estaba cerca, sabía que en la sala estaba el ambiente tan pesado que un ataque de uno de los presentes, llevaría a por lo menos uno moriría. Porque en seres como ellos, el enojo era como una fuga de gas donde en cualquier momento ocurriría una chispa que terminaría con una explosión y esa chispa era Curthwulf.— ¿Qué acabas de decir? — pregunta Curthwulf con enojo.— Seamos sinceros, yo la conozco desde hace años y nunca la lastimé o llevé al peligro como tú lo has hecho. De camino aquí, supe todo lo que ella ha vivido por tu culpa y eso, no me agrada.— ¿Por qué me investigaste? — pregunta Charlotte confundida.— Bueno, debía saber quién te quitó mi sello. Fue por eso, que vine— ¿Sello? ¿De qué sello hablas? — pregunta Curthwulf.— Supe que ella tenía una conexión poco saludable para ella con los hombres lobos, así que, en una galleta sellé su esencia. — informa Seok Min y todos se observan confundidos.— Es imposible, yo percibí su aroma cuando la co