Todo estaba en silencio, no había gritos, no había reclamos, pero, la mirada de Curthwulf me lo decía todo, no estaba contento con lo que había dicho, no estaba feliz con saber que estaba embarazada y aunque lo comprendía, no me ayudaba a ignorar el dolor.
Sabía que no debía celebrar, porque sé que prácticamente estoy escogiendo morir al escoger seguir con mi embarazo, pero, ¿Cómo no hacerlo si deseo ser madre? ¿Cómo no hacerlo si es el fruto de mi amor por un hombre que ha dado todo por mí?— Estas loca, ¿no es así? —pregunta Curthwulf.Bueno, por lo menos me está hablando. Por un momento pensé que la vena en su frente explotaría mientras sus ojos se salían por no querer decir lo que tanto le enoja. Así que, resumirlo a mi locura, está mejor — me digo mentalmente.— ¿Querer tener a nuestro hijo es estar loca? — pregunto intentando no mostrar mi dolor.— Charlotte, sabes a que me refiero.— No, no entiendo a qué te refieres, Curthwulf, supimos de mi anterior embarazo cuando estaba al borde de la muerte y eso nos marcó, ahora estoy teniendo una nueva oportunidad, tenemos una nueva oportunidad y no entiendo porque actúas así.— Charlotte, por favor, no ignores los riesgos. — pide Curthwulf y yo suspiro profundo. — No puedo ignorar los riesgos, aunque lo desee, porque sé que incluso morderte es un gran riesgo para mí y vaya que es molesto, porque me encanta morder. — le recuerdo y él suspira profundo.— Esto es otra cosa, Charlotte.— No voy a renunciar a mi embarazo. La vez pasada, ustedes escogieron por mí. Esta vez no va a ser así. — digo firme, para después intentar salir de la habitación.— Entiende esto, Charlotte. Ya no siento el alma de mi hermana en tu cuerpo.— Eso es bueno, ¿no? — pregunto y los dos hombres suspiran profundo. — Voy a morir, eso lo sé. Todos lo vamos a hacer en algún momento y si hablamos de mis probabilidades, son altas. >> Recuerden que soy humana y en su mundo es como si tuviera cáncer en etapa terminal. Así que, chicos, no hagan tanto drama por esto, si ya sabían que iba a morir. Esto debía pasar, piensen eso.Curthwulf se acerca a mí y sus ojos se tornan de un rojo que muestra cuanto dolor siente, sin embargo, no puedo cambiar de opinión con esto.— ¿Crees que es justo? ¿Acaso debo renunciar a ti por esto?— Menciona las cosas por su nombre, ¿Debes renunciar a mí por tu hijo?— Ya tengo un hijo, podemos quedarnos solo con Lowell y con Zaid, si tanto deseas otro niño.— Pero, aun cuando los amo como mis hijos, no vienen de mí. Yo quiero ser madre, quiero proteger a nuestro bebé y tú como su padre, también deberías desear lo mismo. — le digo intentando no llorar.— No. Me niego. No puedo perderte. — Curthwulf, por favor.— ¿Quieres que el bebé nazca sin padres? ¿Acaso no recuerdas que si tú mueres yo también muero? — pregunta Curthwulf con lágrimas cayendo por sus mejillas.— Curthwulf…— No me importa morir por ti, sería la muerte más hermosa de este mundo, pero, ¿Cómo quedaría el bebé? ¿Cómo quedaría Lowell? Para él, eres su madre, la mujer que envió su mamá para protegerlo>> ¿Cómo crees que se sentirá si algo le pasa? ¿Cómo crees que estará cuando ambos muramos? Entiende lo que sucede, por mucho que me haga feliz pensar en un hijo nuestro, no compensa las pérdidas que generaría nuestra ausencia.— ¿Hay una forma de que yo muera y Curthwulf no lo haga? — yo le pregunto a Terry.— ¿Estas loca? — pregunta Curthwulf.— Sí, estoy loca. Así que, que no te sorprenda nada de lo que decida. — yo le digo molesta a Curthwulf, para después mirar a Terry — Por favor, piense en algo.— Charlotte, me gustaría ayudarte, pero, no somos Dioses que rompen las reglas a su antojo. Lo mejor es que termines tu embarazo ahora, mi hermana te protegió en el primer embarazo, pero, ahora no está. Estarás enfrentándote a todo sola.— No importa, yo voy a poder. — digo firme.— No lo acepto. Preparen su aborto, no me importa si no quiere, sáquenle eso ahora mismo. — dice Curthwulf firme y una punzada de dolor se instaura en mi corazón, expandiéndose a gran velocidad.— ¿Eso? ¿Resumiste mi embarazo a algo como “eso”, Curthwulf? — pregunto herida.— Charlotte, es por tu bien.— Si haces algo de lo que no deseo, entonces, no me culpes por odiarte el resto de mi vida.— Ódiame, prefiero que estes viva odiándome o muerta por no detenerte. — dice Curthwulf y Terry se me acerca, causando que yo retroceda.— Tendrás que matarme para hacerme abortar. Solo así lo lograras. — digo firme.— Es por tu bien. — dice Curthwulf con frialdad. Una que me eriza la piel y congela mi sangre.— No. No lo haré y no voy a aceptar que hagas lo que deseas. — digo firme, para después marcharme.Todo estaba listo para irnos, pero, era evidente que no quería ir con Curthwulf a ninguna parte. Sin embargo, el miedo de ser secuestrada por quererme ir por mi cuenta, como antes había pasado, me mantenía en la entrada de la casa, sin tener una salida o por lo menos, no verla.— ¿Qué sucede, mamá? — me pregunta Lowell y yo limpio mis lágrimas, mientras intento sonreír.— No es nada, cariño.— ¿Qué te hizo papá? — pregunta Lowell y yo acaricio su mejilla.— ¿Me amas?— Mucho, mami y a Zaid también lo amo, son mi familia.Sonrío por ver como no duda.— Si muero, cariño.— No, no vas a morir.— Solo si eso pasa, ¿cuidarías de Zaid? — pregunto y por primera vez, me siento egoísta por tomar una decisión y afectar a los demás.— Aunque estes aquí con nosotros, siempre lo cuidaría. — dice Lowell y yo lo abrazo.— Charlotte, hablemos. — dice Curthwulf tomándome del brazo.— Creo que ya dijiste todo lo que querías. Ya hablar es innecesario.— Veamos si todo está bien con… eso.— Entonces, si lo vas a resumir a eso. — murmuro indignada.— Veamos si todo está bien primero, por favor. — dice Curthwulf y yo asiento deseando saber también si todo está bien.Subimos al helicóptero y nos bajamos en el helipuerto de un hospital, donde ya nos esperan. Aunque a mí es quien van a revisar, todos los doctores corren hacia Curthwulf, recordándome cuan poderoso es él.En menos de diez minutos, ya estaba siendo revisada, mientras Curthwulf solo mira la pantalla que apenas se enciende. La doctora mueve el ecógrafo y con una sonrisa, me muestra.— En efecto, está embarazada. — dice la doctora y yo sonrío, mientras Curthwulf suspira profundo, mientras esconde su cabeza en sus brazos extendidos.— ¿Está el bebé bien?— ¿Bebé? Señora, usted espera cinco bebés. — dice la doctora y yo abro mis ojos sorprendida, mientras Curthwulf levanta su mirada sorprendido.— ¿Qué ha dicho?— Hay cinco bebés en su vientre, felicidades por cinco. — dice la doctora sonriendo, mostrando que no sabe leer el ambiente tenso que ha creado Curthwulf.Vaya, cinco bebés. Eso si no me lo esperaba. — murmuro mentalmente.Si estar embarazada era una sorpresa para mí, después de solo haber tenido seco una sola vez, tener cinco bebés en mi interior, sí que es llevar la sorpresa a las ligas mayores. Incluso para Curthwulf es demasiado y no lo culpo, es mucho que procesar para mí también.— ¿Está segura de que son cinco bebés y no uno? — pregunta Curthwulf y yo miro hacia la doctora que nos sonríe.— Son cinco bebés. — confirma la doctora mirando la pantalla.— He escuchado que hay muchos errores médicos, ¿no será este uno?— Bueno, es normal que nos equivoquemos en ciertas cosas, porque somos humanos. Pero, equivocarnos de un bebé a cinco, si es un error bastante difícil que suceda. — dice la doctora sonriendo un poco incómoda.— Es que no puede ser.— ¿Por qué no? Los embarazos múltiples suceden, no tan a menudo, pero suceden. Y en su caso, ha sucedido, mírelos — dice señalando un círculo — este es un bebé, este es el segundo, tercero, cuarto y quinto. — dice señalando cada circulo, mientras Curthwulf pe
Sali del consultorio y no pude dar dos pasos, cuando los guardaespaldas de Curthwulf, se interpusieron en mi camino. Eso me molestaba, pero, más me molestaba saber que no iba a ganar en esta pelea. Después de todo, es él el alfa.— No hay otra opción, así que, no hagas esto difícil.— La doctora dijo que lo había, tú mismo lo escuchaste. — digo seria.— Eso fue solo una idea que parece más un sueño que algo que puede hacerse realidad.— Los sueños pueden hacerse realidad, con varios de ellos es posible. — le recuerdo.— Las pesadillas también son sueños y no quiero que mi pesadilla se cumpla. Así que, por favor, acompáñame al consultorio donde te realizaran el aborto. — dice Curthwulf y yo me giro para encontrarme con un hombre que desconozco.Es su mismo rostro, pero, se ve tan distinto. Su mirada gentil, no se ve por algún lado, su postura, parece de ataque y su aura, parece hostil. Es como si me odiara, como si el hombre del que estoy enamorada y me ama, no existiera.— Ellos son u
Estaba en problemas. El enojo de Curthwulf me decía que era capaz de arrancarme la cabeza si me marchaba con un extraño y más si no era humano, pero, ¿Qué opciones tengo?No, no pienses precipitadamente. Conociste a Min hace años y debes haber aprendido suficiente sobre no confiar en cualquier persona, por prevención. Ahora, no puedes intentar ser fuerte y poner en riesgo los bebés. — me dice mi mente y yo suspiro profundo.— ¿Qué es lo que eres, Min?— Soy un mestizo.— Es una bestia, tiene cuerpo de vampiro, pero en ciertas ocasiones, puede convertirse en bestia. — Eso es imposible. — digo de inmediato.Ni en los libros más locos he leído sobre un lobo que puede convertirse en bestia, hablar de eso en la realidad, es imposible.— Como tampoco es posible que una humana tenga lobos en su vientre, ¿no es así? — pregunta Min y yo me siento atacada.— Soy humana, no es algo extraordinario.— Nosotros somos como una especie de humanos. Entre los humanos hay muchas diferencias, sean en su
En mis recuerdos, Min era un chico débil. Pero, no pasó mucho tiempo cuando Min quedó encima de Curthwulf, mientras este enojado se convertía en un humano bastante enojado por haber sido acorralado.— Suéltame, muerto en vida.— Solo si no me muerdes, perro con rabia. — responde Min.Debo reconocerlo, se ofenden de una manera que resulta chistosa, ¿o son mis nervios? Porque, aunque este comiendo un rico pastel con jugo, tengo miedo de lo que pueda suceder. — digo mentalmente.— No puedo prometer nada. No me han vacunado contra la rabia. — responde Curthwulf gruñendo.— Eso es malo, ¿Lowell tampoco fue vacunado? Dios, que mala madre soy, no sé si los niños ya están vacunados, aunque creo que Gabriela no hubiese omitido algo tan grande, ¿no?Min se aleja de mi esposo riendo, mientras Curthwulf me observa mal.— ¿En serio, Charlotte?— ¿Qué sucede?— Nosotros no sufrimos de rabia — dice Curthwulf levantándose del suelo.— ¿Seguro? Porque últimamente estas de un humor de perros.Min comie
Estaba lista para subirme al auto, cuando Curthwulf apareció con su rostro completamente enojado y su mirada roja. Era evidente que no había aceptado mi decisión, pero, no iba a pensar en él, cuando él no pensaba en los bebés.— Charlotte, por favor.— Creo que ya hablamos suficiente. Min, ¿puedes llevarme a casa? Necesito ir por los niños.— Ni tú ni los niños se van a ir quien sabe a dónde con ese hombre. — No me dejas otra opción, no puedo quedarme en casa de alguien que incluso contra mi voluntad, quiere que pierda a los bebés. — Lo digo por tu bien. — insiste Curthwulf.— Creo que ya estoy lo suficientemente grande para saber qué es lo que quiero. Así que, no sigas molestando con algo que no va a hacerme cambiar de parecer.— Bien, hagamos algo. Puedes quedarte en una de las propiedades que tenemos y te aseguro que nadie va a atreverse a tocarte sin tu consentimiento.— Ellos me respetan, Curthwulf. Pero, cuando ambos damos una orden, van a acatar la tuya y no me molesta, porq
Despegamos y cuando el piloto nos dice que podemos levantarnos de nuestras sillas si lo deseamos, los niños se bajan de sus asientos y toman mis manos mientras sonríen a mi vientre. Algo que hace que bufe molesto Curthwulf.— Vamos, mamá. Tú y mi hermano o hermana necesita descansar. — dice Lowell sonriente.— Jueguen mientras puedan. Que, aunque me odien, no pueden seguir con esto. — dice Curthwulf y Lowell gruñe.— Los dos, es suficiente. Tú no digas esas cosas delante de los niños y Lowell, respeta a tu padre. — digo firme y los dos giran sus miradas, pero, no se gruñen entre sí.— Está bien. — dicen los dos y yo confirmo que estoy rodeada de niños.Zaid me jala y yo lo sigo hacia la habitación donde los dos me ayudan a quitar los zapatos y acomodarme en la cama.— Necesitas descansar y no te preocupes por papá. Voy a hacer vigilancia. Si quiere ser el malo, yo seré el héroe, mamá. Quisiera decir que eso me tranquiliza, pero, no es así. Con lo que he visto de los lobos, son muy al
¿Cómo podía ignorar que estaba molesta con él por algo tan importante solo porque me nalguea? Y lo peor, es que yo era de las mujeres que desaprobaba cualquier tipo de golpe, aunque fuera en el acto sexual y consensuado.Y aquí estoy, tragándome mis desapruebo, porque me ha gustado que me nalguee, al punto de tener un orgasmo. Vaya, sí que debo ser tonta para perder la fuerza de voluntad tan rápido.Una nalgada fuerte esta vez en mis glúteos, me hace volver a la realidad y levantar mi vista hacia el hombre que me observa con su mirada roja y no precisamente por tener rabia. — ¿Por qué no puedo serlo? No quiero seguir siendo una débil humana.— Débil o no, eres mía y no voy a permitir que cometas la locura de ser una vampira, menos cuando estas embarazada, Charlotte— Entonces, conviérteme en lobo. Es fácil. — murmuro y Curthwulf me aparta de sus piernas y me toma de los brazos.— Aunque existiera esa posibilidad, los bebés no podrían sobrevivir a algo así, por lo que, no es buena ide
Curthwulf se levantó de su asiento y mirándonos con enojo, nos dijo tantas cosas, pero, yo tomé la mano de Lowell y me alejé antes de que dijera algo. Ya había hablado y solo lo había hecho para herir a los demás, así que, no iba a permitírselo.— Vamos a sentarnos. Dejemos a tu papá donde sea que haya enviado las cosas de la cas ay nosotros nos iremos a Italia, ¿les parece?— Estas loca si crees que voy a permitir que te vayas para Italia.— Entonces, ven con nosotros, estoy seguro de que habrá italianas que te hagan feliz y no las mates por solo morderlas o que ellas te arañen — digo con frialdad.Lo amo, Dios es testigo que lo amo, pero, ya he tenido suficiente del odio hacia los bebés. Así que, no voy a caer como lo hice cuando me estaba dando nalgadas. No puedo ser débil. no cuando peleo por algo grande.— Vamos a sentarnos, estoy cansada. — digo sentándome lo más lejos del asiento de Curthwulf.— Podrán evitarme todo lo que quieran, pero, así estén en un bosque, solo necesitan l