Un chal estaba tirado como quiera sobre el mueble rosa del cuarto.A la señora no le gustaba el desorden, así que quizás se quitó esta prenda y con el apuro la dejó tirada.La Sra. Drulog recogió el chal y se dirigió a la enorme habitación anexa que hacía de vestidor de la Sra. Grace.De hecho, esta habitación completa era solo de la madame que no compartía una habitación matrimonial con su esposo.Los esposos Edwards dormían en habitaciones separadas y aunque eso era muy normal en las parejas de alta alcurnia, entre el servicio corrían rumores de que la aparente pareja feliz, era solo una mentira.La Sra. Drulog rebuscó entre las ropas y colocó el chal en su sitio.Se sabía la ubicación de cada prenda de vestir, así que no se tomó el trabajo ni de prender la luz, salió del vestidor y cerró la puerta sin darse cuenta de que detrás de esa misma puerta, una Eva al punto del desmayo, se escondía con todo el cuerpo temblando de miedo.Casi era sorprendida y por una de las personas más cru
Pasaron los días y Eva vigilaba a Henry constantemente, por supuesto la Sra. Grace no dejó de darle los medicamentos, pero con el cambio que había hecho, pensaba que pronto Henry mostraría signos de recuperación.— Henry, cariño, hoy vamos a dar la vuelta por el jardín para que tomes aire fresco— Te colocaré este sombrero, para que el sol no te moleste en los ojos— le explicaba Eva con paciencia, mientras colocaba un amplio sombrero sobre la cabeza de Henry y le amarraba suavemente unas dos correas que traía, bajo la barbilla del hombre.Satisfecha con su labor, lo sacó a pasear al jardín.Solo que Eva, yéndose a su paseo matutino con Henry, llegó una doncella a decirle que hoy no podían salir del cuarto y menos al área de la piscina, porque la Srta. Alejandra tenía una reunión social con algunos amigos.La doncella se impacientó tocando la puerta y llamando, pero nadie le abrió.Por último, irrumpió ella misma, para darse cuenta de que estaba vacía, esa coja había salido con el para
— ¡Henry! - gritó asustada y horrorizada, sin pensarlo ni un segundo, tirándose a la piscina para rescatar a un Henry que no reaccionaría y se ahogaría en pocos minutos.— Creo que es verdad que está completamente enloquecido— dijo uno de los jóvenes, mirando al fondo de la piscina, ahora sí, un poco preocupado, pero muy parado en su sitio.— Más que loco, porque hasta los locos saben nadar— le respondió otro mirando divertido cómo la pobre Eva luchaba en el agua por sacar a Henry a flote.— ¡Están dementes ustedes, cómo van a empujarlo a la piscina! - les gritó Alejandra alterada, llamando a su vez a cualquiera de personal o los guardias que estuviesen cerca, para que la ayudaran a rescatar a Henry, su padre iba a enloquecer.— Nadie lo empujó Alejandra, o acaso tus ojos no vieron que fue la doncella quien tropezó en su caída, deberían contratar a personas sin tantas discapacidades, a quién se le ocurre— le respondió muy tranquila la pelinegra.— Chicos, creo que se les fue un poco l
Su cabeza había quedado cerca de la mano que Henry tenía sobre su pecho, no se lo había imaginado, él había pasado los dedos muy suavemente por su cabello.Porque hacer solo esa acción le llevaba prácticamente toda la fuerza que podía reunir en sus extremidades.— ¡Henry! - exclamó Eva y luego se llevó la mano a la boca y miró hacia la puerta cerrada de la habitación, a pesar de la grata sorpresa, no olvidaba que nadie podía descubrir que Henry estaba reaccionando.— Henry, ¿me puedes entender? – le preguntó en un susurro, tan feliz que no se daba cuenta, de que tenía el rostro casi pegado al de su esposo, que la miraba fijamente.Sus labios susurrantes a solo centímetros, tanto, que el aliento caliente de Eva rozaba la fría piel de Henry.Henry no podía hablar aún y solo comenzó a pestañear.Eva, como una niña, pasó de la angustia a la alegría, comenzó a preguntarle muchas cosas a la vez, si se sentía bien, si había estado asustado, si le dolía algo.La comunicación se hizo un poco e
Henry comenzó a arrastrarse con ayuda de sus entumecidas manos, centímetro a centímetro, acercándose dolorosamente a Eva.Afortunadamente, este pequeño cuarto en donde estaban, no era muy grande que digamos, pero le pareció que había pasado toda una vida cuando estuvo al alcance su pálida esposa que a penas respiraba.Estas personas que fingían ser nobles frente a los demás, no eran más que unos animales sádicos vestidos de personas.Henry juntó su cabeza a la de Eva, intentando de alguna manera despertarla.Arrastró su mano y la pasó temblando por la fría mejilla de ella.Quería llamarla, para que despertara, pero sus cuerdas vocales marchitas no respondían, hacer cualquier intento de articular palabra era desgarrador para él, no obstante a eso, siguió intentando llamarla, no se rindió.Dos desvalidos tirados en el suelo intentando darse consuelo. La escena, rompía corazones.— Eva— escuchó una voz como de ultratumba que la llamaba y ella pensó que, definitivamente, esta vez, era la
— Srta. Helen, por favor hable bajo y cierre la puerta, se lo suplico— le pidió Eva muy avergonzada, soltando el aire que tenía contenido, más relajada, porque fuera Helen y no otra persona la que hubiese venido.No es que confiara ciegamente en la heredera de los Carter, pero Helen la había salvado y la había tratado bien.Eva quería creer que había algo de bondad genuina en el mundo.Helen cerró rápidamente la puerta al darse cuenta de que su exclamación podría poner en riesgo a Eva y a ¿Henry?Que también estaba tirado en el suelo sin moverse. ¿Qué había sucedido aquí?— Eva, cómo puedes estar en estas malas condiciones, tienes las rodillas desgarradas totalmente, ¡son unos animales!, ¿cómo pueden maltratarte de esta forma? – Helen estaba insultada al ayudar a Eva a levantarse y ver su mala condición.— No se preocupe, por favor, ayúdeme a levantar a Henry, discúlpeme que la moleste, es que no creo que pueda hacerlo sola— agregó Eva y se preguntó si se estaba pasando un poco de la
— Eva no tienes que hacer esto, no te arrodilles, por favor, no se lo voy a decir a nadie— le aseguró levantándola del suelo.Le partía el alma ver sus rodillas sangrantes y en carne viva, contra el suelo duro y su cara de evidente agonía.Cualquiera se lo pensaría dos veces antes de guardar un secreto tan peligroso, o se cuestionaría lo que Eva le estaba diciendo, todo parecía tan irreal, pero Helen le creía totalmente.Algo dentro de ella le hacía creerle y hacer hasta lo imposible por ayudarla, aunque no sabía muy bien cómo.— Eva, ¿cómo puedo ayudarlos?, yo, no sé qué puedo hacer por ti - confesó preocupada porque ella ni siquiera se podía ayudar a sí misma.Eva tampoco sabía, le había contado todo a Helen porque Henry estuvo de acuerdo y tenía un impulso en su corazón de confiar en ella.Miró hacia Henry, que nunca había apartado sus ojos de Eva, como preguntándole “¿qué planes tenemos Henry?, no tengo ni idea de qué hacer para salir de esta prisión”.— Dame…unos…días…— logró art
Eva estaba constantemente en un dilema con Henry.La verdad es que era más fácil cuando estaba fuera de sus cabales, pero por supuesto, eso no quería decir que lo prefería loco.Todas las cosas que hacían de manera normal, ahora se convertían en un problema, por lo menos para ella.Para Henry, era natural tocarse y dormir juntos entre esposos.Porque eso, era lo que significaba Eva para él, su esposa, la única que tendría en la vida.Podía darse cuenta de que esos no eran los planes de Eva, ella no se quiso ni siquiera casar con él por su propia voluntad y era lógico.¿Quién se quería casar con un loco, sucio, paralítico y descuidado? Más que una esposa, ella era su criada.Eva no estaba enamorada de él, pero él lucharía por ser el mismo hombre de antes y conquistarla, nunca la dejaría ir.Ella era su esposa y le demostraría todos los sentimientos de amor que guardaba en su corazón, él se había enamorado de Eva, no era agradecimiento, estaba seguro de eso, era amor, como nunca antes l