El sol comenzaba a filtrarse, y los ojos de Holly aún no se habían cerrado desde que volvió a su casa esa madrugada. Ella sabía que tenía que darle una respuesta a ese hombre, y se sentía fatal, pese a que había aceptado sin pensar; pero, sobre todo, necesitaba recuperar a su hermano.
Días antes, escuchó hablar a sus padres respecto al comportamiento de su hermano menor, y ella, pese a que era un malagradecido, también lo adoraba para dejarlo sufrir. Sabía que precisaba una ayuda, que algo estaba pasando con él, pero no podía hacer mucho si Raúl no confiaba. Y ahora, esto de que está comprometida con un hombre que no conoce, la vuelve más vulnerable, porque sabe que está mal, y la vez, siente que puede hacerlo.
No obstante, está decidida a confesarle a sus padres lo que ha pasado. En definitiva, ella no puede simplemente dejarse amenazar por un hombre, cuando tiene la suerte de estar en una familia con gran poder en el país, e incluso fuera de él. Por lo que, decidida, decide salir de la habitación, para contarle toda la verdad a sus padres.
Ezekiel, por su parte, presentía que algo así iba a suceder, pues la mujer en cuestión, tenía todo como para quedarse callada, y tampoco él quería ser un enemigo de su familia, y no porque tuviera miedo, sino porque en verdad quería demostrarle a la joven médica, que sus intereses no son nada monetarios, más bien, eran sentimentales.
Él ha estado enamorado de ella desde que era solo una adolescente, pero la edad que los separaba, lo obligaba mantenerse al margen. Quería que ella disfrute de su juventud, que conozca más de este mundo, y solo después de que eso suceda, podía aparecer en su vida; sin embargo, la amenaza de su abuelo, lo descolocó, y lo llevó a apresurar las cosas.
Estaba un poco asustado por dentro, pero debía ocultarlo. Nunca una situación lo puso de esa forma, pero ella, era la persona por la que daría todo, pese a que presentía que no sería fácil. Se había montado en su coche, y condujo hasta la residencia Brusquetti, y una vez allí, pidió hablar personalmente con ambos.
— ¿A que debemos tu visita? — dice el señor Brusquetti, ofreciéndole asiento en su despacho. La señora Brusquetti, le ofrece un vaso con agua, aunque, necesitaba algo más fuerte para el momento —. Para ser honesto, me sorprende verlo por aquí.
— Lo mismo digo, pero necesitaba hacerlo, es un tema que a Holly le encantaría — sonríe, fingiendo recordar algo —. Es muy exigente.
Tanto Arturo como Kerianne, estaban confundidos, pues no entendían de donde se conocían ambos, pero la forma en que se expresaba de su hija, le llenaba de orgullo, pues Fernando, nunca se había expresado con tal elegancia de su primogénita.
— ¿Qué es exactamente lo que necesitas hablar? — pregunta de inmediato la madre, antes de que su esposo, pregunte lo que realmente quiere saber.
Ezekiel sonríe, percatándose de que la madre es más astuta que el padre, pues actúa de acuerdo al momento, justo como de seguro haría su prometida. Su rebelde y hermosa prometida.
— Vengo a pedir la mano de Holly. Anhelo hacerla mi esposa y entregarle el mundo de ser necesario. Ella me advirtió de que eran estrictos, y que debía hablar con ustedes, antes que nada, y con la mano en el corazón, les aseguro que mis intenciones son buenas.
Ambos padres estaban sorprendidos, no comprendían lo que estaba pasando. Se suponía que su hija se casaría, pero no con este hombre, sino con Fernando. Algo no cuadraba, y se negaban a creer que Holly, fuese capaz de jugar en dos bandas, especialmente con un hombre importante como lo es, el hombre frente a ellos.
— ¿Casarte? ¿Con nuestra hija? — pregunta en shock, el padre de la misma.
— Así es. He intentado venir antes, pero surgieron muchas cosas que me impidieron estar aquí, sin embargo, ahora por fin me he mudado, y ya no quiero esperar hacerla mi esposa. Fue una relación larga y sufrida, la distancia no es algo que…
— ¿Distancia? — repite la madre, un poco confundida.
— Así es — responde Ezekiel, haciéndose el desentendido. Quizás cometa un error, pero ya vería como solucionar ese problema.
No obstante, ambos padres se miraron entre sí, sin comprender lo que sucedía, especialmente, porque días antes estaba comprometiéndose con Fernando. La señora admitía que el que creía su yerno no le caía bien, pero no imaginaba a su hija de esa forma, pues siempre ha demostrado ser muy madura.
— ¡Padre! ¡Madre! necesito hablar con ustedes — dice Holly, ingresando en el despacho, pero las palabras quedaron atascadas en su garganta, al ver al hombre de la noche anterior con sus progenitores.
Estaba completamente en shock, pues no comprendía que hacía ese hombre en su casa, ni siquiera conocía su nombre, ni nada de esas cosas que comúnmente las personas cercanas deben saber.
Ezekiel, al ver el rostro pálido de la joven médica, se puso en marcha con su plan, e inmediatamente se puso de pie para salvarla, o salvar el momento. No estaba en discusión nada, ella aceptó y pues, no permitiría que ella lo estropee.
— Mi bella flor — manifiesta, acercándose a ella. Holly por su parte, no sabía que responder, solo lo observaba desde abajo, porque no solo era misterioso, sino grande. Un hombre grande, que la hacía sentir chiquita en muchos aspectos —. Mi Holly.
— Cariño — respondió finalmente, pues no tenía idea de cómo llamarlo —. ¿Qué estás haciendo aquí?
— Pues vine a hablar con tus padres, como me lo dijiste — comenta Ezekiel, admirando su rostro sin color, y la forma en que sus ojos se movían de él a sus padres —. No podía esperar más, y vine a contarles todo.
El mundo se detiene en ese momento para Holly, quien no sabía que tanto había abierto la boca, y dedujo que no podía demostrar su miedo ante sus padres, quienes solo se dedicaban a observar el espectáculo.
Por tanto, Arturo y Kerianne, sabían que había un trasfondo en esta situación, porque su hija es de las que confía en ellos, por lo que esta les resultaba extraño; sin embargo, cuando la sonrisa de su hija por fin vislumbró en ese despacho, toda desconfianza casi desapareció. Casi.
— Sí, pero debíamos organizarlo. Aún no he hablado de ti con mis padres.
— Algo que me ofende muchísimo, especialmente cuando vengo a pedir tu mano — La tos que le genera a la joven médica, le saca una sonrisa al hombre.
— ¿Boda?
— La misma que hablamos una semana y pediste que viniera lo antes posible, mi bella flor.
Para Holly este hombre estaba completamente loco, y era capaz de todo para asegurar su objetivo, y ella debía ser más astuta. Ezekiel se acercó y abrió los brazos para ella, por lo que no le quedó remedio que pegarse a su pecho. Él olía tan bien y sus pectorales eran fuertes.
Y…,
— Tú hermano aún no ha vuelto — amenaza el hombre, en un susurro, y la piel de la joven médica se eriza en ese momento.
Finge una sonrisa, y observa a sus padres, que no habían dicho ni una sola palabra.
— Sé que tienen muchas preguntas, y tengo las respuestas a todas. Solo estoy un poco sorprendida aún.
Su padre no estaba conforme con eso, por lo que, se pone de pie y se sirve un vaso de su wisky, para calmar su curiosidad. No podía deducir lo que pasaba con su hija, y si ese hombre estaba amenazándola con algo.
— ¿Qué pasó con Fernando? — preguntó directamente. Kerianne quería golpear a su esposo, por poner a su hija en esa situación, pero era necesario que le dé un escarmiento.
— Terminamos — responde, con un hilo de voz, conteniendo sus ganas de llorar al recordar lo que había visto. Ezekiel sintió la tensión en la niña, y pudo detectar el ligero temblor de sus manos —. Hace un buen tiempo.
— ¿Por qué? ¿Por qué no nos comentaste? Te vimos hablando con él.
» Un hombre sin miedo «pensó Ezekiel, al ver como hacía las preguntas a su hija, pese a que él estaba presente. No se molestó y comprendió porque ella era tan recta.
— No quería aceptar nuestra ruptura, y no pretendía armar una escena, somos muy conocidos — responde agachando la cabeza, conteniendo las lágrimas.
— ¿Cuál fue el motivo de su ruptura?
— Me fue infiel — contesta, presionando con fuerza la mano de Ezekiel, y fue entonces que entendió que esa ruptura fue reciente y que su dolor era real —. Lo descubrí en su departamento con Luisa.
— ¿Tú mejor amiga? — Ella solo asintió.
— ¿Por qué no nos hablaste de él? — interviene su madre.
— Al principio porque no confiaba en mí — decide intervenir de inmediato Ezekiel —. Vivía en otro lado, y no creía que funcionaría, y después porque, la diferencia de edad es un poco grande.
— Lo he notado.
Las interrogaciones continuaron, hasta que ya no había más preguntas que hacer, y pese a las circunstancias, parecía que habían logrado convencer a sus padres.
Mientras ella le despedía al hombre, y él, solo sonreía, por lo tierna que se veía.
— La próxima debes avisar tus planes — manifiesta, con total descontenta la joven médica. No tenía intenciones de fingir que él le agradaba.
— Sabía cuáles serían tus intenciones. Eres la hijita mimada de papi y mami, por lo que ibas a recurrir a ellos a contarles todo. — Se acerca a ella, y finge abrazarla —. Ya estás en el juego, pequeña Holly, tú hermano está a salvo y mi dinero también —Se aparta, después de dejar un beso —. Seremos el matrimonio perfecto, y serás la reina más envidiada. Te hice una promesa y la voy a cumplir.
Se aleja, y sube a su coche, para después, simplemente conducir hasta salir de la residencia, mientras ella se queda allí, parada, intentando recordar a que promesa se refería, porque ya se había olvidado de todo.
Mientras tanto, desde la ventana del despacho, su padre, Arturo Brusquetti, observaba la situación, sin sentirse conforme y seguro con las respuestas que le habían dado. Sabía que había algo detrás de todo esto, y el cuerpo tensionado de su hija lo confirmaba.
Holly Brusquetti, es una estudiante de medicina, que planea realizar su residencia en uno de los mejores hospitales del país. Una chica estudiosa, muy inteligente y ni hablar de la rebeldía que poseía. Amaba a su familia, pero era tan rebelde, que se encontraba en la mira de su padre, molesto porque pese a ser una hija excepcional, y muy disfuncional, no hacía más que dedicarse a ser el orgullo de ellos, a comparación de su hermano, que era lo contrario ella.Los padres de Holly, no sabían de las andanzas en la que se encontraba el hijo menor, pero cuando la hija mayor de los Brusquetti se enteró, de las aberraciones, no dudó en ponerle un escarmiento al jovencito. Especialmente por lo que había pasado en el despacho.— ¿En qué te has metido, Raúl? — preguntaba su hermana, indignada; sin embargo, al joven no le importaba. Él decía que la vida era demasiado corta para desperdiciarlo como lo hace su hermana, mientras que, Holly pensaba que las enseñanzas de su padre, fueron tomadas equi
Para el hombre de las sombras, estar frente a una chiquilla consentida, y ser estudiado minuciosamente, era aterrador, solo porque se traba de ella. La adolescente que siempre observaba de lejos, la misma estudiante de medicina que le encantaba ver en las conferencias. Sus ojos azules, eran diferentes a los de sus padres, pero únicos al mismo tiempo. En ella lucían preciosos, y la hacían ver tan encantadora.— ¿Me estás siguiendo? — pregunta la joven médica, una vez que pudo salir de su encantamiento. Nunca antes, un hombre le había parecido tan atractivo, como lo era ese hombre frente a ella —. Si tienes miedo que rompa el trato, puedes estar tranquilo.Ezekiel frunció el ceño. Realmente esperaba eso, pero escucharla decir aquello, le hizo sentir un poco…, diferente.— No te sigo — miente —. Es mi lugar favorito para pensar.Holly ni siquiera lo estaba escuchando. En su mente solo se reproducía las palabras duras de su hermano y la imagen de Fernando, con su mejor amiga, en ese patét
La fecha estimada había llegado, y todos estaban emocionados, menos Holly. Ella estaba reacia a asistir, pero sus padres insistieron en que los acompañe para despejarse un poco. Esos últimos días estuvo encerrada, y estaban muy preocupados. Tampoco volvieron a ver al que era su prometido, a excepción de esta fiesta organizada por la familia de él.— Es hora de irnos, Holly — grita el padre de la misma. Ella baja corriendo, porque simplemente no lleva tacones bajo su vestido. Suben al auto, mientras te sonríe a sus padres —. ¿Cómo te fue en tu examen?— Estoy segura de que he aprobado, lo que significa, que mi residencia inicia la otra semana y eso, me pone nerviosa. no será como las practicas comunes, sino que es una residencia donde me decidiré por una especialización — responde emocionada.— ¿Y él? — La pregunta toma sorpresa a Holly, quien no logra entender a quien se refiere —. ¿Qué piensa tu prometido? No has hablado de él, ni con él.Para Holly fue como una cubeta de agua fría.
Los ojos de la joven médica se abrieron, por la luz del día que irradiaba en esa habitación. Intentó estirar su cuerpo, pero se estremeció cuando se sintió enredada con otro cuerpo, quedando completamente quieta en su lugar. Intentó hacer memoria, y, efectivamente, los recuerdos de la noche anterior, arremetieron contra su mente, haciéndola saber, que fue ella fue quien buscó, pidió y suplicó tener sexo.» ¡Maldita sea, Holly! ¿En que estabas pensando? «Con suma dificultad, comienza a hacer una maniobra, para liberarse del agarre del hombre en cuestión; y, cuando finalmente lo hace, no le importa absolutamente nada, y se viste tan rápido para huir del lugar.Ni siquiera se toma el tiempo, de investigar si el hombre está despierto, solo anhelaba, estar oculta entre las cuatro paredes de su habitación. Ella creía que lo que hiso estaba mal, pero a su vez, se sentía completa. Esos pequeños fragmentos de lo que hicieron, hacía que su corazón comenzara a latir tan rápido. Ella lo disfrutó
Ezekiel, había tomado esa decisión. A Holly como esposa, no le faltaría nada, viviría como una reina; sin embargo, sabía lo que se venía. Ella no sería fácil de domar, porque simplemente, era una mujer muy rebelde, y se lo haría saber, salvo que decidiera continuar con el plan.Holly por su parte, estaba sentada en el comedor con sus padres, en total silencio. No tenía ganas de hablar, pues en su mente, solo estaba la propuesta del hombre, y la noche que pasó con él. No tenía cabeza para otra cosa, y tampoco estaba segura de continuar con eso.— ¿Holly? ¿Estás escuchando? — pregunta su madre, observándola —. ¿Está todo bien?— Sí, solo estaba pensando en la residencia — responde. Su hermano suelta una risa, en forma de burla.— ¿Cuántos años más planeas estudiar, para dejar al fin de ser una aburrida?— Lo suficiente, para no ser una mantenida, sin oficio como tú — responde.Raúl no dice nada más, porque le había tocado una fibra sensible, además, necesitaba burlarse de ella, para evi
Holly estaba tan concentrada en su libro, que no se había percatado de la presencia de su prometido. Los días se contaban con los dedos de una sola mano, y ella no había ni siquiera escogido el vestido. No tenía intenciones de hacerlo, menos con uno de color blanco, porque, evidentemente, ese hombre no era el amor de su vida, y cuando el tiempo estipulado se cumpla, podrá marcharse finalmente de su vida, y ella podrá estar con el hombre que en verdad la quiera. — Los preparativos están listos — avisa Ezekiel, sobresaltándola en ese momento. Pese a que era un hombre muy duro, no quería ser un ogro con ella. Sabía que no se merecía ese trato, ni nada de lo que estaba haciendo, pero en el fondo, quería creer que también estaba de acuerdo, por no acusarlo con sus padres. » Ella no está obligada a nada. «pensaba en ese momento. Sin embargo, aun así, estaba dispuesta a continuar. Para Holly, no obstante, era como un desafío el casarse con él. Demostrarle a su hermano que no era juego; en
Y AÚN ASÍ, ES UNA BODA DE ENSUEÑOS.Ezekiel, es una persona completamente diferente, cuando de salvar niños se trata. Este mundo, es completamente oscuro, y lo único que busca, es que otros niños no sufran lo que el sufrió. Como se decía más atrás, su vida no fue de color de rosas, pero se puso como meta, convertirse en el dolor de cabeza de aquellos que lastimaban a inocentes.Su mano derecha, Luis, el hombre que ha caminado a su lado desde siempre, se sentía muy orgulloso, pero al mismo tiempo, con mucho miedo. Su jefe estaba haciendo algo, que la justicia debería de hacer, pero no lo hace. Cuando este tipo de acontecimientos pasa, su jefe se transforma en alguien completamente diferente.En alguien capaz de jugar con la cordura de sus víctimas, y era justo lo que, en este mismo momento, Ezekiel estaba haciendo.— Vamos a jugar — musita con voz cantarina, mientras los hombres bajo su disposición realizaban un nudo en sus muñecas, impidiendo con eso, el uso de las mismas. Se acerca a
La ceremonia transcurrió con mucha normalidad y tranquilidad. Nadie sospechaba nada, y mientras Holly, saludaba a sus pocos invitados, Ezekiel era retenido por su abuelo.— Me gusta ella — dice, posicionándose a su lado.—¿Cómo te enteraste? — inquiere en su lugar —. En mis planes no estaba destinado invitarte.— Lo sé. Ella fue a buscarte a la mansión — Eso le sorprende un poco a Ezekiel, porque ninguno de los hombres no le avisaron, y el abuelo, sospechó que eso estaba pensando —, y los hombres no dijeron nada, porque se los ordené. Soy anciano, no discapacitado.— Es lo que yo siempre le digo a mi hijo — interrumpe, saludando el viejo Brusquetti, abuelo de Holly. Ezekiel sabía perfectamente a que se dedicaban ambos hombres, y aunque no estaban involucrados en los negocios, la sangre los ataba. Eran viejos muy astutos, y ni imaginar de las historias de su juventud —. ¿A cuántos has salvado esta vez?Tal pregunta, sorprendió a ambos Dankworth. Se supone que nadie conocía su identidad