Ezekiel, había tomado esa decisión. A Holly como esposa, no le faltaría nada, viviría como una reina; sin embargo, sabía lo que se venía. Ella no sería fácil de domar, porque simplemente, era una mujer muy rebelde, y se lo haría saber, salvo que decidiera continuar con el plan.Holly por su parte, estaba sentada en el comedor con sus padres, en total silencio. No tenía ganas de hablar, pues en su mente, solo estaba la propuesta del hombre, y la noche que pasó con él. No tenía cabeza para otra cosa, y tampoco estaba segura de continuar con eso.— ¿Holly? ¿Estás escuchando? — pregunta su madre, observándola —. ¿Está todo bien?— Sí, solo estaba pensando en la residencia — responde. Su hermano suelta una risa, en forma de burla.— ¿Cuántos años más planeas estudiar, para dejar al fin de ser una aburrida?— Lo suficiente, para no ser una mantenida, sin oficio como tú — responde.Raúl no dice nada más, porque le había tocado una fibra sensible, además, necesitaba burlarse de ella, para evi
Holly estaba tan concentrada en su libro, que no se había percatado de la presencia de su prometido. Los días se contaban con los dedos de una sola mano, y ella no había ni siquiera escogido el vestido. No tenía intenciones de hacerlo, menos con uno de color blanco, porque, evidentemente, ese hombre no era el amor de su vida, y cuando el tiempo estipulado se cumpla, podrá marcharse finalmente de su vida, y ella podrá estar con el hombre que en verdad la quiera. — Los preparativos están listos — avisa Ezekiel, sobresaltándola en ese momento. Pese a que era un hombre muy duro, no quería ser un ogro con ella. Sabía que no se merecía ese trato, ni nada de lo que estaba haciendo, pero en el fondo, quería creer que también estaba de acuerdo, por no acusarlo con sus padres. » Ella no está obligada a nada. «pensaba en ese momento. Sin embargo, aun así, estaba dispuesta a continuar. Para Holly, no obstante, era como un desafío el casarse con él. Demostrarle a su hermano que no era juego; en
Y AÚN ASÍ, ES UNA BODA DE ENSUEÑOS.Ezekiel, es una persona completamente diferente, cuando de salvar niños se trata. Este mundo, es completamente oscuro, y lo único que busca, es que otros niños no sufran lo que el sufrió. Como se decía más atrás, su vida no fue de color de rosas, pero se puso como meta, convertirse en el dolor de cabeza de aquellos que lastimaban a inocentes.Su mano derecha, Luis, el hombre que ha caminado a su lado desde siempre, se sentía muy orgulloso, pero al mismo tiempo, con mucho miedo. Su jefe estaba haciendo algo, que la justicia debería de hacer, pero no lo hace. Cuando este tipo de acontecimientos pasa, su jefe se transforma en alguien completamente diferente.En alguien capaz de jugar con la cordura de sus víctimas, y era justo lo que, en este mismo momento, Ezekiel estaba haciendo.— Vamos a jugar — musita con voz cantarina, mientras los hombres bajo su disposición realizaban un nudo en sus muñecas, impidiendo con eso, el uso de las mismas. Se acerca a
La ceremonia transcurrió con mucha normalidad y tranquilidad. Nadie sospechaba nada, y mientras Holly, saludaba a sus pocos invitados, Ezekiel era retenido por su abuelo.— Me gusta ella — dice, posicionándose a su lado.—¿Cómo te enteraste? — inquiere en su lugar —. En mis planes no estaba destinado invitarte.— Lo sé. Ella fue a buscarte a la mansión — Eso le sorprende un poco a Ezekiel, porque ninguno de los hombres no le avisaron, y el abuelo, sospechó que eso estaba pensando —, y los hombres no dijeron nada, porque se los ordené. Soy anciano, no discapacitado.— Es lo que yo siempre le digo a mi hijo — interrumpe, saludando el viejo Brusquetti, abuelo de Holly. Ezekiel sabía perfectamente a que se dedicaban ambos hombres, y aunque no estaban involucrados en los negocios, la sangre los ataba. Eran viejos muy astutos, y ni imaginar de las historias de su juventud —. ¿A cuántos has salvado esta vez?Tal pregunta, sorprendió a ambos Dankworth. Se supone que nadie conocía su identidad
Esa noche, fue la primera de tantas, que le costó pegar los ojos. Estaba tan agobiada y concentrada en el rostro de su, ahora esposo, que le era imposible poder dormir. Necesitaba con mucho esfuerzo, dejar de admirar, aquellas facciones masculinas que el poseía, que, pese a las cicatrices que embargaban en su rostro, lo hacían ver, más atractivo.Respiración pacífica, rostro relajado. Su pecho subía y bajaba de forma tranquila, demostrando que estaba completamente dormida. Mira la hora una vez más, y apenas eran las dos de la madrugada. No quería estar allí. Las ganas de envolverse entre sus brazos, la embargaban completa.Se puso de pie, y caminó hacia el sofá, donde se encontraba la bata del pijama, en el cual se enfundó, y se dirigió hacia la salida. Ezekiel sentía todo y cada uno de los movimientos de Holly, siempre fue una persona de sueños ligeros, por las cosas que tuvo que pasar en el pasado, y aunque se sentía relajado con ella a su lado, podía sentir la tensión en su cuerpo
Mientras los días iban pasando, la distancia entre ambos creció. Se suponía que Ezekiel le estaba dando su espacio, pero lo que en realidad estaba haciendo, era descuidar su matrimonio. La idea de enamorarla en el proceso, se estaban quedando solo en el aire, lo cual era ridículo.Holly, por su parte, ya había iniciado su residencia, por lo que, casi siempre pasaba el día entero en el hospital, y llegaba a la mansión, recién pasada las ocho de la noche, y ya no había nada, solo un plato de comida en el microondas.Ese día, no era algo literalmente bueno, ha visto por primera vez, una muerte por sus manos, estaba un poco triste por ello. Se quitó su chaqueta, y lo colgó en sus brazos, mientras subía en su habitación. Cuando pasaba por la habitación de su esposo, quiso averiguar que hacía, pero optó por dejarlo pasar, hasta que escuchó la voz de una mujer.Ezekiel se sentía muy furioso. La visita inesperada de Bárbara lo había llevado al límite, y temía que su esposa se diera cuenta. Es
Holly dejó todo en orden para su titular, y se marcharía a su casa, sin embargo, antes de que eso ocurra, el paciente de la sala trescientos cinco, pidió por ella, bajo la excusa, que fue su ángel cuando llegó mal herido. — Señor… — Holly revisa la planilla para verificar sus datos, lo cual le parece bonito y simple —, Denis. Señor Denis. El hombre en cuestión voltea a mirarla, y le sonríe, generando un mal presentimiento en ella. No es tonta, pero el sujeto en cuestión, no tiene cara de serlo tampoco. — Bella Holly, mi ángel — susurra, con un acento italiano muy pronunciado. El hombre era apuesto, eso nadie podía negarlo, y sus ojos eran tan azules que podría hipnotizar a cualquier mujer —. Solo quería agradecerle su amabilidad. Hace tiempo no conocía a una chica muy hermosa. La joven médica se sintió un poco incómoda y sonrió por cortesía. Ese tipo de halagos, eran muy comunes hacia ella, sin embargo, este sujeto tenía algo tan intenso, que no le convencía. — No tienes que agrad
Era difícil saber porque pasaban las cosas, pero siempre había. En este caso, Holly no entendía cómo llegó a esta situación, y mucho menos que, su esposo era a quien querían lastimar. Más bien, tenía en mente que todo esto ocurría por su familia, que lograron dar con ella, que rompieron el acuerdo. Millones de cosas pasaban en su mente, mientras las lágrimas caían al costado de su rostro, en esa blanca habitación de hospital.Le habían dicho que intentaron matarla con un veneno letal, que no funcionó, o simplemente no fue tan peligroso como decían.Para todo esto, su esposo Ezekiel no estaba con ella, y le sorprendía que ninguna de su familia tampoco, porque los conocía, y su supieran, serían los primeros en estar. Buscó su celular, pero tampoco lo veía por ningún lado.— ¿Dónde están todos? Debo avisarle a mi familia que están en peligro — susurra, como si de esa forma pudieran escucharla. Oprimió el botón varias veces, hasta que una enfermera ingreso —. Mi bolso, necesito mi bolso.