—NOX— Siento el crujir de la madera bajo mi puño tras el impacto que recibe por mi ira. Cada musculo de mi cuerpo se contrae en esta frenética rabia que amenaza con corroer mis entrañas. Soy consciente de la tensión que se a generado entre estas cuatro paredes de sepulcral silencio, nadie es capaz de decir nada tras el anuncio que nos ha soltado Kail. Natalia a tomado una decisión egoísta y cruel. Para ella y para nosotros. Aunque Lyam, Lex, Badel y Aryen estén actuando como imbéciles, ellos notan lo mismo que yo y Kail, Natalia es nuestra, tanto como lo fue Penélope. Y no necesitamos tener el don de Kail para saber que ni siquiera Penélope apoyaría esta decisión. —Si ella entregó su alma fue por algo… —Murmura abatido Lyam a mis espaldas, mientras saco mi puño del boquete que he creado en la pared robusta ante mí, encuadro mis hombros, intentando alivianar la tensión densa que se concentra y teje en cada átomo de mi cuerpo. Lex se arrastra en silencio hasta alcanzarme, siento
[NT: Mil disculpas, no me di cuenta de que una vez más había subido el contenido que no era. Creo que está semana tengo la cabeza en otro lado... Aquí les dejo el verdadero Capítulo 41] —LYAM— Mi corazón retumbaba con ferocidad bajo mi pecho, como si quisiera evidenciar mi propio malestar furioso por la situación que sentía volvía a repetirse. ¿Pará que nos habían dado una destinada si luego nos la quitarían? Había pasado con Penélope. Y ahora volvía a pasar con Natalia. Apreté mis puchos a los costados de mi cuerpo, cobarde y resentido con mi propio comportamiento desde que la sentí tocar directamente mi alma, aún frente a su puerta, en la oscuridad silenciosa del pasillo. Nunca había sido bueno para enfrentar mis propias emociones, mi propia perdida cuando pequeño me convirtió en esta bola pesada de demolición con la que me acostumbré a enfrentar todo. Incluso la primera vez que se me entregó la oportunidad de formar parte de algo, cuando aún Penélope no había llegado a nuest
—NATALIA—Una lágrima traicionera es barrida con gentileza por el pulgar suave de Lyam en mi mejilla, mucho antes de que descendiera, como si me permitiera seguir fingiendo estar dormida.Ambos sabemos que no lo estoy, seguramente lo supo al entrar en mi habitación, pues había estado llorando desde que me había despertado por esa pesadilla de sentirme sola incluso en mi propio subconsciente.Como si Penélope estuviera molesta conmigo y no quisiera hablarme.Ni siquiera ella quería darme esa ultima oportunidad para conocer mi verdad.¿Ella conoció a mis padres? ¿Ellos formaron parte de esto? ¿Quién era mi familia? ¿Habrían llegado a amarme? Aunque esa última cuestión carecía cada vez más de valor, al conocer la crueldad que acarrea aquello que me hicieron cuando si quiera era consciente de mi vida, me anula la posibilidad de que alguna vez ellos realmente me hubiesen amado.Quizás fui una espina que tuvo que ser arrancada de cuajo.Y ahora con las palabras de Lyam en esa voz rota que
—NATALIA—Limpio con el dorso de mi mano la pequeña lágrima que amenazaba con estropear la ultima de las cartas escritas, esa dirigida a la mujer con la que comparto este cuerpo y a la que mi alma permanece anclada.La fragilidad y sensibilidad que siento en este punto, me hacen demorar más de lo correcto en plantar mi firma al final de la redacción, más aún al saber que ahora tendré que esperar un poco más a que la tinta se seque antes de doblarla e introducirla en el sobre que espera con el nombre perfectamente escrito de Penélope.Tapo la pluma de bonita estructura dorada, para echar un fugaz vistazo a los dos montoncitos de sobres sobre la mesa.No sé si he hecho bien.Quizás es algo incomodo o innecesario… Mi corazón se contrae bajo mi pecho ante la punzada de incertidumbre que mi repentina inseguridad a plantado en mí, esa misma inseguridad que llego como una bandada de cuervos a picotear el rígido caparazón que había conseguido construir durante todos estos años, protegiéndome
—KAIL— El silencio que se extiende en la sala solo resalta lo que ya aquí todos sentimos. Pesar y arrepentimiento. Lo sé por la postura decaída de Lyam, a un extremo de la estancia, con sus ojos perdidos en esa bruma pesada de pena profunda. Así como el distanciamiento evidente entre Nox y Badel, cada cual listo a los extremos contrarios de la larga mesa de piedra que Tanya usa para sus rituales. Ninguno de los dos es capaz de mirarse. Ambos igual de furiosos y dolidos, quizás por la incomprensión que por primera vez han recibido el uno del otro. Nox no entiende la postura rabiosa y afilada de Badel hacia la decisión que se a tomado, mientras que Badel no quiere entrar en razón y aceptar que esto es lo mejor para todos nosotros. Aceptar lo que se nos ofrece y cuidarlo. A diferencia del resto, tanto Lex como Aryen permanecen distantes, no solo con el resto sino también consigo mismo, casi como si se hubieran perdido en su propia cabeza que no deja de dar vueltas, muy probablement
—NATALIA—¿Así es como se siente ser expulsada a lo más profundo de tu mente?Calor suave acariciando cada átomo de mi ser, acunándome en un arropar suave hacia un dulce letargo de paz.Podía percibir la brisa cosquilleando tiernamente mi piel, como si estuviera en ese tramo corto transitorio entre verano y otoño.Aún consciente de los latidos retumbantes de mi corazón, un indicio posible de sentir aún la conexión con mi cuerpo a pesar de haber sido empujada lejos en mi mente.Recordar el ritual se me hacía borroso, solo conseguía mantener en vilo esa sensación explosiva de éxtasis que me acogió mucho antes de haber caído en la eterna inconsciencia.Pero esto no se siente como esa inconsciencia eterna en la que suponía viviría hasta desaparecer… no, todo se siente como si pudiera abrir los ojos y explorar un mundo nuevo a mi alcance.Quizás esto era cosa de Tanya y me hubiera creado un lugar algo más acogedor en mi mente.Una parte de mí quería comprobarlo, pero otra, temeraria de des
—LEX— No sé cuanto tiempo permanezco sentado en el borde de mi cama, contemplando la alfombra de detallado diseño en colores oscuros acomodada bajo mi cama. Llevo una vez más mi mano hasta mi pecho, presionando con dureza el lugar donde mi corazón late con violencia. Cada latido es un recordatorio del dolor que saboree al vincularme con Natalia y como si aún en mi mente pudiera escucharlo, la decepción de Penélope por no haber aceptado la segunda oportunidad que ella mismo nos había garantizado. No tenía que ser Kail para saber que el alma de Penélope aún tras haber sido sacrificada en unión con la de Natalia, se encontraba en paz y a favor de la pequeña mujer que había aceptado en visualizar como nuestro mayor enemigo. Nunca nada con magia negra trae algo bueno consigo, el precio siempre sobrepasa lo que se recibe a cambio. Nos pasó al principio de crear esta manada. Cuando apenas nuestras familias tenían un lugar seguro que llamar hogar. Entonces ella apareció, prometiéndonos
—KAIL— Hago rodar mis dedos sobre el cuello de la botella de cerveza que reposo en mi rodilla, mientras mi mano libre masajea la tensión que sigue machacando mi cuello desde que se llevo a cabo el ritual de vinculación. Suelto un pesaroso suspiro, notándome más agotado de lo normal y siendo consciente así de lo mucho que Penélope y Natalia absorbieron de nosotros en medio de la transición. Más que preocupación me causa dolor, saber ahora lo débiles que habían estado todo este tiempo para llegar a necesitar tanta energía de nosotros. Vuelvo a dejar caer mi cabeza en el respaldar de la silla postrada en el jardín trasero de la casa, observando los picos altos de los arboles que nos ocultan en la profundidad de su bosque y disfrutando así de los cálidos rayos de sol que acarician mi piel. Entrecierro mis ojos, disfrutando un poco de esta paz armoniosa que se une a la sensación reconfortante de haber hecho lo correcto con nuestra Luna. Ahora que ambas albergan un hueco en nosotros, pu