Primero que nada, quiero deciros que está historia aún no ha terminado, oh no, créanme aún hay un largo camino por descubrir y mucho misterio que desenvolver, por ello he elegido (muy a pesar de mi intento por comprimirlo en un solo libro) que la mejor manera para ofreceros una historia que realmente os cautive y os atrape sin llegar a perderos por el camino con tanto lío, es partir esta novela en varias partes. Transformarla en lo que probablemente sea una Serie focalizada dentro de un universo aparentemente maldito.Este libro tendrá su segunda parte próximamente. Así que no te olvides de seguirme y agregar este libro a tu biblioteca si aún no lo has hecho.Y una sucesión de libros que formen parte del mismo universo tras lo conocido en este primer libro (y con ello el segundo también) quienes serán la base inicial de todo lo que está por verse en los futuros libros del mismo universo.Sí, probablemente es un poco lioso ahora mismo, pero prometo que lo entenderéis según vayáis leyend
— ¿Recuerdas lo que tienes que hacer?Deja de mordisquear y babear su manita para asentir varias veces, distraídamente, mientras le sigo acomodando la pequeña corbatilla de clip en el cuello de su uniforme. — No hacerle nunca caso a los extraños… —Murmura tras apartar su manita de su boca, permitiéndome limpiarla con un pañuelo de papel — Esperar a que termines junto a la señora Clower. Sonrío con cariño y orgullo mientras lo escucho. — ¿Y que más? Lo veo distraerse con una mariposa que revolotea a nuestro alrededor. — Leo —Lo llamo. Sigue mirando a la mariposa mientras responde. — Nunca quitarme el colgante de Mamá. Con una nueva sonrisa enmarcando mis labios, aprieto sus cachetitos regordetes entre mis manos, ganándome una de sus caritas cargadas de frustración que casi lo hacen parecer un mini hombre con una dignidad que desea mantener. Él ya sabe lo que viene y no le gusta. — Ese es mi hombrecito. Antes de que se me escape le lleno de besitos su adorable carita, provoca
Al día siguiente la monotonía varía al tener que llevar a Leo al médico para hacerse un chequeo.Desde que cumplió los tres años parece casi arrastrar consigo un catarro leve que aparece y desaparece cada tanto.El medico intenta calmar cualquier hipótesis que se pueda montar en mi cabeza, al registrarlo como una posible alergia climática.No llega a extrañarme del todo ya que también soy victima de ese tipo de maluras, pero la sensación latente e insegura de que hay algo más tras sus repetidas recaídas, me hace actuar un poco más precavida de lo normal.Por eso he cambiado la corbatilla de Leo por una mullida bufanda del osito adicto a la miel, “Winnie the Pooh”.Leonel me mira con sus grandes ojos de ese hermoso gris claro, sin quejarse de mi obstinada preocupación al insistir si se siente bien, casi pidiéndole sigilosamente que lo niegue para así poder llevarlo conmigo de vuelta a casa.Lo reviso una última vez, su naricita está rojita por las veces que he tenido que sonarle.— Mam
Mis pies se clavan descalzos en la tierra húmeda del bosque.Plantas, piedrecillas, raíces viejas y nuevas, hojas caídas, insectos compactados por la reciente lluvia que a levantado esta espesa neblina a mi alrededor.La melodía del bosque danza en mis oídos mientras intento definir el camino por el que avanzo.Llevo el mismo camisón rosado con el que me metí en la cama.No sé porque ni el cómo he terminado en medio de la nada.Con el frio calando mis huesos, obligándome a intentar darme calor a mi misma al abrazarme y frotar mis palmas expuestas sobre mis brazos.Un búho ulula a lo lejos, marcando el eco del tiempo y acompañando casi al compas los diferentes sonidos que crea la naturaleza a mi alrededor.Detengo mis pasos por una pesada y extraña sensación a mis espaldas.Como si alguien o algo me acechara.Mi corazón comienza a bombear con fuerza, agitándose y golpeando contra mi caja toráxica, exigiendo lo que mi cuerpo tarda en procesar.Huir.Correr.Sin mirar a atrás.Lo hago aú
Froto mi frente con cierto cansancio mientras avanzo por la oficina, en dirección a mi despacho.Hoy he sujetado mi largo cabello en una cola alta, la cual se agita a mis espaldas a cada paso que doy, dejando apenas unos mechones sueltos que hacen el símil de un flequillo escaso.Nunca he soportado los flecos, para mí.No me quedan bien, me resultan una lata de mantener y colocar en su lugar, además de no serme absolutamente prácticos.Pero hace poco creí que algo neutral me ayudaría a mantener mi autoestima y lo hace externamente.Luzco bien, me queda bien y no importa si se me riza o ondula ya que igual, termina quedando bien.Pero personalmente, desde mi punto de vista, no me ha quedado como esperaba.Yo esperaba una imagen un poco más de mujer adulta, fuerte y firme.Pero en su lugar… me siento como una tonta versión preadolescente mía sobre tacones altos, ropa cara y ese intento de mirada intimidante que apenas me dura lo necesario.De por si siempre soy juzgada por el hecho de s
Suelto con pesades un suspiro mezclado entre frustración y cansancio.No estoy durmiendo bien desde hace días.Las pesadillas han ido en aumento y cada vez siento que lo que sueño me pasan factura en la realidad.Estoy tecleando un rápido mensaje a mi asistente para confirmar la reunión de esa tarde.Los problemas en la oficina cada vez van de peor a catastrófico. Pero intento no arrástralo cuando estoy con Leonel.Por eso, nada más enviar el mensaje, bloqueo mi móvil y lo suelto en mi bolso de marca, colgado en mi brazo, esperando la salida animada de los niños y niñas de la Academia.Estoy junto a el resto de padres o representantes de estos, que vienen a buscar a sus pequeños.Nunca he sido de socializar activamente con el resto de padres, aún cuando varias veces un grupo de madres demasiado activas en todo lo que tenga que ver con la escuela, me han intentado acorralar para unirme a ellas.Pero no quiero pasar tiempo con gente que realmente ni me tolera, lo veo tan falso e inútil.
Desde el día en el que aquellos hombres hicieron su movimiento invasor en mi vida privada, he perdido la seguridad de tener todo bajo control, como si viera la mecha prendida de un detonador, pero no supiera donde está el paquete de pólvora.Y el hecho de que apenas pueda quitarme la sensación cargada de malestar que empujan mis alertas respecto a Leo y las palabras de Brenda aquella noche, tras darme en cuidado a su bebé, me hacen sentir que estoy próxima a perder la cordura.Ya no tengo concentración para las dificultades por las que están pasando mi empresa.Si no fuera por mi asistente y por Candy, ya ni tendría mi agenda al día.Es por eso mismo que me encuentro en la disyuntiva de contratar los servicios de un detective privado.No por lo que mi asistente lo a localizado en primera instancia, descubrir quienes son los que me están intentando eliminar de mi propia empresa que forman parte de mis asociados.Sino para descubrir que es lo que esos hombres pretenden o esconden.Porqu
La sensación desgarradora de esos afilados colmillos desgarrando mi piel, me despertó. Arrancándome de la pesadilla repetitiva que parecía cada vez, tener un final diferente y mucho más aterrador que la anterior. Observo los rayos de sol que pretenden escurrirse entre mis cortinas, repasando cada punto de mi habitación, casi como una extraña acusación. No he dormido. Cada vez que lo intentaba las pesadillas me arrancaban feroz y dolorosamente de mi nulo descanso. Llevo mis manos temblorosas hacia mi rostro, apartando el sudor y la espesura de enfermiza sensación que se planta en mí cada vez que despierto, tras una de esas pesadillas que tanto me aterran. Aunque no son las pesadillas en si lo que me aterran… sino la sensación tan realista que aún al despertar, sigue marcando su huella en mí. Como los delgados moretones que cubren parte de mi antebrazo diestro. Ese con el que, en mis sueños, empujaba hasta cubrir mi rostro al ver como esa bestia se abalanzaba sobre mí, siendo atr