—NATALIA—Una lágrima traicionera es barrida con gentileza por el pulgar suave de Lyam en mi mejilla, mucho antes de que descendiera, como si me permitiera seguir fingiendo estar dormida.Ambos sabemos que no lo estoy, seguramente lo supo al entrar en mi habitación, pues había estado llorando desde que me había despertado por esa pesadilla de sentirme sola incluso en mi propio subconsciente.Como si Penélope estuviera molesta conmigo y no quisiera hablarme.Ni siquiera ella quería darme esa ultima oportunidad para conocer mi verdad.¿Ella conoció a mis padres? ¿Ellos formaron parte de esto? ¿Quién era mi familia? ¿Habrían llegado a amarme? Aunque esa última cuestión carecía cada vez más de valor, al conocer la crueldad que acarrea aquello que me hicieron cuando si quiera era consciente de mi vida, me anula la posibilidad de que alguna vez ellos realmente me hubiesen amado.Quizás fui una espina que tuvo que ser arrancada de cuajo.Y ahora con las palabras de Lyam en esa voz rota que
—NATALIA—Limpio con el dorso de mi mano la pequeña lágrima que amenazaba con estropear la ultima de las cartas escritas, esa dirigida a la mujer con la que comparto este cuerpo y a la que mi alma permanece anclada.La fragilidad y sensibilidad que siento en este punto, me hacen demorar más de lo correcto en plantar mi firma al final de la redacción, más aún al saber que ahora tendré que esperar un poco más a que la tinta se seque antes de doblarla e introducirla en el sobre que espera con el nombre perfectamente escrito de Penélope.Tapo la pluma de bonita estructura dorada, para echar un fugaz vistazo a los dos montoncitos de sobres sobre la mesa.No sé si he hecho bien.Quizás es algo incomodo o innecesario… Mi corazón se contrae bajo mi pecho ante la punzada de incertidumbre que mi repentina inseguridad a plantado en mí, esa misma inseguridad que llego como una bandada de cuervos a picotear el rígido caparazón que había conseguido construir durante todos estos años, protegiéndome
—KAIL— El silencio que se extiende en la sala solo resalta lo que ya aquí todos sentimos. Pesar y arrepentimiento. Lo sé por la postura decaída de Lyam, a un extremo de la estancia, con sus ojos perdidos en esa bruma pesada de pena profunda. Así como el distanciamiento evidente entre Nox y Badel, cada cual listo a los extremos contrarios de la larga mesa de piedra que Tanya usa para sus rituales. Ninguno de los dos es capaz de mirarse. Ambos igual de furiosos y dolidos, quizás por la incomprensión que por primera vez han recibido el uno del otro. Nox no entiende la postura rabiosa y afilada de Badel hacia la decisión que se a tomado, mientras que Badel no quiere entrar en razón y aceptar que esto es lo mejor para todos nosotros. Aceptar lo que se nos ofrece y cuidarlo. A diferencia del resto, tanto Lex como Aryen permanecen distantes, no solo con el resto sino también consigo mismo, casi como si se hubieran perdido en su propia cabeza que no deja de dar vueltas, muy probablement
—NATALIA—¿Así es como se siente ser expulsada a lo más profundo de tu mente?Calor suave acariciando cada átomo de mi ser, acunándome en un arropar suave hacia un dulce letargo de paz.Podía percibir la brisa cosquilleando tiernamente mi piel, como si estuviera en ese tramo corto transitorio entre verano y otoño.Aún consciente de los latidos retumbantes de mi corazón, un indicio posible de sentir aún la conexión con mi cuerpo a pesar de haber sido empujada lejos en mi mente.Recordar el ritual se me hacía borroso, solo conseguía mantener en vilo esa sensación explosiva de éxtasis que me acogió mucho antes de haber caído en la eterna inconsciencia.Pero esto no se siente como esa inconsciencia eterna en la que suponía viviría hasta desaparecer… no, todo se siente como si pudiera abrir los ojos y explorar un mundo nuevo a mi alcance.Quizás esto era cosa de Tanya y me hubiera creado un lugar algo más acogedor en mi mente.Una parte de mí quería comprobarlo, pero otra, temeraria de des
—LEX— No sé cuanto tiempo permanezco sentado en el borde de mi cama, contemplando la alfombra de detallado diseño en colores oscuros acomodada bajo mi cama. Llevo una vez más mi mano hasta mi pecho, presionando con dureza el lugar donde mi corazón late con violencia. Cada latido es un recordatorio del dolor que saboree al vincularme con Natalia y como si aún en mi mente pudiera escucharlo, la decepción de Penélope por no haber aceptado la segunda oportunidad que ella mismo nos había garantizado. No tenía que ser Kail para saber que el alma de Penélope aún tras haber sido sacrificada en unión con la de Natalia, se encontraba en paz y a favor de la pequeña mujer que había aceptado en visualizar como nuestro mayor enemigo. Nunca nada con magia negra trae algo bueno consigo, el precio siempre sobrepasa lo que se recibe a cambio. Nos pasó al principio de crear esta manada. Cuando apenas nuestras familias tenían un lugar seguro que llamar hogar. Entonces ella apareció, prometiéndonos
—KAIL— Hago rodar mis dedos sobre el cuello de la botella de cerveza que reposo en mi rodilla, mientras mi mano libre masajea la tensión que sigue machacando mi cuello desde que se llevo a cabo el ritual de vinculación. Suelto un pesaroso suspiro, notándome más agotado de lo normal y siendo consciente así de lo mucho que Penélope y Natalia absorbieron de nosotros en medio de la transición. Más que preocupación me causa dolor, saber ahora lo débiles que habían estado todo este tiempo para llegar a necesitar tanta energía de nosotros. Vuelvo a dejar caer mi cabeza en el respaldar de la silla postrada en el jardín trasero de la casa, observando los picos altos de los arboles que nos ocultan en la profundidad de su bosque y disfrutando así de los cálidos rayos de sol que acarician mi piel. Entrecierro mis ojos, disfrutando un poco de esta paz armoniosa que se une a la sensación reconfortante de haber hecho lo correcto con nuestra Luna. Ahora que ambas albergan un hueco en nosotros, pu
—LEX—Cuando veo aparecer a Lyam y Kail, soy incapaz de cubrir mi pésimo estado, por lo que intento esquivar sus miradas cuando me buscan, posiblemente intentando cerciorarse de como realmente me está sentando todo esto.—¿Y por qué no empezamos con las tortitas de chocolate? —Anuncia Kail a nuestros hijos, intentando captar su atención cuando Lyam se escurre a mi lado, quitándome el bol donde pretendía hacer la crema de las tortitas y tendiéndosela a Kail.No discuto cuando su mano me arrastra lejos de la cocina, el cansancio y las horas en la que mi cabeza a estado machacándose una y otra vez, me niegan la posible fuerza para escapar de lo que sé será un interrogatorio perspicaz y sin filtro.Atravesamos el comedor, acomodándonos casi frente la puerta del jardín a disposición del comedor.Queda demás decir que la casa tiene varias salidas al exterior, estando rodeados de bosque y conociendo nuestra naturaleza licántropa, era un hecho casi evidente que nuestro aclamado hogar fuera de
—NATALIA—Despertar envuelta en los brazos de Nox, podía fácilmente volverse una tortura para mí, teniendo en cuenta de la latente necesidad que vibraba por todo mi cuerpo sobre echarme sobre él y reclamarlo.Como si una parte animal en mí se hubiera despertado y solo pudiera pensar en poseer al cálido hombre que descansaba plácidamente sosteniéndome con firmeza contra su amplio pecho.Divago unos largos minutos memorizando el rostro de Nox, saboreando cada atractiva y masculina porción de sus cincelados rasgos, tan digno de un dios.Reprimo el gemido necesitado que se condensa en mi garganta cuando el hormigueo entre mis piernas se intensifica hasta que sus largas pestañas se agitan y sus feroces ojos conectan directamente con los míos, como si pudiera sentir mi desesperación o olerla, por la forma en la que aspira el aire a nuestro alrededor.Y ya no sería tan extraño si así fuera… más aún después de ver y sentir lo que hasta ahora.La ferocidad oscura en sus ojos se disuelve lentam