—LEX— No sé cuanto tiempo permanezco sentado en el borde de mi cama, contemplando la alfombra de detallado diseño en colores oscuros acomodada bajo mi cama. Llevo una vez más mi mano hasta mi pecho, presionando con dureza el lugar donde mi corazón late con violencia. Cada latido es un recordatorio del dolor que saboree al vincularme con Natalia y como si aún en mi mente pudiera escucharlo, la decepción de Penélope por no haber aceptado la segunda oportunidad que ella mismo nos había garantizado. No tenía que ser Kail para saber que el alma de Penélope aún tras haber sido sacrificada en unión con la de Natalia, se encontraba en paz y a favor de la pequeña mujer que había aceptado en visualizar como nuestro mayor enemigo. Nunca nada con magia negra trae algo bueno consigo, el precio siempre sobrepasa lo que se recibe a cambio. Nos pasó al principio de crear esta manada. Cuando apenas nuestras familias tenían un lugar seguro que llamar hogar. Entonces ella apareció, prometiéndonos
—KAIL— Hago rodar mis dedos sobre el cuello de la botella de cerveza que reposo en mi rodilla, mientras mi mano libre masajea la tensión que sigue machacando mi cuello desde que se llevo a cabo el ritual de vinculación. Suelto un pesaroso suspiro, notándome más agotado de lo normal y siendo consciente así de lo mucho que Penélope y Natalia absorbieron de nosotros en medio de la transición. Más que preocupación me causa dolor, saber ahora lo débiles que habían estado todo este tiempo para llegar a necesitar tanta energía de nosotros. Vuelvo a dejar caer mi cabeza en el respaldar de la silla postrada en el jardín trasero de la casa, observando los picos altos de los arboles que nos ocultan en la profundidad de su bosque y disfrutando así de los cálidos rayos de sol que acarician mi piel. Entrecierro mis ojos, disfrutando un poco de esta paz armoniosa que se une a la sensación reconfortante de haber hecho lo correcto con nuestra Luna. Ahora que ambas albergan un hueco en nosotros, pu
—LEX—Cuando veo aparecer a Lyam y Kail, soy incapaz de cubrir mi pésimo estado, por lo que intento esquivar sus miradas cuando me buscan, posiblemente intentando cerciorarse de como realmente me está sentando todo esto.—¿Y por qué no empezamos con las tortitas de chocolate? —Anuncia Kail a nuestros hijos, intentando captar su atención cuando Lyam se escurre a mi lado, quitándome el bol donde pretendía hacer la crema de las tortitas y tendiéndosela a Kail.No discuto cuando su mano me arrastra lejos de la cocina, el cansancio y las horas en la que mi cabeza a estado machacándose una y otra vez, me niegan la posible fuerza para escapar de lo que sé será un interrogatorio perspicaz y sin filtro.Atravesamos el comedor, acomodándonos casi frente la puerta del jardín a disposición del comedor.Queda demás decir que la casa tiene varias salidas al exterior, estando rodeados de bosque y conociendo nuestra naturaleza licántropa, era un hecho casi evidente que nuestro aclamado hogar fuera de
—NATALIA—Despertar envuelta en los brazos de Nox, podía fácilmente volverse una tortura para mí, teniendo en cuenta de la latente necesidad que vibraba por todo mi cuerpo sobre echarme sobre él y reclamarlo.Como si una parte animal en mí se hubiera despertado y solo pudiera pensar en poseer al cálido hombre que descansaba plácidamente sosteniéndome con firmeza contra su amplio pecho.Divago unos largos minutos memorizando el rostro de Nox, saboreando cada atractiva y masculina porción de sus cincelados rasgos, tan digno de un dios.Reprimo el gemido necesitado que se condensa en mi garganta cuando el hormigueo entre mis piernas se intensifica hasta que sus largas pestañas se agitan y sus feroces ojos conectan directamente con los míos, como si pudiera sentir mi desesperación o olerla, por la forma en la que aspira el aire a nuestro alrededor.Y ya no sería tan extraño si así fuera… más aún después de ver y sentir lo que hasta ahora.La ferocidad oscura en sus ojos se disuelve lentam
—NATALIA—Hago rodar mis brazos alrededor de Lex, aún cargada entre sus brazos con ese tentador cosquilleo revoloteando por cada parte de mi cuerpo, en un caliente recordatorio de lo bien que se siente estar apretada contra su cuerpo, mientras detallo esa fugaz y cómplice mirada que él le lanza a Lyam con un breve rubor en sus mejillas.Sé que hay mucho por entender y explicar respecto a nuestro reciente vinculo, el aleteo en mi corazón que sé forma parte del alma de Penélope me lo asegura, pero mi preocupación por la carga intensa que aún atraviesa mi sistema tras lo ocurrido con Nox me distrae lo necesario como para dejar a un lado las explicaciones que parecen estar a punto de soltar sus bocas.Humedezco mis labios al darme el valor necesario para interrumpir el pequeño silencio que se a formado entre los tres, revoloteando mi atención de Lyam a Lex y seguidamente hacia las escaleras por las que aparecí.—Sé que hay muchas cosas que aún debo entender respecto a nuestro vinculo y vu
—NATALIA—Estoy recostada contra el pecho de Lex, sentada sobre su regazo y envuelta en la manta suave de lana en la que Lyam ha conseguido de algún lugar de la casa.Estamos en la parte cubierta del jardín, acomodados en los sillones de verde olivo que destacan casi pintorescamente con las lonas de tela suave que caen sobre nuestras cabezas y cuelgan sobrantes en firmes sujeciones de gruesas cuerdas sobre las vigas de robusta madera que forman esta parte cubierta.Como el resto de la casa, todo aquí parece artesanal y no descartaría la posibilidad de que alguno de estos hombres fueran los responsables de este magnifico trabajo de carpintería.—¿Por donde debemos empezar? —Cuestiona Lex a Lyam tras este breve silencio cubierto de paz.Lejos de lo que quisiera hacer, les he cedido a ambos ser quienes rompan el silencio que nuestro acomodar ha creado, quizás por no saber cuál de mis preguntas despejar antes.Mi cabeza descansa en el pecho de Lex, mientras mis pies cubiertos por la manta
[Advertencia este capítulo contiene contenido sexual explícito entre hombres al final del capítulo, si no estás cómoda con ello, no sigas leyendo tras el aviso donde indica que empieza la parte +18] —ARYEN— Desde el primer momento en el que la sangre de Natalia inundo mi boca, lo supe. Todo lo que creí poder tener sentido se escurrió como una ilusión que nunca hubiera existido, dejándome en el caos frenético de verme una vez más perdiendo la cordura. Más aún cuando Lyam y Lex tuvieron que arrancarme de ella antes de que pudiera liberar al monstruo que habita en mi, el caos y el descontrol sacudió por completo la sala, Tanya recurriendo a su magia para mantener el control sobre mi, Badel y Nox, que al igual que yo parecían fuera de sí. Cuando Lyam se llevo el cuerpo inconsciente de mi hembra, quise alcanzarlo y arrancarle la cabeza, pero ese mismo pensamiento me hizo golpearme contra la pared, deteniendo al monstruo en mi interior que había olvidado nuestro propio vínculo con Lyam.
—ARYEN— Siempre me resulta difícil alejarme de Badel cuando me he sometido ante él, por eso normalmente suele quedarse conmigo hasta que mi impulso sumiso se desvanezca, consolándome y mimándome, aligerando el peso y la carga vergonzosa de sentirme ultrajado o inferior a él. Pero esta vez, se siente diferente. Esta vez cuando mi cuerpo se calma tras el descanso entre sus brazos y nuestra juguetona ducha rápida donde nuestras bocas se entretienen entre fogosos besos, algo más me llama, algo más que mi caprichosa necesidad de pegarme a Badel como su sombra. Algo que me desvía de seguir la trayectoria de él por lo largo del pasillo, hacia el burbujeante y tierno mar de risas de nuestros hijos, en la cocina, donde puedo oler a Nox por su áspera fragancia de Alfa que resalta en mí como Alfa recientemente sometido, hacia la sala de estar, donde la deliciosa mezcla de Lex y Lyam se entremezclan con otra mucho más dulce y fresca. Natalia. Mi pequeña. Badel parece darse cuenta por como s