CINCUENTA Y UNO

—NATALIA—

Estoy recostada contra el pecho de Lex, sentada sobre su regazo y envuelta en la manta suave de lana en la que Lyam ha conseguido de algún lugar de la casa.

Estamos en la parte cubierta del jardín, acomodados en los sillones de verde olivo que destacan casi pintorescamente con las lonas de tela suave que caen sobre nuestras cabezas y cuelgan sobrantes en firmes sujeciones de gruesas cuerdas sobre las vigas de robusta madera que forman esta parte cubierta.

Como el resto de la casa, todo aquí parece artesanal y no descartaría la posibilidad de que alguno de estos hombres fueran los responsables de este magnifico trabajo de carpintería.

—¿Por donde debemos empezar? —Cuestiona Lex a Lyam tras este breve silencio cubierto de paz.

Lejos de lo que quisiera hacer, les he cedido a ambos ser quienes rompan el silencio que nuestro acomodar ha creado, quizás por no saber cuál de mis preguntas despejar antes.

Mi cabeza descansa en el pecho de Lex, mientras mis pies cubiertos por la manta
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo