Sacramento, California. Su piel pálida por la falta de sol se humedeció inmediatamente al recibir contacto con el agua, sus ojos se cerraron para disfrutar de su ducha, se sentía tensa y muy cansada puesto que durante semanas no podía dormir como deseaba, siempre despertaba a medianoche exaltada por las constantes pesadillas que tenía. No entendía lo que le estaba sucediendo, pero sí reconocía el lugar donde se llevaba a cabo sus pesadillas, es como si debiera descifrar alguna cosa, ¿Pero, que sería? Dos toques pudo escuchar, abrió sus ojos y sujetando la cortina del baño asomó su cabeza, sus labios se curvaron un poco en forma de sonrisa pequeña al mirar a su novio, Scott cerró la puerta detrás de su espalda y la miró también con una sonrisa, sin decir palabra alguna ella volvió a posicionarse bajo el agua y él comenzó a desvestirse y hacerle compañía, aquello la tranquilizó mucho. Sus manos rodearon la cintura de la joven y la pegó a su cuerpo, está ladeó su cabeza un poco manten
—Iremos contigo— Isabel miró a cada uno con sus maletas listas, cosa que la alegró un poco pero no lo demostró, solo miró a su hermano. —Hablaré con Lasabi, te quedarás con ella apenas lleguemos— él seguramente protestaría, Pero su hermana solo se subió al auto esperando que el resto hiciera lo mismo. En el fondo, se sentía nerviosa, volver a pisar el cementerio para visitar a su amiga no le sentaba muy bien, no sabía que quería pero tenía la necesidad y obligación de averiguarlo, y por otro lado, saber que iría a Mérida la inquietaba. Tres años de tranquilidad, sus pensamientos eran un desastre total. Se cuestionó su muerte, ¿Acaso había muerto realmente?, No claro que no, porque si fuese así, ella seguiría tranquila y no tendría aquella pesadilla tan inquietante, contando el hecho de la aparición de su mejor amiga muerta, ¿Tenía riesgo de estar cayendo en una trampa? Definitivamente es un sí, todo era posible en su vida, así que necesitaba salir de dudas. Ellos ya no vivían
No sabía cuánto había corrido, pero se detuvo en cuanto visualizo su antiguo hogar, el olor había desaparecido y su corazón se sacudió un poco, Westh gruñó en su mente tras perder el control de su cuerpo, de reojo miro como el resto aparecía cerca, la pelirroja la miró agotada y respirando con algo de dificultad. —Por favor, danos un respiro— cerró sus ojos unos segundos y controlo su respiración. Harry se acercó a ella visualizando la casa anterior de la joven, no dijo nada por esos segundos, pero se vio obligado a romper aquel tedioso silencio, la lluvia se había ido. —Harry, no puedo responder sus preguntas, tampoco sé lo que sucede ¿Bien? — ella se adelantó mientras los miraba a los tres. — El olor de ese tipo me trajo hasta aquí. —Habían muchos olores Isobel, fuiste la única que percibió el suyo— ella paso sus manos por su cabello húmedo y miro a su chico, él observaba la zona. —Sea lo que sea, ya no está aquí, debemos ir con Robert— Scott la miro y ella se abrazó así misma m
—Mientras Isobel, Leinád y Leisay van al cementerio los demás aseguraremos el lugar, hay muchas criaturas que son atraídas por ella— Hunter cerró su libro y miró a los presentes, estos asintieron mientras pensaban. — Cuando los restos de Bonnie estén aquí, nos iremos de inmediato a Mérida. —Bien, es hora de iniciar— Isobel tomo sus cosas y sin decir nada más, salió de la casa rumbo hacia el auto de su padre, usaría ese mientras tanto. La tensión se sentía en el aire, sus ojos estaban un poco rojizos debido al llanto de ayer, aunque se esforzó en ocultar todo ellos ya sabían lo que había sucedido, más no se atrevieron a soltar preguntas, no les incumbía sus cosas personales, así que solo siguieron con su trabajo, ya que era lo mejor. Leisay fue en la parte trasera mientras que Leinád era quien iba a conducir, la chica era copiloto claramente, ella se mantenía en silencio. En toda la mañana Scott y ella no cruzaron miradas ni palabras, ninguno tomaría esa iniciativa siempre y cuando f
—¿Nos confundimos de lugar?— Leisay miro la casa con confusión, ya no tenía un aspecto viejo sino, nuevo, todo estaba bien.Isobel se acercó más hasta llegar a la entrada, tocó el timbre y no pasaron ni dos segundos cuando la puerta fue abierta por una mujer, la joven sintió como su corazón latía con fuerza. ¿Qué hacía ella ahí?—¿Mamá?— sus ojos se cristalizaron al sentir el abrazo de aquella mujer, la cual, era su madre, Leisay y Leinád arrugaron su ceño al mirar aquella escena.El peliblanco se acercó un poco más y tomó el hombro de la chica, la alejó de esta aún sin entender, ella debía estar muerta, no tenía porque estar ahí, ella lo miró y mostró una sonrisa cálida para él. —Isobel, tenemos que irnos, esto no está bien.—¿Irse a dónde?, todos los estábamos esperando— la mujer de cabello castaño se hizo aún lado para que pudiesen entrar, Leisay rasco su brazo acercándose también.—De acuerdo— Isobel tomó la mano de Leinád para jalarlo hacia adentro, Leisay entro rápidamente y se
—¡Si me ayudas, no moriré!— Leisay intentaba quitarse a uno de ellos de encima, había perdido fuerza, miró a Leinád y este con rapidez llegó a ella quitándose lo de encima. —¿Estas cosas no mueren o qué?— Leinád sujetó una roca y con firmeza la lanzó hacia la cabeza de uno, pero con rapidez volvió a la normalidad. Isobel se hallaba luchando contra dos a la vez, estaba cansada y un poco herida, aun así no decayó, estos se acercaron a la chica para ayudarla, la pelinegra con su espada corto la cabeza de dos al mismo tiempo, los cuerpos cayeron pero tres más surgieron. No sabía qué tipo de demonios eran, no podía percibirlo, aquello era una magia que no conocía, le estaba molestando eso. —Estoy algo débil, debemos salir de aquí— Isobel miró a los dos acompañantes mientras calmaba su respiración, hizo una mueca ante el dolor en su hombro. —Esten alerta, pueden haber muchos más— Leinád hizo que lo siguieran. Los tres salieron del bosque como pudieron, Isobel aunque estaba un poco
No lograban asesinar a ninguno, y poco a poco aquel lugar sería ferozmente invadido por aquellas horrendas criaturas; su poder y fuerza estaban disminuyendo cada vez más. Leinád gruñó alto arrancando dos cabezas al mismo tiempo, era impresionante, pero de ellos surgieron más demonios.—Tenemos que salir de aquí— su voz era agitada, buscó alguna salida.La ventana estaba cerca, pero estaban en un piso alto. Si saltaban, igual llamarían mucho la atención, pero salir por la puerta era la peor opción posible. Ellos bloqueaban la puerta, Isobel se quejó en cuanto uno golpeó su cabeza con fuerza, haciéndola tambalear. Leisay al percatarse de aquello, lo golpeó para alejarlo de ella. Sujetó su cintura mirando su mal estado, sabía que estaba débil.—Tendremos que saltar ¿Estás de acuerdo?— Asintió con su vista perdida, aquel golpe casi la desmayaba, pero aún le quedaba algo de fuerza.—No hay que, perder el tiempo— hizo una mueca hablando de forma un poco pausada, ni siquiera Westh podía mante
—Leisay, te toca a ti vigilar— la pelirroja se había dormido junto con Isobel, la noche había caído muy rápido y no sabía si preocuparse o no.La chica se removió soltando un pequeño gruñido, no se despertó, suspiró con pesadez, cansado de caminar de un lado a otro, necesitaba reponer fuerzas, pero también necesitaba estar alerta a cualquier cosa, agradecía no ser un humano o no podría ver en la oscuridad. Frotó su rostro mirando las grandes ventanas, la luna se reflejaba de una forma muy linda, su brillo era muy encantador.—Ve a dormir, yo estaré pendiente— Isobel se había levantado con torpeza, miró al contrario y este negó al observarla.— Es mi turno de cuidarlos a ambos, no seas necio.—Igual estaré muy alerta, sigues débil y seguramente ya lo saben— ella se acercó hacia él despacio, todo le dolía, pero no hizo muecas, solo mostró una sonrisa cálida dejando un beso en su mejilla.—Ve, mereces dormir también— él asintió alejándose de ella, no sin antes desordenar su cabellera.Él