Capítulo 05.

—¿Nos confundimos de lugar?— Leisay miro la casa con confusión, ya no tenía un aspecto viejo sino, nuevo, todo estaba bien.

Isobel se acercó más hasta llegar a la entrada, tocó el timbre y no pasaron ni dos segundos cuando la puerta fue abierta por una mujer, la joven sintió como su corazón latía con fuerza. ¿Qué hacía ella ahí?

—¿Mamá?— sus ojos se cristalizaron al sentir el abrazo de aquella mujer, la cual, era su madre, Leisay y Leinád arrugaron su ceño al mirar aquella escena.

El peliblanco se acercó un poco más y tomó el hombro de la chica, la alejó de esta aún sin entender, ella debía estar muerta, no tenía porque estar ahí, ella lo miró y mostró una sonrisa cálida para él.

—Isobel, tenemos que irnos, esto no está bien.

—¿Irse a dónde?, todos los estábamos esperando— la mujer de cabello castaño se hizo aún lado para que pudiesen entrar, Leisay rasco su brazo acercándose también.

—De acuerdo— Isobel tomó la mano de Leinád para jalarlo hacia adentro, Leisay entro rápidamente y se abrazó así misma, tenía frío, no entendía porque.

El ambiente estaba distinto, así como la decoración, Isobel soltó la mano del hombro y se acercó a la sala de estar, su padre y hermano reían al unísono, pero no veía a Harry ni a Scott. Desvió su vista hacia su madre aún sin creer lo que estaba mirando, ¿Estaba soñando?

—Tu novio está en la cocina, es muy agradable— la mujer señaló a un Hunter salir con una bandeja de comida en sus manos.

Leisay no pudo evitar soltar una risa por lo que había dicho aquella extraña mujer, sabía que él jamás sería algo de Isobel, pero por la mirada de ella se obligó a callarse. La chica enarco su ceja y negó rotundamente, Leinád pasó sus manos por su boca sin comprender nada, esto era algo fuera de lugar.

—No se ofenda señora, pero está confundiendo todo— La pelirroja miró a Hunter llegar a ellas con una mirada poco amigable.

—Llegaron rápido ¿Qué tal les fue?— el padre de la joven se acercó junto con su hermano Beni, ambos sonreían de manera muy alegre.

—¿Dónde está Harry y Scott?— Isobel les dió una mirada a los presentes, estaba tratando de concentrarse, se sentía en un sueño, si así era, deseaba despertar.

—Harry se fue hace días y Scott— el hombre miró a la mujer, llevo su mano hacia su nuca— Murió.

La chica soltó una risa alta ante aquel comentario, aquello era imposible, ¿Scott muerto?, lo estaba seguramente, pero no del todo, si, se estaba hartando de aquella ridícula escena, alborotó su cabellera y Leinád apretó su hombro para calmarla, Westh quería salir, pero no la dejó.

—Nosotros debemos irnos, tenemos que hacer algo importante— el peli blanco miró a las chicas de reojo y ellas asintieron, Leisay pasó al lado de Hunter el cual, hizo un ademán para cerrar la puerta.

—Cariño, ¿Acaso quieres irte y dejar a tu familia?— la mujer se acercó a Isobel sujetando sus mejillas, sus manos eran cálidas y su tacto era suave, la miró a los ojos entendiendo que aquello no era un sueño, estaba sintiendo su toque.

—No, no quiero— susurró sin apartar la mirada de sus ojos, se sentía atrapada en su mirada, mostró una sonrisa ladina acercándose más hasta abrazarla.—Te extrañe mucho

—Leisay, ¿Quieres jugar cartas?— Beni mostró las cartas agitando estas en su rostro sonriendo de oreja a oreja, eso la hizo estremecer.

—No, largo— apartó las manos ajenas con fastidio, hizo una mueca muy notoria acercándose más a Leinád, en el fondo estaba preocupada por todo.

—Niña, no seas grosera, ¿No te enseñaron modales en tu hogar?, hija ¿De dónde sacaste a esta?.— la mirada ajena se deslizó desde su cabeza hacia sus pies.

—Oiga, usted no puede hablarme así— la señaló indignada por sus palabras, sacudió el hombro de Isobel.— Dile algo.

—Comportate— miró a la pelirroja con semblante serio, está casi pudo notar un leve destello oscuro, se estremeció ante eso, asintió con amargura.

La mujer llevó a la chica con su padre y hermano hacia la cocina, Hunter había dejado aquella bandeja en una mesa en la sala de estar, Leinád alboroto su cabellera mientras veía todo, necesitaba saber que era lo que sucedía, lo que estuviese pasando, está influyendo muy rápido en la contraria, y aquello no era muy bueno del todo. Leisay se acercó a la comida mientras de reojo miraba al hombre sentarse en un sofá individual, él la observaba con determinación, el peli blanco notó aquello pero solo se acercó despacio.

—No deberían de estar aquí— fue lo primero que dijo mientras apoyaba su espalda del sofá— No son bienvenidos.

—¿Y tú si?— la pelirroja soltó una pequeña carcajada ante sus palabras, negó despacio— no te ofendas pero, nadie te quiere.

—De acuerdo, cierren la boca— el peli blanco se estaba hartando de aquello, miró todo una vez más y luego se alejó de ellos, les dió una mirada por encima de su hombro— Leisay, calmada.

Hizo un pequeño ademán con su cabeza indicándole a la chica que iría a la cocina, no quería dejar a la chica tanto tiempo sola, esta asintiendo comprendiendo y movió su mano, se alejó de allí dejando a esos dos solos. Hunter desvió su vista hacia la bandeja notando que faltaba una manzana, su mirada se detuvo en las manos de la chica, su semblante era serio.

Leisay mordió la manzana que había agarrado bajo la atenta mirada del contrario, no le interesaba que él estuviese ahí, era amante a las manzanas y ver una era una perdición para ella, degustó la misma cerrando un momento sus ojos, hizo un pequeño sonido de satisfacción, lo miró sonriendo, si, estaba molestándolo un poco, él no le agradaba del todo.

—Bien, ¿Dónde está Scott?— preguntó segundos después de pasar el bocado, cruzó sus piernas mientras lo miraba.

Él revoloteo sus ojos mientras acariciaba su mentón, simulando que estaba pensando, no se le veía interés en contestar, pero ella insistió con su pregunta.

—Muerto— no dijo más, solo se levantó para ir a la cocina también, ella lo imitó rápidamente tomando otra manzana roja.

—Eso no es cierto, y tampoco es cierto que tú eres el novio de ella— le dijo mientras caminaban, estaban por entrar a la cocina— su corazón le pertenece a Scott.

Hunter al escuchar lo último se giro bruscamente para alejarla con mucha fuerza, Leisay se golpeó con una pared cercana haciendo caer un recuadro al piso por el impacto, se quejó un poco pero ignoro la molestia y lo miró enojada, el color de sus ojos era de un morado intenso, y los del contrario eran amarillos, ambos estaban a nada de iniciar una pelea.

—Si quieres vivir, cierra la estúpida boca— ella se levantó y con la misma lanzó la manzana hacia él, pero la esquivo, está impacto contra la pared.

—Eres hombre muerto— se abalanzó contra él tirandolo al piso, el primer golpe lo dió en su rostro con tanta fuerza que había logrado romper su nariz

El contrario devolvió el golpe también en su rostro apartando la de su encima, este seguramente se subiría encima suyo, pero Leinád sujetó sus hombros con firmeza, Isobel levantó rápidamente a Leisay del suelo mirando su nariz sangrar.

—¿¡Qué les sucede a los dos!?— Isobel tenía un semblante de enojo, miró a ambos mientras negaba.

—Él empezó— Leisay limpio su nariz aún con sus ojos de color morado, Isobel se acercó al contrario mirando de reojo a su madre, padre y hermano mirar todo en silencio.

—Escucha Iso...— ella golpeó con fuerza y enojo su rostro, su pecho subía y bajaba, quería arrancarle la cabeza, que tocaran a Leisay la enfurecía.

Leinád lo soltó alejándose de él, se acercó rápidamente hacia la pelirroja revisando su rostro, solo tenía una mancha rojiza, su nariz había sanado muy rápido para su suerte.

—No te permito ni a ti, ni a nadie que toquen a mi amiga ¿Entiendes?— volvió acercarse a él quedando muy cerca de su rostro, su labio sangraba un poco, él asintió despacio— No sé que sucede aquí, Pero me largo de una vez.

Su mano estaba teniendo pequeños temblores, se sentía extraña, agitada y muy enojada, su respiración estaba más que acelerada y solo necesitaba salir de ahí, estaba olvidando que era lo que debía hacer.

La mujer se acercó a ella sujetando sus hombros, está se apartó mientras le daba una mirada rápidamente, negó levemente acercándose a Leinád.

—Hija, piensal-

—Tu no eres mi madre, ella murió hace años— Westh tomo el control en ese momento, la mano de la joven fue a parar en el cuello ajeno, apretó con firmeza y la pego a la pared.— No sé quién eres, pero vuelve a llamarme hija, y te arrancaré la lengua.

—Isobel, debemos salir de aquí— Leinád y Leisay miraron el alrededor cambiar, la casa tomo un aspecto distinto al anterior.

Los recuadros lindos ya no estaban, eran reemplazados por unos rotos y llenos de polvo, las escaleras habían cambiado, estaban viejas y varios escalones estaban partidos a la mitad, claramente ese no era su hogar.

La joven miró todo con confusión, al dirigir su vista hacia el resto de personas soltó a la mujer, viendo como estos tenían un aspecto totalmente distinto, habían sidos reemplazados por demonios, todo había sido una trampa, el gruñido de ellos aturdió a la joven, Leinád sujetó su mano y la sacó de aquella casa abandonada.

—Sabía que algo andaba mal— La pelirroja corrió hacia afuera y cuando los tres estuvieron alejados miraron como la casa se desplomaba, los demonios salieron después de aquello.

Isobel se sentía mareada, aún estaba aturdida por los gruñidos de aquellos asquerosos seres, su cabeza estaba comenzando a doler, Westh no bajó la guardia a pesar de la debilidad que tenía, no entendía el porque, solo miró a su tío y a su amiga.

—No los dejen con vida— estos asintieron y segundos después los tres comenzaron una fuerte pelea.

Había sido engañada, no sabía por quién, solo sabía que quería encontrar a su padre y hermano, el que Westh tomara el control la había hecho volver a la realidad, ¿Qué hubiese sucedido si accedía a todo lo que aquellos demonios querían?, habían tenido mucha influencia sobre ella, no lo agradó por ende, debía encontrar al responsable.

Por primera vez se preguntó, ¿Estaba perdiendo poder?, no lo sabía, no aún..

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