—Bien ¿Qué querías hablar?— Hunter miró impaciente a la chica, la contraria miró su alrededor y luego fijó su vista en él. —Necesitamos salir de aquí, no sé cómo pero debe ser rápido— Isobel suspiró con pesadez mientras que este asintió levemente pensando. —Me di cuenta rápido de esto, pero sigo descifrando como romper está magia— pasó su mano derecha por su boca mirando el cielo oscuro.— La persona detrás de todo es muy poderosa, mantener está realidad tanto tiempo desgasta a cualquier ser mágico. —¿Tienes a alguien en mente?— negó despacio, pensó en su tío pero él no poseía magia, ¿Eva tal vez?, no lo sabía. La chica se giró para caminar por los alrededores aprovechando la compañía para vigilar el perímetro, ¿Cómo estaban los demás?, temía por ellos, no quería volver y saber que algo malo les había sucedido a ellos. Isobel miró por sobre su hombro al contrario, aún debía mirar su dentadura, no estaba tan segura de que fuese el verdadero. —Besalo— se detuvo en cuanto escuchó la v
Leisay miró sus brazos al sentir el gran escalofrío recorrer su cuerpo, piel estaba erizada, algo estaba mal, ella pedía ayuda, salió sin decir nada siendo seguida por Leinád y Hunter, la pelirroja se sentía inquieta, podía sentir el miedo de Isobel. —¿Qué sucede, Leisay?— Leinád con preocupación sujetó su hombro mientras la miraba. Ella no respondió, olisqueo el lugar percibiendo más de un olor, sus ojos estaban de un color morado intenso, por lo que corrió hacia la dirección de la chica, estaba en peligro y ella lo sabía. Cuando llegó no había nadie en el sitio, maldijo bajando su vista notando pequeñas gotas de sangre, frunció su ceño agachándose y tocar la misma. —Se la llevaron— luego de varios minutos habló, la sangre no era de ella sino de un humano común, eso la confundió. —¿Quién?— Leinád miro sus dedos manchados de sangre, por el olor sabía que no era la sangre de Isobel. —No lo sé. Hunter miró el piso notando el rastro de magia negra en el camino, supo de inmedi
Isobel se removía sobre una superficie suave a su parecer, abrió lentamente sus ojos y tardó unos segundos en ver su alrededor, todo de ella dolía, pero eso no la detuvo a sentarse, estaba en un calabozo, bajó su vista notando un colchón algo sucio. Tan solo tenía una cadena atada a su cuello, su anillo no estaba y Westh parecía dormir profundamente, o eso quería pensar.¿Dónde se encontraba exactamente? No podía hacerse una idea, existían muchos calabozos en el mundo. Giró un poco su cabeza hacia las rejas, mirando como estas se abrían, e hizo una mueca por el fastidioso sonido que estas emitían al correrse. Su semblante cambió a uno de lleno de confusión al ver a Rebeca entrar junto con Ana, la chica con la cual se había encontrado en el bosque.—Buenos días, dormilona— el tono de la rubia era de burla, y en las caras de ambas se notaba que disfrutaban verla ahí.— ¿Dormiste bien? Esperamos que sí.—Me sorprende que aún sigas con vida— fue lo que dijo mientras miraba a Ana acercarse
Ella se sentía como la primera vez, todo de su cuerpo le dolía, cada pequeño movimiento le fastidiaba y quemaba, parpadeo despacio para mirar su alrededor como podía. Isobel a duras penas podía moverse por el intenso dolor, como pudo se sentó sobre el colchón donde se encontraba, apoyo su espalda suavemente en la fría pared, suspirando con pesadez.Estaba sola en aquel lugar, bajó su vista hacia sus manos mirando las mismas manchadas de sangre, se asustó, llevó ambas a su pecho donde su tío Fariád había clavado aquella daga, aunque no sentía alguna herida, estaba llena de sangre, ¿Entonces no era un mal sueño?, se preocupó por Westh ¿Qué había hecho?, se sentía muy diferente, como si le faltará algo.—¿Westh? — llamó con voz débil, teniendo la esperanza de que esta le contestara, cosa que no fue así, la joven no obtuvo respuesta alguna. — Por favor, contesta.Sus lindos ojos se llenaron de lágrimas, sorbió su nariz, comenzando a llorar, aunque soltó un grito con la poca fuerza que le
Residencia Wesley.—Beni, te quedarás con Lasabi, es mi última palabra— Robert estaba un poco enojado debido al comportamiento de su hijo.Este negó por tercera vez, él también quería ir con ellos a buscarla, no quería quedarse sin hacer nada como hace años, si bien sabía que no era como ellos, eso no lo iba a detener.—Lo lamento, pero me sentiría inútil sino ayudo en algo ¿Entiendes?— Suspiró pesado mientras se movía de lugar, miró por la ventana observando como los demás hablaban afuera de la casa.— Así que no te haré caso, es mi hermana, papá.—Te desmayas si miras sangre, ¿Crees que soportarías asesinar a algunos de ellos?— preguntó su padre mientras se recargaba de la pared mientras lo miraba, Beni lo miró tensando su mandíbula, apretó luego su nariz un poco.—Por Isobel, haría y soportaría cualquier cosa— se alejó de la ventana y se acercó a su padre toman
— ¿Todo en orden?— Henry fue el primero en hablar, en cuanto miró a Robert entrar a la habitación. — Te ves pálido.—Quiero preguntarte algo importante, Scott— paso saliva mientras se adentraba más en la habitación.—Te escucho— fue lo único que dijo, se acomodó en la cama de la chica mirándolo, esperando sus palabras.Robert pareció dudar de lo que iba a decir, pero tenía que hacerlo, Isobel era la última del linaje según sus conocimientos, solo quedaban ellos dos, el resto habían muerto en batalla.— ¿Ustedes pueden dar hijos?— hijo y padre se miraron las caras y luego fijaron su vista en el hombre enfrente de ambos.—Es posible, sí— asintió Scott mientras ladeaba su cabeza sin entender lo que realmente quería. — Pero el feto se manifiesta luego de tres a cuatro años, su desarrollo es muy lento.—Robert, ¿A qué viene tu pregunta?— el padre del contrario se cruzó de brazos dando media vuelta hacia él.—Slytrew hizo referencia a un último cazador que está oculto, pero por lo que se sa
Sacramento, California. Su piel pálida por la falta de sol se humedeció inmediatamente al recibir contacto con el agua, sus ojos se cerraron para disfrutar de su ducha, se sentía tensa y muy cansada puesto que durante semanas no podía dormir como deseaba, siempre despertaba a medianoche exaltada por las constantes pesadillas que tenía. No entendía lo que le estaba sucediendo, pero sí reconocía el lugar donde se llevaba a cabo sus pesadillas, es como si debiera descifrar alguna cosa, ¿Pero, que sería? Dos toques pudo escuchar, abrió sus ojos y sujetando la cortina del baño asomó su cabeza, sus labios se curvaron un poco en forma de sonrisa pequeña al mirar a su novio, Scott cerró la puerta detrás de su espalda y la miró también con una sonrisa, sin decir palabra alguna ella volvió a posicionarse bajo el agua y él comenzó a desvestirse y hacerle compañía, aquello la tranquilizó mucho. Sus manos rodearon la cintura de la joven y la pegó a su cuerpo, está ladeó su cabeza un poco manten
—Iremos contigo— Isabel miró a cada uno con sus maletas listas, cosa que la alegró un poco pero no lo demostró, solo miró a su hermano. —Hablaré con Lasabi, te quedarás con ella apenas lleguemos— él seguramente protestaría, Pero su hermana solo se subió al auto esperando que el resto hiciera lo mismo. En el fondo, se sentía nerviosa, volver a pisar el cementerio para visitar a su amiga no le sentaba muy bien, no sabía que quería pero tenía la necesidad y obligación de averiguarlo, y por otro lado, saber que iría a Mérida la inquietaba. Tres años de tranquilidad, sus pensamientos eran un desastre total. Se cuestionó su muerte, ¿Acaso había muerto realmente?, No claro que no, porque si fuese así, ella seguiría tranquila y no tendría aquella pesadilla tan inquietante, contando el hecho de la aparición de su mejor amiga muerta, ¿Tenía riesgo de estar cayendo en una trampa? Definitivamente es un sí, todo era posible en su vida, así que necesitaba salir de dudas. Ellos ya no vivían