No sabía cuánto había corrido, pero se detuvo en cuanto visualizo su antiguo hogar, el olor había desaparecido y su corazón se sacudió un poco, Westh gruñó en su mente tras perder el control de su cuerpo, de reojo miro como el resto aparecía cerca, la pelirroja la miró agotada y respirando con algo de dificultad.
—Por favor, danos un respiro— cerró sus ojos unos segundos y controlo su respiración. Harry se acercó a ella visualizando la casa anterior de la joven, no dijo nada por esos segundos, pero se vio obligado a romper aquel tedioso silencio, la lluvia se había ido. —Harry, no puedo responder sus preguntas, tampoco sé lo que sucede ¿Bien? — ella se adelantó mientras los miraba a los tres. — El olor de ese tipo me trajo hasta aquí. —Habían muchos olores Isobel, fuiste la única que percibió el suyo— ella paso sus manos por su cabello húmedo y miro a su chico, él observaba la zona. —Sea lo que sea, ya no está aquí, debemos ir con Robert— Scott la miro y ella se abrazó así misma mientras asentía despacio. Saliendo del bosque se acercaron rápidamente a la vieja casa, no había señal de que su padre, tío y hermano estaban allí, tenía frío y se sentía inquieta, su estómago rugió y sabía que debía alimentarse, Leisay la miró de reojo y colocó su mano sobre su hombro sonriéndole leve. —Cazare algo para ti, desperdiciamos comida hace rato— habló la chica refiriéndose a los demonios que habían matado. Ella solo le ofreció una sonrisa pequeña y asintió, no tenía ánimos ni de hablar, Scott abrió la puerta y se topó con el padre de la chica, se hizo a un lado para que viese a su hija entrar en la casa, Beni fue el primero en abrazarla con fuerza. —Me asfixias, hermano— correspondió de la misma manera y lo escucho suspirar, sabía que estaba preocupado. —Mira, que seas inmortal no te da el derecho de arriesgarte así. —Ya ya— fue lo único que le respondió alejándose de a poco, dejó una palmadita en su espalda riendo bajo. — Descansaré, por favor no quiero ser interrumpida. Su padre frunció su ceño mirando su ropa y las facciones ajenas, no preguntaría directamente a ella, solo la miraron subir las viejas escaleras que emitieron un pequeño sonido con cada paso que daba, tenía una postura recta y miraba únicamente hacia adelante, tal vez descansar le ayudaría en algo, rogaba no tener aquellas visiones nuevamente. Scott aceptó una toalla que Leinád le había extendido, seco su cabello escuchando al resto hablar, estaba preocupado por ella, sabía que la posibilidad de que su tío estuviese vivo aún, la fastidiaba. —¿Fariád vivo? — Robert soltó una risa ronca y negó recordando aquella pelea que tuvieron— Él está muerto, seguramente están jugando con su mente, y voy averiguar quién está detrás de todo esto. Harry suspiró y se encogió de hombros, miró al peliblanco y luego a Leisay salir de la casa, sabía que cazaría algo para ambas, no se metió en ello, Beni había entrado a la cocina. —Sabes que todo es posible, por eso debemos ir con Hunter, necesitamos respuesta. —¿Por qué debemos seguir involucrados con ese tipo? — A Scott le desagradaba la idea y todos lo sabían. Leinád dejó un apretón en sus hombros de manera burlesca, sabía que no le agradaba no solo por haber cooperado en secuestrar a Isobel, sino que la forma en la que está cerca de ella le repugna. Su padre lo miró y ladeó su cabeza, Robert suspiró con fuerza. —Me molesta tanto como a ti— lo miró mientras se sentaba en el sofá, tenía ropa distinta, claramente seca. — Pero es quien puede ayudarnos en este caso. —¿Dónde dijo que nos veríamos? — Leinád miro a su amigo y luego el reloj de su mano. —Se suponía que, en el bosque, pero dada la situación, tendré que fijar un punto de encuentro más seguro— Se levantó del sofá para ir a la cocina mientras apretaba su nuca con su mano derecha. Isobel ya se encontraba sobre su vieja cama, esta estaba muy bien acomodada, no podía dormir sabía que si lo hacía tendría nuevamente una pesadilla y eso no era lo que quería en esos momentos, se sentía totalmente frustrada, el no saber que hacer la estaba consumiendo, se removió entre sus sábanas blancas y suspiro con mucha pesadez. Westh seguía inquieta, intento hablar inclusive salir, su olor la había alterado, ahora solo quería cazarlo hasta matarlo, se había vuelto una gran necesidad y no descansaría hasta lograrlo. La joven estaba cayendo en los brazos de Morfeo, poco a poco sus ojos se iban cerrando, pero el sonido de su ventana ser cerrada le arrebato el cansancio que tenía sobre su cuerpo, su boca fue tapada y sus ojos lo miraban con confusión ¿Qué hacia él el en su habitación? —Sin gritar, Mon amour— Hunter se hallaba sobre su cuerpo, observándola con determinación, la chica había cambiado un poco, se veía más madura y hermosa. —Cuanto tiempo, lindura. Retiro su mano despacio mientras ambas miradas se mantenían unidas, ella hizo una pequeña mueca y con ambas manos lo empujo bufando, este se quito de su encima, por lo que la contraria se sentó alejada de él. Sabia que era el mismo, pero su aspecto también había cambiado, sus facciones eran un poco mas marcadas, y se veía más fuerte, sacudió su cabeza y froto su rostro un poco. —Entrar en la habitación de una chica sin su consentimiento, no es muy educado de tu parte— se levantó acomodando su cabellera negra, de ella pequeños mechones rojos se asomaban, por más que intentara quitarlos, seguían apareciendo. Hunter soltó una pequeña risa y se encogió de hombros estirándose un poco tiempo después, se levanto mirando la habitación ajena mientras que con cautela se acercaba a ella. —Soy la persona más educada que has podido conocer. —Claro— se giro para sacar una goma para el cabello y comenzar atar su cabellera en una coleta alta. Su cuerpo se tensó cuando sintió el ajeno detrás suyo—Te doy un segundo para que te alejes de mí. —Uno—susurró el contrario en su oído, cosa que le costó un codazo fuerte en su abdomen y luego una patada en sus genitales, se alejo de ella. —De acuerdo, no has cambiado nada. —Yo tampoco ¿Quieres que te lo demuestre? — Isobel alzó su vista mirando a su novio, este tenía un semblante serio, en sus ojos podía apreciar aquel color rojo carmesí adornar su iris, quería asesinarlo. —Me encantaría ver eso— Hunter reto al contrario una vez que ya se recupero de aquel golpe, se posiciono enfrente suyo, Isobel interrumpiría, pero Scott ya le había dado un fuerte golpe en su rostro. —¡Basta a los dos! — Isobel alzó la voz mientras intentaba acercarse, pero estos estaban golpeándose ferozmente. Hunter estampo su puño contra el rostro de Scott, quien tambaleo unos segundos, pero se recompuso tomando su costado y correr con él hacia la ventana, ambos cayeron hasta el húmedo césped, todos entraron a la habitación en cuanto escucharon aquellos ruidos, Isobel se alejo de allí con rapidez llegando a donde ambos estaban intentando separarlos, pero recibió un puñetazo en su nariz que la tambaleo. —¡Es suficiente! — Henry sujeto a Scott por los brazos y Leinád sujeto a Hunter separándolos a ambos. —Si te vuelves acercar a ella, ¡Te asesinare! — Scott seguía enojado, tenia un pequeño hilo de sangre en su labio inferior, empujo un poco a su padre para que lo soltara. Isobel sujetaba su cabeza conteniendo a Westh, ella se hallaba furiosa y arañaba su mente para poder salir, aquello le causaba un gran dolor a la chica, su nariz estaba sangrando, Leisay emergió del bosque rápidamente dejando un cuerpo en el césped, su padre y su hermano se acercaron hacia ella pero ferozmente fueron alejados en cuanto esta grito, cayó de rodillas pero alzó su cabeza mirando a los presentes, Westh ya había tomado el control y en sus ojos se reflejaba. —Solo le causan daño a ella con sus absurdas peleas— habló retirando un poco de sangre de su nariz, Leisay la ayudo a levantar mientras soltaba gruñidos. —¿Acaso son unos estúpidos niños? —Westh so- —¡Vinimos aquí por respuestas, no para matarnos entre nosotros! — habló con firmeza en un grito, miro a Scott y luego a Hunter, este limpiaba su labio inferior mientras fruncia su ceño. —Si solo serán un dolor de cabeza, lo mejor será que se larguen de aquí y me dejen a mi hacer mi trabajo. —No sucederá otra vez, lo prometemos— Robert miro a los dos hombres con mandíbula tensa diciendo aquello, quería que se calmara y su hija volviera a tomar el control. —Su majestad, le traje algo para comer, por favor venga— Leisay habló con suavidad hacia su mayor, sujeto su brazo y señalo hacia el cuerpo sin vida de un demonio. La chica solo se dejó guiar sujetándose de la contraria, no le vendría mal alimentarse un poco, casi no comía debido a su falta de apetito así que debía aprovechar aquello, la pelirroja les hizo un pequeño ademan indicándoles que entraran a la casa, Robert los llevo adentro estando enojado, hacerla enojar no le gustaba, no sabía el porque habían peleado pero por las palabras de Scott se hacía una idea. Al estar dentro envió a Beni a su habitación, a regaña dientes obedeció puesto sabía que su padre estaba igual de enojado que el resto, Henry paso una mano por su boca y miró negando a ambos, Leinád solo se sentó en el sofá a observar, opinar ahora no era lo ideal. —Solo daré una advertencia— Robert sonó sus dedos mientras humedecía sus labios, ladeo su cabeza rascando luego su mentón—una sola pelea más, y se irán de aquí, sea quien sea. Este miro a su amigo Henry y este solo asintió lentamente, desvió su vista hacia su hijo con firmeza, con su cabeza indico que lo siguiera hacia la cocina y así lo hizo, Leinád froto su frente un poco. —Escucha Hunter, no puedes llegar aquí y pelear con la pareja de Isobel— El peliblanco se levantó del sofá y se acerco a él, este solo asintió— no podemos hacerla enojar ¿De acuerdo?, así que o te quedas quieto o te vas. —Me voy por la primera opción— se sentó en el sofá mientras hacia una mueca pasando su mano hacia su costado izquierdo, suspiro pesado. — Cambiando de tema, díganme, ¿Qué es lo que haremos? Leinád y Robert se sentaron también para poder hablar, por otro lado, Henry regañaba a su hijo por haberse peleado de aquella manera, importando cual fuese sido el motivo, entre ellos no podían llevarse así, era una regla que no podían romper. Scott alboroto su cabellera negra mientras tomaba un poco de agua y dejaba el vaso enfrente suyo. —¿Entonces debo dejar que se acerque a ella como si fuese algo suyo? —Solo debes controlar tus celos, sabes muy bien que Isobel solo tiene ojos para ti, ¿Crees que te sería infiel con él?, Scott, no tiene tiempo ni para dormir últimamente— su hijo froto su rostro mientras suspiraba, negó un poco he hizo un ademan. —Me deje llevar por el enojo, no sucederá otra vez— prometió mientras se levantaba para salir de allí por la puerta de la cocina que daba al patio trasero, miró a su chica sentada en el césped sola, seguramente Leisay ya había entrado. Con pasos calmados camino hacia ella, sonó sus huesos un poco mientras tomaba asiento a su lado, el cielo no tenia estrellas ni tampoco estaba la luna, pero la vista de la contraria se mantenía en el cielo oscuro, no sabía que decir así que solo permaneció en el tranquilo silencio que reinaba entre ambos, no era algo incómodo. Isobel lo miro de reojo y carraspeo un poco, Westh ya se había ido a lo mas profundo de su mente, al comer ella se había tranquilizado. —Hunter es imprudente, Scott, y me se dar mi lugar— rompió el silencio que los envolvía— no hay espacio en mi corazón para nadie más, y ya deberías saberlo. —Lo siento, me deje llevar— alboroto su cabello y ella solo asintió, antes de que él llegara Westh y ella habían tenido una pequeña discusión, lo miró por unos segundos. —Si nuestros sentimientos interferirán en nuestro trabajo, será mejor que nos demos un tiempo— Scott la miró casi de inmediato, se negó ante sus palabras. —No Isobel, no puedo aceptar algo así— su respuesta era que no, y se negaría hasta la muerte, no podía siquiera pensar en estar lejos suyo. — Estar sin ti me mataría. —Al menos hasta que todo esto termine, no quiero arriesgarme a que otra pelea suceda— volvió a negar, pero la joven sujeto sus mejillas y lo obligo a mirarla— Es esto, o no volverte a ver y preferiría mil veces tenerte cerca a no volver a verte, me mata igual que a ti, pero es algo que debo hacer. —¿Fue ella cierto?, deja que despierte y hablare con Westh, ella no puede separarnos. —Fue mi elección ¿De acuerdo?, y respétala por favor— se levantó con ojos cristalizados, se negaba a llorar en frente del chico, él imito su acción y soltó una carcajada sin gracia, también estaba reteniendo las lágrimas. —¿Entonces lo dejaremos así y ya? No pudo responder, en su garganta tenía un nudo, este se acerco a ella y tomo su cintura apegándola a su cuerpo, su mano derecha acuno su mejilla he iba a besarla, pero la joven giro su cabeza cerrando sus ojos, fue en ese momento que entendió que no era un juego, por ende, con pesar y enojo la soltó para así alejarse de ella dejándola sola bajo la oscuridad de la noche. ¿Había hecho lo correcto?, no lo sabía, solo seguía ordenes de Westh, pero en su mayoría tenia razón, involucrar sentimientos en momentos como esos solo traerían conflictos entre su pequeña familia, se dejo caer nuevamente en el césped comenzando a llorar. ¿Odiaba la situación?, sí, claro que sí.—Mientras Isobel, Leinád y Leisay van al cementerio los demás aseguraremos el lugar, hay muchas criaturas que son atraídas por ella— Hunter cerró su libro y miró a los presentes, estos asintieron mientras pensaban. — Cuando los restos de Bonnie estén aquí, nos iremos de inmediato a Mérida. —Bien, es hora de iniciar— Isobel tomo sus cosas y sin decir nada más, salió de la casa rumbo hacia el auto de su padre, usaría ese mientras tanto. La tensión se sentía en el aire, sus ojos estaban un poco rojizos debido al llanto de ayer, aunque se esforzó en ocultar todo ellos ya sabían lo que había sucedido, más no se atrevieron a soltar preguntas, no les incumbía sus cosas personales, así que solo siguieron con su trabajo, ya que era lo mejor. Leisay fue en la parte trasera mientras que Leinád era quien iba a conducir, la chica era copiloto claramente, ella se mantenía en silencio. En toda la mañana Scott y ella no cruzaron miradas ni palabras, ninguno tomaría esa iniciativa siempre y cuando f
—¿Nos confundimos de lugar?— Leisay miro la casa con confusión, ya no tenía un aspecto viejo sino, nuevo, todo estaba bien.Isobel se acercó más hasta llegar a la entrada, tocó el timbre y no pasaron ni dos segundos cuando la puerta fue abierta por una mujer, la joven sintió como su corazón latía con fuerza. ¿Qué hacía ella ahí?—¿Mamá?— sus ojos se cristalizaron al sentir el abrazo de aquella mujer, la cual, era su madre, Leisay y Leinád arrugaron su ceño al mirar aquella escena.El peliblanco se acercó un poco más y tomó el hombro de la chica, la alejó de esta aún sin entender, ella debía estar muerta, no tenía porque estar ahí, ella lo miró y mostró una sonrisa cálida para él. —Isobel, tenemos que irnos, esto no está bien.—¿Irse a dónde?, todos los estábamos esperando— la mujer de cabello castaño se hizo aún lado para que pudiesen entrar, Leisay rasco su brazo acercándose también.—De acuerdo— Isobel tomó la mano de Leinád para jalarlo hacia adentro, Leisay entro rápidamente y se
—¡Si me ayudas, no moriré!— Leisay intentaba quitarse a uno de ellos de encima, había perdido fuerza, miró a Leinád y este con rapidez llegó a ella quitándose lo de encima. —¿Estas cosas no mueren o qué?— Leinád sujetó una roca y con firmeza la lanzó hacia la cabeza de uno, pero con rapidez volvió a la normalidad. Isobel se hallaba luchando contra dos a la vez, estaba cansada y un poco herida, aun así no decayó, estos se acercaron a la chica para ayudarla, la pelinegra con su espada corto la cabeza de dos al mismo tiempo, los cuerpos cayeron pero tres más surgieron. No sabía qué tipo de demonios eran, no podía percibirlo, aquello era una magia que no conocía, le estaba molestando eso. —Estoy algo débil, debemos salir de aquí— Isobel miró a los dos acompañantes mientras calmaba su respiración, hizo una mueca ante el dolor en su hombro. —Esten alerta, pueden haber muchos más— Leinád hizo que lo siguieran. Los tres salieron del bosque como pudieron, Isobel aunque estaba un poco
No lograban asesinar a ninguno, y poco a poco aquel lugar sería ferozmente invadido por aquellas horrendas criaturas; su poder y fuerza estaban disminuyendo cada vez más. Leinád gruñó alto arrancando dos cabezas al mismo tiempo, era impresionante, pero de ellos surgieron más demonios.—Tenemos que salir de aquí— su voz era agitada, buscó alguna salida.La ventana estaba cerca, pero estaban en un piso alto. Si saltaban, igual llamarían mucho la atención, pero salir por la puerta era la peor opción posible. Ellos bloqueaban la puerta, Isobel se quejó en cuanto uno golpeó su cabeza con fuerza, haciéndola tambalear. Leisay al percatarse de aquello, lo golpeó para alejarlo de ella. Sujetó su cintura mirando su mal estado, sabía que estaba débil.—Tendremos que saltar ¿Estás de acuerdo?— Asintió con su vista perdida, aquel golpe casi la desmayaba, pero aún le quedaba algo de fuerza.—No hay que, perder el tiempo— hizo una mueca hablando de forma un poco pausada, ni siquiera Westh podía mante
—Leisay, te toca a ti vigilar— la pelirroja se había dormido junto con Isobel, la noche había caído muy rápido y no sabía si preocuparse o no.La chica se removió soltando un pequeño gruñido, no se despertó, suspiró con pesadez, cansado de caminar de un lado a otro, necesitaba reponer fuerzas, pero también necesitaba estar alerta a cualquier cosa, agradecía no ser un humano o no podría ver en la oscuridad. Frotó su rostro mirando las grandes ventanas, la luna se reflejaba de una forma muy linda, su brillo era muy encantador.—Ve a dormir, yo estaré pendiente— Isobel se había levantado con torpeza, miró al contrario y este negó al observarla.— Es mi turno de cuidarlos a ambos, no seas necio.—Igual estaré muy alerta, sigues débil y seguramente ya lo saben— ella se acercó hacia él despacio, todo le dolía, pero no hizo muecas, solo mostró una sonrisa cálida dejando un beso en su mejilla.—Ve, mereces dormir también— él asintió alejándose de ella, no sin antes desordenar su cabellera.Él
—Bien ¿Qué querías hablar?— Hunter miró impaciente a la chica, la contraria miró su alrededor y luego fijó su vista en él. —Necesitamos salir de aquí, no sé cómo pero debe ser rápido— Isobel suspiró con pesadez mientras que este asintió levemente pensando. —Me di cuenta rápido de esto, pero sigo descifrando como romper está magia— pasó su mano derecha por su boca mirando el cielo oscuro.— La persona detrás de todo es muy poderosa, mantener está realidad tanto tiempo desgasta a cualquier ser mágico. —¿Tienes a alguien en mente?— negó despacio, pensó en su tío pero él no poseía magia, ¿Eva tal vez?, no lo sabía. La chica se giró para caminar por los alrededores aprovechando la compañía para vigilar el perímetro, ¿Cómo estaban los demás?, temía por ellos, no quería volver y saber que algo malo les había sucedido a ellos. Isobel miró por sobre su hombro al contrario, aún debía mirar su dentadura, no estaba tan segura de que fuese el verdadero. —Besalo— se detuvo en cuanto escuchó la v
Leisay miró sus brazos al sentir el gran escalofrío recorrer su cuerpo, piel estaba erizada, algo estaba mal, ella pedía ayuda, salió sin decir nada siendo seguida por Leinád y Hunter, la pelirroja se sentía inquieta, podía sentir el miedo de Isobel. —¿Qué sucede, Leisay?— Leinád con preocupación sujetó su hombro mientras la miraba. Ella no respondió, olisqueo el lugar percibiendo más de un olor, sus ojos estaban de un color morado intenso, por lo que corrió hacia la dirección de la chica, estaba en peligro y ella lo sabía. Cuando llegó no había nadie en el sitio, maldijo bajando su vista notando pequeñas gotas de sangre, frunció su ceño agachándose y tocar la misma. —Se la llevaron— luego de varios minutos habló, la sangre no era de ella sino de un humano común, eso la confundió. —¿Quién?— Leinád miro sus dedos manchados de sangre, por el olor sabía que no era la sangre de Isobel. —No lo sé. Hunter miró el piso notando el rastro de magia negra en el camino, supo de inmedi
Isobel se removía sobre una superficie suave a su parecer, abrió lentamente sus ojos y tardó unos segundos en ver su alrededor, todo de ella dolía, pero eso no la detuvo a sentarse, estaba en un calabozo, bajó su vista notando un colchón algo sucio. Tan solo tenía una cadena atada a su cuello, su anillo no estaba y Westh parecía dormir profundamente, o eso quería pensar.¿Dónde se encontraba exactamente? No podía hacerse una idea, existían muchos calabozos en el mundo. Giró un poco su cabeza hacia las rejas, mirando como estas se abrían, e hizo una mueca por el fastidioso sonido que estas emitían al correrse. Su semblante cambió a uno de lleno de confusión al ver a Rebeca entrar junto con Ana, la chica con la cual se había encontrado en el bosque.—Buenos días, dormilona— el tono de la rubia era de burla, y en las caras de ambas se notaba que disfrutaban verla ahí.— ¿Dormiste bien? Esperamos que sí.—Me sorprende que aún sigas con vida— fue lo que dijo mientras miraba a Ana acercarse