San Francisco, en la actualidad.
Elyanna estaba agachada en medio de la calle recogiendo todas las cosas que se habían caído de su bolso, después de que un hombre se hubiera chocado con ella y ni siquiera se hubiese molestado en ayudarla. La chica miraba con inquietud la parada donde estaba el autobús, que debería coger para volver a su casa y lo peor es que era el último que pasaba aquellas horas de la noche.
Cuando todas sus cosas ya estaban guardadas en el bolso, Elyanna corrió lo más rápido que pudo para llegar a la parada, pero cuando estaba casi llegando el autobús se marchó dejándola sola en aquella calle sola.
La chica resopló con cansancio porque debería coger otro autobús que la dejaría a unas cuantas calles de su casa, que infelizmente estaba en un barrio muy peligroso de San Francisco, entonces miró el reloj para ver la hora y se preocupó porque eran casi las once de la noche. En aquel día había muchísimo trabajo en la empresa, todos los empleados estaban como locos para entregar una cierta colección e incluso ella tuvo que hacer horas extras por orden de sus jefes, pero era su trabajo y no tenía más opciones que obedecer. La chica se subió al otro autobús agarrando bien su bolso viendo que habían personas extrañas en el y se sentó bien cerca del conductor.
Elyanna bajo del autobús y caminó con prisa por las calles oscuras de su barrio, mirando de un lado a otro con todas sus alarmas puestas. Ella se paró delante de un largo callejón por donde tenía que pasar para llegar hasta su calle y pensó que era una muy mala idea, pero no le quedaba más opción. Era pasar por aquel callejón y llegar a su casa en cinco minutos o dar la vuelta por todo el barrio y tardar quince minutos más, entonces respiró profundamente, se armó de valor y caminó con rapidez.
El callejón estaba prácticamente a oscuras y algunos de los edificios que tenían salida allí estaban abandonados sirviendo a penas para toxicómanos que los utilizan como refugio para tener donde drogarse sin pasar frío.
Elyanna estaba caminando cuando de repente un escalofrío recogió toda su espalda al escuchar una risa detrás de ella. Entonces se giró con brusquedad encontrándose con la figura de hombre con la cabeza rapada lleno de tatuajes, que caminaba detrás de ella.
La chica corrió para alejarse, pero el hombre parecía despreocupado, como si la tuviera justamente donde la quería.
–¡Vamos muñeca no me lo pongas difícil! – Exclamó el hombre y Elyanna corrió más rápido casi llegando al final del callejón, pero de repente. –¡Jack la muñequita quiere huir! – Gritó y Elyanna giró la cabeza hacia atrás sin entender con quién estaría hablando, pero cuando volvió a girarse chocó con el pecho de otro hombre que era enorme. –¡Mierda Jack, no me apetecía volver a compartir contigo, pero veo que no tendré más opción!
–¡Yo la atrapé, entonces soy yo el que va a tener que compartir contigo esta muñequita! –Se burló el hombre y Elyanna sintió su estómago revolverse al ver la asquerosa sonrisa que tenía aquel hombre.
–¡SUELTÁME! –Gritó Elyanna intentando luchar contra él, pero era grande y muy fuerte, entonces no tenía forma de escapar. –¡¡Suéltame, por favor!!–Suplicó cuando vio al otro acercándose a ellos. –¡¡Por favor, no me hagas daño, te lo suplico, por favor!!
–Pero si no vamos a hacerte daño muñequita, solo vamos a jugar un poco. –Murmuró el rapado pegándose a la espalda de Elyanna, que se vio atrapada entre los dos hombres y se desesperó gritando por ayuda. –Mira que chillona es Jack, es como las que te gustan a ti.
–¡Ya sabes que las calladitas me aburren, está parece ser una fiera y está muy buena! –Se rio pasando la lengua por el rostro de Elyanna, que comenzó a gritar todavía más alto cuando comenzaron a arrastrarla hacia uno de los edificios abandonados, pero cuando el rapado abrió la puerta, su compañero recibió un fuerte golpe en la cabeza cayendo directamente al suelo y liberando a Elyanna, que dejó de gritar cuando vio al hermoso hombre de cabellos claros, que sujetaba un casco de moto que había utilizado para golpear a Jack.
–¡Corre! –Ordenó aquel hombre que parecía un ángel vengador y Elyanna lo miró aturdida sin saber que hacer por el shock. –¡¡¡Anda muchacha corre!!! –Volvió a ordenar cuando el rapado se abalanzó sobre él y la chica no dudó en hacerle caso.
Elyanna salió corriendo desesperada y cuando llegó a la calle principal miró de un lado a otro buscando a alguien para pedir ayuda, pero no había nadie, entonces le invadió la preocupación por el hombre que la había salvado y sin pensarlo regresó al callejón para buscarlo.
Cuando Elyanna regresó, él estaba sentado sobre el rapado golpeándolo con sus puños y a lo lejos pudo ver al tal Jack que había salido corriendo, dejando atrás a su compañero. Elyanna vio que su salvador no dejaba de golpear al hombre que estaba debajo de él con ímpetu, como si quisiera matarlo con sus propias manos. Entonces se acercó a él suplicando para que parará, porque por más que había intentado hacerla daño, Elyanna no quería cargar con la muerte de una persona en su consciencia.
–¡¡Por favor para, lo vas a matar!!– Suplicó Elyanna, pero el hombre estaba tan cegado por la ira que ni siquiera podía escucharla.
Elyanna continuó suplicando, pero él parecía no escucharla como si estuviera en trance, entonces la chica se abalanzó sobre él para hacerlo parar y los dos cayeron al suelo. Con un movimiento rápido él se puso sobre ella levantando el puño para golpearla, pensando que se trataba de otro drogadicto que intentaba atacarlo, pero se quedó con el puño en el aire mirando a la bella mujer de largos cabellos oscuros, que estaba debajo de él. Por un minuto él sintió que estaba tenía delante un ángel, porque jamás había visto una mirada tan inocente como aquella.
Elyanna tenía la respiración acelerada debajo de él, viendo aquel puño tan cerca de ella, que parecía listo para golpearla, entonces levantó la mano despacio para agarrar el puño de aquel hombre que parecía estar perdido en sus pensamientos mientras que la miraba y cuando él sintió su toque, el mundo se detuvo a su alrededor, como si solo existieran ellos dos. Hasta que ruido provocado por el rapado levantándose para huir llamó la atención de los dos.
Él se levantó abruptamente, echando a Elyanna a un lado, viendo que el rapado salía corriendo del callejón yendo en la misma dirección que en la que se había ido su compañero y después se giró con brusquedad para ver a la mujer que había acabado de salvar.
–¡¡¿Es que eres tonta?!!– Exclamó viendo como la chica pasaba las manos por sus pantalones intentando limpiarse. – ¿Te salvo para que vengas a ayudar al hombre que te atacó? – Preguntó exasperado y Elyanna frunció el ceño mirándolo.
–¡Te estaba ayudando a ti, lo ibas a matar! –Contestó Elyanna molesta por ver la actitud tan estúpida de su salvador y lo escuchó gruñir.
–¿Y qué más da si lo mataba o no? –Preguntó agarrando su casco que estaba tirado en el suelo y después se acercó a ella. –¿Tienes idea de lo que pensaban hacerte?
–Pues claro que lo sé, pero no quería que hicieras nada de lo que te pudieras arrepentir por salvar a una extraña. –Habló Elyanna con seriedad y él se fijó en sus ojos, pero se pegó una bofetada mental para no volver a perderse en ellos. –Por cierto, gracias por salvarme.
–No hubiera tenido que hacerlo si fueras más inteligente y no estuvieras caminando por callejones oscuros a las tantas de la noche. –Se quejó y Elyanna se llevó las manos a la cintura molesta porque no entendía su actitud tan arrogante.
–Lo siento por ser una molestia, pero tenía que pasar por aquí, porque mi casa está a cinco minutos y mis únicas opciones eran enfrentar estos minutos aquí o arriesgarme otros quince más en este barrio.
–Pues para la próxima ya sabes, no vuelvas estar de paseo tan tarde. –Escupió con fastidio, pero se sintió mal cuando la vio darle la espalda molesta y ni siquiera entendió porque se había sentido así. –¿Dónde está exactamente tu casa? –Preguntó girando los ojos y Elyanna se volteó para verlo.
–No está muy lejos de aquí y una vez más, gracias. –Murmuró Elyanna girándose otra vez para marcharse.
–Te acompaño hasta tu casa. –Habló y Elyanna lo miró con curiosidad, pero negó con la cabeza.
–No es necesario, creo que ya te has tomado demasiadas molestias por mi culpa esta noche. – Espetó Elyanna alejándose, pero él la siguió de todas formas. –¿Qué estás haciendo? – Preguntó intrigada al ver que él caminaba detrás de ella.
–No me vale de nada salvarte para luego permitir que te vayas sola a tu casa, sabiendo que en estos pocos metros te puedes volver a encontrar con otros cabrones como esos. –Gruñó indicándole con la mano que continuará caminando y Elyanna decidió no protestar,
La chica hasta pensó que era gruñón, pero de esos que parecía tener un buen corazón, como su Brandon. Elyanna recordó a su gran amor mientras que agarraba el dije que tenía en su cuello con sus iniciales. Elyanna y aquel extraño que la había salvado caminaron en silencio hasta llegar a la entrada de su edificio.
–Me imagino que vivirás aquí. –Suspiró él mirando el edificio y Elyanna asintió. – Bueno, pues ya he cumplido con buena acción del día, que pases una buena noche y no vuelvas a meterte por ese callejón. –Se despidió alejándose y Elyanna lo miró con curiosidad.
–¿Puedo saber cómo te llamas? –Preguntó intrigada y él se giró para mirarla.
Elyanna vio en su mirada que él parecía estar indeciso si debía o no contestar a su pregunta, entonces lo vio pasar la mano por sus cabellos peinándolos hacia atrás y después levantó la cabeza para mirarla detenidamente sin decir nada.
–¿Qué pasa, no puedo saber el nombre del hombre que acaba de salvarme? – Volvió a preguntar y él se llevó las manos a los bolsillos de su chaqueta porque hacía frío aquella noche y sonrió.
–Puede que no sea un hombre, a lo mejor soy solamente un ángel, enviado a la tierra con el único objetivo de salvarte. –Murmuró dándose la vuelta y Elyanna dio dos pasos hacia adelante viendo como se alejaba de ella.
–¡¿Entonces debo creer que eres mi ángel de la guarda?! –Vociferó Elyanna y él solo levantó la mano despidiéndose de ella, sin volver a mirar hacia atrás, dejando a la chica con una sensación extraña en su interior, una que ella pensaba que solamente un hombre era capaz de despertar en ella.
Nueva YorkBrandon tiró su maletín sobre el carísimo sillón de cuero que había en su oficina mientras que su secretaria entraba de tras de él nerviosa, sujetando una taza de café. Él se quitó el abrigo entregándolo a ella para que lo guardará y agarró la taza antes de sentarse en la silla detrás de su escritorio.–¡A veces pienso que eres estúpida! –Escupió Brandon y la chica bajó la cabeza apenada. – ¿Cuántas veces te he dicho que debes avisarme con antelación cada vez que haya un cambio en mi agenda?–Lo siento señor Müller, pero el señor Butt ha avisado hace menos de dos horas que no podrá comparecer a la reunión con una de las empresas para hablar sobre el lanzamiento de la nueva colección que tienen. – Murmuró la mujer asustada, deseando no recibir otra amenaza de despido.–¡Maldito Christian! –Vociferó Brandon golpeando su mesa. – ¿Y no hay nadie que pueda ir en su lugar a parte de mí?–No señor, los señores Butt no pueden comparecer a la reunión porque... bueno, ya sabe usted e
–¡Son preciosos Cassie, eres una verdadera artista! –Habló Elyanna maravillada mirando todos los diseños de joyas que habían sobre la mesa de su amiga.–¿Artista yo? – Preguntó Cassie con incredulidad abriendo mucho los ojos mirándola. –Tú sí que eres una verdadera artista cuando se trata de crear joyas. – Afirmó agarrando la muñeca de Elyanna para ver las pulseras que llevaba puestas. – Es increíble lo que haces Ely, ninguno de mis dibujos es capaz de superar una de esas pulseras, eso sin contar el collar que llevas puesto. – Murmuró y agarró entre sus dedos el dije que llevaba Elyanna en su cuello. – ¿Son las iniciales de tu adorado Brandon, ¿verdad? –Preguntó mirando las letras que habían grabadas en el dije.–¡Así es, mi primero y único amor! –Contestó Elyanna con una tierna sonrisa en su rostro mirando aquellas iniciales que significaban tanto para ella.–¿Todavía tienes alguna esperanza de volver a estar con él? – Preguntó Cassie con curiosidad mientras que organizaba los dibujo
Brandon no supo que hacer, había pensado tantas veces en aquel momento y en cada uno de sus sueños, pero cuando finalmente la tenía delante no sabía que decirle, olvidó hasta su propio nombre. Entonces el gerente llamó la atención de Brandon sacándolo de su aturdimiento y despertando a Elyanna del estado de shock en el que se encontraba.–¿Señor Müller a usted que le parece? ¿Señor Müller? –Preguntó el gerente extrañado al ver que su jefe parecía aturdido mirando a la asistenta personal de la subgerente.–¿Qué...qué...qué dijiste? – Preguntó Brandon haciendo un esfuerzo para gesticular la pregunta girándose para ver al gerente y Elyanna se apartó de él al darse cuenta de que los demás comenzaban a mirarlos extrañados, entonces se giró para ver al gerente intentando recomponerse.Elyanna se dio la vuelta llevándose una mano a la boca para ahogar un sollozo por la impresión tan grande que había tenido de volver a encontrar a Brandon y salió de la sala de reuniones. En el pasillo Elyanna
Brandon tenía ganas de colgar la llamada y entrar al bar para ver a Elyanna que había desaparecido de su campo de visión, pero conocía muy bien a su padre y sabía que ignorarlo no sería una buena idea.–¿Qué pasa con Daisy ahora, papá? – Preguntó Brandon disgustado porque nada le molestaba más que los desplantes de su esposa.–Ha pasado toda la maldita tarde llenándome la cabeza con vuestros problemas matrimoniales. – Escupió Cyrus. – Ella dice que quiere tener un bebé, pero que tú te niegas.–Y seguiré así viejo, Daysi puede borrar de su cabeza la idea de tener un hijo mío, porque eso no va a pasar. – Contestó Brandon enojado apretando los dientes, recordando lo insistente que estaba su mujer con la idea de tener un hijo.–Pues sabes perfectamente que debes tenerla contenta. – Habló Cyrus con un tono más relajado.–¡Ni muerto papá, no pienso tener un hijo con Daysi Butt! –Exclamó Brandon con rabia. – Tener un hijo con ella no está incluido en nuestro plan viejo.–Lo sé, lo sé, pero e
–¿Seguro que no te importa cerrar el bar esta noche? – Preguntó Dex el compañero de Elyanna mirándola con carita de perro abandonado.–¡¡No Dex, vete con tu chica que estará como loca esperándote!!– Contestó Elyanna con una sonrisa, para enfatizar que no había problema y él volvió a dejar otro beso en su mejilla.–¡Serás la madrina de la boda nena, eso que te quede muy claro! –Exclamó Dex saltando la barra para marcharse y cuando pasó por Brandon se dio cuenta de que parecía querer matarlo con la mirada, pero estaba tan entusiasmado con la sorpresa que había preparado para su novia que no le dio mucha importancia y salió del bar.Cuando la mirada de Brandon volvió a cruzarse con la de Elyanna los dos sonrieron con timidez, entonces él se sentó en uno de los taburetes altos que estaban pegados a barra y la chica se acercó para atenderlo.–¿Qué vas a querer tomar? Te aviso que es por cuenta de la casa. – Preguntó Elyanna mirando las botellas que había detrás de ella y después se mordió
Brandon estaba sentado en la silla de su despacho enojado, porque quería estar con Elyanna después que terminase su trabajo, pero la chica le había dicho que tenía un compromiso con la diseñadora y Brandon odiaba no ser una prioridad para Elyanna en aquel momento, pero su humor se puso peor cuando su teléfono móvil comenzó a sonar y se vio obligado a contestar.–¿Qué es lo que quieres ahora Daisy, ya te dije que estoy trabajando? – Preguntó Brandon molesto contestando a la llamada de su esposa.–¿De verdad que estarás fuera una semana entera? – Preguntó Daisy con tristeza y Brandon giró los ojos porque sabía que iba a empezar con sus berrinches.–Sí cariño, hay mucho que hacer en San Francisco y no pienso marcharme hasta que todo esté arreglado en esta empresa. –Murmuró Brandon recostándose en su silla pensando en Elyanna, porque ella era el verdadero motivo por el cual seguía en San Francisco.–Bueno cariño, entonces yo podría ir y estar contigo…–¡¡No, de ninguna manera Daisy, no qu
Horas más tarde Elyanna estaba recogiendo sus cosas para marcharse, había quedado con Cassie para tomar algo y quería darse prisa para ir buscarla. Cuando la secretaria del gerente se acercó al pequeño escritorio que tenía Elyanna, al lado de la puerta de la oficina de Rebeca.–Elyanna, necesito que me ayudes con algunas fotocopias para los documentos que necesita el departamento de Marketing. – Pidió la chica y Elyanna miró su bolso que estaba encima del escritorio sin saber que hacer, porque su turno ya había terminado.–Es que estaba a punto de salir Sheila, ya he terminado mi turno. – Contestó Elyanna con expectación porque llevaba días haciendo horas extras, que encima no eran bien remuneradas.–Bueno, no te preocupes, te puedes marchar si quieres, mañana le comentaré a la subgerente sobre tu poco rendimiento en esta empresa. – Escupió la secretaria y Elyanna frunció el ceño indignada, porque se dejaba la piel en aquel trabajo, pero no podía discutir con alguien que llevaba años
Las dos disfrutaban de la música desde una mesa que estaba a unos metros del escenario mientras que probaban varios tipos de cervezas alemanas que ofrecía el bar, hablando sobre los chismes de la empresa y criticando todos los novios que tenía Cassie en aquel momento. Cuando de repente se paró la música y el cantante comenzó a hablar para llamar la atención de todos y las chicas se giraron para ver qué estaba pasando. –Buenas Noches a todos los que están aquí presente disfrutando de esta maravillosa noche. – Habló el vocalista del grupo que tocaba aquella noche en el bar mientras que todos le prestaban atención, incluyendo Cassie y Elyanna que no apartaban la vista del escenario mirando lo que sucedía con curiosidad. – Quería hacer una invitación especial a un viejo amigo mío que está entre el público, para que suba aquí arriba y cante una canción para nosotros, para regalarnos un poco de ese talento tan bonito que tiene. – ¡¡Chase hermano, sube aquí vamos!! – Pidió el cantante seña