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2/EN EL CLUB CON MI AMIGA

Gire mi cuerpo fijandome en el hombre que acababa de saludarme dandome cuenta que era Giovani, el hombre que estaba con mi padre en su despacho cuando llegue

— Buenas noches Giovani ¿viene solo? — le pregunté

— Si y tu, una chica tan bonita como tu, no deberia venir a estos sitios sola — me dijo

— Gracias, pero he quedado con una amiga aqui, no soy una monja y antes de que mi padre me mandara a Inglaterra a estudiar, yo trabajaba aqui de camarera — le dije

— ¡¡ Alexandra !! amiga, que bien te veo, que ganas de contarte, vamos a sentarnos es mi hora de descanso — me dijo muy alegre mi amiga Bianca

— Bianca espera, quiero presentarte a un amigo de mi padre, él es Giovani — le dije, cogiendo el brazo de mi amiga con mi mano para pararla

— Lo he visto muchas veces por aquí, con sus amigas, no te fíes de él Alexandra, yo no lo haría –me susurro– y ahora vamos que quiero contarte y que me cuentes — me dijo

Cuando nos íbamos a marchar para sentarnos mi amiga y yo en sendos asientos que habían libres, mire a Giovani para despedirme de él, fijandome en la sonrisa de medio lado que tenían sus deseables labios

— Bueno, adiós ya nos volveremos a ver, espero — le dije

— Espero que sea pronto, estoy deseando conocerte mejor — me dijo cogiendo mi mano besando el dorso

Cuando ya estábamos sentadas, se acercó a nosotras un camero que conocía y que empezamos una relacion antes de marcharme a estudiar pero que terminamos muy mal

— Hola Alexandra, ¿ya ha vuelto la princesa de papa? — me pregunto

— Hola Carlo, por lo que veo, no te han ascendido de idiota a Gilipollas como esperaba — le dije

— No te hagas la lista conmigo preciosa, que aún tienes una cuenta pendiente conmigo — me dijo cogiéndome el brazo mientras me hacía, acercó su boca a la mía, lamiendo mis labios cuando terminó de hablar

— ¿Qué pasa aquí con las señoritas? — escuche la voz de Giovani, que estaba al lado de Carlo

— Nada, no pasa nada, ya nos veremos Alexandra — me dijo Carlo marchandose de donde estábamos

— Veo que las señoritas no tienen bebidas, ¿les importa si os invito a una copa? — nos preguntó Giovani

— Te lo agradeceria — respondí 

— Señorita  Alexandra ¿que le ha pasado con ese desgraciado? — me pregunto Pietro que también se acercó a donde estabamos nosotras

— Nada Pietro, todo está bien — respondí

Cuando Giovani, se acercó otra vez portando en sus manos tres copas donde estábamos mi amiga Bianca y yo, dejando encima de la mesa dos combinados y un vaso que contenía whisky, sentandose con nosotras pero a mi lado en el sillón que estaba libre. Aunque Giovani estaba a mi lado, mi amiga y yo estuvimos hablando, contándonos lo que nos había sucedido durante el tiempo que no nos vimos por mi ausencia en Sicilia, cuando de pronto Giovani, cogio mi mano levantándose del sillón donde estaba, mirándonos los dos fijamente a los ojos

— Vamos a bailar, luego podréis seguir hablando de vuestras cosas — nos dijo, mirándonos mi amiga Bianca y yo con cierta extrañeza, por el descaro de Giovani

— Creo que no me conoces muy bien Giovani, a mi nadie me dice que tengo que hacer y ahora mismo estoy con mi amiga a parte de que no me apetece bailar — le dije muy seria

— La que no me conoces, eres tu a mi, cuando quiero algo lo cojo sin pedirle permiso a nadie, así que mueve tu precioso culito de tu asiento y vamos a bailar — me dijo haciéndome reír

— Giovani por favor, déjanos en paz, hace mucho tiempo que no nos vemos y queremos estar solas — le respondió mi amiga

— Bianca tu bien sabes que no cederé, ya que nos conocemos muy bien — respondió Giovani

— Por favor, déjanos en paz, gracias por defenderme de ese idiota, pero no me vengas dando ordenes — le dije, apartando mi mano de su agarre

Cuando Giovani se marchó teniendo el semblante de su cara muy serio, mi amiga me miró susurrandome en mi oído

— Ten cuidado Alexandra con él, es manipulador con las personas y es verdad lo que ha dicho, cuando quiere algo lo coge sin pedirle permiso a nadie — me dijo Bianca

— Para mi, los hombres que son así, es porque se lo tiene demasiado creído — le respondí

Después de tomarnos mi amiga y yo las bebidas que Giovani nos trajo, nos levantamos las dos de los sillones, despidiéndonos con un abrazo, marchandose mi amiga a seguir trabajando, ya que trabajaba en el Club de camarera. Mientras yo me acercaba a la puerta del local, estuve mirando a toda la gente, buscando a Pietro para que me llevara a mi casa, tropezandome con Carlo, cogiendome este de mi cintura con su brazo para que no me cayera al suelo.

— Siempre seras mia, he esperado a que volvieras de Inglaterra, pero nos volveremos a ver y no podrás escapar otra vez de mi Alexandra, ya que he tenido mucha paciencia contigo — me dijo Carlo

— Ni en tus peores pesadillas, suéltame ahora mismo si no quieres quedarte eunuco — le grite

Me marché del local muy enfadada, viendo a Pietro en la calle fumándose un cigarro, tirándolo al suelo cuando me vio acercarme a él

— ¿Qué le pasa señorita Alexandra? tiene mala cara ¿se encuentra bien? — me preguntó

— Si Pietro tranquilo, por favor llévame a mi casa — respondí

A la mañana siguiente, cuando me desperté, sonreí al verme otra vez en mi dormitorio ya que se acabaron los estudios y ahora con mi título Universitario de Empresariales, podía ir a la empresa de mi padre y ser una más dentro, pero primero necesitaba un tiempo de descanso antes de vestirme como una empresaria más en el mundo laboral.

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