Gire mi cuerpo fijandome en el hombre que acababa de saludarme dandome cuenta que era Giovani, el hombre que estaba con mi padre en su despacho cuando llegue
— Buenas noches Giovani ¿viene solo? — le pregunté
— Si y tu, una chica tan bonita como tu, no deberia venir a estos sitios sola — me dijo
— Gracias, pero he quedado con una amiga aqui, no soy una monja y antes de que mi padre me mandara a Inglaterra a estudiar, yo trabajaba aqui de camarera — le dije
— ¡¡ Alexandra !! amiga, que bien te veo, que ganas de contarte, vamos a sentarnos es mi hora de descanso — me dijo muy alegre mi amiga Bianca
— Bianca espera, quiero presentarte a un amigo de mi padre, él es Giovani — le dije, cogiendo el brazo de mi amiga con mi mano para pararla
— Lo he visto muchas veces por aquí, con sus amigas, no te fíes de él Alexandra, yo no lo haría –me susurro– y ahora vamos que quiero contarte y que me cuentes — me dijo
Cuando nos íbamos a marchar para sentarnos mi amiga y yo en sendos asientos que habían libres, mire a Giovani para despedirme de él, fijandome en la sonrisa de medio lado que tenían sus deseables labios
— Bueno, adiós ya nos volveremos a ver, espero — le dije
— Espero que sea pronto, estoy deseando conocerte mejor — me dijo cogiendo mi mano besando el dorso
Cuando ya estábamos sentadas, se acercó a nosotras un camero que conocía y que empezamos una relacion antes de marcharme a estudiar pero que terminamos muy mal
— Hola Alexandra, ¿ya ha vuelto la princesa de papa? — me pregunto
— Hola Carlo, por lo que veo, no te han ascendido de idiota a Gilipollas como esperaba — le dije
— No te hagas la lista conmigo preciosa, que aún tienes una cuenta pendiente conmigo — me dijo cogiéndome el brazo mientras me hacía, acercó su boca a la mía, lamiendo mis labios cuando terminó de hablar
— ¿Qué pasa aquí con las señoritas? — escuche la voz de Giovani, que estaba al lado de Carlo
— Nada, no pasa nada, ya nos veremos Alexandra — me dijo Carlo marchandose de donde estábamos
— Veo que las señoritas no tienen bebidas, ¿les importa si os invito a una copa? — nos preguntó Giovani
— Te lo agradeceria — respondí
— Señorita Alexandra ¿que le ha pasado con ese desgraciado? — me pregunto Pietro que también se acercó a donde estabamos nosotras
— Nada Pietro, todo está bien — respondí
Cuando Giovani, se acercó otra vez portando en sus manos tres copas donde estábamos mi amiga Bianca y yo, dejando encima de la mesa dos combinados y un vaso que contenía whisky, sentandose con nosotras pero a mi lado en el sillón que estaba libre. Aunque Giovani estaba a mi lado, mi amiga y yo estuvimos hablando, contándonos lo que nos había sucedido durante el tiempo que no nos vimos por mi ausencia en Sicilia, cuando de pronto Giovani, cogio mi mano levantándose del sillón donde estaba, mirándonos los dos fijamente a los ojos
— Vamos a bailar, luego podréis seguir hablando de vuestras cosas — nos dijo, mirándonos mi amiga Bianca y yo con cierta extrañeza, por el descaro de Giovani
— Creo que no me conoces muy bien Giovani, a mi nadie me dice que tengo que hacer y ahora mismo estoy con mi amiga a parte de que no me apetece bailar — le dije muy seria
— La que no me conoces, eres tu a mi, cuando quiero algo lo cojo sin pedirle permiso a nadie, así que mueve tu precioso culito de tu asiento y vamos a bailar — me dijo haciéndome reír
— Giovani por favor, déjanos en paz, hace mucho tiempo que no nos vemos y queremos estar solas — le respondió mi amiga
— Bianca tu bien sabes que no cederé, ya que nos conocemos muy bien — respondió Giovani
— Por favor, déjanos en paz, gracias por defenderme de ese idiota, pero no me vengas dando ordenes — le dije, apartando mi mano de su agarre
Cuando Giovani se marchó teniendo el semblante de su cara muy serio, mi amiga me miró susurrandome en mi oído
— Ten cuidado Alexandra con él, es manipulador con las personas y es verdad lo que ha dicho, cuando quiere algo lo coge sin pedirle permiso a nadie — me dijo Bianca
— Para mi, los hombres que son así, es porque se lo tiene demasiado creído — le respondí
Después de tomarnos mi amiga y yo las bebidas que Giovani nos trajo, nos levantamos las dos de los sillones, despidiéndonos con un abrazo, marchandose mi amiga a seguir trabajando, ya que trabajaba en el Club de camarera. Mientras yo me acercaba a la puerta del local, estuve mirando a toda la gente, buscando a Pietro para que me llevara a mi casa, tropezandome con Carlo, cogiendome este de mi cintura con su brazo para que no me cayera al suelo.
— Siempre seras mia, he esperado a que volvieras de Inglaterra, pero nos volveremos a ver y no podrás escapar otra vez de mi Alexandra, ya que he tenido mucha paciencia contigo — me dijo Carlo
— Ni en tus peores pesadillas, suéltame ahora mismo si no quieres quedarte eunuco — le grite
Me marché del local muy enfadada, viendo a Pietro en la calle fumándose un cigarro, tirándolo al suelo cuando me vio acercarme a él
— ¿Qué le pasa señorita Alexandra? tiene mala cara ¿se encuentra bien? — me preguntó
— Si Pietro tranquilo, por favor llévame a mi casa — respondí
A la mañana siguiente, cuando me desperté, sonreí al verme otra vez en mi dormitorio ya que se acabaron los estudios y ahora con mi título Universitario de Empresariales, podía ir a la empresa de mi padre y ser una más dentro, pero primero necesitaba un tiempo de descanso antes de vestirme como una empresaria más en el mundo laboral.
Así que me levante de la cama, me puse una bata por encima, me marché de mi dormitorio acercándome hasta la cocina, donde me di cuenta de que estaba ya Eleonora, la cocinera, haciendo el desayuno — Buongiorno Eleonora — le dije salutandola— Buongiorno, signorina Alexandra — me responde— Voy a ponerme una taza de café y me iré al lado de la piscina para desayunar — le dije— In questo momento ti sto portando i panini che ho fatto apposta per te — me dijo Eleonora— ¿Bollos? Gracias Eleonora, eres la mejor cocinera que conozco — le dije abrazándola desde atrás, dándole un beso en su mejilla mientras la veía sonreír.Cogi mi taza de café marchandome de la cocina hacia donde estaba la piscina, sentandome en una de las hamacas, mientras me bebía el café, tomaba el sol que tanta falta me hacia, ya que el tiempo que estuve en Inglaterra, no cesó de llover, viendo la claridad de los rayos del sol muy poquitas veces.— Si no te pones crema solar te quemaras, buongiorno Alexandra — escuche
Trabajar en la empresa de mi padre, poder irme de copas y de viaje con mi mejor y única amiga y miles de cosas más que tenía pensado hacer cuando regresara de Inglaterra, pero antes que casarme con ese italiano, tenía que hacer algo para poder ayudar a mi padre y eso era volver a mi antiguo trabajo en el club. Por la noche y después de ducharme, me puse un vestido color plata, con la espalda al descubierto, y corto de talla, unos zapatos de tacón de aguja, me pinte con colores que no eran muy llamativos, cogi mi bolso marchandome de mi dormitorio hacia la entrada de la casa— Alexandra hija ¿dónde vas así vestida? — me preguntó mi padre— Me voy al club, a ver a mi amiga Bianca — respondí— Hija por favor, no vayas a hacer ninguna tontería — me dijo — Que no papá, todo está bien tranquilo, dame las llaves del coche, me apetece conducir a mi — dije— No, te acompañara Pietro, asi me quedare yo más tranquilo — me dijoAunque no me gusto, ya que quería ir yo sola al club, me calle subie
. Cuando llegamos a la entrada de mi casa, me bajé del vehículo de Giovani para entrar en el camino por la puerta pequeña, pero él también bajó de su coche, cogiendo mi brazo fuertemente con su mano.— Mañana te recogeré por la mañana, comeremos con mi madre, ella quiere conocerte antes de que nos casemos — me dijo— ¿Y quién te ha dicho a ti que quiero casarme contigo? — pregunté— Tu padre me llamó esta noche y me ofreció tu mano, no querrás defraudarlo ¿verdad? — me dijoAl día siguiente me levanté antes de que mi padre se marchara de mi casa a su empresa ya que necesitaba hablar con él de lo que me dijo Giovani la noche anterior. Me levanté de la cama, me puse una bata acercándome a su despacho, viendo su puerta abierta, entré en el despacho sin pedir permiso ninguno y muy enfadada.— Como ya te dije me casare con Giovani, pero tenias que habermelo dicho a mi y no llamarlo anoche a él, todo se podria haber solucionado ¿no te parece? — pregunté— Alexandra cariño, comprendelo es la
— Eso es habladurías de viejas, necesitaba verte y besarte, ya que dentro de pocos minutos serás completamente mía, mía sólo Alexandra — me dijo Giovani— Hijo, no deberías estar con la novia, marchate ahora mismo, Alexandra cariño, la limusina ya está esperándonos y tú Giovani Conte, te están esperando tus amigos en el coche, lárgate ya de este dormitorio — le dijo mi padre haciéndome reírCuando mi futuro marido se marchó de nuestro dormitorio, entró en mi dormitorio Adela, la madre de Giovani, se cogió de mi brazo para andar más segura, marchandonos nosotras también del dormitorio, ayudandome una prima de mi futuro marido con mi traje de novia, Llegamos a la entrada de la casa, abriéndonos el chofer la puerta del vehículo, ayudandome a mi despues con el vestido mi padre, ya que el velo solo tenía una cola de tres metros y el vestido era de cola de sirena, pero sobresaliendo de la cintura una capa de dos metros. Cuando el chofer aparco en la misma puerta de la iglesia, un hermano de
De pronto y sin saber de dónde venían, Bartolo y yo escuchamos varios gritos y disparos, viendo como corrian los invitados de un lado hacia otro, el primo de Giovani cogió mi mano, marchandonos al exterior del restaurante corriendo y, aunque quise volver dentro del restaurante, porque no sabia que habia pasado con mi marido, con mi suegra y con mi padre,, el primo de mi marido me lo impidió, tirándome al suelo cogiendo con fuerza mi brazo, escuchando pocos segundos después una gran explosión que provenía de dentro del restaurante, llegando hasta nosotros, trozos de los cuerpos destrozados por la explosión. Antes de que la gente dejara de correr, me solté del agarre del primo de mi marido, corrí hasta lo que antes era el restaurante buscando a mi padre, viendo a Giovani sentado en el suelo llorando con el cuerpo sin vida de su madre en sus brazos. Mientras que mi padre se quedó mirándonos poniendo sus manos en su cabeza Me acerqué hasta Giovani, sentándome al lado suyo en el suelo, po
El rostro de los dos hombres eran de rabia y de frustración, me quedé mirando a Giovani, en parte de pena y otra parte, porque no sabia que decirle ya que no lo conocía muy bien al ser todo tan precipitado, pero despues de tomarme mi café, me levanté de la silla para marcharme de allí, necesitaba ver cómo estaba mi padre— ¿A dónde vas? — me preguntó mi marido— Voy a ver a mi padre, ayer fue todo muy rápido y no sé cómo está — respondí— Espera que te acompaño — me dijo Giovani— Prefiero ir sola, si no te importa — le dijeMe marche de la cocina hacia el dormitorio, cogi algo de ropa que tenia en la casa de mi marido, cuando me estaba poniendo el vestido, entró en el dormitorio Giovani, se tumbó en la cama como iba vestido, con el pantalón y la camisa que llevo a nuestra boda, cruce por un momento mi mirada con él mientras terminaba de ponerme el vestido— Ven aquí a mi lado — me dijo dando unas palmadas al colchón indicando dónde quería que me tumbara— Tienes la ropa manchada toda
Ese dia me quede en la casa de mi padre a comer, ya que no iba a trabajar en su empresa después de lo que pasó el día de mi boda con Giovani, después de comer, cogi de dentro de mi bolso mi móvil para llamar a mi amiga Bianca, contestandome ella al tercer timbre.— ¿Dime Alexandra? ¿como estais todos? — me preguntó— Aquí bien, pero a ti no te vi después de la explosión ¿donde estabas? — pregunte— Justo me marché del restaurante minutos antes de que explotara la bomba, me iba a despedir de ti, pero estabas bailando con aquel hombre tan guapo y no quise molestar — me dijo— Ese era el primo de Giovani, cuando quieras te lo presentó — le dije riéndonos las dos— No gracias, soltera y sin compromiso, estoy muy bien, los mafiosos son muy suyos y yo soy chica que obedezca ordenes de nadie, bueno de mi jefe y a veces — me dijo— bianca nos vemos esta noche en el Club — le dije— No creo que a tu recién marido le haga gracia que no le guardes luto a su madre Alexandra — me dijo— Tampoco vo
El chofer aparco la limusina cerca de la puerta del club, abriéndose la puerta para que yo bajara, me acerque hasta la puerta, salude al portero entrando seguidamente en el local acercándome hasta la barra— Hola preciosa y enhorabuena Alexandra, ya nos enteramos todo que te casates con el mafioso — me dijo Pedro el barman riéndonos los dos— Gracias, pero no por eso voy a dejar de venir ¿oye sabes dónde está mi amiga Bianca? — pregunté— Creo que está en el almacén, — me dijo — Voy a verla, guardame la copa, por favor, ahora vuelvo — respondíConforme me iba acercando al almacén, escuche los gritos de mi amiga, discutiendo con alguien, abri la puerta del almacén, entrando enseguida, viendo a Carlo que tenía a mi amiga, empotrada contra una de las paredes del almacén, me fui hacia ellos, empujando a Carlos fuerte para que dejara a mi amiga— Tu ya te puedes largar, tengo a quien yo queria, Hola Alex, ¿has venido a sustituir a tu amiga o es que estas celosa de ella? — me preguntó— Ni