Cuando baje del avión que dubi en Inglaterra para volver a mi casa en Sicilia, después de estar todo un año estudiando en la Universidad de Cambridge, me fui directamente a recoger mi equipaje, marchandome despues al exterior de aeropuerto, donde me di cuenta de que a unos pocos metros estaba la limusina en la que mi padre me envió para recogerme, me acerque viendo a Mariano el chofer sonriendome
— Bienvenida a casa señorita Alexandra — me dijo
— Gracias Mariano ¿Y mi padre? — le pregunté al chofer, mientras estaba guardando mi equipaje en el portamaletas de la limusina
— Está en casa, deseando volver a verla — me respondió
Después de guardar mi equipaje en el maletero, me senté en el vehículo igual que el chofer, marchandonos del aeropuerto con dirección a mi casa. Al llegar a la entrada del camino que conduce a mi casa, el chofer abrió con el mando a distancia el portón que guardaba la casa, entrando en el camino, me fije que había más sicarios protegiendo mi casa que cuando me marché a estudiar a Inglaterra. Cuando el chofer paró el vehículo delante de la puerta de mi casa, no espere a que Mariano me abriera la puerta, ya que la abri yo porque deseaba entrar en mi casa y ver a mi padre.
—Benvenuti a casa vostra miss Alexandra — me dijo Carlota, nuestra sirvienta y mi niñera desde que murió mi madre
— Gracias Carlota ¿y mi padre? — le pregunté
— Suo padre è nel suo ufficio Cariño — me dijo
— Entonces me voy a su despacho, tengo ganas de abrazarlo — respondí
Me fui corriendo hacia el lugar donde estaba el despacho, toque a su puerta con mis nudillos escuchando la voz gruesa de mi padre gritar
— Avanti – dijo
Abri la puerta y cuando entre le vi la sonrisa tan bonita de mi padre cuando me vio, levantándose de su sillón acercándose a donde yo me encontraba con los brazos abiertos
— Alexandra, mi preciosa hija, ya está en casa ¿como estas cariño? — me preguntó
— Ahora que estoy de vuelta en mi casa, bien papá, qué ganas tenía de volver — respondí
— Cariño, déjame que te presente a un buen amigo, — me dijo mi padre girando mi cuerpo fijandome en el hombre que estaba detrás de mí sin hablar
— Alexandra, te presento a Giovani Conte, un buen amigo y un buen socio mío que espero que sea algún día — me dijo mi padre sonriendo
— Es un placer conocerla por fin señorita, su padre me ha hablado muchas veces de usted — me dijo aquel hombre
Me quede mirándolo fijandome en lo alto que era, en sus grandes y preciosos ojos verdes, sus labios bien perfilados y carnosos y en su porte, ya que se le notaba que era bastante musculoso aunque iba muy bien vestido con un traje muy caro
— Igualmente señor, encantada de conocerlo — le dije, sintiendo como un escalofrío que recorría todo mi cuerpo, mojando mi tanga, solamente con el roce de su suave mano.
— Como ya estás en casa, mañana celebraremos una fiesta en tu honor hija, contigo aquí la alegría será una dicha para todos — me dijo mi padre.
— Yo me marcho ya, quiero ver a mi amiga Bianca, ya que tengo muchas cosas que contarle — dije acercándome a mi padre dandole un beso en una de sus mejillas
— Adiós señor Conte, espero que nos volvamos a ver — le dije antes de marcharme del despacho de mi padre
Me marché del despacho, pero cuando cerré la puerta detrás de mí, apoyé mi espalda en ella, estaba completamente acalorada, ya que el hombre que estaba con mi padre me causó un sinfín de sensaciones inexplicables en mi cuerpo. Me marche a mi dormitorio, cogi mi bolso para sacar mi móvil de su interior y empecé a marcar el numero de telefono de mi amiga Bianca, contestandome ella al segundo tono de la llamada
— ¿Alexandra eres tú, de verdad? — me preguntó
— Hola Bianca y, si soy yo, ya estoy en Sicilia, en mi casa ¿cuándo nos podemos ver?, tengo un montón de cosas que contarte — le dije
— Esta noche estaré en el club y amiga yo también tengo muchas cosas que decirte ¿nos vemos en el club, sobre las diez? — me preguntó
— Allí estaré, ti amo amiga — le dije
— Yo también, qué alegría que ya estés de vuelta en Sicilia amiga — me dijo terminando las dos la llamada
Por la noche y después de cenar, me marché a mi dormitorio, entre en el baño, me quite la ropa, entrando en la ducha, después de ducharme, rodee mi cuerpo con una toalla, volví a mi dormitorio acercándome al vestidor, escogiendo un vestido color ocre de talla corta y escote liso, me sequé el cuerpo con la toalla, poniendo seguidamente mi vestido, mis zapatos de tacón fino, me pinte con colores no muy llamativos, cogi mi bolso, marchandome al salón de se encontraba mi padre, sentado en el salón con una copa de licor en su mano.
— Ten cuidado bambina, Pietro te acompaña y no vengas muy tarde — me dijo mi padre
— Papá ya no soy una niña, anda no te preocupes tanto por mi, pero te prometo que volveré pronto como una buena hija que soy — le dije dándole un beso en la mejilla
Me marché de mi casa al exterior, viendo parado en la misma puerta un coche de alta gama que yo aun no conocía y a Pietro uno de los sicarios de mi padre, de pie al lado del coche, con la puerta abierta del copiloto, esperándome
— Gracias Pietro, pero sé conducir yo solita — le dije
— Lo siento señorita, pero son órdenes de su padre, ahora por favor suba y la llevaré donde usted me diga — me dijo
Me senté dentro del vehículo muy enfadada ya que aunque deseaba conducir ese vehículo yo sola, Pietro era mucho más cabezota que yo y no me dejó conducirlo. Cuando llegamos al Club, pensé que mi chofer particular se marcharía, pero no fue así. Pietro paró en la misma puerta del club para que yo bajara del vehículo, aparcandolo en el parking que había, él después. Me baje y entre en el local buscando a mi amiga Bianca, que me fue un poco dificil encontrarla ya que las luces del Club era tenues y habia muchisima gente.
— Hola buenas noches Alexandra, nos volvemos a encontrar — escuche la voz de un hombre que me resultó muy familiar
Gire mi cuerpo fijandome en el hombre que acababa de saludarme dandome cuenta que era Giovani, el hombre que estaba con mi padre en su despacho cuando llegue— Buenas noches Giovani ¿viene solo? — le pregunté— Si y tu, una chica tan bonita como tu, no deberia venir a estos sitios sola — me dijo— Gracias, pero he quedado con una amiga aqui, no soy una monja y antes de que mi padre me mandara a Inglaterra a estudiar, yo trabajaba aqui de camarera — le dije— ¡¡ Alexandra !! amiga, que bien te veo, que ganas de contarte, vamos a sentarnos es mi hora de descanso — me dijo muy alegre mi amiga Bianca— Bianca espera, quiero presentarte a un amigo de mi padre, él es Giovani — le dije, cogiendo el brazo de mi amiga con mi mano para pararla— Lo he visto muchas veces por aquí, con sus amigas, no te fíes de él Alexandra, yo no lo haría –me susurro– y ahora vamos que quiero contarte y que me cuentes — me dijoCuando nos íbamos a marchar para sentarnos mi amiga y yo en sendos asientos que había
Así que me levante de la cama, me puse una bata por encima, me marché de mi dormitorio acercándome hasta la cocina, donde me di cuenta de que estaba ya Eleonora, la cocinera, haciendo el desayuno — Buongiorno Eleonora — le dije salutandola— Buongiorno, signorina Alexandra — me responde— Voy a ponerme una taza de café y me iré al lado de la piscina para desayunar — le dije— In questo momento ti sto portando i panini che ho fatto apposta per te — me dijo Eleonora— ¿Bollos? Gracias Eleonora, eres la mejor cocinera que conozco — le dije abrazándola desde atrás, dándole un beso en su mejilla mientras la veía sonreír.Cogi mi taza de café marchandome de la cocina hacia donde estaba la piscina, sentandome en una de las hamacas, mientras me bebía el café, tomaba el sol que tanta falta me hacia, ya que el tiempo que estuve en Inglaterra, no cesó de llover, viendo la claridad de los rayos del sol muy poquitas veces.— Si no te pones crema solar te quemaras, buongiorno Alexandra — escuche
Trabajar en la empresa de mi padre, poder irme de copas y de viaje con mi mejor y única amiga y miles de cosas más que tenía pensado hacer cuando regresara de Inglaterra, pero antes que casarme con ese italiano, tenía que hacer algo para poder ayudar a mi padre y eso era volver a mi antiguo trabajo en el club. Por la noche y después de ducharme, me puse un vestido color plata, con la espalda al descubierto, y corto de talla, unos zapatos de tacón de aguja, me pinte con colores que no eran muy llamativos, cogi mi bolso marchandome de mi dormitorio hacia la entrada de la casa— Alexandra hija ¿dónde vas así vestida? — me preguntó mi padre— Me voy al club, a ver a mi amiga Bianca — respondí— Hija por favor, no vayas a hacer ninguna tontería — me dijo — Que no papá, todo está bien tranquilo, dame las llaves del coche, me apetece conducir a mi — dije— No, te acompañara Pietro, asi me quedare yo más tranquilo — me dijoAunque no me gusto, ya que quería ir yo sola al club, me calle subie
. Cuando llegamos a la entrada de mi casa, me bajé del vehículo de Giovani para entrar en el camino por la puerta pequeña, pero él también bajó de su coche, cogiendo mi brazo fuertemente con su mano.— Mañana te recogeré por la mañana, comeremos con mi madre, ella quiere conocerte antes de que nos casemos — me dijo— ¿Y quién te ha dicho a ti que quiero casarme contigo? — pregunté— Tu padre me llamó esta noche y me ofreció tu mano, no querrás defraudarlo ¿verdad? — me dijoAl día siguiente me levanté antes de que mi padre se marchara de mi casa a su empresa ya que necesitaba hablar con él de lo que me dijo Giovani la noche anterior. Me levanté de la cama, me puse una bata acercándome a su despacho, viendo su puerta abierta, entré en el despacho sin pedir permiso ninguno y muy enfadada.— Como ya te dije me casare con Giovani, pero tenias que habermelo dicho a mi y no llamarlo anoche a él, todo se podria haber solucionado ¿no te parece? — pregunté— Alexandra cariño, comprendelo es la
— Eso es habladurías de viejas, necesitaba verte y besarte, ya que dentro de pocos minutos serás completamente mía, mía sólo Alexandra — me dijo Giovani— Hijo, no deberías estar con la novia, marchate ahora mismo, Alexandra cariño, la limusina ya está esperándonos y tú Giovani Conte, te están esperando tus amigos en el coche, lárgate ya de este dormitorio — le dijo mi padre haciéndome reírCuando mi futuro marido se marchó de nuestro dormitorio, entró en mi dormitorio Adela, la madre de Giovani, se cogió de mi brazo para andar más segura, marchandonos nosotras también del dormitorio, ayudandome una prima de mi futuro marido con mi traje de novia, Llegamos a la entrada de la casa, abriéndonos el chofer la puerta del vehículo, ayudandome a mi despues con el vestido mi padre, ya que el velo solo tenía una cola de tres metros y el vestido era de cola de sirena, pero sobresaliendo de la cintura una capa de dos metros. Cuando el chofer aparco en la misma puerta de la iglesia, un hermano de
De pronto y sin saber de dónde venían, Bartolo y yo escuchamos varios gritos y disparos, viendo como corrian los invitados de un lado hacia otro, el primo de Giovani cogió mi mano, marchandonos al exterior del restaurante corriendo y, aunque quise volver dentro del restaurante, porque no sabia que habia pasado con mi marido, con mi suegra y con mi padre,, el primo de mi marido me lo impidió, tirándome al suelo cogiendo con fuerza mi brazo, escuchando pocos segundos después una gran explosión que provenía de dentro del restaurante, llegando hasta nosotros, trozos de los cuerpos destrozados por la explosión. Antes de que la gente dejara de correr, me solté del agarre del primo de mi marido, corrí hasta lo que antes era el restaurante buscando a mi padre, viendo a Giovani sentado en el suelo llorando con el cuerpo sin vida de su madre en sus brazos. Mientras que mi padre se quedó mirándonos poniendo sus manos en su cabeza Me acerqué hasta Giovani, sentándome al lado suyo en el suelo, po
El rostro de los dos hombres eran de rabia y de frustración, me quedé mirando a Giovani, en parte de pena y otra parte, porque no sabia que decirle ya que no lo conocía muy bien al ser todo tan precipitado, pero despues de tomarme mi café, me levanté de la silla para marcharme de allí, necesitaba ver cómo estaba mi padre— ¿A dónde vas? — me preguntó mi marido— Voy a ver a mi padre, ayer fue todo muy rápido y no sé cómo está — respondí— Espera que te acompaño — me dijo Giovani— Prefiero ir sola, si no te importa — le dijeMe marche de la cocina hacia el dormitorio, cogi algo de ropa que tenia en la casa de mi marido, cuando me estaba poniendo el vestido, entró en el dormitorio Giovani, se tumbó en la cama como iba vestido, con el pantalón y la camisa que llevo a nuestra boda, cruce por un momento mi mirada con él mientras terminaba de ponerme el vestido— Ven aquí a mi lado — me dijo dando unas palmadas al colchón indicando dónde quería que me tumbara— Tienes la ropa manchada toda
Ese dia me quede en la casa de mi padre a comer, ya que no iba a trabajar en su empresa después de lo que pasó el día de mi boda con Giovani, después de comer, cogi de dentro de mi bolso mi móvil para llamar a mi amiga Bianca, contestandome ella al tercer timbre.— ¿Dime Alexandra? ¿como estais todos? — me preguntó— Aquí bien, pero a ti no te vi después de la explosión ¿donde estabas? — pregunte— Justo me marché del restaurante minutos antes de que explotara la bomba, me iba a despedir de ti, pero estabas bailando con aquel hombre tan guapo y no quise molestar — me dijo— Ese era el primo de Giovani, cuando quieras te lo presentó — le dije riéndonos las dos— No gracias, soltera y sin compromiso, estoy muy bien, los mafiosos son muy suyos y yo soy chica que obedezca ordenes de nadie, bueno de mi jefe y a veces — me dijo— bianca nos vemos esta noche en el Club — le dije— No creo que a tu recién marido le haga gracia que no le guardes luto a su madre Alexandra — me dijo— Tampoco vo