— Eso es habladurías de viejas, necesitaba verte y besarte, ya que dentro de pocos minutos serás completamente mía, mía sólo Alexandra — me dijo Giovani
— Hijo, no deberías estar con la novia, marchate ahora mismo, Alexandra cariño, la limusina ya está esperándonos y tú Giovani Conte, te están esperando tus amigos en el coche, lárgate ya de este dormitorio — le dijo mi padre haciéndome reír
Cuando mi futuro marido se marchó de nuestro dormitorio, entró en mi dormitorio Adela, la madre de Giovani, se cogió de mi brazo para andar más segura, marchandonos nosotras también del dormitorio, ayudandome una prima de mi futuro marido con mi traje de novia, Llegamos a la entrada de la casa, abriéndonos el chofer la puerta del vehículo, ayudandome a mi despues con el vestido mi padre, ya que el velo solo tenía una cola de tres metros y el vestido era de cola de sirena, pero sobresaliendo de la cintura una capa de dos metros. Cuando el chofer aparco en la misma puerta de la iglesia, un hermano de Adela, me ofreció su brazo para entrar en la iglesia, pero en vez de él fue mi padre el que, andando despacio me estuvo acompañando hasta el altar donde me esperaba el hombre más atractivo que jamás había visto, aunque no me hacía gracia casarme con un hombre diecisiete años mayor más que yo. Mi padre le ofreció mi mano a Giovani, abrazandose los dos, cuando mi futuro marido cogió mi mano.
Me quedé sorprendida cuando vi que quien nos iba a casar era una especie de obispo italiano, después de hablar, llegó la hora de las promesas y los aretes.
— Alexandra Luka, accetti Giovani Conte come tuo marito, giurando di amarlo e rispettarlo fino alla fine dei tuoi giorni.
—sì, lo accetto e lo adoro — contesté viendo en el semblante de Giovani una pequeña sonrisa
— Giovanni Conte, accetti Alexandra Luka come tua vera moglie, promettendole di esserle fedele e di amarla fino alla fine dei tuoi giorni
— Sì, la accetto e lo prometto poiché la amo — respondio Giovani
— Che Dio benedica questo matrimonio mentre vi dichiaro di fronte ai vostri ospiti come marito e moglie. Giovani ya puedes besar a tu esposa — dijo entre mezclando el italiano
Mi ya marido, rodeo mi cuerpo con sus fuertes brazos, pegando sus labios a los míos, doblando hacia atrás mi cuerpo, sintiendo en mi vientre la dureza de su virilidad, dejándome casi sin oxígeno cuando apartó sus dulces labios de los míos
Nos marchamos de la iglesia cuando nos hicieron los fotógrafos un montón de fotos con la familia y amigos, poniendose siempre a mi lado mi amiga Bianca. Salimos Giovani y yo de la iglesia, viendo la cantidad de pétalos de flores que nos echaban por encima de nuestras cabezas todos los invitados, acercándonos a la que ya era oficialmente mi suegra, a Adela, abrazándonos a los dos mientras las lágrimas, rodaban por sus mejillas de felicidad
— Os amo a los dos y espero que seais muy felices hijos míos — nos dijo Adela
— Yo tambien te amo mamma — respondió Giovani emocionado al ver sonreír a su madre
El banquete de bodas fue en un lujoso hotel de Sicilia, después de comer Giovani y yo partimos con una catana nuestro pastel de bodas, sirviendo los camareros un platillo de ese rico pastel a todos los invitados. Fuimos recorriendo las mesas para agradecer a los invitados que celebraran nuestro dia tan especial con nosotros
— Alexandra , ahora vengo, hay algo urgente que tengo que solucionar — me dijo Giovani, dejándome extrañada
— ¿Quieres que te acompañe? — le dije
— No, tu sigue con los invitados, yo vengo ahora mismo tranquila — me dijo Giovani fijandome que se marchaba con una pareja fuera del restaurante, viendo desde dentro como movía mi marido los brazos, como si estuviera discutiendo con esa pareja, entrando a los pocos minutos Giovani al interior del restaurante con el semblante de su cara muy serio
Cuando entró, se acercó a la barra del bar, dándole el camarero una botella de licor y un vaso sentándose mi marido en una de las sillas que habían apartadas de los invitados, se llenó el vaso de licor bebiendoselo de un trago, mientras sus preciosos ojos verdes miraban hacia el suelo. Fijándome en lo abatido que Giovani estaba, me acerqué hasta él sentándome en la silla que había a su lado.
— Giovani ¿pasa algo que deba saber? — pregunté
— No tranquila, no pasa nada, pero me gustaría que nos marchamos de aquí ahora — me respondió
— Hijo ¿qué pasa? — preguntó mi suegra que se acercó a nosotros al ver a su hijo tan abatido
— No mamma tranquila ¿quieres que abramos el baile tu y yo? — le preguntó a su madre
— Eso debería ser de los recién casados Giovani — le respondió mi suegra
— No te preocupes Adela, no pasa nada, bailar los dos, Giovani y yo tenemos toda la vida para bailar — respondí
Giovani dejó el vaso encima de la mesa al lado de la botella, marchandose con su madre hasta el centro de la pista de baile fijandome en la cara de extrañeza de los invitados, pero contenta al ver bailar a mi marido tan acaramelado con su madre, uniéndose a ellos varios de los invitados.
— ¿Me permites este baile prima? — me dijo el primo de Giovani ofreciéndome su mano
— Tu eres italiana ¿verdad? — me preguntó mientras bailábamos
—, Si soy de Sicilia ¿Cuántos primos sois? , veo que mi marido tiene una familia no muy grande — le dije sonriendo
— Si, la verdad que sí, pero mi primo y yo nos vemos solo en los acontecimientos, no somos de estar juntos mucho tiempo
Segui bailando con el primo de Giovani pero fijandome en que mi marido dejo a su madre sentada en una silla, acercandose a el una mujer alta, de color de pelo rubio, y muy guapa, rodeandole ella el cuello con sus brazos, mientras le sonreia, aunque Giovani parecia muy incomodo por la presencia de ella y tenia el semblante de su cara muy serio
— No estes celosa por la mujer que está bailando con Giovani, es una conocida de hace años de mi primo, creo que salieron juntos unos meses, pero son como el perro y el gato, no pueden estar mucho tiempo juntos — me dijo
— ¿Y tú cómo te llamas? llevamos bailando un buen rato y aún no me has dicho tu nombre, — le dije
— Tranquila prima,, me llamo Bartolo — respondió
De pronto y sin saber de dónde venían, Bartolo y yo escuchamos varios gritos y disparos, viendo como corrian los invitados de un lado hacia otro, el primo de Giovani cogió mi mano, marchandonos al exterior del restaurante corriendo y, aunque quise volver dentro del restaurante, porque no sabia que habia pasado con mi marido, con mi suegra y con mi padre,, el primo de mi marido me lo impidió, tirándome al suelo cogiendo con fuerza mi brazo, escuchando pocos segundos después una gran explosión que provenía de dentro del restaurante, llegando hasta nosotros, trozos de los cuerpos destrozados por la explosión. Antes de que la gente dejara de correr, me solté del agarre del primo de mi marido, corrí hasta lo que antes era el restaurante buscando a mi padre, viendo a Giovani sentado en el suelo llorando con el cuerpo sin vida de su madre en sus brazos. Mientras que mi padre se quedó mirándonos poniendo sus manos en su cabeza Me acerqué hasta Giovani, sentándome al lado suyo en el suelo, po
El rostro de los dos hombres eran de rabia y de frustración, me quedé mirando a Giovani, en parte de pena y otra parte, porque no sabia que decirle ya que no lo conocía muy bien al ser todo tan precipitado, pero despues de tomarme mi café, me levanté de la silla para marcharme de allí, necesitaba ver cómo estaba mi padre— ¿A dónde vas? — me preguntó mi marido— Voy a ver a mi padre, ayer fue todo muy rápido y no sé cómo está — respondí— Espera que te acompaño — me dijo Giovani— Prefiero ir sola, si no te importa — le dijeMe marche de la cocina hacia el dormitorio, cogi algo de ropa que tenia en la casa de mi marido, cuando me estaba poniendo el vestido, entró en el dormitorio Giovani, se tumbó en la cama como iba vestido, con el pantalón y la camisa que llevo a nuestra boda, cruce por un momento mi mirada con él mientras terminaba de ponerme el vestido— Ven aquí a mi lado — me dijo dando unas palmadas al colchón indicando dónde quería que me tumbara— Tienes la ropa manchada toda
Ese dia me quede en la casa de mi padre a comer, ya que no iba a trabajar en su empresa después de lo que pasó el día de mi boda con Giovani, después de comer, cogi de dentro de mi bolso mi móvil para llamar a mi amiga Bianca, contestandome ella al tercer timbre.— ¿Dime Alexandra? ¿como estais todos? — me preguntó— Aquí bien, pero a ti no te vi después de la explosión ¿donde estabas? — pregunte— Justo me marché del restaurante minutos antes de que explotara la bomba, me iba a despedir de ti, pero estabas bailando con aquel hombre tan guapo y no quise molestar — me dijo— Ese era el primo de Giovani, cuando quieras te lo presentó — le dije riéndonos las dos— No gracias, soltera y sin compromiso, estoy muy bien, los mafiosos son muy suyos y yo soy chica que obedezca ordenes de nadie, bueno de mi jefe y a veces — me dijo— bianca nos vemos esta noche en el Club — le dije— No creo que a tu recién marido le haga gracia que no le guardes luto a su madre Alexandra — me dijo— Tampoco vo
El chofer aparco la limusina cerca de la puerta del club, abriéndose la puerta para que yo bajara, me acerque hasta la puerta, salude al portero entrando seguidamente en el local acercándome hasta la barra— Hola preciosa y enhorabuena Alexandra, ya nos enteramos todo que te casates con el mafioso — me dijo Pedro el barman riéndonos los dos— Gracias, pero no por eso voy a dejar de venir ¿oye sabes dónde está mi amiga Bianca? — pregunté— Creo que está en el almacén, — me dijo — Voy a verla, guardame la copa, por favor, ahora vuelvo — respondíConforme me iba acercando al almacén, escuche los gritos de mi amiga, discutiendo con alguien, abri la puerta del almacén, entrando enseguida, viendo a Carlo que tenía a mi amiga, empotrada contra una de las paredes del almacén, me fui hacia ellos, empujando a Carlos fuerte para que dejara a mi amiga— Tu ya te puedes largar, tengo a quien yo queria, Hola Alex, ¿has venido a sustituir a tu amiga o es que estas celosa de ella? — me preguntó— Ni
Le di un fuerte empujón apartandolo de mí, levantándome seguidamente de la cama, pero Giovani dio dos pasos, llegando a la puerta del dormitorio antes que yo, echo el cerrojo, me cogió poniéndome en sus hombros tumbandome en la cama, mientras yo le daba patatas— Estate quieta, eres mi esposa Alexandra, compórtate como tal — me dijo Giovani— No quiero, soy tu esposa porque me obligaste a casarme contigo porque mi padre necesitaba ayuda, no porque yo te ame ni que considere que te pertenezco —le dije, apartandose mi marido de mi mientras nos mirabamos fijamente a los ojosGiovani abrió la puerta del dormitorio marchandose, pero dando un fuerte portazo, me giré en la cama poniéndome de espaldas a la puerta, escuchando como algo de cristal estallaba, imaginando que sería Giovani rompiendo algo Cuando me desperté a la mañana siguiente me di cuenta de que estaba sola en la cama, me levanté, entré en el cuarto de baño para asearme un poco, acercándome después a la cocina para tomarme mi ta
El médico regresó a la sala, mirando la máquina que allí dentro había, tomando la temperatura a mi amiga y haciendo varias pruebas, así estuvo casi todo el día el doctor, hasta que por la tarde me tuve que marchar de la sala cuando regresó la polizia para interrogar a mi amiga. Al salir los carabineros de la sala se dirigieron hacia donde yo estaba esperando para volver a entrar.— ¿Es familiar de la señorita Bianca? — me preguntaron— Se puede decir que somos casi hermanas, ya que soy la única familia que tiene — le respondí— ¿Sabe de alguien quien le haya podido dar la paliza a su amiga? — preguntó— La verdad es que no, ella se lleva bien con todo el mundo — le dije— Su amiga tampoco vio a su agresor, según nos ha dicho, pero de todas maneras cualquier cosa que ella recuerde, le agradecería que nos llamara — me dijo, dándome una tarjeta, marchandose de allí seguidamente.Cuando los carabineros se marcharon volví a entrar en la sala donde estaba mi amiga, sentándome en el sillón a
Me quedé tumbada en la cama, quedándome dormida enseguida, ya que estaba muy cansada, por no haber podido toda la noche en el hospital— Alexandra niña, despierta — escuche sentandome en la cama sobresaltada— Giovani quiere que vayas a su despacho, está muy enfadado , mi niña — me dijo Felisa— Dile que ahora voy, que espere a que me despeje un poco — le dije volviendo a tumbarme en la cama— “”ALEXANDRA DESPIERTA” — escuche gritar a mi marido— ¿Qué pasa? necesito descansar Giovani — le dije— Ya descansarás cuando me expliques que es esta caja que he visto en tu mesita — me dijoEnseguida me senté en la cama, abri la mesita de noche mia, dandome cuenta de que la caja de los anticonceptivos no estaba, gire mi cabeza viendo en la mano de Giovani la caja— ¿Quién eres tú para registrar mis cosas? — pregunte— Da la casualidad de que soy tu marido, me has mentido y eso lo vas a pagar caro, hasta que no des positivo, del dormitorio no vas a salir, asi aprenderas a respetarme — me dijo—
— ¿Dónde me llevas? — le pregunté— Vamos a tomar una copa, como buenos primos y creo que lo necesitas — me dijo— Te lo agradezco, pero prefiero irme a mi casa — le dije— Venga prima, no seas así, está esa víbora de Claire en tu casa, sin que mi primo haga nada por echarla y tu ¿vas a soportar esa vergüenza? solo una copa y te prometo que después te llevo a tu casa — me dijo— Solo una, que me conozco muy bien, la bebida y yo no somos amigas — respondíBartolo aparco el coche al lado de un club que yo no conocía y donde el cartel de neón que había afuera, no se podía ver bien por estar la mitad de las palabras rotas, entramos en el club, acercándose a nosotros una mujer ofreciéndonos dos máscaras— Bartolo, no me gusta esto quiero marcharme de aquí, por favor — le dije— Anda no seas tonta, mira la ventaja, nos tomamos la copa sin que nadie te reconozca y vaya a mi primo con el cuento, vamos Alexandra, solo una copa y nos marchamos — me dijo— Pues en eso, te doy la razón, pero sola