Trabajar en la empresa de mi padre, poder irme de copas y de viaje con mi mejor y única amiga y miles de cosas más que tenía pensado hacer cuando regresara de Inglaterra, pero antes que casarme con ese italiano, tenía que hacer algo para poder ayudar a mi padre y eso era volver a mi antiguo trabajo en el club. Por la noche y después de ducharme, me puse un vestido color plata, con la espalda al descubierto, y corto de talla, unos zapatos de tacón de aguja, me pinte con colores que no eran muy llamativos, cogi mi bolso marchandome de mi dormitorio hacia la entrada de la casa
— Alexandra hija ¿dónde vas así vestida? — me preguntó mi padre
— Me voy al club, a ver a mi amiga Bianca — respondí
— Hija por favor, no vayas a hacer ninguna tontería — me dijo
— Que no papá, todo está bien tranquilo, dame las llaves del coche, me apetece conducir a mi — dije
— No, te acompañara Pietro, asi me quedare yo más tranquilo — me dijo
Aunque no me gusto, ya que quería ir yo sola al club, me calle subiendo Pietro y yo al vehículo, marchandonos de mi casa hacia el club. Cuando llegamos y Pietro aparco en el parking, bajamos los dos, acercándonos hasta la puerta del local, saludandome el portero, entramos dentro dirigiéndonos hacia la barra, pedí una cerveza, sentandonos los dos en las sillas que había en la barra del bar. Cuando vi a mi antiguo jefe, me acerque a él saludándolo
— Hombre mi niña, ¿como estas Alex? me preguntó, ya que cuando trabaje para él en el club, siempre me llamaba así
— Bien Battista gracias, oye quiero volver a trabajar para ti, necesito pasta — le dije
— ¿Cuándo puedes empezar? pero no me dejes tirado como la vez anterior que te di trabajo — me dijo
— Ahora mismo si quieres ¿la ropa está en los vestuarios, no? — pregunté
— Allí la tienes preciosa y si bailas después en la barra te daré un incentivo — me dijo
Me marché hasta los vestuarios, entrando minutos después mi amiga, con el semblante de su cara muy serio
– ¿Te has vuelto loca? no puedes trabajar aquí, ya sabes lo que te paso antes de que dejaras de venir a trabajar a esta m****a de club — me dijo
— Estamos arruinados y tengo que ayudar a mi padre, se lo debo — respondí
— Pero con el título universitario que tienes, puedes trabajar en mejores sitios que aquí — dijo
— Ya lo sé, pero necesito el dinero ya Bianca — dije
— Tu misma amiga, estare pendiente de ti de todas formas, no me fio de Carlo, puede hacerte algo cuando te vea — me dijo mi amiga
Después de ponerme el traje de camarera, donde se podía ver casi todas las partes de mi cuerpo, me marché de los vestuarios a la barra, cogi la máquina de los pedidos y empecé a servir en las mesas, la noche estuvo tranquila, hasta que mi jefe se acercó a mi recordandome que tenía que bailar medio desnuda en la barra. Me fui a la barra que había en el centro del club y empecé a bailar muy sensualmente, cogiendome a la barra mientras me iba despojando poco a poco de parte de mi ropa, hasta que unos fuertes brazos, me cogieron de la cintura, poniéndome sobre su hombro como si fuera un saco de patatas, marchandonos hasta donde estaban los vestuarios, mientras yo daba patadas y gritaba pidiendo ayuda, dejándome después en el suelo, dándome cuenta que era Giovani
— ¿Se puede saber qué coño estás haciendo? — le grité
— Vístete, nos marchamos de aquí — me dijo Giovani
— Déjame en paz, tu no mandas conmigo — le dije
— Vas a ser mi esposa, y si alguien te tiene que verte desnuda ese sere yo, no toda esta panda de fracasados que se estaban pajeando viendote bailar en la barra, Alexandra no me cabrees que no te gustaría, vístete ya — me grito
— Y si no quiero hacerte caso ¿qué vas a hacer? — le pregunté
Giovani me empotro contra la pared bloqueandome con su cuerpo, quitandome la tela que tapaba mis pechos, me subio con una mano mis brazos por encima de mi cabeza, apreto su boca a mi boca, con su rodilla abrio mis piernas, acariciando mi entrepierna con sus mano hasta llegar a mi sexo, aparto la tela de mi tanga introduciendo dos dedos dentro de mi, mientras yo seguia peleando para apartarlo, quedandome quieta cuando empezo a hacer circulos en mi clitoris con sus dedos, chupando y lamiendome Giovani mis pezones
— ¿Qué decías? ah si que te vas a vestir si no quieres que siga y todos te escuchen gritar de placer — me dijo apartándose de mí, mirándonos los dos a los ojos fijamente
— Te odio, ¿me escuchas? — le grité
— ¿Qué coño pasa aquí? y tu quien eres para coger a una de mis chicas así y llevártela — le dijo mi jefe
— Soy su futuro marido, y si no se larga de aquí, entonces seré su peor pesadilla — le respondió Giovani
— Jefe vámonos, que se quede con esta puta — le dijo Carlo
Me quite la ropa de camarera, fijandome en la forma en que me miraba Giovani, dándome cuenta de el gran bulto que ya tenía en sus pantalones, me puse el vestido, cogi mi bolso y dandole un empujon a Giovani, me marche de los vestuarios hasta el exterior del club
— Sube a mi coche, le he dicho a tu guardaespaldas que yo mismo te llevaré a tu casa — me dijo
— Cogeré un taxi gracias, no necesito niñera — respondí enfadada, dirigiendome en sentido contrario al que Giovani tenía su coche.
Volvió a cogerme como un saco de patatas, delante de toda la gente que había en la entrada del club, abrió la puerta de su coche, sentándome dentro, abrochando él mismo el cinturón de seguridad, sentandose en el asiento del conductor.
. Cuando llegamos a la entrada de mi casa, me bajé del vehículo de Giovani para entrar en el camino por la puerta pequeña, pero él también bajó de su coche, cogiendo mi brazo fuertemente con su mano.— Mañana te recogeré por la mañana, comeremos con mi madre, ella quiere conocerte antes de que nos casemos — me dijo— ¿Y quién te ha dicho a ti que quiero casarme contigo? — pregunté— Tu padre me llamó esta noche y me ofreció tu mano, no querrás defraudarlo ¿verdad? — me dijoAl día siguiente me levanté antes de que mi padre se marchara de mi casa a su empresa ya que necesitaba hablar con él de lo que me dijo Giovani la noche anterior. Me levanté de la cama, me puse una bata acercándome a su despacho, viendo su puerta abierta, entré en el despacho sin pedir permiso ninguno y muy enfadada.— Como ya te dije me casare con Giovani, pero tenias que habermelo dicho a mi y no llamarlo anoche a él, todo se podria haber solucionado ¿no te parece? — pregunté— Alexandra cariño, comprendelo es la
— Eso es habladurías de viejas, necesitaba verte y besarte, ya que dentro de pocos minutos serás completamente mía, mía sólo Alexandra — me dijo Giovani— Hijo, no deberías estar con la novia, marchate ahora mismo, Alexandra cariño, la limusina ya está esperándonos y tú Giovani Conte, te están esperando tus amigos en el coche, lárgate ya de este dormitorio — le dijo mi padre haciéndome reírCuando mi futuro marido se marchó de nuestro dormitorio, entró en mi dormitorio Adela, la madre de Giovani, se cogió de mi brazo para andar más segura, marchandonos nosotras también del dormitorio, ayudandome una prima de mi futuro marido con mi traje de novia, Llegamos a la entrada de la casa, abriéndonos el chofer la puerta del vehículo, ayudandome a mi despues con el vestido mi padre, ya que el velo solo tenía una cola de tres metros y el vestido era de cola de sirena, pero sobresaliendo de la cintura una capa de dos metros. Cuando el chofer aparco en la misma puerta de la iglesia, un hermano de
De pronto y sin saber de dónde venían, Bartolo y yo escuchamos varios gritos y disparos, viendo como corrian los invitados de un lado hacia otro, el primo de Giovani cogió mi mano, marchandonos al exterior del restaurante corriendo y, aunque quise volver dentro del restaurante, porque no sabia que habia pasado con mi marido, con mi suegra y con mi padre,, el primo de mi marido me lo impidió, tirándome al suelo cogiendo con fuerza mi brazo, escuchando pocos segundos después una gran explosión que provenía de dentro del restaurante, llegando hasta nosotros, trozos de los cuerpos destrozados por la explosión. Antes de que la gente dejara de correr, me solté del agarre del primo de mi marido, corrí hasta lo que antes era el restaurante buscando a mi padre, viendo a Giovani sentado en el suelo llorando con el cuerpo sin vida de su madre en sus brazos. Mientras que mi padre se quedó mirándonos poniendo sus manos en su cabeza Me acerqué hasta Giovani, sentándome al lado suyo en el suelo, po
El rostro de los dos hombres eran de rabia y de frustración, me quedé mirando a Giovani, en parte de pena y otra parte, porque no sabia que decirle ya que no lo conocía muy bien al ser todo tan precipitado, pero despues de tomarme mi café, me levanté de la silla para marcharme de allí, necesitaba ver cómo estaba mi padre— ¿A dónde vas? — me preguntó mi marido— Voy a ver a mi padre, ayer fue todo muy rápido y no sé cómo está — respondí— Espera que te acompaño — me dijo Giovani— Prefiero ir sola, si no te importa — le dijeMe marche de la cocina hacia el dormitorio, cogi algo de ropa que tenia en la casa de mi marido, cuando me estaba poniendo el vestido, entró en el dormitorio Giovani, se tumbó en la cama como iba vestido, con el pantalón y la camisa que llevo a nuestra boda, cruce por un momento mi mirada con él mientras terminaba de ponerme el vestido— Ven aquí a mi lado — me dijo dando unas palmadas al colchón indicando dónde quería que me tumbara— Tienes la ropa manchada toda
Ese dia me quede en la casa de mi padre a comer, ya que no iba a trabajar en su empresa después de lo que pasó el día de mi boda con Giovani, después de comer, cogi de dentro de mi bolso mi móvil para llamar a mi amiga Bianca, contestandome ella al tercer timbre.— ¿Dime Alexandra? ¿como estais todos? — me preguntó— Aquí bien, pero a ti no te vi después de la explosión ¿donde estabas? — pregunte— Justo me marché del restaurante minutos antes de que explotara la bomba, me iba a despedir de ti, pero estabas bailando con aquel hombre tan guapo y no quise molestar — me dijo— Ese era el primo de Giovani, cuando quieras te lo presentó — le dije riéndonos las dos— No gracias, soltera y sin compromiso, estoy muy bien, los mafiosos son muy suyos y yo soy chica que obedezca ordenes de nadie, bueno de mi jefe y a veces — me dijo— bianca nos vemos esta noche en el Club — le dije— No creo que a tu recién marido le haga gracia que no le guardes luto a su madre Alexandra — me dijo— Tampoco vo
El chofer aparco la limusina cerca de la puerta del club, abriéndose la puerta para que yo bajara, me acerque hasta la puerta, salude al portero entrando seguidamente en el local acercándome hasta la barra— Hola preciosa y enhorabuena Alexandra, ya nos enteramos todo que te casates con el mafioso — me dijo Pedro el barman riéndonos los dos— Gracias, pero no por eso voy a dejar de venir ¿oye sabes dónde está mi amiga Bianca? — pregunté— Creo que está en el almacén, — me dijo — Voy a verla, guardame la copa, por favor, ahora vuelvo — respondíConforme me iba acercando al almacén, escuche los gritos de mi amiga, discutiendo con alguien, abri la puerta del almacén, entrando enseguida, viendo a Carlo que tenía a mi amiga, empotrada contra una de las paredes del almacén, me fui hacia ellos, empujando a Carlos fuerte para que dejara a mi amiga— Tu ya te puedes largar, tengo a quien yo queria, Hola Alex, ¿has venido a sustituir a tu amiga o es que estas celosa de ella? — me preguntó— Ni
Le di un fuerte empujón apartandolo de mí, levantándome seguidamente de la cama, pero Giovani dio dos pasos, llegando a la puerta del dormitorio antes que yo, echo el cerrojo, me cogió poniéndome en sus hombros tumbandome en la cama, mientras yo le daba patatas— Estate quieta, eres mi esposa Alexandra, compórtate como tal — me dijo Giovani— No quiero, soy tu esposa porque me obligaste a casarme contigo porque mi padre necesitaba ayuda, no porque yo te ame ni que considere que te pertenezco —le dije, apartandose mi marido de mi mientras nos mirabamos fijamente a los ojosGiovani abrió la puerta del dormitorio marchandose, pero dando un fuerte portazo, me giré en la cama poniéndome de espaldas a la puerta, escuchando como algo de cristal estallaba, imaginando que sería Giovani rompiendo algo Cuando me desperté a la mañana siguiente me di cuenta de que estaba sola en la cama, me levanté, entré en el cuarto de baño para asearme un poco, acercándome después a la cocina para tomarme mi ta
El médico regresó a la sala, mirando la máquina que allí dentro había, tomando la temperatura a mi amiga y haciendo varias pruebas, así estuvo casi todo el día el doctor, hasta que por la tarde me tuve que marchar de la sala cuando regresó la polizia para interrogar a mi amiga. Al salir los carabineros de la sala se dirigieron hacia donde yo estaba esperando para volver a entrar.— ¿Es familiar de la señorita Bianca? — me preguntaron— Se puede decir que somos casi hermanas, ya que soy la única familia que tiene — le respondí— ¿Sabe de alguien quien le haya podido dar la paliza a su amiga? — preguntó— La verdad es que no, ella se lleva bien con todo el mundo — le dije— Su amiga tampoco vio a su agresor, según nos ha dicho, pero de todas maneras cualquier cosa que ella recuerde, le agradecería que nos llamara — me dijo, dándome una tarjeta, marchandose de allí seguidamente.Cuando los carabineros se marcharon volví a entrar en la sala donde estaba mi amiga, sentándome en el sillón a