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4/NO SOY UN SACO DE PAPAS

Trabajar en la empresa de mi padre, poder irme de copas y de viaje con mi mejor y única amiga y miles de cosas más que tenía pensado hacer cuando regresara de Inglaterra, pero antes que casarme con ese italiano, tenía que hacer algo para poder ayudar a mi padre y eso era volver a mi antiguo trabajo en el club. Por la noche y después de ducharme, me puse un vestido color plata, con la espalda al descubierto, y corto de talla, unos zapatos de tacón de aguja, me pinte con colores que no eran muy llamativos, cogi mi bolso marchandome de mi dormitorio hacia la entrada de la casa

— Alexandra hija ¿dónde vas así vestida? — me preguntó mi padre

— Me voy al club, a ver a mi amiga Bianca — respondí

— Hija por favor, no vayas a hacer ninguna tontería — me dijo 

— Que no papá, todo está bien tranquilo, dame las llaves del coche, me apetece conducir a mi — dije

— No, te acompañara Pietro, asi me quedare yo más tranquilo — me dijo

Aunque no me gusto, ya que quería ir yo sola al club, me calle subiendo Pietro y yo al vehículo, marchandonos de mi casa hacia el club. Cuando llegamos y Pietro aparco en el parking, bajamos los dos, acercándonos hasta la puerta del local, saludandome el portero, entramos dentro dirigiéndonos hacia la barra, pedí una cerveza, sentandonos los dos en las sillas que había en la barra del bar. Cuando vi a mi antiguo jefe, me acerque a él saludándolo

— Hombre mi niña, ¿como estas Alex? me preguntó, ya que cuando trabaje para él en el club, siempre me llamaba así

— Bien Battista gracias, oye quiero volver a trabajar para ti, necesito pasta — le dije

— ¿Cuándo puedes empezar? pero no me dejes tirado como la vez anterior que te di trabajo — me dijo

— Ahora mismo si quieres ¿la ropa está en los vestuarios, no? — pregunté

— Allí la tienes preciosa y si bailas después en la barra te daré un incentivo — me dijo

Me marché hasta los vestuarios, entrando minutos después mi amiga, con el semblante de su cara muy serio

– ¿Te has vuelto loca? no puedes trabajar aquí, ya sabes lo que te paso antes de que dejaras de venir a trabajar a esta m****a de club — me dijo

— Estamos arruinados y tengo que ayudar a mi padre, se lo debo — respondí

— Pero con el título universitario que tienes, puedes trabajar en mejores sitios que aquí — dijo

— Ya lo sé, pero necesito el dinero ya Bianca — dije

— Tu misma amiga, estare pendiente de ti de todas formas, no me fio de Carlo, puede hacerte algo cuando te vea  — me dijo mi amiga

Después de ponerme el traje de camarera, donde se podía ver casi todas las partes de mi cuerpo, me marché de los vestuarios a la barra, cogi la máquina de los pedidos y empecé a servir en las mesas, la noche estuvo tranquila, hasta que mi jefe se acercó a mi recordandome que tenía que bailar medio desnuda en la barra. Me fui a la barra que había en el centro del club y empecé a bailar muy sensualmente, cogiendome a la barra mientras me iba despojando poco a poco de parte de mi ropa, hasta que unos fuertes brazos, me cogieron de la cintura, poniéndome sobre su hombro como si fuera un saco de patatas, marchandonos hasta donde estaban los vestuarios, mientras yo daba patadas y gritaba pidiendo ayuda, dejándome después en el suelo, dándome cuenta que era Giovani

— ¿Se puede saber qué coño estás haciendo? — le grité

— Vístete, nos marchamos de aquí — me dijo Giovani

— Déjame en paz, tu no mandas conmigo — le dije

— Vas a ser mi esposa, y si alguien te tiene que verte desnuda ese sere yo, no toda esta panda de fracasados que se estaban pajeando viendote bailar en la barra, Alexandra no me cabrees que no te gustaría, vístete ya — me grito

— Y si no quiero hacerte caso ¿qué vas a hacer? — le pregunté

Giovani me empotro contra la pared bloqueandome con su cuerpo, quitandome la tela que tapaba mis pechos, me subio con una mano mis brazos por encima de mi cabeza, apreto su boca a mi boca, con su rodilla abrio mis piernas, acariciando mi entrepierna con sus mano hasta llegar a mi sexo, aparto la tela de mi tanga introduciendo dos dedos dentro de mi, mientras yo seguia peleando para apartarlo, quedandome quieta cuando empezo a hacer circulos en mi clitoris con sus dedos, chupando y lamiendome Giovani mis pezones

— ¿Qué decías? ah si que te vas a vestir si no quieres que siga y todos te escuchen gritar de placer — me dijo apartándose de mí, mirándonos los dos a los ojos fijamente

— Te odio, ¿me escuchas? — le grité

— ¿Qué coño pasa aquí? y tu quien eres para coger a una de mis chicas así y llevártela — le dijo mi jefe

— Soy su futuro marido, y si no se larga de aquí, entonces seré su peor pesadilla — le respondió Giovani

— Jefe vámonos, que se quede con esta puta — le dijo Carlo

Me quite la ropa de camarera, fijandome en la forma en que me miraba Giovani, dándome cuenta de el gran bulto que ya tenía en sus pantalones, me puse el vestido, cogi mi bolso y dandole un empujon a Giovani, me marche de los vestuarios hasta el exterior del club

— Sube a mi coche, le he dicho a tu guardaespaldas que yo mismo te llevaré a tu casa — me dijo

— Cogeré un taxi gracias, no necesito niñera — respondí enfadada, dirigiendome en sentido contrario al que Giovani tenía su coche.

Volvió a cogerme como un saco de patatas, delante de toda la gente que había en la entrada del club, abrió la puerta de su coche, sentándome dentro, abrochando él mismo el cinturón de seguridad, sentandose en el asiento del conductor.

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