–Amados hermanos, estamos aquí reunidos, para despedir los restos de quien fuera en vida, Beatrice Alfonsina Ferrari—dijo el sacerdote, mientras oficializaba el funeral de la esposa de RicardoRicardo estaba devastado, estaba junto a su hija sentado al frente de la caja funeraria, mirando por última vez, el rostro de su amada esposa, que había muerto por un extraño virus, el cual los médicos todavía estaban investigandoEl ataúd estaba cerrado por seguridad sanitaria, y solo se podía ver el cuerpo a través de un pequeño hueco cubierto de cristal, que tenía la tapa de la caja, a Ricardo y a su hija, le quedaban apenas unos minutos más, para despedirse, de Beatrice, mientras el veía a sus familiares y otros seres queridos pasar frente al féretro y le daban el pésame por su pérdida–Que tristeza
¿Y si son hermanas? Tras conocer a Bianca en aquel funeral, Ricardo se hizo esa pregunta una y otra vez, pero, obtuvo la misma repuesta, –esto no puede ser posible –se dijo él, hasta donde sabía, Beatrice, era hija única, al menos, a Lorena, la madre de su ex mujer, nunca se le conoció otra hija, pero, el comentario de Carmina, amplió la sospecha en Ricardo, no solo él se había fijado en el parecido físico que compartían su esposa y Bianca, aquel comentario de su hija, abrió una ventana de posibilidades. Decidido a indagar mas, y cada información que encontraba sobre Bianca, lo ayudó a atar algunos cabos sueltos, Bianca vivía en Venecia, a tres horas de su ciudad, pero además, trabajaba en el hospital en donde le dieron asistencia a su mujer, los últimos días de su vida, y ese hospital, lo dirigía Norma, una gran amiga de Ricardo.Ricardo ya tenía planeado viajar a Venecia a cerrar algunos negocios, pero por igual, quería visitar el hospital para ver a Norma, con la intención de
Tal parecía que el plan de Ricardo para encontrarse con Bianca en aquella ciudad, estaba marchando de acuerdo a lo esperado, o talvez mejor aun, porque sin hacer mucho esfuerzo, dió con el paradero de ella, aquella misteriosa mujer que no hizo mas que sembrar dudas con su visita en el velatorio de Beatrice, pero, lo que Ricardo no se cuestionó, o analizó siquiera, es que, Bianca deseaba ser encontrada, ella, planeaba acercarse a esa familia, pero quería hacerlo sin ninguna presión, necesitaba ganarse la confianza de Ricardo y la de su hija. Bianca, tenía demasiadas razones para hacerlo, llevaba planes muy ocultos, que luego serian revelados, y Ricardo, ya había mordido el anzuelo.Esa noche, Ricardo se reunió con su amiga Norma, y socia a la vez, ella quiso impresionarlo, lo invitó a un prestigioso restaurante, con una hermosa terraza en medio del agua, estaban en Venecia, las edificaciones en medio del agua, eran muy comunes, aunque a Ricardo esos lujos y peculiaridades, no lo impr
Bianca tenía objetivos bien claros y los estaba llevando a cabalidad sin tregua, la aceptación de Ricardo para que ella participase en la celebración del cumpleaños de Carmina, era vital para lo que ella tenía en menteEsa mañana, después de desayunar con Ricardo, Lorenzo, el abogado amigo de Norma quien había recomendado a Bianca para el trabajo de recepcionista en el hospital, y quién además, estaba asesorándola en algunos asuntos legales, pasó por ella al hotel, Ricardo la acompañó hasta la puerta, se quedó observando a Lorenzo desde afuera con cara de curiosidad, y Ricardo, en su cabeza pensaba, ¿quién será este hombre?, será su esposo, novio, o será Paulo, y Bianca, para alivianar la cara de indiscreción de Ricardo hizo que Lorenzo saliera del auto, y los presentó—Ricardo, te presento a Lorenzo, mí amigo y mí abogado, es amigo de Norma, gracias a él, tengo trabajoEntonces Ricardo le dio la mano y Recordó lo que Norma le había contado, que un amigo abogado, había recomendado a B
Ricardo todavía charlaba con Norma en su hotel, acerca de los planes que tenía con Bianca, cuando recibió una llamada inesperada, era Lorena, su ex suegra, cada vez que a Ricardo le tocaba cruzar alguna palabra con aquella mujer, que eran ocasiones muy escasas, su mente ya estaba preparada para hacer frente a las palabras arrogantes que solían salir de la boca de aquella dama, quién siempre estuvo en desacuerdo con la relación de Beatrice y Ricardo, porque según ella, el era todo lo contrario a lo que Lorena imaginó para su hija, no era rico de cuna, y además, el nunca accedió a los caprichos de aquella vieja malhumorada, que siempre quiso manejar la relación de Ricardo y Beatrice a su antojo, Beatrice como amaba a Ricardo, decidió alejarse de su madre para construir su vida al lado del hombre que ella decía amar, por un lado, hizo su fortuna con trabajo duro, y en menos de lo que se imaginó, se convirtió en un magnate de la industria Hotelera, en el más respetado de toda ItaliaCuand
Después de unas horas de viaje y un gran susto que se había pegado Ricardo, llegó a su mansión, lo primero que hizo fue pegarle un fuerte abrazo a su hija Carmina que lo recibió en la sala —papà, está todo bien –le pregunto ella al ver su reacción—si, pequeña, está todo perfecto, es que fueron muchos días sin verte, y ya te extrañaba –añadió.La madre de Ricardo, también salió a recibirlo—hijo, te noto un poco pálido, ¿estás bien? –le preguntó–si mamá, necesito que hablemos –contestó el, invitándola a subir a su habitación para hablar en privadoRicardo abrió la puerta de su cuarto, y notó, que todas las pertenencias de su difunta esposa, seguián repartidas en cada rincón, se quedó parado, mirando fijo por unos segundos, mientras por su mente, se cruzaban las imágenes de Beatrice y Bianca, y no aguantó quedarse en esa habitación, cerró la puerta y dió la espalda, su madre que estaba detrás de el, preocupada preguntó–hijo, me tienes muy nerviosa, ¿que pasa? –le cuestionó su madr
La mañana del domingo del diez de abril estaba soleada, cálida, llena de una energía que irradiaba a través de la ventana de la habitación de Bianca, eran las 11 de la mañana, en plena primavera, y Bianca ya se estaba alistando para visitar a los Ferraris en Florencia, asi como estaba el sol radiante, estaba ella, se había vestido con los colores de la estación, llevaba puesto un hermoso vestido amarillo, estampado con unas vistosas flores, blancas y verdes, y una sandalias blancas con tacones, que le hacian destacar sus agraciadas piernas.Despues de vestirse, se ató su pelo, se vio al espejo, ese peinado que se habia hecho parecia refinar mas su bello rostro aterciopelado, se pintó los labios de un rosa tenue, se delinió los ojos con rimel negro, empolvó su rostro para sacar el esceso de brillo de el, buscó en su gabetero su perfume, ese que usaba hace mucho tiempo, un dolce, el “Ligh Blue” suspiró el aroma en el ambiente, parecía disfrutarlo cada vez que llevaba puesta esa fraganc
Ricardo y Bianca se quedaron unos minutos a solas, lo suficiente como para que Ricardo se diera cuenta de la fascinación que tenía Bianca con Carmina, y él, por momentos, veía en Bianca, la imagen de Beatrice, pero, aunque se parecían mucho, sin duda, también se diferenciaban también en algunos aspectos, Bianca, era más delgada, su tés de piel un poco más oscura, la contextura de su cuerpo, sin duda, delataba que era una mujer latina, con unas curvas, bien definidas, y su pelo, una mezcla de textura, pero Beatrice, era totalmente Europea, mientras Ricardo observaba a Bianca, se cuestionaba, ¿De dónde venía la conexión de Bianca con Beatrice? No lo sabía, pero si de algo estaba seguro, era que no se iba a quedar con las dudas —tienes hijos—le preguntó Ricardo a Bianca, ella se mantuvo callada, mientras en su cabeza pensaba qué contestar —pues no —contestó, pasando su mano por la panza, mientras al mismo tiempo desviaba su mirada, con una sonrisa fingida para disimular la angustia que