La aprobación de Ricardo por parte de los que seguian el jucio de Bianca muy de cerca, seguia creciendo a medida que el hablaba, Lorena lo miraba sin decir nada, todavia no habia encontrado la forma de hacerlo pedazo, pero mientras tanto, Corsin se preparaba para su interrogatorio

–Ricardo, mientars usted estuvo casado con Beatrice, tuvo algun indicio que le hizo sospechar de la infidelidad de su esposa

–Las cosas entre Beatrice se volvieron desastrosas pocos meses después de nuestro casamiento, yo pensé que el motivo de nuestra lejania se debia a mis constantes viajes de negocios, pero lamentablente luego me entere que no tenian nada que ver–Ricardo estaba destrozado por dentro, pero no iba a llorar, se lo habia propuesto, ni una sola lagrima por esa situacion, y menos frente al patan que lo observaba desde un rincón

–Puede contarnos

–Unas famosas cartas de amor llegaron a mi despacho

–cuales, las mismas que tengo en mi poder

–una copia de ellas, y fue ahí donde todo me quedo m