18

Martín abrió la puerta y les miró. No podía esperar más, ya lo había hecho mientras Efrén y Pablo hablaban, pero ahora Milita había vuelto totalmente en sí.

—Doctor, siento interrumpir, pero Milita ha despertado y no está de muy buen humor.

Pablo miró hacia el muchacho y sin perder un segundo salió disparado por el pasillo hasta llegar al cuarto en el que Milita intentaba  soltarse mientras Daniel y Efrén trataban de detener sus convulsiones.

Pablo preparó rápidamente otra dosis de tranquilizantes. La noche estaba terminando, así que rebajó la cantidad.

Raúl y Angélica entraron en el cuarto tras Martín. La muchacha se llevó una mano a la boca en un gesto instintivo mientras se impactaba ante el gesto consternado de la pequeña Milita.

Pablo les explicó rápidamente que la ch

Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP