Capítulo 2
Después de que Mathew y yo tuviéramos nuestro desayuno privado, regresamos a trabajar. Cada uno se fue a sus oficinas, teníamos mucho trabajo que hacer. Yo tenía que encontrar quién había sacado tanto dinero de la empresa, y Mathew tenía que volver a su puesto, como presidente de la empresa. Cuando entré a mi oficina, me encontré con la sorpresa de que Mark ya estaba en el lugar. Él hombre de cabellera castaña y ojos de color verdes, se levanta lentamente de mi silla de cuero, para caminar hacia mí en una caminata romántica.
–¡No sabes cuánto te he extrañado! -Me abraza con fuerza, mientras que yo estaba realmente feliz de volverlo a ver. Después del gran abrazo que me dio, lo mire, venía vestido con ropa muy casual. Mark no era cualquier persona, era un joven elegante que le gustaba usar trajes todo el tiempo. Así que la ropa no concordaba mucho, con un viaje de negocios por Italia.
–¡Que extraño! -Exprese con sorpresa. –Luces diferente. -Mi mirada lo mira de arriba abajo, notando ciertas cosas, que no concordaban. –Estas bastante bronceado. -Toque su cara con mis manos, mientras él toma mi mano, deteniéndola en el aire. Era como si no quisiera que le tocara.
–Es Italia amor. ¿Qué esperabas? Hace un calor del infierno. -Me responde ahora evitando mi mirada.
–Normalmente las reuniones se llevan a cabo, dentro de las empresas de los inversionistas, no afuera. -Le contesté dudando de él.
–¡Esta bien! Me atrapaste. -Termina de decir, para caminar hacia mí.
Él joven guapo me abraza entre sus brazos, para después besar mi nariz. –Uno de los inversionistas me invito a una de sus casas en la playa, no podía negarme a ir. –Su mirada color verde, me hace caer en sus encantos. Así que le creí.
–Lo hubieras dicho desde el principio. -Bese sus labios. –No tengo que decirte a donde ir con los inversionistas. –Sonreí con felicidad, para después caminar hacia mi escritorio. Quería tomar mi bolso y mis cosas, ya que quería regresar a casa.
–¿A dónde vas? -Me pregunta un poco distraído.
–Quiero ir a casa, sería bueno pasar una noche realmente apasionada. –Sabía muy bien las cosas que le gustaban a mi esposo, sabía fielmente que le gustaba tomar duchas conmigo, para después ir hacía la cama en donde terminábamos de hacer el amor hasta muy tarde. Pero él no me miraba con deseo, así que le pregunte:
–¿Algo malo pasa? -Estaba insegura.
–Es solo que estoy muy cansado. -Era muy extraño, ya que Mark jamás se negaba a pasar una noche romántica conmigo, era lo que más le gustaba. Así que de inmediato me empecé a sentir rechazada, fue tan extraño. Mi cuerpo se dejó de sentir candente, mientras sentía como un balde de agua fría, caía por mi cuerpo.
–Está bien. -Termine diciendo, para después dejar mi cartera de nuevo en mi escritorio de cristal. –De todos modos, tengo que trabajar. -Le comenté sentándome en mi silla de cuero. –Diez millones de libras fueron sacados de la empresa, necesito averiguar quién autorizo la transición.
–¡Fui yo! -Me avisa de la nada.
Yo de inmediato lo miró, sin entender nada.
–¿Cómo que fuiste tú? -Pregunté realmente sorprendida, por lo que mi esposo me decía.
–Cariño, tú sabes que tenía que ir con dinero con estos tipos, ellos normalmente no pagan las cuentas. ¡Y que puedo decir de las apuestas! A cualquier rico le encantan las apuestas.
–Realmente entiendo que los ricos son petulantes y se dejan llevar por el dinero. -Dije un poco confundida. –Lo que no entiendo es, ¿por qué diez millones de libras? –Era una cantidad bastante alta, como para gastarla toda en apuesta o salidas con los inversionistas. –Tú hermano te matara, por haber hecho eso sin su permiso.
Él respira con tranquilidad.
–Es mi empresa también, Mathew no manda en mí. -De pronto, empecé a sentir un ambiente más tenso, mientras el hombre hablaba. Era como si su hermano fuera su peor enemigo. –Bueno, volveré a casa, me tomare una ducha y descansare. –Esa era la misma idea que yo tenía, pero supongo que, en ese momento, él ya no quería tenerme a su lado.
Así que cuando él se fue me dedique a trabajar, pero estaba muy confundida, sobre todo lo que había hecho mi esposo en tan solo una semana. Estaba preocupada, no me sentía bien, pero aun así necesitaba saber, en que ocupo esos diez millones de libras. Así que tuve que hacer muchas llamadas, tenía el nombre de los inversionistas de Italia, que supuestamente se quedarían de ver con él.
-Tu esposo jamás estuvo en mi empresa. –Me contesta Roberto Lonce, un italiano bastante rico. –Supe que estuvo en Italia, pero nunca vino a saludar. -Estaba impresionada por lo que decía. No podía creer que Mark me había mentido, pero quise investigar un poco más.
Llame a todos los inversionistas que supuestamente estarían con él, pero como Roberto, nunca vieron a mi esposo en sus empresas. Así que necesitaba indagar a un poco más. Tuve que llamar a las aerolíneas, para poder encontrar el boleto que compro mi esposo, por suerte, de inmediato me dieron la información que necesitaba.
–En el sistema nos aparece que hubo dos personas con el apellido de Morgan. -Me comenta una asistente telefónica. –El señor Mark Morgan, viajo con su acompañante a Positano. – ¿Positano? ¿Qué demonios era Positano?
–No quiero ser ignorante, pero, ¿dónde queda Positano? -Le pregunté a la asistente telefónica, mientras mordía uno de mis dedos, algo nerviosa.
–Positano es una bella playa en Italia, es muy turística. -Me contesta la asistente. –También rentaron una Ferrari. -Yo me quede con la boca abierta, en cuanto menciono el Ferrari. –Lo hicieron justamente en el aeropuerto.
Capítulo 3 No podía con lo que la asistente me decía, así que colgué el teléfono y me le quedé viendo a la nada, por un momento. No entendía que estaba pasando. ¿Por qué Mark estaba en Positano? ¿Por qué demonios contrato un Ferrari? Pero después recordé, que, en nuestra primera cita, me llevo dentro de una Ferrari rojo, que su padre le había comprado. El Ferrari significaba mucho para mí, ya que supe de inmediato, que él quería asombrarme con el auto, pero nunca lo logro, ya que casi chocamos con esa cosa. Ya era bastante tarde, así que mi oficina se oscureció de inmediato, no me moleste en prender las luces, porque en realidad quería estar en plena oscuridad, pensando en lo que Mark había hecho en Italia. Pero alguien me sorprende de la nada, prendiendo la luz de mi oficina. Esa persona era Mathew, quién me mira con preocupación en cuanto me ve mirando hacia la nada. –¿Lisa? -Pregunta sorprendido, mientras yo me quedo inmóvil al ver la luz. –¿Qué demonios haces aquí? -Pregunta pr
–Lo sé. -Mire al suelo de nuevo.–¿En qué demonios se gastó ese dinero? -Se pregunta el joven. –Bueno, supongo que no puedo decirle nada, él tiene dinero invertido en la empresa, pero tuvo que haberme dicho antes. -Suspiro encontrándole una solución a las cosas. –¿Eso es lo que te consternaba? -Me mira.–Sí, eso es todo. -Le respondí de inmediato, intentando dibujar una sonrisa en mi cara. –Lamento haber sido tan dramática.–Supongo que estabas preocupada, de que le rompiera la cara a tu esposo, pero no lo hare. -Tenía que bajar del auto, así que le brinde la última sonrisa que tendría esta noche, para después bajarme de su auto. Él espero hasta que entrara a mi gran casa, de paredes blancas y ventanales hermosos.Y al entrar a casa, puedo ver como prende su auto, para irse con rapidez. Él era un gran hombre, pero después tuve que escuchar el sonido, de alguien tocando música en el segundo piso de la casa. Sabía que era Mark. Él solía tocar el piano siempre que estaba preocupado, así
*Mark no llego a dormir, supuse que estaría con la mujer con la que me engaña, pero para ser sincera, no lo quería ver más. Así que, al despertar por la mañana puedo ver que hace mucho frío, su lado de la cama estaba vacía, mientras que aún puedo sentir que mis ojos están hinchados de tanto llorar. Pero sé que tengo que levantarme, e ir a trabajar.Me levante de la cama con mucho pesar, me dolía mucho la cabeza, pero aun así me arrastre hacía el baño para darme una ducha. Me desnude con mucha debilidad en mi cuerpo, mientras veo como mis brazos, tienen las marcas de los dedos de Mark. Supongo que me estrujo con tanta fuerza, que mi piel no pudo aguantar tanta presión.Después me mire en el espejo, notando que la bofetada que me había dado, se había convertido en un moretón, que se conectaba con uno de mis ojos. Yo estaba sorprendida, ya que no podía ir al trabajo de esta forma. Pero al final solo me di por vencida, tomé mi ducha, mientras lloraba con tanta fuerza, que se podía escuch
Capítulo 6Parecía que nuestro paradero sería secreto hasta que lleguemos a él. Pero jamás creí que este hombre tan tenaz, me llevara hacía la casa de su madre. Era una hermosa mansión, a las afueras de Londres. La casa era una fortaleza llena de flores, que a Nora, le gustaba tener por todos sus jardines.–¿Qué hacemos aquí? -Le pregunte a Mathew , realmente enojada.–Vamos a decirle a mi madre, lo que ese infeliz te hizo. -Dijo con enojo, hasta que condujo hacía la entrada de la mansión.–Mathew , esto es una estupidez. -Le respondí con enojo. –Tú madre no puede saber de esto. -Pero ya era muy tarde. Nora vio llegar el auto de Mathew , así que salió con felicidad de la casa. Supongo que estaba feliz de ver a su hijo, que ya casi no la visitaba, pero cuando me vio en su auto, su mirada cambio un poco.–Querido hijo, bienvenido a tu hogar. -Responde la mujer con elogios, mientras demuestra una devoción hacía Mathew . –Pero, ¿qué hacen ustedes dos? -Pregunta mientras hace una mueca.Ma
–La conoces. -Él al escuchar que la conoce, abre sus ojos de par en par.–¿Quién? -Pregunta realmente preocupado.Yo solo suspire mientras que ya no había lágrimas en mis ojos, solo había resentimiento.–Lisa. -Dije con rapidez, para después sonreír derrotada.–¿Minary? -Pregunta.–La misma. -Suspire una vez más. –La misma tipa que me vendió mi casa, diciéndome que, en esa casa, haría mi propia familia. -Mathew estaba realmente sorprendido, puesto que era una amiga de la familia. –Y adivina quién es la que me la está quitando. -Mofe sin gracia.–Ese estúpido. -Murmuró Mathew molesto, tomándole un sorbo a su copa de vino.–¿Acaso te gustaba? -Le pregunté con sinceridad, ya que él podía querer cogérsela si él quería, no había ningún problema con sus deseos.–¿Estás hablando en serio? -Me pregunta alzando una ceja.–Sabemos que eres el “play boy” de todo Londres, no se me haría extraño que no te quisiera coger a Lisa. -El hombre solo me miro con enojo, mientras que sabía que había metido
–Vas a pasos agigantados. -Comenta con una sonrisa en su boca.–Vas muy lento. -Le respondí entre risas.Por un momento, deje de tener pena por mí misma. Mathew era un buen conversador mientras que el vino no paro de servirse. No era una buena bebedora, pero sabía que, si quería una buena copa de vino con Mathew podía contar.–¿Recuerdas el viaje que hicimos a Holanda? -Me dice el joven mientras empieza a poner algo de música, para poner algo de ambiente. La música era clásica, así que estaba realmente cómoda.–Como no recordarlo. -Le contesté un poco frustrada, ya que esa había sido la forma, en que Mark y yo nos conocimos.–Recuerdo que ibas con tus amigas, fue gracioso ver cómo te morías del frio. -Yo lo miró con detenimiento. Jamás supe que él me estuviera observando en ese viaje, ya que él era mayor que yo. –Recuerdo que tu nariz estaba tan roja, que pensé que eras Rodolfo el reno. -Yo me mofé con él. –Estuve a punto de quitarme mi chaqueta y dártela.–¿Qué? -Pregunté sorprendida
La vida en ese momento era placentera, pero cuando abrí de nuevo mis ojos, vi mi cruel realidad. Estaba desnuda al lado del hermano de mi esposo. Yo misma pongo mis manos sobre mi boca, mientras veo a ese joven guapo, durmiendo con tranquilidad, mientras sus pestañas largas lo hacían ver aún más precioso de lo que es en la vida real. Pero esto no estaba bien, sabía que me había equivocado.Me levante de la cama con lentitud, para luego tomar mi ropa y vestirme con rapidez, en realidad no me dio tiempo de volverme a poner las medías, así que las deje tiradas en el suelo. Era una pena, dejar a un hombre después de una noche mágica, pero este hombre no era mío, yo ya estaba casada con uno. Y aunque él me engaño, yo no tenía por qué haberlo engañado. Recuerdo tener en mente, que estaba decepcionada de mí misma. Y como no tenía auto, tome un taxi que me llevo hasta casa. Durante el viaje, no pude dejar de ser crudamente criticada por mí misma. Quizás es porque la sociedad siempre criticara
Yo lo mire con mis grandes ojos azules, mientras mi boca se abría un poco.–¡Hermano! -Dijo Mark de inmediato. –Ya estoy de vuelta. -Se expresa con alegría, el joven de ojos verdes. Pero Mathew no dijo nada, solo miró la mano de Mark, tomando la mía. Así que empezó a asentir con la cabeza, mientras nos miraba con mucho detenimiento. –Entonces, ¿están juntos? -Pregunta el joven de traje café, con botas de cuero negro. –Hermano, somos la pareja perfecta, ¿cómo no vamos a estar juntos? -Mathew de inmediato sonríe, para mirarme a mí. –Mi pregunta era para tu esposa, no para ti. -Dijo Mathew con seriedad, mientras mira a su hermano con odio. –Mathew , esto es un matrimonio. -Termine diciéndole, mientras me sentía muy mal por él. –Tienes razón, son una pareja aburrida y desgastada por el tiempo, pero qué más puedo decir. -Suspira. –Bueno, los necesito a los dos en mi oficina. -Nos avisa sorpresivamente. Mark y yo nos quedamos estáticos, hasta que Mathew nos despertó. –¡Vamos! -Nos in