–Vas a pasos agigantados. -Comenta con una sonrisa en su boca.
–Vas muy lento. -Le respondí entre risas.
Por un momento, deje de tener pena por mí misma. Mathew era un buen conversador mientras que el vino no paro de servirse. No era una buena bebedora, pero sabía que, si quería una buena copa de vino con Mathew podía contar.
–¿Recuerdas el viaje que hicimos a Holanda? -Me dice el joven mientras empieza a poner algo de música, para poner algo de ambiente. La música era clásica, así que estaba realmente cómoda.
–Como no recordarlo. -Le contesté un poco frustrada, ya que esa había sido la forma, en que Mark y yo nos conocimos.
–Recuerdo que ibas con tus amigas, fue gracioso ver cómo te morías del frio. -Yo lo miró con detenimiento. Jamás supe que él me estuviera observando en ese viaje, ya que él era mayor que yo. –Recuerdo que tu nariz estaba tan roja, que pensé que eras Rodolfo el reno. -Yo me mofé con él. –Estuve a punto de quitarme mi chaqueta y dártela.
–¿Qué? -Pregunté sorprendida.
–Sí, en el bar. -El hombre ahora mira su suelo, para empezar a sonreír. –Pero cuando lo iba a hacer, mi hermano se me adelanto, ya que un tipo quería tocarte el trasero. -Suspira profundamente. –Pude haber sido yo, él primero que te pudo haber hablado esa noche. -Las casualidades son sorprendentes, jamás pensé que Mathew había prestado atención en mi persona, antes que su hermano. –En ese momento me di cuenta, que Mark te estaba mirando, solo porque yo lo estaba haciendo.
Yo solo suspire profundamente, no sabía la versión de Mathew . No me puedo imaginar, como cambio mi destino, solo porque Mathew me estaba mirando. En ese momento sentí que quizás, si Mathew no me hubiera estado viendo, quizá Mark jamás me hubiera hablado.
–Es duro saber esas cosas. -Murmuré mientras sentía la mirada penetrante del joven. Sentía como se comía cada parte de mi cuerpo con sus ojos, mientras yo estaba aferrada a mi copa de vino. No fue hasta que él se levantó del sillón bruscamente, para buscar mis labios y besarme con fuerza.
Al principio no sabía que pensar, estaba tan confundida, que lo empuje, pero eso no detuvo que él volviera a besarme con pasión, tomando mi cara con sus delgadas y largas manos. No pude evitar sentir como toda mi piel se erizo, hasta llegar a un punto de sentir como mi feminidad palpitaba. Mathew era un buen besador, tenía mucha pasión al besar, mientras que sus manos traviesas, de inmediato empiezan a tocar cada centímetro de mi cuerpo.
Jamás me había sentido tan débil a algo o a alguien, incluso recuerdo haberme resistido a cosas peores, haciendo que mi cuerpo y alma, se sintieran desgarradas. Pero en este momento, no pensaba en nada más, que en el calor corporal que el hombre emanaba. Sus manos se acomodaron en mis pechos, masajeándolos mientras él aún sigue encima de mí. Yo pose mis manos por su espalda ancha, mientras empiezo a sentir como ambos, estamos palpitando.
Yo quería más, así que lo empuje con fuerza. Supongo que en ese momento, el joven creyó que todo esto acabaría, pero no, ya que me subí encima de su cuerpo bien trabajado, besando sus labios como una loca. Quería más y más de él, sus manos se acomodaron en mi trasero, mientras siento como masajea cada parte de mi cuerpo.
El fuego de nuestros labios es tan candente, mientras que una parte de mí, empieza a pensar que el sillón no es tan cómodo para tener intimidad. Y menos una intimidad con tanta pasión, como la que estábamos teniendo.
–Cama. -Balbucee entre besos.
Él de inmediato me entendió, así que me cargo entre sus brazos, para llevarme hacía su habitación. Jamás había estado en este lugar, que parecía realmente una recamara de un soltero. Todo era de color gris, incluso sus cuadros favoritos también eran de eso color. Pero eso es lo único que pude notar en ese momento, porque lo único que quería, era que me quitara la ropa.
Mathew me deja caer sobre la cama, mientras yo estiro mi cuerpo, que estuvo mucho tiempo sentado en ese sillón, para ver como el hombre de cabellera castaña y ojos grises, se quita la ropa enfrente de mí. Lentamente se va quitando su camisa, para después dejarla caer al suelo, mostrándome sus abdominales bien trabajados, que parecían estar hechas de rocas. Yo paso mi mano sobre el cuerpo ardiente de Mathew , puesto que nunca antes había visto a un hombre con tanta lujuria.
Era la primera vez que estaba tan curiosa y sedienta por alguien como él.
Mathew lentamente me quita los zapatos, para después quitarme las medias, para pasar sus manos por mis delgadas piernas, haciéndome jadear más de una vez, ya que estuvo muy cerca de mi feminidad. Después me subió el vestido por completo. Yo solo me tuve que levantarme un poco, para que él pudiera sacar el vestido por mi cabeza.
Ahora estaba solo con mi ropa interior, jamás pensé que alguien más pudiera verme de esta forma, más que mi esposo. Así que me encontraba un poco miedosa, ya que la mirada de Mathew era imponente, era como si un puma te mirara con detenimiento.
–¿Estas nerviosa? -Me susurra al oído placenteramente.
–Nunca había tenido sexo con nadie más. -Le confesé con una sonrisa. –Louis siempre fue el primero.
Mathew quién está encima de mí, de inmediato se empieza a reír de mí. El sonido de su risa es sexy, pero al mismo tiempo, se que tiene pena de que mi cuerpo entero solo a probado las mieles de Mark.
–Nunca más me digas, que Mark hizo algo antes que yo. -Besa mis labios. –Mark pudo haber sido el primero, pero apuesto que Mark jamás te ha hecho sentir esto. -Besa mi cuello, para después pasar su lengua hasta llegar a mis pechos. Sacando mis pechos del sostén, para empezar a estimular mis pezones. Mis manos de inmediato se aferran a la cama, mientras siento como su lengua lame de mí. Después sus labios se dirigieron hasta llegar a mi estómago, lamiendo cada uno de mis músculos, que de inmediato se tensaron.
El hombre me estaba enloqueciendo con sus besos, pero aún no podía decir que era mejor que Mark. Pero supongo que ese día descubrí tantas cosas de Mathew , de Mark e incluso de mí, que debí de dejar de pensar en Mark en ese momento.
Los labios de Mathew llegaron hasta mi feminidad, que le estaba esperando latiente, mientras mis manos estaban un poco temblorosas. Esto era algo que ya Mark me había hecho, pero sentí que estaba apenada de que lo hiciera, así que tomé su cara con mis manos, para que me mirara.
–No sé si estaré cómoda con…- Pero el joven audaz, se me adelanta.
–No creo que no te guste. -Termina de decir, para regresar hacía mi feminidad, quitándome mi pantaleta, para después pasar su lengua por mi feminidad. Yo misma jadeo sin poder creer, que un hombre pudiera hacerme sentir de esa forma.
Mark lo había intentado muchas veces, pero siempre lograba lastimarme, tenía que fingir todo el tiempo. Pero Mathew realmente me hacía actuar de diferente forma, todas las reacciones de mi cuerpo eran naturales. No pude evitar brincar varias veces, del placer que pasaba por todo mi cuerpo, hasta que con sus dedos y con la ayuda de su lengua, termino llevándome a un orgasmo.
El orgasmo era un tema difícil de tocar para mí, porque muchas veces no lograba llegar a el con Mark. Como dije antes, muchas veces tuve que fingir que me gustaba, las cosas que él me hacía con agresividad. En este momento no estaba fingiendo, mi cuerpo aún estaba pasando por el orgasmo, en cuanto Mathew volvió a mi boca, para besarme con esa lengua, que me había hecho tan feliz.
Apasionada y realmente estimulada, paso mis manos alrededor de su cuello, no quería dejar de besar sus labios grandes, quería estar todo el tiempo dentro de su boca, mientras que nuestras lenguas luchaban una contra otra. Nuestros cuerpos estaban tan estimulados, que los dos ya no teníamos más paciencia, queríamos completar este acto.
Así que el Mathew abrió mis piernas, mientras nota de inmediato que mi feminidad, ya estaba lo suficientemente lubricada, como para recibir a su hombría. Debo decir que estaba un poco asustada, porque nunca había visto a Mathew desnudo, pero cuando se quitó el pantalón, junto con su calzoncillo, me pude dar cuenta porque era el mejor amante de todo Londres.
El hombre contaba con una hombría de un buen tamaño, mientras que también tenía un grosor bastante considerable, como para saber que iba a ser un buen amante. Con lentitud metió su hombría dentro de mí. Yo de inmediato empecé a sentir un poco de presión, pero cuando se incrustó en mí por completo, el joven ardiente se empezó a mover, haciéndome sentir como el placer recorría mi pelvis. Yo aferre mis piernas alrededor de su cadera, para poder sentir aún más placer, mientras mis manos se aferraban a su espalda bien trabajada.
Era cierto lo que Mathew decía, nuca dejo a una mujer insatisfecha, me estaba haciendo el amor con tanta pasión, mientras que los gemidos se podían escuchar por toda la casa, ya que normalmente su casa era muy silenciosa.
Ni siquiera puedo decir cuantas veces, cambiamos de posición, lo único que puedo asegurar, es que Lisa ya no era la misma Lisa. Los besos de Mathew poco a poco, se fueron convirtiendo en más y más dulces, logrando algo que nunca me paso en la vida. De pronto, cuando los dos llegamos al orgasmo, sus ojos se juntaron con los míos, no podía evitar caer encantada con esos ojos grises, que me miraban de una forma diferente. Con lentitud fue pasando sus manos por mi cabellera, peinándola mientras aún seguíamos teniendo contacto visual. ¿Qué puedo decir? En ese momento empecé a sentir como todo mi cuerpo vibraba, era un sentimiento extraño, era como… volverte a enamorar.
La vida en ese momento era placentera, pero cuando abrí de nuevo mis ojos, vi mi cruel realidad. Estaba desnuda al lado del hermano de mi esposo. Yo misma pongo mis manos sobre mi boca, mientras veo a ese joven guapo, durmiendo con tranquilidad, mientras sus pestañas largas lo hacían ver aún más precioso de lo que es en la vida real. Pero esto no estaba bien, sabía que me había equivocado.Me levante de la cama con lentitud, para luego tomar mi ropa y vestirme con rapidez, en realidad no me dio tiempo de volverme a poner las medías, así que las deje tiradas en el suelo. Era una pena, dejar a un hombre después de una noche mágica, pero este hombre no era mío, yo ya estaba casada con uno. Y aunque él me engaño, yo no tenía por qué haberlo engañado. Recuerdo tener en mente, que estaba decepcionada de mí misma. Y como no tenía auto, tome un taxi que me llevo hasta casa. Durante el viaje, no pude dejar de ser crudamente criticada por mí misma. Quizás es porque la sociedad siempre criticara
Yo lo mire con mis grandes ojos azules, mientras mi boca se abría un poco.–¡Hermano! -Dijo Mark de inmediato. –Ya estoy de vuelta. -Se expresa con alegría, el joven de ojos verdes. Pero Mathew no dijo nada, solo miró la mano de Mark, tomando la mía. Así que empezó a asentir con la cabeza, mientras nos miraba con mucho detenimiento. –Entonces, ¿están juntos? -Pregunta el joven de traje café, con botas de cuero negro. –Hermano, somos la pareja perfecta, ¿cómo no vamos a estar juntos? -Mathew de inmediato sonríe, para mirarme a mí. –Mi pregunta era para tu esposa, no para ti. -Dijo Mathew con seriedad, mientras mira a su hermano con odio. –Mathew , esto es un matrimonio. -Termine diciéndole, mientras me sentía muy mal por él. –Tienes razón, son una pareja aburrida y desgastada por el tiempo, pero qué más puedo decir. -Suspira. –Bueno, los necesito a los dos en mi oficina. -Nos avisa sorpresivamente. Mark y yo nos quedamos estáticos, hasta que Mathew nos despertó. –¡Vamos! -Nos in
Después de esa escena tan desoladora, de ver a Mathew emotivo por sus sentimientos, tuve que regresar al trabajo. No pude evitar poner más de una vez mi cabeza sobre mi escritorio, mientras hacía mi trabajo. Tenía muchas emociones pasando por mi cuerpo, hasta que llegó la hora de salida.Hoy iba a ser una noche diferente, ya que, por culpa de Mark, tenía que asistir a una cena. Caroline era mi mejor amiga, nos conocimos también desde la universidad, y fuimos tan afortunadas de seguir el mismo rubo, porque las dos nos casamos, con dos grandes empresarios. No había duda de que compartíamos muchas cosas en común, pero sabía fielmente, que Thomas jamás le había sido infiel a su esposa. O eso pensaba yo. Había una parte de mí, que quería ser sincera con mi mejor amiga, pero también estaba la presión social, ya que Caroline no era solo mi mejor amiga, sino era parte de una sociedad de esposas ricas en Londres, a la cual yo también pertenecía. Todas siempre hablaban del matrimonio de las d
–¡Me canse! -Mire a Thomas con dureza, mientras que no grité para nada, solo hable un poco más fuerte de lo usual. –No es justo que hables de esa manera, de la mujer que te tiene comiendo como un cerdo. -Thomas y Mark de inmediato se sorprenden, de que este hablando con fuerza. –Deberías de ser más agradecido con ella, de que es buena mujer contigo. -Tome mi bolso dispuesto a retirarme. –Tienes tanta suerte de que ella este contigo, porque sé que ninguna mujer aguantaría lo que haces con ella. No pude más y salí de la casa, quería caminar sola por las calles, hasta llegar a mi casa, pero antes de que lo hiciera, Caroline salió tras de mí corriendo. –¡Lisa! -Me detiene. –¿Qué paso? -Me pregunta como si no supiera, que su esposo es un idiota. –¿Qué no lo notas? –Le pregunté furiosa, mientras mis ojos se abren. –Tú esposo estaba hablando de ti, como si no valiera nada y tú solo haces como si no pasara nada. –Lisa…-Pero no dejo que ella continúe. –Sí eso es lo que a ti te gusta, no c
El sábado llego, toda la familia y amigos de los Morgan, estaban en el hipódromo de Ascot, solo la crema y nata podía asistir a esta clase de eventos, en donde todos vestían ropa de coctel muy fina. El lugar estaba lleno de comida y bebidas, mientras toda la gente socializaba, hablando mal de la otra gente.¡Qué malo era ser millonario! Así solo puedes hablar mal de los que te codean, supongo que no pueden hablar mal de las personas pobres. ¡Qué suerte tienes lo pobres! Ya que se codean con muchas personas, y si, quizás hablen mal de ti a tus espaldas, pero no creo que hablen de ti, como lo hacen los ricos. Ese hermoso día de sábado, estaba usando un bello vestido de flores color crema. Usaba también unos tacones altos y un sobrero muy hermoso, mientras que mi esposo, estaba usando un traje muy sencillo pero muy costoso, de color café. Sus pantalones eran blancos, usando también unas botas negras, que lo hacían ver como todo un príncipe. Lástima que estaba muy lejos de serlo. La ma
–Se me olvido totalmente, retirar su invitación. - su madre es la que me responde. –Lo lamento. -Se disculpa con seriedad. –No me quedaré aquí, compartiendo el mismo aire que esa estúpida mujer. -Les dije a los dos muy molesta, ya que esto no me parecía como un accidente, sino que era algo armado. Así que me levante de mi asiento, mientras dejaba las gafas caer al suelo. –Mi amor. -Mark me toma del brazo. –Por favor no te vayas. -Me ruega. –Cariño, quédate. -Me pide ahora Nora, mientras que yo no puedo ser tan estúpida, como para quedarme y ver que esa mujer mire a mi esposo. –En este momento, creo ser yo la persona, que sobra en este lugar. Me retire de los asientos, mientras que un hombre me siguió el paso. Era un joven guardaespaldas, que en ese momento no se me hacía conocido.–Señorita Morgan. -Llama mi atención, así que de inmediato lo miré, dándome cuenta sorpresivamente, que era el guardaespaldas personal de Mathew. –¿Richi? -Pregunté sorprendida de que me hablara. –Mi
–Más tarde regañare a Mark por lo que hizo, pero tú te tuviste que quedar en tu lugar.–No iba a quedarme en el mismo lugar, en donde está la zorra de mi marido -Exprese con odio. –Sí estuve en el lugar, de la supuesta novia de Mathew , es porque su hijo tuvo compasión por mí, al ver que Lisa estaba en el lugar. -Ahora le hago frente. -Al menos una persona de esta familia, tuvo piedad por mí. -La mujer no sabe que más decir, supongo que si su esposo la hubiera engañado como el mío lo hizo, no compartiría ni siquiera el mismo aire con aquella mujer. Y menos sabiendo, que Nora es una mujer realmente orgullosa. Así que deje a Nora hablando sola.Había una gran parte de mí, que solo se preocupaba por Mathew , así que acudí de inmediato a la enfermería, pero cuando llegué al lugar, solo estaba un viejo hombre con bata, limpiando su escritorio.–¿Disculpe? -Llame la atención del viejo hombre, que de inmediato me mira. –¿Y Mathew Morgan? -Es lo único que pude decir, ya que había corrido bast
Al terminar ese beso tan romántico, que me robo varios suspiros, lo miré a los ojos. Sus ojos grises ya no lucían opacos, sino que ahora lucia unos ojos brillantes, que demostraban que estaba realmente feliz.–Tus labios siempre sabrán bien, al lado de los míos. -Murmura mientras limpia mi boca, ya que quizás mi labial este por todas partes. Yo no puedo evitar sonreír como si estuviera enamorada, y aun que quisiera negarlo y no decirlo, realmente estaba enamorada de Mathew .–¿Tú crees eso? ¿Tan seguro estas de ti? -Le pregunté mientras alzaba una de mis cejas.–No lo creo, lo sé. -Pone de nuevo sus manos en mi cintura. –Te has dado cuenta que estas locamente enamorada de mí. -Suspira. –Pero solo lo quieres negar, porque aún te sigues culpando, por lo que Mark te hizo.Era cierto lo que decía, así que solo suspire profundamente, mirando el suelo y recordando como esa mujer se vino a colar a esta fiesta.–En este momento, quizás este con ella. -Ahora lo miré realmente preocupada.Quizá