–La conoces. -Él al escuchar que la conoce, abre sus ojos de par en par.
–¿Quién? -Pregunta realmente preocupado.
Yo solo suspire mientras que ya no había lágrimas en mis ojos, solo había resentimiento.
–Lisa. -Dije con rapidez, para después sonreír derrotada.
–¿Minary? -Pregunta.
–La misma. -Suspire una vez más. –La misma tipa que me vendió mi casa, diciéndome que, en esa casa, haría mi propia familia. -Mathew estaba realmente sorprendido, puesto que era una amiga de la familia. –Y adivina quién es la que me la está quitando. -Mofe sin gracia.
–Ese estúpido. -Murmuró Mathew molesto, tomándole un sorbo a su copa de vino.
–¿Acaso te gustaba? -Le pregunté con sinceridad, ya que él podía querer cogérsela si él quería, no había ningún problema con sus deseos.
–¿Estás hablando en serio? -Me pregunta alzando una ceja.
–Sabemos que eres el “play boy” de todo Londres, no se me haría extraño que no te quisiera coger a Lisa. -El hombre solo me miro con enojo, mientras que sabía que había metido la pata. -Perdón. -Es lo último que dije, para darle otro trago a mi copa.
–Se qué crees que soy el ramero de toda la ciudad. Pero jamás me acostaría con una mujer como ella. -Realmente estaba sorprendida, ya que Lisa era una mujer hermosa. –Lo único que yo quiero cuando tengo sexo, es tener la seguridad que lo estoy haciendo con alguien, que jamás lastimara a alguien más. -No entendía a lo que se refería, así que tuve que preguntarle.
–No te entiendo. ¿A qué te refieres?
Él miro con desprecio su pared, que tenía una gran pintura. Era tan hermosa, mostraba una cabaña en medio de la nada, mientras que había nieve por todo el lugar. Esa cabaña se veía más cómoda, que mi propia casa. Incluso con el frio y los árboles llenos de nieve, se podía sentir la calidez de esa cabaña.
–No es la primera vez que Lisa le quita el esposo a alguien. -Me responde con dureza, para después dejar su copa en medio de una mesa de cristal. –Solo los imbéciles caen en la trampa de Lisa, y mi hermano es tan estúpido, que cayó a sus pies.
–Alguna vez Lisa se te…-Él me mira de inmediato, atrapándome con sus ojos.
–Claro que se me ofreció, pero como dije, no me acuesto con personas que lastimen a alguien. -Ahora pasa sus manos por su cara. –Lisa se ha metido con la mayoría de mis amigos, supongo que el único idiota que faltaba en su lista, era tu esposo.
Mathew solía hablar de Mark, como si no fuera de su familia, así que tenía muchas dudas. Y supuse de inmediato, que era el momento indicado, para que él pudiera decirme, el porqué del desprecio hacia su hermano.
–Jamás te he preguntado de esto, porque nunca quise meterme en tus asuntos, pero…- Traté de pensarlo, pero al final solo lo hice. -¿Por qué siempre hablas de Mark, como si no fueran hermanos?
–¿No quieres meterte en mis asuntos? -Se ríe el joven de ojos grises. –Tú eres siempre la que me dice, que debo de conseguirme una mujer. -Pero a pesar de que siempre lo hacía, era bueno que lo tomara con gracia. –No debiste de quedarte con la duda. Debiste de haberme preguntando, desde el primer momento, en que notaste que lo trato como si no fuéramos familia.
Nunca pensé que Mathew fuera tan abierto conmigo, así que me puse un poco más en confianza.
–Dímelo. -Tome un poco más de vino. –Suéltalo, soy toda oídos. -Dije divertida.
Mathew al ver que el ambiente se tornaba un poco más calmado, decide quitarse su chaleco, dejándome ver sus pectorales bien marcados, mientras usaba una camisa color blanca de botones negros. Yo trataba fielmente de que mi mirada se juntara con la suya, pero fue bastante difícil ignorar a un hombre tan ardiente como él. El joven sin más, abre sus piernas con mucha confianza, sin saber que estaba siendo provocativo conmigo.
–Cuando era pequeño, Mark era un marica. -Yo solo me río, mientras que a él también se le hace gracioso. –Se escondía siempre de las responsabilidades, con la excusa de que era más sensible. Todo lo tenía que hacer yo, porque el pequeño Mark no tenía los pantalones, para hacer nada. -Suspira. –Después me di cuenta que solo era un acto, dejaba que mi padre me diera palizas con fuerza, cuando él hacía algo malo. Como pensé que era débil, dejaba que me castigaran a mí, hasta que… -Él ahora se detiene. –Hasta que una vez fuimos a Las Vegas, era un viaje de amigos. Todos estábamos actuando como idiota, puesto que solo teníamos veintidós años. -Al principio Mathew se veía un poco divertido con la historia, pero de pronto su voz se tornó un poco más amarga. –Pero a pesar de ser tontos e idiotas, algunos de los que íbamos en ese viaje, sabíamos controlarnos. En cambio, a Mark, todo se le hacía atractivo. Las drogas, el alcohol, las mujeres y las apuestas. -Suspira de nuevo. –Desgraciadamente nos metimos en un lugar peligroso, el lugar lo consiguió un amigo, nos dijo que ahí íbamos a encontrar todo lo que necesitábamos para nuestro viaje, pero como dije antes, Mark se excedió. -Guardo silencio para mirar su copa. –Mark hizo… -Parecía que no podía decirlo, su mirada ahora era diferente.
–¿Mark hizo qué? -Pregunté temerosa.
–Mark violo a una chica. -Yo misma sentí como un balde de agua fría, caía por mi cuerpo. Así que puse mis manos sobre mi boca, no sabía que esta historia se tornaría tan fuerte. -Una de las chicas no era prostituta, sino que era hija del dueño del lugar. El hombre llamo a la policía y a todos nos arrestaron, Mark se estaba cagando del miedo. -Se expresa con sus palabras fuertes. –Y como nos parecemos, le dije a la policía que yo había violado a la chica.
–¿Por qué demonios hiciste eso? -Le pregunté mientras estaba sorprendida.
–Por ser un buen hermano. -Responde el joven sin más. –Gracias a que nuestros padres son ricos, pudimos salir de ese acto impunes. -Hace un sonido de molestia. –Lamentablemente sé que no se pudo hacer justicia, por la chica que violaron esa noche. Y lo que más odio, es que al final, mi padre murió pensando que su yo era un violador. -La mirada de Mathew se transforma, en una mirada que no había visto antes. Una soledad inmersa, estaba pasando por su cuerpo.
–¿Alguna vez le comentaste a alguien de esto? -Pregunté mientras también tenía muchas cosas, pasando por mi cabeza.
Él solo suspiro profundamente.
–Eres la primera a la que se lo comento. Aún que todos mis amigos también saben lo que paso, pero deciden guardar el secreto, porque yo se los pedí. -Yo sonreí un poco, al saber que me había tenido la confianza de decirme un secreto, que yo misma no sabía. Era increíble saber que tu esposo, no era la persona con la quién creías haberte casado.
–Tengo tantos sentimientos, en mi cuerpo. -Le confesé mientras le daba otro trago a mi copa de vino.
Él me miro divertido, al ver que realmente quería embriagarme.
–Vas a pasos agigantados. -Comenta con una sonrisa en su boca.–Vas muy lento. -Le respondí entre risas.Por un momento, deje de tener pena por mí misma. Mathew era un buen conversador mientras que el vino no paro de servirse. No era una buena bebedora, pero sabía que, si quería una buena copa de vino con Mathew podía contar.–¿Recuerdas el viaje que hicimos a Holanda? -Me dice el joven mientras empieza a poner algo de música, para poner algo de ambiente. La música era clásica, así que estaba realmente cómoda.–Como no recordarlo. -Le contesté un poco frustrada, ya que esa había sido la forma, en que Mark y yo nos conocimos.–Recuerdo que ibas con tus amigas, fue gracioso ver cómo te morías del frio. -Yo lo miró con detenimiento. Jamás supe que él me estuviera observando en ese viaje, ya que él era mayor que yo. –Recuerdo que tu nariz estaba tan roja, que pensé que eras Rodolfo el reno. -Yo me mofé con él. –Estuve a punto de quitarme mi chaqueta y dártela.–¿Qué? -Pregunté sorprendida
La vida en ese momento era placentera, pero cuando abrí de nuevo mis ojos, vi mi cruel realidad. Estaba desnuda al lado del hermano de mi esposo. Yo misma pongo mis manos sobre mi boca, mientras veo a ese joven guapo, durmiendo con tranquilidad, mientras sus pestañas largas lo hacían ver aún más precioso de lo que es en la vida real. Pero esto no estaba bien, sabía que me había equivocado.Me levante de la cama con lentitud, para luego tomar mi ropa y vestirme con rapidez, en realidad no me dio tiempo de volverme a poner las medías, así que las deje tiradas en el suelo. Era una pena, dejar a un hombre después de una noche mágica, pero este hombre no era mío, yo ya estaba casada con uno. Y aunque él me engaño, yo no tenía por qué haberlo engañado. Recuerdo tener en mente, que estaba decepcionada de mí misma. Y como no tenía auto, tome un taxi que me llevo hasta casa. Durante el viaje, no pude dejar de ser crudamente criticada por mí misma. Quizás es porque la sociedad siempre criticara
Yo lo mire con mis grandes ojos azules, mientras mi boca se abría un poco.–¡Hermano! -Dijo Mark de inmediato. –Ya estoy de vuelta. -Se expresa con alegría, el joven de ojos verdes. Pero Mathew no dijo nada, solo miró la mano de Mark, tomando la mía. Así que empezó a asentir con la cabeza, mientras nos miraba con mucho detenimiento. –Entonces, ¿están juntos? -Pregunta el joven de traje café, con botas de cuero negro. –Hermano, somos la pareja perfecta, ¿cómo no vamos a estar juntos? -Mathew de inmediato sonríe, para mirarme a mí. –Mi pregunta era para tu esposa, no para ti. -Dijo Mathew con seriedad, mientras mira a su hermano con odio. –Mathew , esto es un matrimonio. -Termine diciéndole, mientras me sentía muy mal por él. –Tienes razón, son una pareja aburrida y desgastada por el tiempo, pero qué más puedo decir. -Suspira. –Bueno, los necesito a los dos en mi oficina. -Nos avisa sorpresivamente. Mark y yo nos quedamos estáticos, hasta que Mathew nos despertó. –¡Vamos! -Nos in
Después de esa escena tan desoladora, de ver a Mathew emotivo por sus sentimientos, tuve que regresar al trabajo. No pude evitar poner más de una vez mi cabeza sobre mi escritorio, mientras hacía mi trabajo. Tenía muchas emociones pasando por mi cuerpo, hasta que llegó la hora de salida.Hoy iba a ser una noche diferente, ya que, por culpa de Mark, tenía que asistir a una cena. Caroline era mi mejor amiga, nos conocimos también desde la universidad, y fuimos tan afortunadas de seguir el mismo rubo, porque las dos nos casamos, con dos grandes empresarios. No había duda de que compartíamos muchas cosas en común, pero sabía fielmente, que Thomas jamás le había sido infiel a su esposa. O eso pensaba yo. Había una parte de mí, que quería ser sincera con mi mejor amiga, pero también estaba la presión social, ya que Caroline no era solo mi mejor amiga, sino era parte de una sociedad de esposas ricas en Londres, a la cual yo también pertenecía. Todas siempre hablaban del matrimonio de las d
–¡Me canse! -Mire a Thomas con dureza, mientras que no grité para nada, solo hable un poco más fuerte de lo usual. –No es justo que hables de esa manera, de la mujer que te tiene comiendo como un cerdo. -Thomas y Mark de inmediato se sorprenden, de que este hablando con fuerza. –Deberías de ser más agradecido con ella, de que es buena mujer contigo. -Tome mi bolso dispuesto a retirarme. –Tienes tanta suerte de que ella este contigo, porque sé que ninguna mujer aguantaría lo que haces con ella. No pude más y salí de la casa, quería caminar sola por las calles, hasta llegar a mi casa, pero antes de que lo hiciera, Caroline salió tras de mí corriendo. –¡Lisa! -Me detiene. –¿Qué paso? -Me pregunta como si no supiera, que su esposo es un idiota. –¿Qué no lo notas? –Le pregunté furiosa, mientras mis ojos se abren. –Tú esposo estaba hablando de ti, como si no valiera nada y tú solo haces como si no pasara nada. –Lisa…-Pero no dejo que ella continúe. –Sí eso es lo que a ti te gusta, no c
El sábado llego, toda la familia y amigos de los Morgan, estaban en el hipódromo de Ascot, solo la crema y nata podía asistir a esta clase de eventos, en donde todos vestían ropa de coctel muy fina. El lugar estaba lleno de comida y bebidas, mientras toda la gente socializaba, hablando mal de la otra gente.¡Qué malo era ser millonario! Así solo puedes hablar mal de los que te codean, supongo que no pueden hablar mal de las personas pobres. ¡Qué suerte tienes lo pobres! Ya que se codean con muchas personas, y si, quizás hablen mal de ti a tus espaldas, pero no creo que hablen de ti, como lo hacen los ricos. Ese hermoso día de sábado, estaba usando un bello vestido de flores color crema. Usaba también unos tacones altos y un sobrero muy hermoso, mientras que mi esposo, estaba usando un traje muy sencillo pero muy costoso, de color café. Sus pantalones eran blancos, usando también unas botas negras, que lo hacían ver como todo un príncipe. Lástima que estaba muy lejos de serlo. La ma
–Se me olvido totalmente, retirar su invitación. - su madre es la que me responde. –Lo lamento. -Se disculpa con seriedad. –No me quedaré aquí, compartiendo el mismo aire que esa estúpida mujer. -Les dije a los dos muy molesta, ya que esto no me parecía como un accidente, sino que era algo armado. Así que me levante de mi asiento, mientras dejaba las gafas caer al suelo. –Mi amor. -Mark me toma del brazo. –Por favor no te vayas. -Me ruega. –Cariño, quédate. -Me pide ahora Nora, mientras que yo no puedo ser tan estúpida, como para quedarme y ver que esa mujer mire a mi esposo. –En este momento, creo ser yo la persona, que sobra en este lugar. Me retire de los asientos, mientras que un hombre me siguió el paso. Era un joven guardaespaldas, que en ese momento no se me hacía conocido.–Señorita Morgan. -Llama mi atención, así que de inmediato lo miré, dándome cuenta sorpresivamente, que era el guardaespaldas personal de Mathew. –¿Richi? -Pregunté sorprendida de que me hablara. –Mi
–Más tarde regañare a Mark por lo que hizo, pero tú te tuviste que quedar en tu lugar.–No iba a quedarme en el mismo lugar, en donde está la zorra de mi marido -Exprese con odio. –Sí estuve en el lugar, de la supuesta novia de Mathew , es porque su hijo tuvo compasión por mí, al ver que Lisa estaba en el lugar. -Ahora le hago frente. -Al menos una persona de esta familia, tuvo piedad por mí. -La mujer no sabe que más decir, supongo que si su esposo la hubiera engañado como el mío lo hizo, no compartiría ni siquiera el mismo aire con aquella mujer. Y menos sabiendo, que Nora es una mujer realmente orgullosa. Así que deje a Nora hablando sola.Había una gran parte de mí, que solo se preocupaba por Mathew , así que acudí de inmediato a la enfermería, pero cuando llegué al lugar, solo estaba un viejo hombre con bata, limpiando su escritorio.–¿Disculpe? -Llame la atención del viejo hombre, que de inmediato me mira. –¿Y Mathew Morgan? -Es lo único que pude decir, ya que había corrido bast