En un mundo de dioses, con habitantes sangres negras, azules, púrpuras y verdes, el ahora rey Ryo debe cruzar el Bosque Negro para ir a un mundo incierto, en busca de la última sangre roja. Pero esta no es cualquier sangre , si no la descendiente directo de los rojos centelleantes, extintos hace décadas en su reino. Vika por otra parte, ignorante de su prigen viviendo en el mundo humano, siempre se ha sentido extraña y desencajada por su sangre, y su historia, ya que ni siquiera sabe quienes son sus verdaderos padres. Hasta que mensajes y acontecimientos extraños comienzan a suceder, con la promesa de revelar sus dudas, pero también poniendola en peligro. Con una guerra por estallar en su reino, y el despertar de los dioses, Ryo debe traer a Vika la centelleante al mundo donde pertenece, y lo que es peor: Hacerla su esposa. Pero esto no será fácil, y pronto descubriran que en ambos mundos, hay secretos y mentiras.
Leer másVikaEstábamos en la carretera hacía poco más de diez minutos, habíamos decidido tomar el camino largo y aprovechar para hacer algo de turismo, aunque pretender que ese era un viaje cualquiera, no se nos daba bien.Cuando decidí contarle la verdad a Eli (a medias, otra vez) esta se emocionó mucho, pero también le surgió el miedo. Y no era para menos, la historia de llamadas misteriosas y mensajes a medianoche era por lo menos, escalofriante. Salteando historias con sangres de colores y fantasías que ni siquiera para mi tenían el menor sentido, le conté lo suficiente como para que ella decidiera alquilar un auto, y rentar cinco días en el único complejo de cabañas de la zona, a la vera del bosque. Pese a sus quejas, decidí pagar la mitad de todo, realmente solo contaba con mis ahorros, p
Estaba todo listo, las emisoras se agazapaban intentando encontrar el mejor lugar. Ettie permanencia en el ojo público, hablando con algunas personalidades de las castas más importantes, esperando su señal para hacer el recorrido real.Por mi cuenta, ahora que gran parte del personal se había ido y solo que quedabamos Brann y yo, me había dado el lujo de por fin, sentarme en unos de los mullidos sillones de mi oficina, rememorando una y otra vez, el juramento real que por años mis ancestros habían repetido. Humo también estaba listo, esperando el momento en que recorrieramos siete, de las quince cuadras de largo que tenía el castillo como propiedad, hasta la entrada principal.—Entonces, creo que todo está listo.— Dijo Bran interrumpiendo el sile
Vika—Vamos, ya es tarde.— Eli tironeaba de mi brazo hasta la entrada del famoso restaurante "La Terracita" famoso por estar justamente, en una terraza; uno de los lugares más codiciados para ir en parejas y amigos, que no conformaban con solo salir a tomar algo y buscaban un lugar especial. Al subir las angostas escaleras, con barandales dorados que hacían juego con los complicados marcos de cuadros que colgaban sobre las paredes turquesas, jalada por el entusiasmo de mi compañera, luego de decir nuestros nombres en la entrada (después de varias "corroboraciones" para ver si éramos las personas de la reservación), me encontré con un espectáculo visual. Paredes de vidro acogian al lugar, que parecía haber sido un antiguo invernadero, decoradas por las más exquisitas plantas naturales en todas las paredes, mesas de un blanco viejo desgastadas intencionalmente, dando
Ryo—Se siente distinto, la gente, el ambiente y me atrevería a decir que hasta el clima… es diferente— Atine a decir, y era cierto. A mi lado, Brann asentía satisfecho por tener indiscretamente la razón ante su rey.—¿Lo ve majestad? Le dije que la experiencia sería distinta. Ahora apure su paso, hay mucho que recorrer.— Dijo Brann, y me dio una sonrisa ladeada a la izquierda como era natural en él.El ambiente en los lugares cercanos al palacio eran distintos a lo que estaba acostumbrado, las voces y las risas se entremezclaban dando una musicalización natural al lugar. Los niños se escabullían por entre las personas sin mirar con mucho cuidado donde pisaban, y el mercado lleno de vida, resaltaba por sus arom
Vika"Erase un tiempo, donde uno de los diez hijos de la Luz Madre, Zenrei, decidió descender hacia un plano más simple, buscando algo que pudiera ser solamente suyo. Fue allí donde en un inhóspito y desierto lugar creó una descendencia, a la que llamó Primeros Hijos. Or, Dios del Tiempo y Blima, Diosa de la Naturaleza decidieron ayudar a su hermano, ahora nombrado Dios de la Creación Terrenal, con los Semidioses que había creado. Pero en cuanto Blima decidió crear un hábitat acorde y Or trató de ordenar el tiempo errático en aquel lugar, se dieron cuenta que no podían hacerlo por completo, pues el lugar no estaba vacío. Un bosque al que llamaron Bosque Negro, no respondía a las fuerzas de los dioses. Adentrándose en lo profundo, encontraron un árbol en el centro del bosque, con una puerta tallada en él. Or decidió tocar aquella puerta, y al hacerlo, lo que supo, l
RyoMe encontraba en los ya conocidos pasillos del palacio, y Ettie esperaba por mi en la sala de estar para lo que llamaba "convivencia obligatoria familiar". Mientras caminaba con algo parecido al relax, mi cerebro aún se rehusaba a el contacto con el mundo exterior. Durante el transcurso de lo sucedido, había perdido el apetito y durante cinco días tras la muerte del chico del ataque, no había salido de mi aposentos aprovechando la agenda libre y me había dedicado a ejercitar. No, no consideraba que estaba siendo débil, y tampoco pretendía castigarme. Había matado hombres antes, en peleas contra saqueadores de pueblos, donde mi padre me llevaba a terminar junto con otros hombres, la vida de nómades que se dedicaban a violar, matar, y saquear distintos pueblos obreros. Sin mencionar que había sido entrenado como cualquier futuro rey en el arte de la espada, la
VikaAl abrirse las puertas del ascensor, fui sacudida en el hombro por Owen, quien tiró suavemente mi brazo al pequeño pasillo de entrada. Cuando había preguntado por aquel mensaje, solo había atinado a responder que era una promoción telefónica. A pesar de los nervios y la incertidumbre, camine con paso firme hasta la puerta del departamento.—Sabes...— Owen alzó una ceja y me dio una mirada acusadora —Para ser una “promoción telefónica”— Se esforzó al máximo en burlar mi tono de voz — Te ves bastante alterada. — Al pulsar los dígitos correctos en la cerradura electrónica, esta hizo un “clic” indicando que estaba abierta.— Estoy bien.— Respondí algo molesta por el interrogatorio&
VikaEsta vez había sido mucho más simple. En el sueño, aquel extraño símbolo aparecía otra vez y bajaba hasta mi. A medida que bajaba se hacía diminuto, y sin anticiparlo, me atravesaba el pecho hasta llegar al corazón. Pude visualizar, en una experiencia extra corporal, como aquella cosa se metía perforándolo todo. Lo curioso, es que alojado en el fondo del corazón, había una luz. Una cápsula brillante y poderosa era la que emanaba energía a través del corazón, y este a su vez al resto de los órganos, al verla, y poder sentirla al mismo tiempo, entendí de alguna manera que mi existencia no radicaba en mi respiración, ni en mi corazón, ni siquiera en mi cerebro. Si no en aquella y extraña bolita brillante.
Ryo—¡Es una locura! Su majestad, no puede estar hablando en serio. — Protestó Núm, levantándose de la posición de loto en la que se encontraba. Llevaba aquel vestido morado como su sangre, con las dos espadas bordadas en hilo de plata en el pecho. En su cabello entre cano, el pequeño sombero cuadrado negro, sujetado por una hebilla metálica, la indicaba como el Faro del palacio. Además de ser la Guardiana del Rey, Núm se había consagrado como Faro; la guía espiritual; algo inusual, ya que nunca un sacerdote del palacio, era el mismo que el Guardián consejero del Rey