Ryo
Me encontraba en los ya conocidos pasillos del palacio, y Ettie esperaba por mi en la sala de estar para lo que llamaba "convivencia obligatoria familiar". Mientras caminaba con algo parecido al relax, mi cerebro aún se rehusaba a el contacto con el mundo exterior. Durante el transcurso de lo sucedido, había perdido el apetito y durante cinco días tras la muerte del chico del ataque, no había salido de mi aposentos aprovechando la agenda libre y me había dedicado a ejercitar. No, no consideraba que estaba siendo débil, y tampoco pretendía castigarme. Había matado hombres antes, en peleas contra saqueadores de pueblos, donde mi padre me llevaba a terminar junto con otros hombres, la vida de nómades que se dedicaban a violar, matar, y saquear distintos pueblos obreros. Sin mencionar que había sido entrenado como cualquier futuro rey en el arte de la espada, la
Vika"Erase un tiempo, donde uno de los diez hijos de la Luz Madre, Zenrei, decidió descender hacia un plano más simple, buscando algo que pudiera ser solamente suyo. Fue allí donde en un inhóspito y desierto lugar creó una descendencia, a la que llamó Primeros Hijos. Or, Dios del Tiempo y Blima, Diosa de la Naturaleza decidieron ayudar a su hermano, ahora nombrado Dios de la Creación Terrenal, con los Semidioses que había creado. Pero en cuanto Blima decidió crear un hábitat acorde y Or trató de ordenar el tiempo errático en aquel lugar, se dieron cuenta que no podían hacerlo por completo, pues el lugar no estaba vacío. Un bosque al que llamaron Bosque Negro, no respondía a las fuerzas de los dioses. Adentrándose en lo profundo, encontraron un árbol en el centro del bosque, con una puerta tallada en él. Or decidió tocar aquella puerta, y al hacerlo, lo que supo, l
Ryo—Se siente distinto, la gente, el ambiente y me atrevería a decir que hasta el clima… es diferente— Atine a decir, y era cierto. A mi lado, Brann asentía satisfecho por tener indiscretamente la razón ante su rey.—¿Lo ve majestad? Le dije que la experiencia sería distinta. Ahora apure su paso, hay mucho que recorrer.— Dijo Brann, y me dio una sonrisa ladeada a la izquierda como era natural en él.El ambiente en los lugares cercanos al palacio eran distintos a lo que estaba acostumbrado, las voces y las risas se entremezclaban dando una musicalización natural al lugar. Los niños se escabullían por entre las personas sin mirar con mucho cuidado donde pisaban, y el mercado lleno de vida, resaltaba por sus arom
Vika—Vamos, ya es tarde.— Eli tironeaba de mi brazo hasta la entrada del famoso restaurante "La Terracita" famoso por estar justamente, en una terraza; uno de los lugares más codiciados para ir en parejas y amigos, que no conformaban con solo salir a tomar algo y buscaban un lugar especial. Al subir las angostas escaleras, con barandales dorados que hacían juego con los complicados marcos de cuadros que colgaban sobre las paredes turquesas, jalada por el entusiasmo de mi compañera, luego de decir nuestros nombres en la entrada (después de varias "corroboraciones" para ver si éramos las personas de la reservación), me encontré con un espectáculo visual. Paredes de vidro acogian al lugar, que parecía haber sido un antiguo invernadero, decoradas por las más exquisitas plantas naturales en todas las paredes, mesas de un blanco viejo desgastadas intencionalmente, dando
Estaba todo listo, las emisoras se agazapaban intentando encontrar el mejor lugar. Ettie permanencia en el ojo público, hablando con algunas personalidades de las castas más importantes, esperando su señal para hacer el recorrido real.Por mi cuenta, ahora que gran parte del personal se había ido y solo que quedabamos Brann y yo, me había dado el lujo de por fin, sentarme en unos de los mullidos sillones de mi oficina, rememorando una y otra vez, el juramento real que por años mis ancestros habían repetido. Humo también estaba listo, esperando el momento en que recorrieramos siete, de las quince cuadras de largo que tenía el castillo como propiedad, hasta la entrada principal.—Entonces, creo que todo está listo.— Dijo Bran interrumpiendo el sile
VikaEstábamos en la carretera hacía poco más de diez minutos, habíamos decidido tomar el camino largo y aprovechar para hacer algo de turismo, aunque pretender que ese era un viaje cualquiera, no se nos daba bien.Cuando decidí contarle la verdad a Eli (a medias, otra vez) esta se emocionó mucho, pero también le surgió el miedo. Y no era para menos, la historia de llamadas misteriosas y mensajes a medianoche era por lo menos, escalofriante. Salteando historias con sangres de colores y fantasías que ni siquiera para mi tenían el menor sentido, le conté lo suficiente como para que ella decidiera alquilar un auto, y rentar cinco días en el único complejo de cabañas de la zona, a la vera del bosque. Pese a sus quejas, decidí pagar la mitad de todo, realmente solo contaba con mis ahorros, p
Ahora que mi padre había muerto, mi ascenso había sido rápido, discreto y austero, aunque aún faltaba la ceremonia oficial. En la Corte Real (al menos quienes habían sido leales a mi padre y ahora a mi) temían un golpe para tomar el trono; aunque incluso de mis fieles, cabe destacar que solo daba cuenta en lealtad, plenamente del Jefe de la Corte Real Thrall, quien había sido prácticamente educado en el palacio junto a mi padre, hasta convertirse en su mano derecha y Espada de Sangre. Y la Guardiana Núm, que había sido como una madre para mi abuelo, mi padre y yo. A ellos, les preocupaba más que mi luz siguiera encendida y mi sangre no fuera derramada, y eso era entre otras cosas, las tareas principales de mi lista de pendientes: “no morir”. En el fondo esto no e
Flotar.Mis pies se levantaron del suelo color ceniza, y me eleve mas arriba de la copa de árboles color negro. Arriba, se encontraba brillante e inmóvil, una estrella gigante. Tome impulso dando patadas como si estuviera nadando, y alcé la mirada para ver aquello mejor. No, no era una estrella. Fruncí el ceño en un esfuerzo mental de elevarme más rápido, y estire la mano para poder alcanzarlo.—Un símbolo.— le dije a la nada.No tenía miedo a pesar de ser consciente de lo imposible de la situación; en cambio, me urgía la necesidad de alcanzar aquella forma. La figura tenía aros levit
Ryo—¡Es una locura! Su majestad, no puede estar hablando en serio. — Protestó Núm, levantándose de la posición de loto en la que se encontraba. Llevaba aquel vestido morado como su sangre, con las dos espadas bordadas en hilo de plata en el pecho. En su cabello entre cano, el pequeño sombero cuadrado negro, sujetado por una hebilla metálica, la indicaba como el Faro del palacio. Además de ser la Guardiana del Rey, Núm se había consagrado como Faro; la guía espiritual; algo inusual, ya que nunca un sacerdote del palacio, era el mismo que el Guardián consejero del ReyÚltimo capítulo