Capítulo 3- detective

Ivar

Sentado tranquilo cenando en casa, noto la felicidad de mis padres después que les conté sobre mis calificaciones.

Carlos: te lo mereces, eres un buen chico.

— Gracias papá.

Carmen: yo también sacaré buenas calificaciones cuando llegue a la universidad, lo prometo.

María: eso es lo que también esperamos de ti. Con esfuerzo y dedicación lo vas a lograr.

Carlos: ambos son muy sobresalientes, eso es de familia, su madre siempre fue la mejor del colegio y yo me quedaba observando eso todo el tiempo.

— Es un honor para mí seguir con su legado.

Carmen: es un honor para ambos.

Carlos: bueno como ya saben, tengo que salir para un viaje de trabajo; quiero que se porten bien y eviten los conflictos.

—¿Cuánto tiempo será?

Carlos: no sé exactamente, pero seguro que de dos a tres meses.

María: no se preocupen, no estarán solos.

Carmen: portate bien, papá.

María: tu padre es un excelente hombre, siempre me ha respetado y eso lo valoro muchísimo.

Carlos: mañana temprano me iré.

— Entendido, llámanos desde que llegues.

Carlos: así será.

La cena estuvo genial, mi mamá y Carmen se fueron a la cocina para lavar los trastes. Mi papá se marcha para la habitación y yo me voy para la galería para estar un rato en total tranquilidad.

Mariela

— Detective Pérez ¿Cree que podrá realizar el trabajo?

Luis: llamame, Luis. Claro que podré hacerlo, soy un muy eficiente en estos casos.

— Ya sabe, solo seguirlo y tomar algunas fotos para tener pruebas.

Luis: como ordene.

— Hasta luego, espero noticias pronto.

Luis: créame que si su esposo le es infiel, lo sabrá lo más rápido posible.

— Eso espero.

Tuve que recurrir a un detective privado porque tengo que aclarar mis sospechas y es obvio que él no hará nada para que yo lo descubra directamente; sin embargo, la ayuda del detective servirá de mucho.

No sé si estoy actuando mal o si lo hago por estrés. Lo que sé es que algo sucede con Alberto y lo voy a descubrir.

Me marcho para la casa y me pongo a organizar mis documentos de clase. Me gusta hacerlo los domingos para comenzar la semana con buenas vibras. La organización para mí lo es todo.

Ivar

— Cuídate mucho papá.

Carmen: te amo, papi.

Carlos: yo también los amo, nos vemos pronto.

María: ¿Te irás sin darme un beso de despedida?

— Carmen es momento de entrar a la casa.

Carmen: sí, claro porque no quiero ver eso.

Despedirme de mi padre nunca ha sido bueno para mí, siempre me pongo nostálgico y no me gusta estar así, pero debo entender que ya no soy un niño y ahora soy el hombre de la casa.

La timidez siempre se apodera de mí en muchos momentos, debo de mejorar ese aspectos si quiero triunfar en la vida. Es como parte de una inseguridad o miedo a que no me acepten tal y como soy. Por consiguiente, esa situación debe cambiar porque ya es hora.

Entro a mi habitación respiro profundo y busco mi mochila, organizo mis cuadernos, sé que hice algunas tareas, solo me falta la que el maestro asignó ayer, pero la haré después. Ahora voy a respirar un poco.

Carmen: ¡Ivar ven a almorzar! Ya es hora de que lo hagas.

— ¡Ya voy! Dame un momento.

Voy y me como el almuerzo, al rato tomo un poco de agua y me retiro.

Mariela

Alberto: ¿Por qué duraste tanto en el supermercado?

— Había una larga fila y sabes como soy.

Alberto: pensé que hacías otras cosas.

— ¿Qué cosas?

Alberto: cosas de mujeres, siempre se tardan porque hablan demasiado si se encuentran con una amiga o compañera de trabajo.

— Ah no te preocupes, ya te expliqué lo que pasó.

Preparo la comida y nos sentamos a comer como toda una pareja felíz y sin problemas.

Alberto: saldré a hacer algunas cosas en la noche.

— Pensé que querrías cenar conmigo.

Alberto: hemos hecho eso muchas veces, esta noche saldré con unos compañeros del trabajo. Te tocará cenar sola.

— Esta bien, no te preocupes por mí, yo me las arreglo.

Alberto: ya estás avisada para que no vengas a reclamar.

— Te acabo de decir que no te preocupes.

Si Alberto se entera de que alguien seguirá sus pasos, lástima para él que no tiene ni idea.

Ahora me parece una buena idea haber contratado un detective privado. El mundo da muchas vueltas y nadie sabe qué estará haciendo mi esposo.

Terminamos de comer y como siempre dejo todo limpio y organizado en la cocina.

Ivar

Voy caminando y de repente se parece Víctor con su cara de alegría.

— ¿Qué te sucede?

Víctor: nada que no me haga felíz.

— Bueno, tú siempre estás felíz.

Víctor: de eso se trata la vida, amigo mío ¿Para qué vivir si no estás siendo felíz?

— Creo que tienes razón en eso que dices.

Víctor: hablé con los chicos y quedamos en salir esta noche, tienes que ir deja de estudiar tanto, eso te consumirá con el tiempo.

— Deja de decir estupideces, iré. Pero debo regresar a casa temprano, mi mamá salió para un viaje de trabajo y no me gusta dejar sola a mamá y menos a Carmen.

Víctor: bueno esta bien, nos vemos en la noche, cuídate.

— Igual, hasta luego.

Ya quisiera tener esa actitud de Víctor, siempre tan positivo y vivo a la vez. Por otro lado, recuerdo que tengo una tarea por hacer y me voy a casa para realizarla antes de que llegue la noche.

Al entrar a la casa voy a mi habitación y de inmediato me pongo a hacerla. No me gusta salir a divertirme y tener una tarea pendiente, nunca ha sido mi hábito.

Luego de terminar busco la ropa que me pondré esta noche y dejar todo arreglado.

CON LA AYUDA DE UN DETECTIVE PRIVADO MARIELA INTENTA DESCUBRIR LO QUE HACE SU ESPOSO A SUS ESPALDAS.

IVAR SALDRÁ A DIVERTIRSE Y ESTA DECIDIDO EN ACTUAR COMO EL HOMBRE DE LA CASA.

¿QUÉ SUCEDERÁ?

GRACIAS A TODOS LOS LECTORES, CONTINÚA LEYENDO LA HISTORIA.☆

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