Ivar
Llegamos a una discoteca no hace más de una hora, pero hemos consumido bastante alcohol, ya Francisco no haya qué hacer para que Víctor y yo dejemos de tomar como locos.
Francisco: Frederick ayúdame, no dejes que sigan tomando.
— No tiene nada malo, no haremos ninguna locura.
Víctor: por esa razón no deben preocuparse.
Frederick: pues de ser así, lo dejaremos tranquilos, después no se quejen.
Continuamos tomando, pero moderadamente. Siento la mano de Víctor en mi hombro y luego me señala para una esquina. Cuando observo detenidamente veo a la maestra Mariela, trato de actuar como si nada.
Sigo disimulando, sin embargo, Víctor no se controla y va donde ella. Hablan por un rato, pero no tengo idea de lo que hablan.
Frederick: creo que tendremos que llevarlo para la casa.
— Dejémoslo quieto.
Francisco: noto que está bien aún.
Frederick: bueno, solo no quiero que sea el hazmerreír de la noche.
— No permitiremos que eso suceda ¿Cierto Francisco?
Justamente cuando Víctor termina de hablar con ella, la maestra Mariela dirige su mirada hacia mí. Me parece algo fuera de lugar por así decirlo. Porque nunca me había mirado así.
Víctor: creo que ya solucionamos la situación de Ivar.
Francisco: ¿Por qué lo dices?
Víctor: Mariela está enamorada de él, al menos eso creo.
Frederick: deja de decir estupideces.
— Sí, Víctor deja de decir eso.
Víctor: ahora creen que digo estupideces. Chicos solo observen de la firma en que ella mira a Ivar, notarán que no les miento. Además era quien hablaba con ella hace unos minutos.
Francisco: bueno tendremos que observar a la maestra durante toda la noche.
— Quiero que tengan algo muy claro. No pienso tener nada con la maestra Mariela, la respeto mucho y nada pasará aunque ella quiera. Así que continuemos con lo nuestro.
Luego de esa platica continuamos tomando y dando algunos pasos de baile enfrente de nuestra mesa. Los chicos con su obsesión de observar a la maestra estan muy distraídos, cuando se les mete algo en la cabeza es difícil que no lo hagan.
Por el momento se dicen cosas al oído y se olvidan de que estoy aquí. Ríen y saltan como locos cada vez que ella voltea a mirarme.
Francisco: Ivar no te enojes con lo que te voy a decir. Pero para nosotros tres Mariela siente alguna atracción por ti, que no quieras estar con ella por respeto es tu decisión.
— Chicos no se preocupen, es que no creo que tengan razón al pensar que ella siente algo por mí. No ha dado motivos para eso. Dejemos de actuar como niños y olvidemos eso.
Víctor: como siempre quieres tomar el camino fácil para escapar.
Frederick: de mi parte respetaré la decisión de Ivar, él es grande y puede decidir si esta o no con alguna mujer.
— De verdad chicos gracias por siempre querer ayudarme, pero en esta ocasión no quiero su ayuda.
Francisco: creo que nos estamos perdiendo de la diversión por estar hablando de ella, mejor dejemos eso ahí.
Decidimos continuar con la diversión de una manera tranquila y sin hablar de más. Víctor siempre se pone incómodo cuando hay silencio entre nosotros, sin embargo, es lo mejor por ahora.
Horas después nos marchamos del lugar, esta vez nadie se va borracho, aunque sí un poco caliente. Sin embargo, cada uno puede llegar a su casa por si solo. Nos despedimos y quedamos en vernos otro día.
Mariela
No sé si Ivar pudo notar la forma deseosa en que lo miré toda la noche. Ser tímido no le ayuda mucho, por suerte su amigo Víctor me ayudará con él.
Al llegar a mi casa, veo que Alberto esta sentado en el sofá, con una cara de preocupación.
Alberto: ¿Dónde estabas?
— Me dijiste que saldría, así que yo también salí por mi cuenta ¿Hay algo de malo en eso?
Alberto: eso estuvo muy mal, tenías que avisar y preparar cena antes de salir.
— Pensé que ibas a cenar con tus compañeros.
Alberto: pues no sucedió de esa manera, llegué como a las nueve y ya no estabas en casa ¿Con quién andabas?
— Fui a una discoteca con Paola ¿Satisfecho?
Alberto: mira que bien, yo solo en casa y ella de rumba con su amiga en la discoteca.
— Deja de actuar como si hice algo malo, solo salí porque lo creí necesario. Ya que usted no salió conmigo.
Alberto: espero y que no se vuelva a repetir.
— ¿Qué es lo que en realidad de molestó de mi salida?
Alberto: que salieras sin decirme nada.
— Te avisaré para la próxima, pero sé que eso no fue lo que en realidad te molestó. Llevamos cinco años de casados y te conozco muy bien.
Alberto: fin de la conversión, vayamos a acostarnos.
— Lo siento ésta noche dormirás en la habitación de huéspedes.
Alberto: pues que así sea.
Nunca me han gustado las discusiones con Alberto, él es muy impulsivo y no quiero que vaya a cometer una locura. Han sido muy pocas las veces que me ha golpeado, dos veces para ser precisa, de todos modos no me gustaría que lo hiciera nuevamente.
Entro a la habitación y la cierro con seguro. Luego me ducho para dormir con tranquilidad, pero antes de eso tomo mi celular para enviarle un mensaje a mi nuevo contacto.
Ivar
María: no sé porqué tomas tanto cada vez que vas a una discoteca. Tienes que tomar como alguien responsable.
— Mamá solo fueron algunas copas.
María: eso no es motivo para tener los ojos tan rojos y tu aliento sea alcohol puro.
— No te preocupes, estoy bien.
María: Ivar, no quiero que vuelva a llegar aquí pasado de alcohol ¿Entendido?
— Esta bien mamá, tú ganas.
María: sabe que siempre lo hago, ahora ve vete a dormir.
Me dirijo a mi habitación y pongo mi celular a cargar, me ducho y luego me acuesto.
TODA UNA LARGA NOCHE PARA IVAR, NADIE SE ESPERABA QUE ÉL TOMARA TANTO, YA QUE ES ALGUIEN MUY TÍMIDO.
MARIELA ESTA DECIDIDA POR IVAR, DISCUTE CON ALBERTO.
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IvarAl despertarme espero algunos minutos para ponerme de pie y luego ducharme, de inmediato tomo mi celular y ver la hora. Apenas son las 7:30 Am, pensé que era más tarde.Al entrar al whatsapp veo unos mensajes de un número no registrado que dicen: 1) Hola Ivar soy Mariela espero y que estés bien, vi que tomaste mucho alcohol. 2) No me preguntes cómo conseguí tu número, solo mantente en comunicación conmigo por aquí. 3) Buenas noches y duerme bien.Esos fueron los tres mensajes que me dejó la maestra Mariela, no tengo dudas de que fue Víctor quien le dio mi número, porque él fue el único que habló con ella personalmente. No me voy a enojar por eso, Víctor cuando toma se pone muy hiperactivo.No sé que ellos hablaron, pero se nota la insistencia de la maestra Mariela en tener comunicación conmigo. Decidí actuar como un hombre, ya lo de adolescente quedó atrás y se irá junto con la timidez.Le escribiré y trataré de no mostrar ni
IvarSigo pensando en todo lo que me escribió Mariela, eso de que le gusto me dejó aún más confundido, pero tendré sus aceptarlo.Nadie tiene la culpa de sentirse atraído por otra persona. Por otro lado, trataré de conversar lo menos posible con ella para no alimentar sus deseos.Mantengo mi rutina de ejercicios, organizo mis cuadernos, mi habitación, lavo mi ropa y así por el estilo.Durante toda una semana la comunicación con Mariela, fue de buenos días, tardes y noches, también para saber uno del otro. Nada fuera de lugar y menos hablar de sus sentimientos hacia mí.En algunas ocasiones me reuní con los chicos, fuimos a jugar baloncesto, le expliqué lo sucedido con Mariela y todos de rieron, es como si era lo que estaban esperando desde el principio.En realidad ya sabía que Víctor y Francisco querían eso, pero hasta Frederick participó en esa risa. Decidí contarles porque no me gusta ocultar nada con ellos. Me hicieron m
IvarEl día en la universidad se puso un poco intenso, luego de que Manuel tuviera una discusión con el maestro. Resulta que él consideraba que la tarea no tenía tanto valor para el maestro, pero era lo contrario. Se dijeron algunas cositas y antes de que saliera de control Diego intervino.Salimos de la clase y nos sentamos en el parque de la universidad.Manuel: bueno cambien esas caras, parece que alguien se llevó su regalo de navidad.Diego: solo estoy asimilando las cosas, tal vez el maestro se enfade con todos nosotros.— No creo que eso pase, no tuvimos la culpa.Natalia: Ivar tiene razón.Diego: de ser así estaré más calmado.Manuel: sí, por favor.— Sería bueno que vayamos a comprar algo de comer.Natalia: ya escucharon, y me parece buena idea.Vamos a la cafetería compramos sándwiches, los comemos allá y nos quedamos conversando un largo rato.Tratamos de organizarnos para la próxima c
MarielaNo caben dudas de que Alberto quiere algo más. La forma de besarme es mucho más apasionada que antes, se siente como si fuera algo nuevo para ambos.Charlamos un rato y cuando decido irme a dormir él me deja ir sin decir ni una sola palabra. Situación que me parece rara porque él siempre ha sido muy insistente.Cuando entro a mi habitación y luego me quito la ropa para irme a duchar, noto el silencio que hay en la casa. Resulta que luego de entrar al baño Alberto decide venir en busca de mí.Alberto: Mariela tal vez no desees lo mismo que yo, pero lo haremos aquí y justamente ahora.— Te haz vuelto posesivo.Alberto: y no solo eso.Se apodera de mis labios con unos besos tan apasionados que me hacen dudar si se trata de él, parece una persona diferente. De todos modos, me dejo llevar por las ganas y tirar la toalla al piso.Alberto me sujeta con mucha fuerza por la cintura, besa mis senos, cuello, ombligo y prá
IvarPara comenzar tengo que decir que han pasado dos semanas luego de mi conversación con Víctor. Tengo que agradecerle mucho porque abrió mis ojos y me hizo actuar como un verdadero hombre.Durante dos semanas he tenido una vida sexual activa, digo esto porque son tres las chicas con las que tuve sexo en eso lapso de tiempo. Es la primera vez que hago algo similar.Con la primera que tuve sexo durante estas dos semanas fue con Luna, tuvimos buena conexión. Tanto que ella me pidió que la llamara cuando quiera y que no me olvide de ella. La segunda fue Grace, a ella la había conocido hace tiempo, pero nunca tuvimos sexo. Ahora sucedió y tengo el permiso de volver a estar con ella cuando desee. Finalmente con la tercera que estuve fue con Alina, la chica con la que tuve mi primera vez y a la que no pienso olvidar nunca.Con todas me comporte como todo un caballero haciendo el amor de una manera decente, no me gusta ser tan brusco en ese casa;
MarielaTengo el presentimiento de que hoy será un gran día. Últimamente me siento mucho mejor, sin olvidar mis objetivos.Salí varias veces con Paola, compartimos largos y buenos momentos. Es como si fueran noches de chicas, pero en un restaurante.Le conté lo que me dijo el detective cuando hablamos hace un tiempo. Ella sigue insistiendo en que nada malo debe estar haciendo Alberto y le dije que eso esta por verse. Y que espero que en realidad no esté haciendo nada malo, porque de no ser así, las cosas se pondrán intensas entre nosotros.Eso y muchas otras cosas fueron las que compartimos.Decido escribirle a Ivar para saber de él.— Hola.Pasan algunos minutos y luego responde.Ivar: hola ¿Qué tal?— Estoy bien ¿Y tú?Ivar: me alegro, estoy bien.— Todo es recíproco. — Mucho tiempo sin platicar.Ivar: así es, no sé si haya de qué platicar.— En eso te equivocas, tenemos mucho de q
MarielaMe quedo recordando el día que Alberto y yo nos casamos, porque quiero tener algo positivo de nosotros antes de irme a hablar con Luis.Sí, quedamos en que hoy nos reuniremos en el lugar de siempre, mis pulsaciones se aceleran con solo pensarlo. Por que en realidad no quiero que Alberto me haya sido infiel, sé que lo amo demasiado y no quiero tener que odiarlo con la misma intensidad.En la vida hay muchas cosas las cuales no queremos que nos pasen nunca, pero por más que deseemos que eso no nos suceda. Algunas veces la vida nos golpea precisamente con ello.Siempre tuve miedo de que mi esposo me sea infiel y no quiero que eso cambie.Me marcho para el restaurante en el que Luis me espera.Al llegar lo veo sentado y muy tranquilo con su smoking negro.— Hola buenas tardes.Luis: buenas tardes ¿Qué tal?— Estoy un poco preocupada, pero se me pasará.Luis: eso espero, porque no le tengo buenas noticia
MarielaEstoy más tranquila, aunque solo han pasado unos días desde que el detective me dijo lo que Alberto y Paola hacían. Sin embargo, hablaré con Ivar para organizar nuestro encuentro. Por esa razón decido llamarlo de inmediato, no hay porqué perder el tiempo.— Hola ¿Qué tal?Ivar: todo bien ¿Y tú?— Me alegro, estoy bien, pero necesito hablar contigo.Ivar: justamente eso haces.— No, quiero que sea en persona. Tenemos que organizar todo sobre nuestro encuentro.Ivar: ah bueno, pues como desees. Solo dime dónde nos veremos y allá estaré.— Hoy estás muy distinto. El punto es que quiero invitarte a cenar, pero no sé si quieras hacerlo.Ivar: no hay problema. No obstante ¿Qué pasará si tu esposo nos encuentra?— No te preocupes por él, no se va a enterar de nada y si nos encuentra tampoco pasará nada. Te lo aseguro.Ivar: de ser así, pues te falta decirme la hora y el lugar.— Nos vemos en el