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Capítulo 50- sentencias

Mariela

Nunca en mi vida me imaginé que estaría presenciando un momento cómo este. Pero lo que no puedo omitir es que la vida da muchas vueltas y no sabemos con exactitud cuándo será nuestro último día.

Me encuentro en el cementerio en el entierro de Alberto, pensé que no me iba a doler porque nos habíamos separado, pero me equivoqué  como nunca antes lo había hecho en mi vida.

Lancé una rosa sobre su ataúd, cerré los ojos y dije las siguientes palabras: Alberto quiero que me perdones si te hice algo malo en mi vida, quiero que me perdones por lo que te pasó, porque en parte fue por mi culpa. Si no me hubiera fijado en un chico mucho menor que yo quizás nada de esto hubiera pasado.

Quiero que sepas que te perdono, a pesar de tus infidelidades. Fuiste ese primer amor que es difícil de olvidar, aunque uno lo desee. Espero que te vaya bien en cualquier lugar que te encuentres, hasta luego. 

No tengo idea de dónde saqué las fuerza

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