Prefacio Eran casi las 5 de la tarde cuando Meylin, llegó a la gran villa de la familia Jones, había pedido permiso en su trabajo para llegar a tiempo a la reunión familiar, a la cual sus padres la habían obligado asistir. Al levantar su mirada se dio cuenta que habían muchos autos más parqueados en línea. "Tal vez, no es una celebración cualquiera", pensó para sí misma, mientras caminaba a la inmensa puerta; con total naturalidad, llevando puesto un vestido corto, color vinotinto y zapatillas de cristal de 8 cm, llamó la atención de todos los presentes al entrar. Liz, la hija menor de la pareja, quien estaba al pendiente de la llegada de Meylin, al ver a la niña llamando la atención de todos, su rostro se distorsionó. Respiró profundo aguantando un poco su disgusto, y con una sonrisa y actitud hipócrita grito:—¡Mey! —sacudiendo su mano de lado a lado y fingiendo estar feliz de verla.
Capítulo 1: Habitación VIP. El chofer sujetó a Meylin, la subió al auto a la fuerza, dió vuelta subiendo a toda prisa y encendió el motor para luego acelerar. De camino por las calles, la chica mordió su labio inferior aguantando la incomodidad que tenía entre sus piernas. El hombre que iba a su lado dándose cuenta de esto esbozo una sonrisa, se frotó las manos mientras miraba a la niña con deseo y dijo: —Soy Ben Gordon, y desde ahora serás mi chica, mi mujer o como quieras llamarlo —la sujetó por el antebrazo y la acercó a él, obligándola a mirarlo. —¿Entendiste bien? —su aliento apestaba, e hizo que la chica sintiera náuseas. El hombre ejerció más fuerza para que ella le respondiera, pero la niña al sentir el dolor solo asintió con la cabeza. —Ahora bésame —ordenó con desdén, pero ella se negó a hacerlo, y como pudo se soltó de su agarre, sus rápidos movimientos hicieron reír al hombre una vez más. —Déjame, no me toques —farfulló débilmente.
Capítulo 2: Vístete y lárgate. —Aquí estás —manifestó Gordon, y al decir eso la pequeña niña recobró todos sus sentidos, se soltó con todas sus fuerzas del agarre del hombre y corrió sin detenerse, pero aun así sentía que su debilidad no la dejaba correr como quisiera, se retiró sus tacones de 8 Cm, los recogió, y enterró sus uñas en las manos para mantenerse y seguir corriendo. El hombre quedó aturdido al ver que su víctima se había soltado de su agarre. —¡Eres una M*****a! —gruño, al mismo tiempo salió corriendo detrás de ella, pero para él, era imposible alcanzarla ya que su peso no se lo permitía. No muy lejos la niña, visualizo a un joven camarero saliendo de una de las habitaciones, la puerta estaba a punto de cerrarse, ella volvió para ver hacia atrás y estando segura que aun no la alcanzó, sin más, entró; cerrando la puerta detrás de ella, con un profundo suspiro se apoyó en esta, sintiéndose a salvo. Mientras tanto del otro lado, Ben, se acercaba, pero no vio a la chica
Capítulo 3: Yo, no merezco esto. —No, señor Waltón. Pensando en cómo cancelar el servició, miró al taxista un poco avergonzada, debía llamar a su mejor amiga, sería la única que podría ayudarla en estos momentos; observo por la ventanilla y se mordió el labio inferior pensativa, luego volvió a mirar al hombre e incómoda y decidida le preguntó al anciano: —¿Señor, podría por favor prestarme su celular? —el hombre miró a la chica por el espejo retrovisor, recogió el celular y se lo entregó. —Gracias. Sin perder tiempo marcó el número de su mejor amiga, Helena. —¡Amiga! ¿cómo te fue en la… —Lena, ayudame por favor, estoy llegando al apartamento, voy en un taxi, pero deje el bolso en la villa, ¿podrías prestarme dinero y cancelarle al señor, por el servicio de taxi? —preguntó a su amiga interrumpiendola, su voz temblaba pero
Capítulo 4: ¿Fuiste a la guarida del lobo? La mujer se movió incómoda al escucharla, sin saber como explicar lo que estaba sucediendo, pronto las risas en la sala de estar, llegaron a los oídos de Meylin. —¿Sonia, quien es? —[...] inquirió Liz, desde adentro. —Señorita vayase —susurró la mujer mayor mirando a la chica que tenía enfrente. La joven mujer al no obtener respuesta había salido de la sala de estar, al ver a su hermanastra, ladeo un poco su cabeza y esbozó una sonrisa. —¡Mamá, mira quién está aquí! —exclamó llamando a su madre que enseguida, salió de la sala. Karla, al ver a la chica allí, apretó su mandíbula y se acercó a toda prisa. —Eres una estupida, ¿Sabes en lo que nos has metido? — inquirió mientras caminaba hacia ella, con una mirada malvada, en un segundo, levantó su mano con la intención de golpearla, pero el golpe nunca llegó, ella había sujetado la mano de la mujer en el aire, la tensión se podía sentir en el ambiente. Mey, la miró con desdén y mascull
Capítulo 5: ¿Quién crees que eres?. "[Son tal para cual]" "[Son la pareja perfecta, la segunda dama de la familia Jones, es hermosa, realmente se merece un príncipe azul como Adrian]". "[Le deseo a la hermosa pareja una feliz vida]" —Bueno, nadie sabe lo que realmente sucede —murmuró Lena, mientras acariciaba con cariño la mano de su amiga. La hermosa joven soltó un suspiró, mirando a su amiga expresó: —Si, tienes razón. —Señoritas sus platillos están listos y el mejor vino del restaurante —las interrumpió el camarero mientras organizaba cada plato en la mesa, recogió la botella de vino y la destapó como todo un profesional, para luego servirles a cada copa. —Guarda eso por favor, me da nauseas de solo verlo —susurró con su mirada en el plato, se veía apetecible, pero no sentía ganas de comerlo. —Si, está bien —guardó su móvil, para luego comenzar a cenar—. De verdad que está delicioso —expresó mientras degustaba la comida en su boca. —Buen provecho —musitó con una s
Capítulo 6: Suéltame quiero bajarme. Y lo había logrado, con estas palabras se subió al auto, dejando a una Helena completamente atónita. —¿Martín Walton?... ¿De dónde rayos mi amiga conoció a este hombre? —se preguntó a sí misma, sin darse cuenta que el auto ya había acelerado por todo el camino, decidió investigarlo. Al ver que se habían alejado, tuvo un sentimiento de abandono, como si algo le faltara, ella quería tanto a su amiga, que eran como hermanas, se dió vuelta y se subió al auto, pensativa se dijo a sí misma que su hermana estaría bien con este hombre, al menos ya tiene quien la proteja. En el auto, Meylin, sujeto la manija de la puerta, al mismo tiempo el seguro, lo levantó y abrió la puerta al detenerse en un semáforo. Pero el hombre hizo un rápido movimiento y la cerró de nuevo. —¿Estás loca? —le preguntó con su entrecejo fruncido y sosteniéndola por los hombros c
Capítulo 7: La información ha llegado. —¿Podrías por favor, por favor entregarme el celular? —Ah, ahora si puedes hablarme bien, ¿Para qué lo quieres? —inquirió. La niña volcó sus ojos, molesta, pero aun así dijo: —Es para revisar algo que tengo pendiente, yo… estoy por renunciar a la empresa donde trabajo. —Bien, ya que estas por renunciar a tu trabajo, no te molestes en buscar uno —masculló, dejándola con la boca abierta. —Señor Waltón, no se quien… La pequeña mujer no terminó de hablar, en ese instante el asistente entró a la oficina con una carpeta en sus manos, dirigiéndose a su jefe, directamente. —Señor, la información que pidió esta mañana, ha llegado. El hombre volvió para ver a la niña que se encontraba inmovil en la mitad de la oficina, recibió la carpeta y espero a que Paul, saliera. Respiró hondo y abrió la carpeta en sus manos. —Meylin Jones, 23 años, graduada en la prestigiosa universidad del país con honores —arqueo una ceja y prosiguió —. Diseñadora de Joy