Una semana después, una mujer en compañía de un pequeño, su asistente, un hombre y dos mujeres mayores, llegaron al aeropuerto. La mujer elegante portaba gafas de montura gruesa, y vestimenta elegante. el pequeño al igual que su madre, portaba unas gafas especiales para su tamaño y una gorra, caminando de la mano con naturalidad, llegaron a la puerta de salida, nadie sabía que ella viajaría, nadie sabía que la diseñadora más exitosa, había llegado a la gran ciudad.—Señora, el auto está esperando allá. La chica señaló y guió a su jefa y a los demás al lugar, se subió al auto, seguida por los demás y este enseguida aceleró por el camino. —La villa en el condominio Villa Real, está a su disposición, he hecho los cambios pertinentes para eso. Mey, asintió con la cabeza levemente y agradeció, luego bajó la ventanilla del auto y respiro profundo, Ágata, al verla sujeto su mano y la apretó. —Se siente bien volver.—Si, extrañaba este lugar —sonríe mientras mira por la ventana, el cielo e
—Tu, ¿cómo te enteraste que era tu hermano? —Meylin, le contó toda la historia, mientras llegaban a la villa, caminando como una familia de tres, entre risas y plática, se dio cuenta que aún ama a este hombre. Martín acostó al pequeño Liam, en la cama y Meylin, enseguida trajo dos toallas y aseo al pequeño Liam, para ponerle la pajamas, bajo la mirada de su esposo, quien estaba maravillado al ver el cuadro tan conmovedor frente a él, arrepintiéndose por completo de todo lo que había hecho, la mujer que ama habia traido a un pequeño ángel, con ella y esta vez los protegerá a los dos. Mey, se agacho un poco y deposito un beso sobre la frente de Liam, Martín al ver eso quiso repetir su acción, se acercó a Mey, y le preguntó. —¿Puedo hacerlo? —ella asintió con la cabeza de acuerdo, y él enseguida depositó un beso también esbozando una sonrisa. —¿Yo… soy su padre verdad? —le pregunto con una sonrisa en sus labios y un atisbo de tristeza. Mey, asintió con la cabeza, sabía y podía sentir
Capítulo 53: Visita a Kevin Jones.—Abuela, Mey, huyó con ayuda de Ágata, y en ese tiempo ella —se detiene y mira a Liam, que está jugando con las manos del abuelo. —Oh, por Dios, ¿Tú no sabías que ella estaba embarazada? —Martín niega con la cabeza. —Yo, tampoco lo sabía abuela, lo descubrí cuando llegué a la isla Je. —Oh, mi niña, que horrible, si no hubiera ocurrido eso, ustedes dos habrían seguido juntos. —No te preocupes abuela, estoy luchando para que Mey, me perdone.—Hazlo sufrir mi niña, no se la pongas tan fácil.—Abuela.—¿Que?, has sido un tonto por creerle a la Jenny en vez de a tu propia esposa —suelta con enojo. —En cuanto a ti querido mío —se detiene y mira a su esposo. —sé que ella ya te perdonó, pero no puedo creer que hayas decidido creerle a la bruja esa, que a la niña, ¿no has visto lo pura que es? —el anciano baja la mirada y asiente en respuesta. —No pasa nada abuela, ya está bien —suelta la chica, y esboza una sonrisa mientras acaricia las manos de la anci
Al terminar de acomodar a su esposa, bajó por el pequeño Liam, llevándolo en sus brazos, lo acomodo al lado de la madre, y los cubrió con el acolchado, al verlos sus ojos brillaron con emociones encontradas, y la tristeza y los recuerdos lo invadieron, el momento en que la maltrato, llegó a su cabeza y se sintió culpable, corrió al baño para darse una ducha fría y dejar de pensar en todo y luego se acomodo al lado de su pequeña familia.****Al día siguiente Mey, se estiró en la cama, abrió sus ojos de golpe al sentir la suavidad de esta y se sentó en un brinco revisando su ropa. soltó un soplido al verse a sí misma, y repasó todo en la habitación sintiendo un dolor horrible en su pecho, al recordar la escenas que vivió en esa misma habitación. —No, no, no —repitió se levantó a toda prisa, se acercó a la puerta y movió la manija, pero esta no se abría. —¡No! —el grito alarmó a las personas que se encontraban en la planta baja, Martín volvió su mirada hacia arriba y corrió por las es
Liam, se cruza de brazos atrás y frunció su entrecejo y Lena esboza una sonrisa al verlo. —Que encantador, ojalá una de mis hijas se fijen en ti —susurra pero es escuchada por su esposo. —¿Qué dices Lena? —Nada, cariño, nada —dice. —Liam, será igual a su padre, mis hijas querran a alguien…—¡Cariño no te escucho, sii, hola! —Lena, colgó la llamada y aceleró por el camino, haciendo que Liam levantara sus brazos emocionado. —Te gustaran las carreras igual que a tu madre, interesante. Por otro lado, La ambulancia llegó y detrás de ellos llegó Martín, en el auto, al minuto siguiente salió detrás de la camilla donde esta Mey, en la entrada Fernando esperaba por todos, Martín vio a su amigo y lo detuvo enseguida. —Fer, ya sabes que no puedes entrar llama a una mujer. —Si, ya está en la sala esperándola. Martín, bajó su mirada hacia su esposa y depositó un beso en su frente. —Tranquila cariño, respira. —El Señor puede entrar por la otra puerta a ver a su esposa. Martín, se detiene
—Él me ayudó a levantar, papi —la pequeña soltó a su padre y luego se acercó al hombre que la había ayudado, sujetó su mano y lo llevó justo frente a su padre.—Señor Walton, yo solo ayude a la pequeña a ponerse de pie —dijo a toda prisa el hombre con nervios en su voz. —Tranquilo, mi hija me lo ha contado y quiso que viniera a agradecerle.—Oh, no es necesario.—Si, si lo es —dijo la niña con voz infantil. —Bueno, muchas gracias por ayudarla, otro en su lugar ni siquiera se habría inmutado. —No hay por qué, señor Walton es mi deber —la voz del hombre es amable. —¿Tiene hijos? —preguntó Martín al escuchar como hablaba de su hija. —Si señor, tengo dos, una niña y un niño —contestó. —¿Cuántos años tienen? —El chico tiene 5 y la chica 4. —Estan muy pequeños.—Sí señor. —Traelos cuando volvamos del viaje, para que jueguen, Liam, estará contento de jugar con otro chico que tiene su edad, Ámber y las gemelas, estarán encantadas de jugar con la niña.—Está bien, señor, será un place
Por otro lado en una cárcel de máxima seguridad Ben, que ya ha bajado notablemente de peso, por la vida que le había tocado pasar, después de estar un tiempo bajo los golpes de Martín, y sus hombres lo enviaron a este terrible lugar, perdiendo todo lo que tenía. Su familia se había ido al exterior y lo habían abandonado a su suerte, poco tiempo después se hizo amigo de un hombre, que solo se comunicaba con él, por medio de llamadas que un guardia bajo cuerda, le dejaba tener. Tiempo después cuando escuchó que Meylin Jones y Martín Walton se casarían, se burló de ellos. —Ya veremos si seguirán tan felices, cuando salga de este lugar —dijo. ***** En un hotel de 6 estrellas un hombre, se encuentra mirando por la ventana del piso al techo, sus comisuras se agrandaron al escuchar las noticias nuevas. —Así que se casan. —Y, señor, fuimos a buscar a la mujer que nos dijo, la mujer llamada Jenny, pero ya no estaba en el lugar. —¿Escapo? —pregunto. —Eso parece señor. —Bien, encu
Prefacio Eran casi las 5 de la tarde cuando Meylin, llegó a la gran villa de la familia Jones, había pedido permiso en su trabajo para llegar a tiempo a la reunión familiar, a la cual sus padres la habían obligado asistir. Al levantar su mirada se dio cuenta que habían muchos autos más parqueados en línea. "Tal vez, no es una celebración cualquiera", pensó para sí misma, mientras caminaba a la inmensa puerta; con total naturalidad, llevando puesto un vestido corto, color vinotinto y zapatillas de cristal de 8 cm, llamó la atención de todos los presentes al entrar. Liz, la hija menor de la pareja, quien estaba al pendiente de la llegada de Meylin, al ver a la niña llamando la atención de todos, su rostro se distorsionó. Respiró profundo aguantando un poco su disgusto, y con una sonrisa y actitud hipócrita grito:—¡Mey! —sacudiendo su mano de lado a lado y fingiendo estar feliz de verla.