Capítulo 6: Suéltame quiero bajarme. Y lo había logrado, con estas palabras se subió al auto, dejando a una Helena completamente atónita. —¿Martín Walton?... ¿De dónde rayos mi amiga conoció a este hombre? —se preguntó a sí misma, sin darse cuenta que el auto ya había acelerado por todo el camino, decidió investigarlo. Al ver que se habían alejado, tuvo un sentimiento de abandono, como si algo le faltara, ella quería tanto a su amiga, que eran como hermanas, se dió vuelta y se subió al auto, pensativa se dijo a sí misma que su hermana estaría bien con este hombre, al menos ya tiene quien la proteja. En el auto, Meylin, sujeto la manija de la puerta, al mismo tiempo el seguro, lo levantó y abrió la puerta al detenerse en un semáforo. Pero el hombre hizo un rápido movimiento y la cerró de nuevo. —¿Estás loca? —le preguntó con su entrecejo fruncido y sosteniéndola por los hombros c
Capítulo 7: La información ha llegado. —¿Podrías por favor, por favor entregarme el celular? —Ah, ahora si puedes hablarme bien, ¿Para qué lo quieres? —inquirió. La niña volcó sus ojos, molesta, pero aun así dijo: —Es para revisar algo que tengo pendiente, yo… estoy por renunciar a la empresa donde trabajo. —Bien, ya que estas por renunciar a tu trabajo, no te molestes en buscar uno —masculló, dejándola con la boca abierta. —Señor Waltón, no se quien… La pequeña mujer no terminó de hablar, en ese instante el asistente entró a la oficina con una carpeta en sus manos, dirigiéndose a su jefe, directamente. —Señor, la información que pidió esta mañana, ha llegado. El hombre volvió para ver a la niña que se encontraba inmovil en la mitad de la oficina, recibió la carpeta y espero a que Paul, saliera. Respiró hondo y abrió la carpeta en sus manos. —Meylin Jones, 23 años, graduada en la prestigiosa universidad del país con honores —arqueo una ceja y prosiguió —. Diseñadora de Joy
Capítulo 8: Fragmentos. —¿Qué estás haciendo aquí? —inquirió él, con suavidad. Mey, al escuchar sus palabras frunció el ceño expectante. —Martí, tú… —no pudo articular palabra alguna, se detuvo y sintió como sus ojos se inundaban y su cuerpo temblaba. La joven niña aun allí, al escucharla como llamó al hombre, lo repitió en su cabeza. “Martí” —Jenn, por favor esperame afuera, saldré enseguida —susurró, acercándose a ella cuidadosamente, la chica una vez le había salvado la vida, sintiéndose agradecido, él le prometió protegerla y siempre cuidar de ella, dándole todo lo que ella quisiera. Sin saber que lo que ella más quería era su amor, él nunca logró enamorarse de ella, porque la veía como a una hermana menor. Esto tenía a la chica muy inquieta, aunque él cuidaba de ella, y siempre fue su prioridad, ella quería a este hombre como su esposo. La mujer solo asintió con la cabeza
Capítulo 9: Quiero decirte que ella es muy importante para mí. Sorprendida miró el celular, lo devolvió y subió a la habitación, para hacerse limpieza en las heridas, podrían ser pequeñas pero dolían demasiado. se sentó en el sofá, observando por la ventana, y 30 minutos después, el golpeteo en la puerta llamó su atención, se levantó para abrir, era la mujer mayor con una bandeja y platos de comida en sus manos. —Niña, le traje el desayuno. —No debiste molestarte, me hubieras llamado. —musito amablemente, mientras recibía la bandeja en sus manos y la depositaba sobre la mesa que se encontraba a un lado del sofá. —No, no es ninguna molestia y esas pequeñas cortadas también duelen. —Si, la verdad es que si duelen —se detuvo por un momento pensativa y luego volvió para verla—. Antes no me había presentado, soy Meylin, pero llamame Mey. —Soy, Agata —dijo la mujer con una sonrisa—. Y llevó muchos años trabajando para la familia Waltón, Mey, siento que eres una mujer pura y muy
Capítulo 10: No la necesitarás.—Mey, ve con él, ¿si? —le dijo con suavidad, se dio vuelta y miró al hombre—. Al menos deja que se lleve parte de su ropa. —No, la necesitará —contestó él, con desdén. —¿Y qué piensas hacer, tenerme desnuda todos los días a tu antojo? — inquirió la niña, al borde de las lágrimas, sus palabras habían hecho que las otras dos personas allí se avergonzaran. El hombre miró a la niña y levantó las cejas. No era una mala idea, pero obviamente no podía decir esto. —Paul, hazte cargo de su ropa —diciendo estas palabras, se acercó, ella rápidamente dejó el celular sobre la mesa, y fue cargada por los aires una vez más. —¡¿Podrías dejar de hacer esto?! —exclamó —. Puedo caminar, señor Martín. Al escucharla su rostro se oscureció y con desdén la acomodo en su hombro haciendo que ella saltará. —¡Eres una bestia, me lastimas! —gritó. —¡Callate Mey, estoy siendo muy paciente contigo! —le gritó, saliendo del apartamento, bajo la
Capítulo 11: Buscaré un trabajo.—Quiero que te quede claro, no hables con hombres, no te quiero ver con nadie del sexo opuesto, Mey. Sus palabras habían dejado a la chica inmobil, frunció su entrecejo y dijo: —¿Y tú? —inquirió. —Solo haz lo que te digo.La chica, subió las escaleras ignorando al hombre y a mitad de estas se detuvo. —Buscaré un trabajo Martín, no soy una mantenida, y no quiero ser la protegida de nadie, quiero encontrar un trabajo por mi cuenta. El hombre que había empezado a caminar se detuvo al escucharla, volvió para verla y luego siguió su camino. Mey, entró a la habitación revisando su celular, tenía llamadas perdidas de su padre, luego entró a Skype, y pronto se dió cuenta que algunos mensajes habían sido eliminados, inflo sus mejillas aguantando su ira, siguió revisando percatandose que le faltaban muchas imagenes que tenia con sus amigos de la Universidad, y de Adrian, aunque estas ya no le importan mucho, las demás si, eran bellos recuerdos de todos. Pa
Capítulo 12: Obtener el certificado. Abrió las cortinas, y respiro profundo era una hermosa mañana, dio vuelta y entró al baño, se cambió a ropa cómoda y luego salió de la habitación, pensando que el hombre ya se había ido, portaba una sonrisa amplia. Su sonrisa se borró en cuanto lo vio en la mesa del comedor. —Buenos días Mey. [¿Qué pretende, actuar como si no hubiera hecho nada?]La niña no contestó, haciendo enojar al hombre, dió media vuelta e intentó salir, pero él, la sujetó de la mano haciendo que ella temblara.Recogiendo un poco de valor, respiró profundo y lo miró a los ojos. —¿Qué quieres, humillarme de nuevo como lo hiciste anoche? —le preguntó, sus ojos brillando con odio, su pregunta había hecho que él la soltara. —No soy tu muñeca inflable —susurró. La miró, recogió su celular y salió de la villa. Agata que estaba allí, y presenció todo, negó con la cabeza. —Niña, ten paciencia, él es un buen hombre creeme. —Si, pues ha demostrado todo lo contrario y de repente
Capítulo 13: No quiero volver a saber nada de ustedes.Respiró profundo y miró a su padre. —¿Para que me has estado llamando? —preguntó.En ese momento salieron Liz y su madre de la habitación, al ver a la niña allí, se apresuraron a acercarse. Su padre se acercó a toda prisa a ella. (bofetada) la pequeña mujer había recibido un golpe en su rostro, haciendo que cayera de rodillas. —¿Cómo puedes venir a esta casa a golpear a Liz? —[...] Se detuvo pensativo y prosiguió. —¡Ella es tú hermana menor, debería darte vergüenza al tratar así a tu pequeña hermana! —masculló, haciendo sentir a la joven inferior, siempre había hecho esto, aunque también era su hija biológica, decía las mismas palabras siempre, su niña era Liz. Liz miró a las dos personas allí discutiendo y se acercó con la intención de echarle más leña al fuego. —¡¿Qué haces aquí… Otra vez vienes a golpearme?! —Su voz temblorosa preocupó a su padre. Por otro lado, la niña agraviada se levantó y sacudió su vestido.—¡Ve