Kim Jung Won es un detective de veintiséis años trabajando para el departamento de policías del condado de Sacramento, California, y la única cosa que hace su vida laboral un verdadero infierno es aquel demasiado alto detective, Patrick Baker, quien se ha empeñado en hacer su vida difícil desde su traslado a la estación. Peleas, apuestas, insultos y gritos, aquella era la manera en la que Kim y Baker se relacionaban, no soportando la presencia del otro... hasta que un repentino cambio los obliga a ver que quizás pasar tiempo juntos no era tan malo como pensaban. Un romance truculento entre dos detectives a quienes las vicisitudes de la vida y las decisiones del pasado los hacen darse cuenta que el amor, a veces, puede ser realmente doloroso, pero completamente gratificante.
Leer másLa deliciosa fragancia del café recién hecho por la mañana inundaba la cocina mientras el peliblanco servía un poco en su taza de porcelana blanca; la comida estaba servida en la mesa y la de Sophie estaba empacada para que se la llevara, él se disponía a tomar asiento en una de las sillas del comedor cuando escuchó a los dos ruidosos pelinegros discutir mientras bajaban las escaleras, decidiendo simplemente revisar las noticias en su móvil y esperar a que llegaran a él con el problema que evidentemente lo harían resolver.—¡Paaaaaa! —La hermosa adolescente lo llamó y corrió hasta la cocina, apresurando el paso para llegar primero que Patrick, y acercándose al divertido coreano que la observaba sobre su taza— Dile a papi que no sea un tonto.—¡No es no, Sophia Baker! —Patrick, con su ceño fruncido, llegó al lado de su
Patrick se detuvo frente a la puerta y apretó las llaves de su auto en su puño cerrado, por alguna razón se sentía extremadamente nervioso. Aquel día era su reunión con el comisionado y él no estaba muy seguro de lo que discutirían; Martínez había sido bastante directo y le había dicho que no se molestara en volver al escuadrón de tácticas y armas especiales, por lo que su trabajo allí ya no existía. El comisionado le había dejado muy en claro a Jonathan su molestia con él al proceder de la manera en la que lo había hecho y, hasta cierto punto, le daba la razón. Era un delito grave lo que él había hecho y sólo ser despedido quizás no era castigo suficiente, después de todo, armarse hasta los dientes con equipamiento restringido, el cual tomó con un permiso falso del comisionado, debía ser reprendido de u
Domingo, 1:45 pm:—No estoy tan seguro de que pueda tomar eso —Mark observó fijamente la botella que su novio sostenía animadamente en su mano y frunció su ceño. Jung sólo llevaba un día fuera del hospital y Jason ya quería emborracharlo.—¿Cómo que no? —preguntó, evidentemente confundido.—No sabes cómo funcionan los medicamentos, ¿no es así?—No —admitió con simpleza, Mark sonrió enternecido; si había algo que él amara con locura sobre su novio, era esa sinceridad que le desbordaba por los poros.—No importa. —Se encogió de hombros y volvió a mirarse en el espejo para arreglar su cabello, completamente consciente de la sonrisa embobada que se había fijado en sus labios y la apariencia que esta le daba. Jason sigui&o
Sábado, 7:08 am:—¿Sabes lo preocupado que estaba? —Jonathan regañó al coreano.—¿Vas a regañarlo por haber sido secuestrado? —Taylor golpeó el brazo de su esposo y éste suspiró.—Ah… ¿Lo siento? —Jung rio bajo— Intentaré no dejarme secuestrar tan fácilmente la próxima vez.—¡¿Próxima vez?! —El Capitán abrió mucho sus ojos— Oh, no, señorito. No habrá próxima vez. Voy a ponerle un GPS a todos. —Se volvió a mirar a los demás— No saldrán de mi vista nunca más, no puedo seguir en esto…—Nos ama —Jason dijo bajo, golpeando suavemente a su novio con su codo.Taylor observó cómo Patrick seguía dormido a un lado de
Sábado, 2:14 am:El hombre de la ambulancia le había asegurado que todo el proceso sería rápido, pero ahí estaba él con su brazo extendido sobre un frío tablero metálico o como se llamara, con dos doctores a su lado discutiendo cosas que él no se esforzaría por tratar de entender, pero admitiría que lo ponían nervioso con el pasar de cada segundo.—La conversación se oye bastante interesante. —Ethan interrumpió a los hombres— ¿Pero me van a cortar el brazo o podré volver a casa hoy? —preguntó, tanta discusión entre los dos sujetos ya lo había hecho resignarse a que quizás iba a volverse zurdo y que tal vez se apuntaría en un grupo de ayuda para minusválidos."Hola, soy Ethan Bouchard, perdí mi brazo recientemente, pero estoy feliz de que todos tengamos
Sábado, 3:31 am:Una luz blanca lo recibió escandalosamente cuando abrió sus ojos otra vez, sólo que ya no era la iluminación de su sala, era la molesta y brillante bombilla de alguna habitación de hospital que desconocía, y vaya que él había estado en muchos hospitales en el último par de años. Relamió sus labios resecos y miró alrededor, su cuerpo aún dolía, pero nada tan terrible como lo hacía antes. El yeso en su brazo derecho le indicaba que había tenido razón con respecto a su extremidad, pero el resto de su cuerpo, simplemente vendado por las múltiples cortadas que se había hecho en el choque, le decían que Simon también había tenido razón al llamarlo exagerado.Una repentina exaltación se alojó en su pecho y lo hizo levantarse de golpe, maldiciendo bajo por el
Sábado, 1:09 am:El metálico y desagradable olor de la sangre era tan fuerte que podía sentirlo perforar sus fosas nasales con incomodidad. El dolor en su cuerpo era totalmente insoportable, sobre todo en su brazo derecho, estaba totalmente entumecido y adolorido, ¿cómo era posible esa combinación? Seguramente estaba completamente fracturado, y ni hablar del dolor en su torso y piernas, no dolían tanto como su brazo derecho, pero maldición que estaba pasando un mal rato. Su cabeza daba vueltas y asumía que lo que bajaba por su sien no era sudor.La blanca luz golpeó sus ojos al abrirlos y maldijo bajo al darse cuenta de que se encontraba acostado en el gran sofá de su sala. Se incorporó rápidamente y miró al segundo piso en busca de Sophie, pero no pudo ver ni escuchar nada, ni siquiera vio el más mínimo rastro de sus mascotas, por lo c
Viernes, 9:33 pm:—¿Qué demonios hacemos aquí? —Jung suspiró, había perdido la cuenta de cuantas veces había hecho esa misma pregunta en la última media hora.Simon lo había arrastrado a un destartalado centro comercial que parecía incluso más inestable que el destruido edificio donde lo tenía encerrado con anterioridad. Su mirada recorrió el piso y las paredes e intentó tratar de ubicarse mentalmente ya que el mayor lo había tenido con sus ojos vendados cuando lo empujaba a caminar adentro de aquella pocilga. ¿Qué no había un centro comercial totalmente desocupado por un grave incendio? Recordaba haber leído sobre ello en internet hace no tanto. Patrick le había dicho que solía ir a comprar algunas cosas allí cuando recién había llegado a la ciudad. De ser así, no esta
Viernes, 8:21 pm:—¿Realmente esperas que crea eso? —Jung desvío su vista a la pared. Estaba cansado de seguir escuchando la misma basura proviniendo de aquellos labios rectos y rostros sin expresión.—Es la verdad —Simon aseguró.—Entonces déjame ir.—No puedo hacer eso…—No, te equivocas —bufó—. Puedes hacerlo, es sólo que no quieres. —Se quejó— Hay una gran diferencia en esas dos cosas, Simon, deja de justificarte. Sólo admítelo, me tienes aquí esposado desde hace días sólo para matarme, no sigas repitiendo esa basura, si no quisieras hacerlo entonces no lo harías. —Se volvió a verlo otra vez— ¿Puedes al menos ser sincero contigo mismo?—No quiero matarte.—Dios santo&hellip