Sábado, 3:31 am:
Una luz blanca lo recibió escandalosamente cuando abrió sus ojos otra vez, sólo que ya no era la iluminación de su sala, era la molesta y brillante bombilla de alguna habitación de hospital que desconocía, y vaya que él había estado en muchos hospitales en el último par de años. Relamió sus labios resecos y miró alrededor, su cuerpo aún dolía, pero nada tan terrible como lo hacía antes. El yeso en su brazo derecho le indicaba que había tenido razón con respecto a su extremidad, pero el resto de su cuerpo, simplemente vendado por las múltiples cortadas que se había hecho en el choque, le decían que Simon también había tenido razón al llamarlo exagerado.
Una repentina exaltación se alojó en su pecho y lo hizo levantarse de golpe, maldiciendo bajo por el
Sábado, 2:14 am:El hombre de la ambulancia le había asegurado que todo el proceso sería rápido, pero ahí estaba él con su brazo extendido sobre un frío tablero metálico o como se llamara, con dos doctores a su lado discutiendo cosas que él no se esforzaría por tratar de entender, pero admitiría que lo ponían nervioso con el pasar de cada segundo.—La conversación se oye bastante interesante. —Ethan interrumpió a los hombres— ¿Pero me van a cortar el brazo o podré volver a casa hoy? —preguntó, tanta discusión entre los dos sujetos ya lo había hecho resignarse a que quizás iba a volverse zurdo y que tal vez se apuntaría en un grupo de ayuda para minusválidos."Hola, soy Ethan Bouchard, perdí mi brazo recientemente, pero estoy feliz de que todos tengamos
Sábado, 7:08 am:—¿Sabes lo preocupado que estaba? —Jonathan regañó al coreano.—¿Vas a regañarlo por haber sido secuestrado? —Taylor golpeó el brazo de su esposo y éste suspiró.—Ah… ¿Lo siento? —Jung rio bajo— Intentaré no dejarme secuestrar tan fácilmente la próxima vez.—¡¿Próxima vez?! —El Capitán abrió mucho sus ojos— Oh, no, señorito. No habrá próxima vez. Voy a ponerle un GPS a todos. —Se volvió a mirar a los demás— No saldrán de mi vista nunca más, no puedo seguir en esto…—Nos ama —Jason dijo bajo, golpeando suavemente a su novio con su codo.Taylor observó cómo Patrick seguía dormido a un lado de
Domingo, 1:45 pm:—No estoy tan seguro de que pueda tomar eso —Mark observó fijamente la botella que su novio sostenía animadamente en su mano y frunció su ceño. Jung sólo llevaba un día fuera del hospital y Jason ya quería emborracharlo.—¿Cómo que no? —preguntó, evidentemente confundido.—No sabes cómo funcionan los medicamentos, ¿no es así?—No —admitió con simpleza, Mark sonrió enternecido; si había algo que él amara con locura sobre su novio, era esa sinceridad que le desbordaba por los poros.—No importa. —Se encogió de hombros y volvió a mirarse en el espejo para arreglar su cabello, completamente consciente de la sonrisa embobada que se había fijado en sus labios y la apariencia que esta le daba. Jason sigui&o
Patrick se detuvo frente a la puerta y apretó las llaves de su auto en su puño cerrado, por alguna razón se sentía extremadamente nervioso. Aquel día era su reunión con el comisionado y él no estaba muy seguro de lo que discutirían; Martínez había sido bastante directo y le había dicho que no se molestara en volver al escuadrón de tácticas y armas especiales, por lo que su trabajo allí ya no existía. El comisionado le había dejado muy en claro a Jonathan su molestia con él al proceder de la manera en la que lo había hecho y, hasta cierto punto, le daba la razón. Era un delito grave lo que él había hecho y sólo ser despedido quizás no era castigo suficiente, después de todo, armarse hasta los dientes con equipamiento restringido, el cual tomó con un permiso falso del comisionado, debía ser reprendido de u
La deliciosa fragancia del café recién hecho por la mañana inundaba la cocina mientras el peliblanco servía un poco en su taza de porcelana blanca; la comida estaba servida en la mesa y la de Sophie estaba empacada para que se la llevara, él se disponía a tomar asiento en una de las sillas del comedor cuando escuchó a los dos ruidosos pelinegros discutir mientras bajaban las escaleras, decidiendo simplemente revisar las noticias en su móvil y esperar a que llegaran a él con el problema que evidentemente lo harían resolver.—¡Paaaaaa! —La hermosa adolescente lo llamó y corrió hasta la cocina, apresurando el paso para llegar primero que Patrick, y acercándose al divertido coreano que la observaba sobre su taza— Dile a papi que no sea un tonto.—¡No es no, Sophia Baker! —Patrick, con su ceño fruncido, llegó al lado de su
—Boom... Estás muerto. —Suaves y fríos dedos se posaron inadvertidamente en su sien, llamando su atención y haciendo que volviera su mirada hacia arriba— ¿Qué clase de detective eres? —El coreano chasqueó su lengua con desgano y tomó asiento junto al más alto— Si hubiera querido matarte estarías acabado.—No tengo dudas de eso. —Patrick sonrió forzadamente y volvió a mirar sus manos, las cuales seguían estrujándose entre sí mientras apoyaba sus brazos en sus piernas.—No es tan malo. —Jung apoyó su espalda en el banquillo y con su mirada recorrió aquel más que conocido lugar— Es decir, pudo ser peor... ¿no?—¿Cómo? —Patrick se volvió a ver al más bajo y notó que éste seguía observando a su alrededor con una triste
Martes, 6:00 am:El molesto sonido del despertador se abrió paso por toda la habitación, retumbando con ensordecedora indecencia mientras el pelinegro mantenía sus ojos aún cerrados sin sentirse perturbado por aquella alarma, apagándola sólo después de varios minutos. Cada mañana hacía lo mismo, fingía dormir hasta que la alarma sonara a su lado y le indicara que era hora de ir a trabajar una vez más... Bastante rutinario.Tomar una ducha, cepillar sus dientes, comer su desayuno, cepillar sus dientes una vez más, ponerse algo cómodo y esperar a que su cabello se secara mientras hacía su camino hasta la estación. ¿Cuánto tiempo llevaba cumpliendo aquella misma rutina? No lo sabía, tampoco le importaba, sólo esperaba que acabara pronto y que algún día pudiera volver a su vida normal, pero... ¿Realmente
—Ok... Creo que no están entendiendo —Taylor sobó su entrecejo y suspiró—. Voy a repetirlo solo una vez más...Taylor Miller, Sargento del precinto setenta y siete, superior directo de los detectives adscritos a la estación y hombre de poca paciencia, acomodó sus anteojos en un reflejo ansioso, el cual lo retenía de insultar el nivel intelectual que su escuadrón podía demostrar en ciertas ocasiones. Sus ojos grandes y marrones se fruncían en una mueca de decepción mientras repasaba una mejor manera de explicar la actividad del día en su mente al tiemp