—Ok... Creo que no están entendiendo —Taylor sobó su entrecejo y suspiró—. Voy a repetirlo solo una vez más...
Taylor Miller, Sargento del precinto setenta y siete, superior directo de los detectives adscritos a la estación y hombre de poca paciencia, acomodó sus anteojos en un reflejo ansioso, el cual lo retenía de insultar el nivel intelectual que su escuadrón podía demostrar en ciertas ocasiones. Sus ojos grandes y marrones se fruncían en una mueca de decepción mientras repasaba una mejor manera de explicar la actividad del día en su mente al tiempo que su cabello, que rozaba las tonalidades castañas, rubias e incluso doradas, iba meticulosamente peinado, tanto como su pulcra personalidad y su uniforme. Cualquiera que se cruzara con él quizás se sorprendería de saber que aún estaba en sus veintitantos años.
—¿De verdad van a darnos una semana libre? —Jason preguntó sorprendido— ¡¿Pagada?! ¿Es esto alguna trampa? ¿Quieres engañarme, no es así? Taylor Miller no...
—Jason, por favor llámame Sargento... —El de anteojos volvió a suspirar y Jung tomó a su mejor amigo del cuello.
—¿Decías? —instó a Taylor luego de tapar la boca de su mejor amigo.
—Gracias. —El Sargento de ojos marrones y anteojos suspiró y se volvió a mirar al capitán a su lado—. No planeábamos hacer esto hoy, pero son órdenes de arriba —explicó mientras les pasaba algunos papeles a los demás detectives—. Realizaremos un simulacro de una toma de rehenes, participará tanto el cuerpo policial, cómo todas las unidades del precinto setenta y siete; cada equipo comenzará en una estancia diferente de la zona asignada para la actividad y el ganador podrá disfrutar de una semana libre... Es la forma en la que el comisionado quiere "incluir" a los nuevos cadetes y oficiales en entrenamiento —concluyó al ver que Jason intentaba abrir su boca otra vez.
—Buenos... Wow, ¿me perdí de algo? —Patrick entró a la sala de reuniones de la estación y se sorprendió al ver a todo el mundo susurrando y hablando bajo mientras Taylor parecía querer matarlos a todos... cómo todos los días.
—Jugaremos a las traes con los nuevos y alguien tendrá una semana libre. —Mark se encogió de hombros y el pelinegro parpadeó varias veces.
—¿Está de juego? —Señaló a su compañero mientras veía a Jonathan y éste ladeaba su cabeza.
—Err... No realmente.
—¡No es un juego! ¡Es un simulacro! —Taylor bufó y abandonó la sala, sentía en todo su ser que aquellos idiotas iban a lograr que los superiores llamaran su atención... ¡de nuevo!
—¿Es así? —Patrick frunció su ceño, algo confundido— ¿Jugamos con los otros departamentos y tenemos una semana libre...? Vaya, eso es fácil.
—¿Qué te hace pensar que tendrás la semana libre? —Jung cuestionó desde su asiento y Patrick se volvió a verlo.
—¿Bromeas? —rio mientras se acercaba al mayor, viendo cómo Jason sacaba el móvil de su bolsillo y salía corriendo a contestar una llamada— ¿Tú y los cadetes? Vamos, te he visto en el polígono, la única forma de que realmente me des es que yo mismo tome tus manos y me apunte. —Le sonrió brillantemente al coreano y éste le devolvió el gesto de la manera más falsa que pudo hacer.
—Es gracioso cómo crees que te mantendrías con vida luego de tocar mis manos. —Chasqueó su lengua.
—¿Por qué? —Alzó una de sus cejas— ¿Moriría por contaminación?
—Nada tan grave como lo que ya cargas tú mismo —dijo, la vista de Jung bajó a los pantalones del más alto y volvió a subir rápidamente a sus ojos, regalándole otra forzada sonrisa.
—¿No deberías de comprobar antes de hablar?
—¿Quién fue el primero en asumir cosas?
—¡Ya consigan una habitación ustedes dos! —Lewis, el asistente del Capitán Allen, gritó desde la puerta— Más importante, una toma de rehenes... ¿Quién será el pobre diablo? —rio bajo y notó cómo Jonathan se volvía a verlo con una mueca acomplejada.
—Lo siento... —Fue lo único que le dijo antes de él mismo ponerse a negar frenéticamente— Todo el precinto participará en la actividad y como no eres un policía... —Trató de hacerlo sonar mejor, pero el castaño alzó sus manos con alteración y bufó.
—¡Claro! ¡Abusen del secretario! ¡Utilicemos a Lewis! ¡Anda, que no es policía! ¡No me pagan lo suficiente para esto! —Se fue dando pisotones y Jonathan suspiró.
—Denme un respiro. —El capitán de aquella estación suspiró y se apoyó en el delgado podio de madera—... ¿Todos entendieron la dinámica? La actividad comenzará hoy mismo y no quiero escuchar preguntas luego de salir de aquí —dijo y señaló a los detectives restantes en aquella sala—. Llegar, esquivar, disparar, ganar, siete días libres a partir del miércoles, ¿bien?
Jung, que seguía bastante comprometido con su pequeña riña exclusiva con Patrick, notó cómo el más alto titubeaba antes de sacudir su cabeza y volverse a ver a Jonathan con una expresión impactada, alzando su mano con intenciones de preguntar algo y captando la atención del mayor. El coreano prefirió posar su atención en su mejor amigo, quien volvía a la sala de reuniones con una expresión lúgubre y una extraña actitud.
—Uhm... Capitán... Acabas de... ¿decir miércoles? —El pelinegro alzó una de sus cejas mientras veía a su superior, apretando sus labios luego de que éste asintiera— Pero... pedí esos tres días libres... ¿recuerdas? Se suponía que llenarías mi permiso...
—¿Era este miércoles? —Jonathan abrió mucho su boca y Patrick suspiró— Vaya, lo siento... Yo... Lo olvidé por completo, si nadie de esta estación gana la semana libre puedo llenarlo, pero si no es así no podré dejarte ir, ¿puedes suspenderlo hasta dentro de dos semanas?
—No es posible. —Patrick negó.
—¿Qué? —Jung se burló— ¿Hace unos segundos estabas seguro de que ganarías y ahora lloras por tu día libre? —El coreano apoyó su rostro en el dorso de su mano y Patrick sintió ganas de matarlo.
—Todos ustedes, lo siento, pero tendrán que morir —bufó, caminando hasta la salida de la sala de reuniones y dirigiéndose a su escritorio.
Jung rodó sus ojos y se volvió a ver a su mejor amigo, quien seguía sentado a su lado, mirando sus propias manos con una expresión triste... Era muy extraño ver a Jason tan callado, ¿qué demonios le habían dicho en aquella llamada?
—Hey, Son... ¿Estás bien? —preguntó bajo luego de que todos abandonaran la sala— ¿Son? —Movió su hombro ligeramente, sorprendiéndose al ver los ojos vidriosos del castaño luego de que se volviera a verlo.
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—Esperaba pistolas de pintura, sinceramente. —Patrick observó el arma en su mano y asintió complacido, vaya que había presupuesto aquel año.
—No podemos permitir que ocurra lo mismo de hace dos años. —Taylor aclaró en un suspiro y Patrick frunció su ceño.
—¿Qué ocurrió hace dos años? —Acomodó su chaleco y se volvió a ver a su grupo, él sólo llevaba un año en el precinto.
—Casi nos despiden a todos por culpa de Jason. —Mark miró al más alto y éste alzó una de sus cejas— Estas actividades no son buena idea, sólo ten eso en cuenta. —palmeó el hombro de su compañero y él parpadeó varias veces.
—Como podrán notar, en la parte superior izquierda de su chaleco antibalas tienen un pequeño contador —Taylor comenzó a hablar, señalando el contador en su propio chaleco—. Sus armas están diseñadas para apuntar un láser de largo alcance, el cual, al tener contacto con cualquier extremo del chaleco, marcará un punto en el contador el cual, a su vez, contará como haber recibido un impacto de bala... O sea, están muertos... ¿ven? —Apuntó a su propio chaleco, demostrando cómo el pequeño contador sumaba "1"— Pero qué cosas, estoy descalificado... Bien, pueden proceder. —El castaño acomodó sus anteojos, dejó su arma a un lado e instó a todos los demás a seguir adelante mientras él tomaba asiento en una esquina y tomaba un libro—. Intenten no ser descalificados por los nuevos. No sean miserables.
El retumbante sonido de una fuerte sirena inundó aquel enorme edificio y marcó el inició de aquella actividad; desconfiados, todos se volvieron a ver a la persona a su lado y levantaron su guardia, en aquel momento todos eran enemigos y serían capaces de traicionar a sus compañeros de trabajo sólo por obtener aquella semana libre... ¡Pagada!
—¡Recuerden que deben llegar al rehén antes que los demás! —Taylor recordó y todos suspiraron. Era cierto, Lewis seguía atado en algún lugar de ese edificio.
Jung se volvió sobre su hombro y notó que Patrick miraba distraídamente a su alrededor, como buscando el sitio correcto por dónde comenzar su búsqueda de la "víctima", así que se escabulló cerca del pelinegro y mordió su labio con fuerza... Maldición, realmente quería reír.
—Boom... —susurró por su espalda— Estás muerto —rio bajo luego de presionar su arma contra la espalda del más alto y sentir cómo éste se sobresaltaba.
Patrick observó cómo los demás salían corriendo en diferentes direcciones, apartándose de él y del escurridizo coreano que presionaba su arma contra la parte trasera de su chaleco, el pelinegro no tuvo otra opción más que subir sus manos mientras dejaba escapar un suspiro, es decir... ¿En serio? ¿De verdad se había dejado atrapar por Jung a sólo cinco segundos de haber comenzado la maldita cosa?—Vaya... ¿Realmente planeas ganar así? —Jung se burló, bajando su pistola luego de soltar una risita y comenzar a caminar— Te doy quince minutos cuando mucho. —Patrick miró el contador en su chaleco y alzó una de sus cejas al ver que seguía en cero, el coreano no le había disparado.—Muy audaz, viniendo del señor "ugh, esto es una estupidez, ¿cuál es el punto?" —El de ojos verdes alcanz&oacu
—¿Siguiéndonos? —Jason cuestionó y Patrick asintió.—Mark y yo estábamos tratando de llegar al tercer piso, pero comenzaron a atacarnos luego de que Taylor habló por los parlantes... —suspiró— ¿Notaron que los nuevos tienen mejor equipamiento? —Soltó de repente mientras veía la pistola que le había robado a Natasha y Jason lo señaló mientras asentía frenéticamente y miraba a su mejor amigo.—Te lo dije, les dieron mejores cosas —dijo al coreano y éste suspiró.—¿Cuál es el punto? —Jung soltó con pesadez mientras sobaba su cuello, seguro no pasaría mucho tiempo hasta que otra oleada de cadetes fuera en busca de ellos— Además... —Se volvió a ver al más alto del grupo— Le robaste el arma a esa niña, ¿no es tra
—¡Dejen de gritar todos! ¡Se sostuvo! —Patrick quitó a Jason de su caminó y reprochó con su mirada a los traumatizados cadetes que ahora miraban hacia abajo— Oye, sexy, ¿crees poder sostenerte?—... No realmente —Jung gruñó mientras apretaba sus labios y trataba de mantenerse aferrado al alféizar de una de las ventanas del piso siete.—Voy por ti —aclaró rápidamen
Dando brinquitos por toda la estación, Jung volvió a su escritorio con una gran sonrisa en su rostro y acomodó algunas cosas del lado de Jason, quién aún seguía en Hong-Kong visitando a sus padres. Vaya que sería un buen día.La voz de Taylor lo distrajo por algunos segundos y se volvió a ver al mayor, quien ahora le entregaba varios documentos de casos que habían llegado a la estación aquella mañana, los tomó con alegría y comenzó a hurgar entre todas esas fotos de homicidios y escenas del crimen con una sonrisa tan amplia que el Sargento Miller sólo pudo retroceder lentamente, preocupado de que aquel chico realmente fuera un psicópata.—... Lo lamento. —La mirada del peliblanco fue hasta la entrada de la estación y se posó sobre el Capitán Allen y el tonto Patrick, quien se veía bastante desarreglado... m&aacut
Martes, 10:34 pm:El coreano bajó sus binoculares y suspiró, no creía que aquello fuera a funcionar, la verdad no creía que nada en aquella operación fuera a funcionar... Bueno, en realidad ese no era el problema, el problema era que estaba atascado en un auto con Patrick Baker y eso, definitivamente, no funcionaba.—¿Finalmente moriste? —preguntó luego de mirarlo de reojo, el pelinegro llevaba al menos quince minutos con su cabeza apoyada en el volante.—Espero que no —respondió bajo—. Si tú estás aquí significa que fui al infierno... —Levantó su cabeza y se volvió a ver al mayor con una expresión desganada, sorbiendo su nariz y quitando los binoculares de las manos de éste—. Estaremos aquí toda la noche. —suspiró, mirando al río frente a él y devolviéndole lo
—Tenemos todo el suceso grabado en una cámara de seguridad, detective, no hay ningún error aquí. —Soltó con un poco de molestia y Jonathan se abrió paso hacia el frente mientras Jung titubeaba— Si eso es suficiente, debemos irnos rápido.—Gracias por venir hasta aquí, oficial. —El capitán de aquel precinto habló apresuradamente—. Sé que esto puede meterlo en problemas, pero le aseguro que en caso de que eso suceda yo hablaré en su lugar, por favor sólo denos un par de minutos con mi detective —pidió amablemente mientras
—¿Cómo que no puedo tomar el caso? —Jung frunció su ceño, mirando confundido al Capitán Allen y al callado Mark.—No ocurrió bajo nuestra jurisdicción, Kim —dijo Jonathan en un suspiro— ¿Crees que me alegra decirte esto? Estaba dispuesto a pelear para que te dieran este caso, ¡a cualquiera de ustedes! ¡Incluso yo me ofrecí! —Sobó su entrecejo— Pero no podemos hacer nada al respecto, el asesinato tomó lugar en áreas del precinto setenta y nueve, así que no podemos meter nuestras narices en sus asuntos.—¡Pero es nuestro compañero...! —Jason quiso interferir, pero Mark lo interrumpió.—¡Por eso no podemos interferir, Zhang! —El mayor bufó y el chino guardó silencio— Sólo apártense del caso, pensarán que están parcializados y
Un mes atrás.Miércoles, 09:45 pm:—Esto tiene que ser una broma. —Patrick aparcó su auto afuera de aquel gran almacén que conocía a la perfección, vaya que aquel lugar le traía malos recuerdos.Sin pensarlo dos veces, el pelinegro bajó del auto, cerrando la puerta tras de sí y volviéndose a ver adentro de éste por algunos segundos, había dejado su arma adentro, no sabía qué tan buena idea era ir a encontrarse con aquel sujeto totalmente desarmado, pero... ¿qué iba a hacer? No podía simplemente dispararle si las cosas se ponían feas. No podía.Caminó por el oscuro lugar y pudo ver una silueta, un poco más baja que él, de brazos cruzados y posición firme a unos cuantos metros de distancia. Definitivamente era él. Apresuró el paso hasta acortar la distancia