33.- Jonás.

— ¡Jonás, por favor! – se lo que va a decirme — No lo lastimes – se encuentra arrodillada en medio de la cama.

                                   

La veo y ¡uf, siento calor! Tiene un corte en la frente y otro en el labio, ese malnacido la golpeó ¿y ella no quiere que lo lastime? Definitivamente no me conoce.

— ¡No lo haré! – Sonríe —, no tanto – se cubre la boca con las manos ante mi seriedad — ahora debo irme, no quiero que tu padre me encuentre aquí – asiente con los labios cubiertos.

Me acerco como si fuese un imán, destapo sus labios y delante del maricón de su “casi hermano”, los ro

Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP