Manuel terminó la ronda de la mañana sin novedad alguna, como siempre. El bosque era tranquilo y los incidentes no eran frecuentes.
Volvía a la cabaña sin haber avistado nada interesante. Los hombres puma seguían reacios a dejarse ver. Sin embargo, tras la inesperada visita nocturna que había recibido, Manuel había renovado las esperanzas de volverles a ver.
Se acercaba a la cabaña, concentrado en sus pensamientos, cuando vio que la puerta estaba completamente abierta mostrando la oscuridad del interior en contraste con el sol cegador.
El corazón de Manuel se aceleró. Se limpió el sudor de la frente y comenzó a caminar cada vez más despacio.
No debía hacerse ilusiones pero era imposible no pensar en ello.
Él siempre dejaba la puerta abierta. Cualquier animal podía haberla empujado. Pero no, ¿qué animal iba a ser capaz de gir
Sush se recuperó, pero ya no volvió a ser el mismo. Su debilidad era evidente para todos y Cala pasaba con él mucho tiempo haciéndole compañía e interrogándole sobre sus diferencias. Sush contestaba a todas sus preguntas sin perder nunca la paciencia, no como Yuma, pero era tan misterioso en sus respuestas que Cala no llegaba a comprenderle muchas veces. Todos sabían que Sush era un hombre sabio y Cala pensaba que a ella le quedaba mucho camino por recorrer antes de poder llegar a comprender a su abuelo.Namid regresó con Sasa, su pareja, una tupi menuda y tímida de mirada dulce y gesto asustado. Miró a Cala con desconfianza y apenas se atrevió a darle la mano cuando se saludaron. Cala, que había tomado aquello como una prueba de fuego para ella, sintió que Sasa no la aceptaba.Namid parecía muy feliz y Cala se alegraba por él, pero sorprendía las mira
Cuando Cala cumplió los quince años, Yuma, que estaba a punto de cumplir los veinte, decidió que había llegado el momento de partir en busca de una pareja. El abuelo le hizo llamar de nuevo la noche antes de su salida.—Me alegra que al fin hayas tomado una decisión —le dijo el abuelo, tendiéndole la mano.Yuma se la tomó y se sentó a su lado. El abuelo se apagaba, despacio, pero de forma constante y evidente.—Sí, aunque no es la que querías que tomara —dijo Yuma con voz ronca.El abuelo sonrió.—El caso es este ¿es la que querías tomar tú?Yuma esquivó la mirada del abuelo. Aquella sospecha de que podía leer en su interior le hacía sentir nervioso porque pensaba que lo que el abuelo veía no le gustaba. No era algo bueno. Yuma luchaba contra aquel deseo que sabía irrealizable.
Cala se sentía prácticamente abandonada.El abuelo murió. Min se encerró en un silencio hermético y Léndula se pasaba el día tratando de animarla. Kasa y Namid se ocupaban de la caza, para suministrar al clan, y a Cala le daba la sensación de que todo el mundo tenía un plan en su vida, excepto ella.Antes de que Yuma se fuera, y a pesar de que su relación ya no era la misma, ella nunca se había parado a pensar en su futuro, ni en su vida, ni en nada que no tuviera que ver con el clan. Pero, ahora, se daba cuenta de que se acercaba a una edad en la que los tupis comenzaban a pensar en tener pareja y a ella se le hacía impensable que ningún chico quisiera estar con ella. Tampoco le parecía que ella pudiera estar con un chico de cualquier otro clan. Sasa se convirtió en su confidente y sobre ella descargaba sus miedos y sus dudas.—Me quedaré sola &
Yuma regresó con su pareja un día lluvioso, ya entrada la noche, y les sorprendió a todos durmiendo. Era mucho menos peligroso desplazarse en la noche.Cala, aún en duermevela, se olvidó de todas sus diferencias y se lanzó en sus brazos bajo la asombrada mirada de su pareja. Al separarse, Yuma la miró y quedó helado al ver en sus ojos tanta tristeza.Léndula ya los estaba separando y abrazando a su hijo y Min esperaba emocionada su turno mientras los otros hombres contenían su emoción y le daban golpecitos en la espalda.Las mujeres pasaron a centrar su atención en la chica tupi, que ya era mujer de Yuma, y ella agachaba la vista en una actitud tímida.Sin embargo, cuando Yuma acercó a Cala para presentarlas, ésta vio un brillo en sus ojos que la asustó e hizo retroceder.—Venga Cala, Ona viene dispuesta a ser tu amiga, casi tiene t
Yuma comenzó a enseñarle a Ona los alrededores del bosque, los lugares seguros, sitios en los que poder cazar y pescar y también lugares a los que no debía ir, sitios peligrosos y límites establecidos por el clan que no debía traspasar.Al principio, Cala les acompañaba animada por Yuma, pero pronto dejó de hacerlo porque no conseguía sentirse cómoda al lado de Ona.El primer día que Cala decidió quedarse con Léndula, Ona le pidió a Yuma que le enseñara el lugar donde había encontrado a Cala.—No puedo, está fuera de los límites —contestó Yuma. Su mujer sonrió de medio lado.—Venga, Yuma —gimoteó mimosa—, sólo siento curiosidad, no pienso ir nunca más.Yuma pensó en lo que podía hacer. No pensaba llevar a Ona hasta los contenedores, a fin de cuent
Sólo había pasado una semana desde la marcha de Sasa y Cala ya la echaba terriblemente de menos. Los días se volvían largos, la monotonía la consumía, estar en el mismo lugar con Yuma y Ona la hacía sentir incómoda, todo parecía marchar mal.A veces, le parecía que era como una niña castigada, todo el día tras las faldas de Léndula, aburrida y pesada, no dejándola ni respirar.—Al menos haz algo útil, niña —le dijo Léndula un día, harta de su apatía—. Voy a enseñarte a cocinar.Se pusieron manos a la obra y Cala demostró una notable incapacidad para el arte de la cocina que terminó por destrozar los nervios de Léndula.—¡Oh, Cala, así nunca encontrarás pareja! —masculló fuera de sí, y, al instante, se arrepintió de haberlo dich
Cuando Namid y Sasa regresaron, el vientre de ésta parecía a punto de estallar. Cala se pasaba el día acariciándoselo y recuperó la serenidad en parte, pero la tensión que existía entre Yuma y ella crecía cada día más.Cala miraba a su alrededor consciente de que todos, incluso Sasa y Ona, conocían su origen y ella había sido la última en enterarse, la única engañada, y se sentía rabiosa y les odiaba a todos, en especial a Yuma. Luego veía a Léndula trajinando con sus cacharros, totalmente ignorante de que ella conocía aquel secreto, a Kasa que pasaba a su lado y la revolvía el pelo, o pensaba en el abuelo y sus largas charlas y sentía un agradecimiento tan grande por todo lo que habían hecho que tenía que buscar un lugar apartado y allí lloraba entre ahogos.La relación entre ella y Yuma hab&iacu
Si a Ona le hubieran dicho que iba a convivir con una humana se hubiese reído, pero si además le hubieran dicho que iba a sentir celos hacia ella, jamás se lo hubiera creído.Sin embargo, empezó a sospechar que era así cuando le empezó a doler oír el nombre de Cala en los labios de Yuma, incluso antes de haberla conocido en persona. Mientras aún estaba en el clan de su propia familia ya ese nombre le producía un sentimiento confuso y adverso. El brillo en los ojos del muchacho cuando hablaba de ella no era el mismo que el de cuando hablaba de cualquier otro miembro de su clan.Luego, las cosas fueron aún a peor cuando tuvo frente a ella a aquella muchacha menuda, con su cabello castaño, los ojos claros, límpidos, y una boca pequeña pero de labios bonitos. Era hermosa. No era de su especie, pero por más que quisiera engañarse no podía dejar de pensar qu