Ya aqui estamos viendo como nuestro papu misterioso se convirtió en "villano" ¿será que sus teorias son reales? ¿El cetro será real? ¡Descubrelo en los proximos capitulooos!
En uno de esos días hace tres años atrás, en la quietud de la noche, mientras yacía en su cama demasiado pequeña para su cuerpo adulto, Valdimir se retorcía incómodo. Su cabello, ahora una cascada oscura que se derramaba sobre la almohada contrastaba con la palidez de las sábanas viejas, resaltada por la tenue luz de la luna que se filtraba por la ventana enrejada. Las cadenas en sus muñecas y tobillos tintineaban suavemente con cada movimiento, un recordatorio constante de su cautiverio.De repente, el chirrido de la puerta al abrirse cortó el silencio como un cuchillo. Valdimir, con sus sentidos agudizados por su ser licántropo, captó de inmediato el aroma familiar: una mezcla de jazmín y pergamino viejo que solo podía pertenecer a Irina. Su cuerpo se tensó instintivamente, pero permaneció inmóvil, dándole la espalda a la entrada.Irina, ahora una mujer de 28 años entró con pasos cautelosos. La luz del pasillo dibujó su silueta esbelta en el suelo de piedra antes de que la puerta se
La noche envolvía el paisaje con su manto oscuro cuando Valdimir, con el corazón latiendo a mil por segundo y las manos temblorosas, se dispuso a montar a caballo por primera vez en su vida. El animal, de pelaje moteado en blanco y ébano, relinchaba inquieto, como si percibiera la inexperiencia y el nerviosismo de su jinete. Irina, su hermana, con un gesto de paciencia en su rostro iluminado por la tenue luz de la luna, lo ayudó a subir, colocándose ella delante para llevar las riendas.El camino hacia el castillo se extendía ante ellos como una cinta oscura en la penumbra. Valdimir, acostumbrado a la estrechez de las cuatro paredes de su habitación/celda, sentía que el mundo se abría ante sus ojos maravillados. El viento fresco de la noche acariciaba su rostro, trayendo consigo aromas desconocidos que despertaban su curiosidad. Sin embargo, bajo esa capa de asombro, una tensión constante recorría su cuerpo. Sus músculos se contraían involuntariamente, preparados para un ataque que su
Valdimir, con el corazón latiendo desbocado en su pecho, cruzó el umbral de la puerta. En ese mismo instante, el aroma familiar que había percibido se mezclaba ahora con el olor metálico del miedo y la anticipación.La escena que se desplegó ante él era como un cuadro macabro, una representación nada agradable de una reunión familiar que él no esperaba encontrar. Su padre, el Rey, se erguía imponente, con su figura recortada contra la luz tenue de las velas. A su lado, Nikolai, su hermano, reposaba en un sofá con una sonrisa enigmática dibujada en sus labios, como si guardara un secreto oscuro que amenazaba con estallar en cualquier momento. Y allí, junto a un hombre desconocido —que Valdimir intuyó era un humano por su esencia que no encontró familiar—, estaba Irina, su hermana, con la mirada esquiva y las manos ocultas tras su espalda luego de que se adelantó y entró primero que él. El hombre humano desconocido era el Rey Theodor, el padre de Aelina, el Rey Humano. Sin embargo, esos
Valdimir, con su figura imponente envuelta en esa capa oscura que, le lucía mejor de lo que debería, se erguía en el centro de la habitación. Su rostro, una máscara de frío odio, contrastaba con el mar agitado de emociones que se sacudía en su interior. Sus ojos, de un ámbar ahora gélido, reflejaban un dolor profundo que luchaba por mantenerse oculto tras una barrera de ira y desconfianza.—¡Acaba con Nikolai para que puedas convertirte en rey! —insistió Irina al ver que Valdimir aun no mataba a su hermano.—¿Crees que todavía me creo esa mentira del cetro y mi “salvación”, Irina? Ya deja de mentir… —Su voz surgió como un susurro amenazante, llena de una amargura que parecía emanar de lo más profundo de su ser. Una sonrisa sin alegría se dibujó en sus labios, era una mueca que hablaba de traición y promesas rotas—. Me mentiste con lo de mi madre, solamente para traerme aquí e intentar acabar conmigo... ya no es necesario que continues con la farsa de que deseas convertirme en rey, tu t
El silencio que siguió a la desaparición de Irina y el Rey Theodor a través del espejo fue absoluto, pesado como una losa sobre los hombros de Valdimir. La habitación, antes cargada de tensión y gritos, ahora parecía sumida en un vacío tan profundo como el que se extendía al otro lado del cristal encantado.Valdimir permaneció inmóvil, su figura alta y esbelta recortada contra la luz mortecina de las velas. Su rostro, normalmente serio e indiferente se contrajo por un instante, traicionando una emoción que luchaba por salir a la superficie. Sus ojos, de un tono ámbar como la miel reflejada al sol, se llenaron de lágrimas no derramadas. Con un gesto casi mecánico, alzó una mano para limpiarlas, negándose a mostrar debilidad incluso en este momento donde esos sentimientos que se obligaba a reprimir pretendían traicionarlo.El espejo, testigo silencioso de la tragedia que acababa de desarrollarse con el anterior Rey, dejó de ondular, su superficie volviendo a ser un cristal sólido y opaco
El aire se estremeció cuando el Rey de los Humanos emergió del otro lado del espejo. Cayó pesadamente al suelo, su cuerpo cubierto de una fina capa de ceniza gris que se arremolinaba a su alrededor como una bruma etérea. Sus extremidades temblaban incontrolablemente, sacudidos por un frío sobrenatural que parecía emanar de sus propios huesos.Valdimir, con sus ojos ambarinos brillando de una mezcla de curiosidad y desconfianza, observó la patética figura del monarca humano. A pocos pasos de distancia, Nikolai permanecía inmóvil, atado a una silla por los invisibles lazos de la magia de Valdimir. El silencio en la habitación era tan denso que casi podía tocarse.Con pasos deliberadamente lentos, Valdimir se acercó al rey caído. Su voz, cuando habló, era suave, pero con una tensión que no pudo disimular:—¿Por qué vino sin mi hermana? Se suponía que... estaría con ella.El Rey de los Humanos, con un esfuerzo visible que tensaba cada músculo de su cuerpo, comenzó a incorporarse. Sus movim
Tiempo actual – Afueras de la ciudad capital: Reino de KolgrimBajo el manto de un cielo plomizo que presagiaba tormenta que nunca terminaba de aparecer, Valdimir y Aelina se encontraban frente a esa torre de piedra gris, testigo silenciosa de innumerables secretos de los cuales Aelina sabía en su mayoría. El viento soplaba con fuerza, agitando el cabello de la joven mientras Valdimir, con voz grave y mirada perdida en otro lugar que no fuera su reina, comenzó a desentrañar los hilos de su turbulenta existencia, esos recuerdos que la joven todavía desconocía.Con palabras que parecían arrastrar el peso de años tormentosos, Valdimir narró a Aelina los acontecimientos que habían moldeado su vida durante los años que estuvo ausente de aquel lugar al que alguna vez llamó hogar de cierta forma. Su relato, teñido de melancolía y arrepentimiento, reveló la pérdida de su madre durante su nacimiento, un evento que marcaría el inicio de una vida signada por la soledad y el dolor.Sin embargo, la
En ese instante, Aelina sintió que su estómago se retorcía como si una mano invisible lo estrujara. A pesar de todo, una parte de ella logró comprender. La venganza de Valdimir era el resultado de años de encierro y sufrimiento indescriptibles. Entonces, el Rey Lobo, quitó la atención de las manos de Aelina y decidió mirarla a los ojos mientras comenzó a relatar con voz distante más detalles de la verdadera muerte de su padre como si estuviera reviviendo aquellos momentos oscuros:—Lo torturé de formas que ni siquiera te puedes imaginar... —sus ojos, normalmente fríos, parecían arder con un fuego interno de recuerdos dolorosos—. Luego, cuando ya no quedaba nada del hombre que alguna vez fue, solté sus cadenas...Hizo una pausa, con su rostro contraído en una mueca de dolor y satisfacción entremezclados.—Y él mismo se quitó la vida —continuó Valdimir en un hilo de voz —. Él convirtió su mano en garras afiladas como cuchillas y se arrancó la garganta con un solo movimiento. Murió desang