Necesito saber quién me ha violado, ese hombre, me lo tendrá que pagar. por ello, me dirijo hacia la recepción a buscar ayuda de la chica que me entregó las llaves, solo que al llegar, me encuentro con un tipo que parece muy astuto, me da escalofríos, en cuanto me ve venir, su mirada se oscurece y parece un robot.
—Buenos días —saludo.El tipo no me responde, detalla mi rostro, cada uno de mis movimientos, es como si ya esperara que viniera. De cualquier manera, frunzo el ceño y carraspeo.—Quisiera… bueno… saber si puede revisar las grabaciones de las cámaras de seguridad del último piso, a las diez de la noche, más o menos —balbuceo.Sin respuesta, ladea la cabeza ligeramente, para después negar.—Lo siento, señorita, me temo que no puedo hacer lo que me pide, está en contra de las políticas del hotel —dice con tanta seguridad que me aterra.Debe ser una broma.—Por favor, escuche, anoche… un tipo drogado o ebrio, no sé, entró a mi habitación, necesito saber quién es…—Me temo que no puedo ayudarle si no tiene por lo menos una orden judicial, estos asuntos debe llevarlos la policía —finaliza con una tenue sonrisa—. Qué tenga un excelente día.Vuelve a lo suyo, ¿en serio me está tratando así? Le acabo de decir que un tipo entró a mi habitación, y él no hace nada por las tontas reglas del hotel. Al ver que ha dado por finalizado mi tema y que comienza a teclear algo en el ordenador, me doy por vencida, si lo que necesito es una orden, bien, iré con la policía, con el nudo que se atora en mi garganta, las lágrimas empujando por salir, me doy la media vuelta y salgo.No puedo llorar, no debo hacerlo, tengo que encontrar al responsable, tiene que pagar por lo que me hizo. Para cuando llego a la estación de policía, tengo que esperar cerca de media hora a que me atiendan, y mientras lo hago, trato de recordar el rostro de aquel hombre, estaba un poco oscuro el ambiente, pero estoy segura de que vi por unos segundos su rostro, y esos ojos azul eléctrico.Había tanta rabia en ellos, tanto odio…—Muy bien, puede pasar, señorita Cox —me dice la agente recepcionista.Asiento y paso a la oficina a la que me dirigen, un hombre de tez oscura y mirada amigable, me indica que tome asiento frente a él y su enorme escritorio, termina de rellenar unos papeles hasta que fija sus ojos en mí.—En qué podemos ayudarla, señorita Cox —me pregunta con cautela.—Anoche… —mi voz es un manojo de nervios, tomo una larga bocanada de aire y empujo las lágrimas—. Anoche un tipo entró a mi habitación en el hotel Diamon, y me violó.Decir esas palabras me resulta liberador, y sin poderlo evitar por más tiempo, rompo en llanto.—Intenté pedirle al hombre en la recepción que me mostrara las grabaciones de las cámaras de seguridad, pero me lo negó, argumentando que…El hombre serio recibe una llamada en su teléfono fijo, revisa rápido el identificador de llamadas y no responde.—Lo que usted dice es una acusación grave —musita pensativo—. Recuerda al tipo que la violó, necesitamos todos los detalles para comenzar con las averiguaciones…Esta vez deja de sonar el teléfono y ahora es su móvil, quien quiera que sea, es demasiado insistente, el agente de policía bufa, y de mala gana responde poniéndose de pie para tomar un poco de distancia entre los dos.—Un momento, disculpe —me dice.Asiento, lo observo, en cuanto atiende la llamada palidece, escucha atento y murmura unas cuantas palabras, luego dirige su mirada hacia mí y frunce el ceño, me lanza su lástima, negando con la cabeza, como si se hubiera resignado a algo.—Entiendo —cuelga.Vuelve a su asiento, esta vez su aura es oscura. Me hace un par de preguntas, respondo a todo con seguridad, uno de sus compañeros avisa que ya han solicitado la copia de las cámaras de seguridad de la noche, en ese piso y de la habitación, espero lo que es casi una eternidad, hasta que me muestran las grabaciones. Solo aparece la esposa de Dorian, entrando y luego saliendo enfurecida, después de unos minutos sale él y es todo, no hay más—Lo siento, señorita Cox, como puede ver, no hay imágenes que muestren a un hombre entrar luego de que sus invitados salieran.Me congelo, debe ser una broma de mal gusto.—¡Pero… debe haber algo mal, es decir, un hombre me violó, tienen que hacer algo! —estallo de miedo y desesperación.Los oficiales se miran entre sí.—Me temo que sin pruebas o un hombre al que pueda reconocer como el culpable, no podemos hacer mucho —responde el agente—. Haremos lo que esté en nuestras manos para seguir con las averiguaciones, pero…Vuelve a cruzar una extraña mirada con su compañero.—Si acepta un consejo —se inclina hacia adelante—. Lo mejor será que deje las cosas como están, no es tan malo, ¿cierto?No puedo creer lo que me está diciendo, sin poder soportar su falta de humanidad, me pongo de pie dispuesta a marcharme. Me piden mis datos de nuevo, me aseguran que van a llamar en cuanto sepan algo. No les creo.Saliendo, es como si el mundo se hubiera vuelto gris, perdió su color, un hombre destruyó mi vida en tan solo instante, mientras camino rumbo a la estación del metro, mi móvil vibra dentro de mi bolso, es una notificación del banco, reviso y es como si el mundo me diera un nuevo golpe, al parecer, he recibido una transferencia, por parte de la empresa en la que trabajo.El aliento se me va, enseguida me llega un correo de la empresa, lo abro enseguida, leyendo cada documento, es mi hoja de despido, mi exnovio, tambien es mi exjefe, Dorian, que me ha dado la patada final, me ha dado el suficiente dinero para que sobreviva un mes, y me ha despedido, el que todo este tiempo haya jugado con mis sentimientos y me haya ilusionado de la peor manera cuando tenía esposa...Ahora no solo me han mentido, violado, despedido, sino, que las deudas que tengo se me vienen encima. Esa cantidad de dinero apenas y me va a alcanzar para pagar lo que debo, la renta… maldición. Con el corazón roto me dirijo a casa, al subir al departamento, me encuentro con Harley, quien viene llegando de la Universidad con cuatro libros entre sus brazos, ella me sonríe pero ese gesto se le borra del rostro al ver el estado en el que me encuentro.—Maddison —susurra.Es en ese momento en el que me rompo y lloro en su hombro. Entramos a mi departamento, me obliga a darme una ducha de agua caliente mientras ella me prepara algo de comer, me da un par de analgésicos y termino por contarle cada m*****a cosa.MADDISON —¡Joder, lo sabía, ese maldito…! —exclama ella cuando termino de contarle todo.Mis ojos están hinchados de tanto llorar, me siento perdida aún en su compañía, los analgésicos ayudan a calmar el dolor físico, más no el interno.—Seguro borraron la evidencia —bufa—. Eso es lo que hacen los ricos.Levanto la mirada.—¿A qué te refieres?—Vamos, piénsalo bien Mad, dices que los agentes actuaron bien al principio, luego ese tipo recibió una llamada y su actitud frente al problema cambió —me explica—. Está claro que borraron la evidencia de las cámaras de seguridad, lo que quiere decir que quien te violó, es alguien pesado, alguien poderoso.Sopeso sus palabras, ya se había cruzado por mi mente esa teoría, no obstante, tenía la esperanza de que fueran ideas mías, al parecer no estaba equivocada, y todo comienza con aquel tipo raro en la recepción del hotel.—Como sea, tenemos que encontrar otra solución —finaliza Harley.Estoy a nada de hablar, cuando mi móvil suena, no reconozco
MADDISONMientras tecleo las palabras en la laptop, los recuerdos de aquella noche me avasallan, es como una pesadilla interminable, una que sigo repitiendo una y otra vez, hay un par de segundos en los que pienso en tomar el camino fácil y acabar con todo esto, aunque al tocar el relicario que me regaló mi madre hace muchos años, y que contiene una foto de nosotras dos, me doy la fuerza necesaria. Jamás conocí a mi padre, y a mi madre no le gusta hablar del tema, al parecer una mañana solo se fue y listo, no es que me importe, solo, no me gustaría que mamá tuviera esa mirada llena de tristeza cada que llegamos a tocar el tema. Las horas se me pasan volando, envío un par de curriculums, hago un par de llamadas hasta que doy con el trabajo perfecto, debido a mi experiencia en el área y a mis habilidades, logro conseguir una última entrevista en la empresa Carrier Company, una que por jugada del destino, resulta ser la competencia de la empresa de Dorian y su esposa, eso solo fue sin
LEVI llego a mi oficina. —¿Entonces? —Me pregunta Tobias, quien al parecer revisa su reloj con insistencia—. Siento que algo me ocultas, huele a problemas. Este tipo es un imbécil, pero un buen abogado, una de las razones por las que es mi mejor amigo, es porque es la única persona que conozco del planeta, que no tiene alma como yo. Esa es la razón por la que nos llevamos tan bien. Guardo silencio un par de segundos. llaman a la puerta y casi puedo asegurar que se trata de la secretaria de mi abuelo, es una Sra. malcriada. —Joven Evenson —dice con un tono de voz casi tan molesta—. Su abuelo y hermano lo están esperando en su oficina. Lo sabía. —Diles que no tengo tiempo. —Lo siento, me temo que su abuelo no está de buen humor. —Algo que compartimos los dos el día de hoy. —Es importante —dice para luego salir sin decir nada más. Cierra la puerta a sus espaldas, dando un portazo, sabe que odio que hagan eso, aunque lo hace solo para molestar. Mi abuelo, sin duda, le da mucha
LEVI—¿Levi, casado? —ríe Nolan—. Por Dios, abuelo, pones muchas esperanzas en él.—Silencio,— dije. —¡No! —replica Nolan y se pone de pie para estar a la altura del viejo—. ¡Levi es un irresponsable, ni siquiera se compromete con la empresa de lleno, él no merece ser un Evenson! Tenso el cuerpo, vuelve al mismo tema, decirle la verdad de que el abuelo es a él de quien desconfía y no considera una opción para la presidencia por la influencia de su esposa, sería un golpe duro, sin duda alguna.—¿Y tú sí?Se me viene encima, estoy preparado, pero el abuelo decide interponerse en el camino con su dura voz, Nolan se detiene y rechina los molares.—¡Alto! —se dirige a mi hermano—. Con esa actitud no vas a llegar a ningún lado, mucho menos das una buena imagen a la empresa.Mi hermano se queda callado, su pecho sube y baja debido a la adrenalina que recorre su cuerpo.—Lo siento, abuelo —se inclina—. No volverá a ocurrir, si no hay nada más que quieras decir, me retiro, tengo cosas que ha
MADDISONEntro y me encuentro con un dos pares de ojos verdes, los de mi jefe y el hombre que está de pie, con las manos metidas en los bolsillos de sus costosos pantalones. Es alto, fornido, cabello castaño y una barba algo espesa, en general podría decir que tiene una apariencia amable, si tan solo no viera el odio que destilan sus ojos.—Siento interrumpir, solo es para avisarle que todo está preparado, en cinco minutos tienen que llegar sus invitados —digo en tono neutro.El señor Félix me observa con detenimiento, luego le lanza una mirada indescriptible y fugaz al hombre que parece más joven.—Maddison, te presento a mi nieto mayor —carraspea mi jefe—. Nolan Evenson, Nolan, ella es mi asistente personal, la señorita Maddison Cox.Nolan, como ahora sé que se llama, me mira de pies a cabeza, estoy a nada de abrir la boca para saludar como es debido, cuando él solo se da la vuelta justo al estirar mi mano para estrecharla con la de él, y se dirige a su abuelo.—Terminaremos de habl
FÉLIX CARRIEREscucho atento los comentarios finales de los socios, hace poco menos de una hora que cerramos el trato, como siempre, yo gano. Salgo de la junta después de que mi nieto Levi es el primero en salir, como si es lo que más quisiera en el maldito mundo, el ingrato solo se esfuma.Y yo hago lo mismo antes de que Nolan me aborde como suele hacer cuando termina una junta de socios.—Abuelo —el ávaro me llama a las espaldas.No me detengo, no tengo el ánimo de hablar con él de un tema que ya me sé de memoria. No cumplo mi cometido, ya que enseguida entra sin autorización a mi oficina. Molesto, tomo asiento y comienzo a leer los papeles que Maddison me dejó para firmar sobre estado financiero de las últimas semanas.—Abuelo, sé que no quieres volver a hablar de lo mismo, pero sabes que tengo razón —insiste con lo mismo.—Si ya sabes lo que quiero, no gastes saliva, muchachito —siseo sin apartar la mirada de los papeles.No obstante, Nolan, como siempre suele pasar, me saca de mi
MADDISON—Fue un accidente, ese día lo drogaron, le metieron al sistema una droga que logra despertar tus estímulos sexuales, y no paras hasta que los satisfagas, tienes razón, no es una excusa, bien puedo pedir ayuda o incluso ir al hospital, pero no lo pensó, no lo sabía, apareciste tú —ríe sin gracia—. O mejor dicho, te encontró y el resto ya lo sabes bien.No puedo creer lo que me está diciendo. De soslayo miro al tipo que parece no tener corazón, sigue tan tranquilo como si nada.—Te propongo algo —arguye mi jefe.El problema es que no estoy dispuesta a seguir escuchando excusas pobres, si creen que me van a poder borrar del mapa, están muy equivocados, él tiene que pagar por lo que me hizo, las lágrimas siguen llenando mis ojos, no importa que sean gente poderosa y que hayan comprado a la policía, a mí jamás me harán eso.—Lo siento, pero me temo que sea lo que sea, no lo pienso aceptar, pienso llegar hasta las últimas consecuencias, su nieto debe tener un castigo por lo que hiz
LEVIUn golpe tras otro, nada funciona, gotas de sudor se resbalan por mi espalda y torso desnudo, los gritos de ánimo de las mujeres que están alrededor, pasan a segundo término cuando solo me concentro en una cosa; en el costal de arena que yace colgado frente a mí, cierro los puños, puedo saborear la adrenalina que recorre por todo mi torrente sanguíneo.Iba a enmendar mi error, pero las palabras de esa desgraciada fueron como una bofetada, trata de retarme, y lo más increíble es que el viejo la apoya, ahora me quiere casar, maldita sea, la odio. De cualquier modo, lo primero que debo hacer, es descubrir cuál es el plan que tiene entre manos, mi abuelo.—¡Vamos, Evenson! —grita mi estúpido entrenador—. ¡Golpeas como niñita!Tenso los músculos de mi cuerpo, muevo el cuello con estrés y sigo golpeando el saco de arena, recreando el rostro de Maddison sobre él. No paro, aguardo el aliento hasta que doy el golpe final. El sonido de la cadena al moverse hace que mi humor se vaya en pica