LEVI llego a mi oficina. —¿Entonces? —Me pregunta Tobias, quien al parecer revisa su reloj con insistencia—. Siento que algo me ocultas, huele a problemas. Este tipo es un imbécil, pero un buen abogado, una de las razones por las que es mi mejor amigo, es porque es la única persona que conozco del planeta, que no tiene alma como yo. Esa es la razón por la que nos llevamos tan bien. Guardo silencio un par de segundos. llaman a la puerta y casi puedo asegurar que se trata de la secretaria de mi abuelo, es una Sra. malcriada. —Joven Evenson —dice con un tono de voz casi tan molesta—. Su abuelo y hermano lo están esperando en su oficina. Lo sabía. —Diles que no tengo tiempo. —Lo siento, me temo que su abuelo no está de buen humor. —Algo que compartimos los dos el día de hoy. —Es importante —dice para luego salir sin decir nada más. Cierra la puerta a sus espaldas, dando un portazo, sabe que odio que hagan eso, aunque lo hace solo para molestar. Mi abuelo, sin duda, le da mucha
LEVI—¿Levi, casado? —ríe Nolan—. Por Dios, abuelo, pones muchas esperanzas en él.—Silencio,— dije. —¡No! —replica Nolan y se pone de pie para estar a la altura del viejo—. ¡Levi es un irresponsable, ni siquiera se compromete con la empresa de lleno, él no merece ser un Evenson! Tenso el cuerpo, vuelve al mismo tema, decirle la verdad de que el abuelo es a él de quien desconfía y no considera una opción para la presidencia por la influencia de su esposa, sería un golpe duro, sin duda alguna.—¿Y tú sí?Se me viene encima, estoy preparado, pero el abuelo decide interponerse en el camino con su dura voz, Nolan se detiene y rechina los molares.—¡Alto! —se dirige a mi hermano—. Con esa actitud no vas a llegar a ningún lado, mucho menos das una buena imagen a la empresa.Mi hermano se queda callado, su pecho sube y baja debido a la adrenalina que recorre su cuerpo.—Lo siento, abuelo —se inclina—. No volverá a ocurrir, si no hay nada más que quieras decir, me retiro, tengo cosas que ha
MADDISONEntro y me encuentro con un dos pares de ojos verdes, los de mi jefe y el hombre que está de pie, con las manos metidas en los bolsillos de sus costosos pantalones. Es alto, fornido, cabello castaño y una barba algo espesa, en general podría decir que tiene una apariencia amable, si tan solo no viera el odio que destilan sus ojos.—Siento interrumpir, solo es para avisarle que todo está preparado, en cinco minutos tienen que llegar sus invitados —digo en tono neutro.El señor Félix me observa con detenimiento, luego le lanza una mirada indescriptible y fugaz al hombre que parece más joven.—Maddison, te presento a mi nieto mayor —carraspea mi jefe—. Nolan Evenson, Nolan, ella es mi asistente personal, la señorita Maddison Cox.Nolan, como ahora sé que se llama, me mira de pies a cabeza, estoy a nada de abrir la boca para saludar como es debido, cuando él solo se da la vuelta justo al estirar mi mano para estrecharla con la de él, y se dirige a su abuelo.—Terminaremos de habl
FÉLIX CARRIEREscucho atento los comentarios finales de los socios, hace poco menos de una hora que cerramos el trato, como siempre, yo gano. Salgo de la junta después de que mi nieto Levi es el primero en salir, como si es lo que más quisiera en el maldito mundo, el ingrato solo se esfuma.Y yo hago lo mismo antes de que Nolan me aborde como suele hacer cuando termina una junta de socios.—Abuelo —el ávaro me llama a las espaldas.No me detengo, no tengo el ánimo de hablar con él de un tema que ya me sé de memoria. No cumplo mi cometido, ya que enseguida entra sin autorización a mi oficina. Molesto, tomo asiento y comienzo a leer los papeles que Maddison me dejó para firmar sobre estado financiero de las últimas semanas.—Abuelo, sé que no quieres volver a hablar de lo mismo, pero sabes que tengo razón —insiste con lo mismo.—Si ya sabes lo que quiero, no gastes saliva, muchachito —siseo sin apartar la mirada de los papeles.No obstante, Nolan, como siempre suele pasar, me saca de mi
MADDISON—Fue un accidente, ese día lo drogaron, le metieron al sistema una droga que logra despertar tus estímulos sexuales, y no paras hasta que los satisfagas, tienes razón, no es una excusa, bien puedo pedir ayuda o incluso ir al hospital, pero no lo pensó, no lo sabía, apareciste tú —ríe sin gracia—. O mejor dicho, te encontró y el resto ya lo sabes bien.No puedo creer lo que me está diciendo. De soslayo miro al tipo que parece no tener corazón, sigue tan tranquilo como si nada.—Te propongo algo —arguye mi jefe.El problema es que no estoy dispuesta a seguir escuchando excusas pobres, si creen que me van a poder borrar del mapa, están muy equivocados, él tiene que pagar por lo que me hizo, las lágrimas siguen llenando mis ojos, no importa que sean gente poderosa y que hayan comprado a la policía, a mí jamás me harán eso.—Lo siento, pero me temo que sea lo que sea, no lo pienso aceptar, pienso llegar hasta las últimas consecuencias, su nieto debe tener un castigo por lo que hiz
LEVIUn golpe tras otro, nada funciona, gotas de sudor se resbalan por mi espalda y torso desnudo, los gritos de ánimo de las mujeres que están alrededor, pasan a segundo término cuando solo me concentro en una cosa; en el costal de arena que yace colgado frente a mí, cierro los puños, puedo saborear la adrenalina que recorre por todo mi torrente sanguíneo.Iba a enmendar mi error, pero las palabras de esa desgraciada fueron como una bofetada, trata de retarme, y lo más increíble es que el viejo la apoya, ahora me quiere casar, maldita sea, la odio. De cualquier modo, lo primero que debo hacer, es descubrir cuál es el plan que tiene entre manos, mi abuelo.—¡Vamos, Evenson! —grita mi estúpido entrenador—. ¡Golpeas como niñita!Tenso los músculos de mi cuerpo, muevo el cuello con estrés y sigo golpeando el saco de arena, recreando el rostro de Maddison sobre él. No paro, aguardo el aliento hasta que doy el golpe final. El sonido de la cadena al moverse hace que mi humor se vaya en pica
LEVIQué gana ese viejo en mandarla, la miro fijamente, trae puesta una falda de tubo que solo reafirma su figura de sirena, su blusa blanca está desabotonada hasta el tercer botón por descuido, lo que hace que pueda divisar la piel pálida de su pecho.—¿Acaso intenta seducirme, Señorita Cox? —me cruzo de brazos.—No sé de lo que habla —se pone a la defensiva.Mis ojos van directo a su escote, ella parece entenderlo y rápidamente se abotona la blusa.—Me retiro —dice y sale antes de que la pueda detener.Jodida mujer del demonio. Tomo mis cosas y camino en dirección a la oficina del anciano, notando que de soslayo, Maddison entra al elevador para marcharse, entro sin llamar.—Por fin llegas —Félix se coloca el saco.—¿Qué es lo que quieres? —enarco una ceja con incredulidad.—Vayamos por un trago —se limita a responder.Rechazarlo me libraría y sin duda es la mejor opción, aunque… hacerlo me quitaría la oportunidad de convencerlo de deshacer ese puto trato con esa mujer.—Por supuesto
MADDISONMINUTOS ANTES…Dejo que Harley se vaya con el chico que apenas conoció, ella merece un poco de diversión después de haber estado estudiando toda la semana, su sonrisa juguetona, me indica que va a haber sexo para ella, eso está bien, y agradezco el hecho de que no dejara de insistir para que viniera a este sitio, lo hizo por distraerme, el problema es que eso no borra el hecho de que me siga sintiendo enjaulada.No le he comentado nada acerca del asunto de mi futuro matrimonio por contrato, o como a mí me gusta llamarle; por conveniencia, con Levi Evenson, el hombre que resulta ser el nieto menor de mi jefe, y quién es mi violador, si se entera me mata.No tuve más opciones, más salidas, cuando fui a ver a mi madre al hospital, ella se encontraba delicada, sus ojos me dicen algo, pero sella sus labios y me lanza una mirada llena de lástima, piensa que es una carga, no lo es. Me despido amablemente del chico que es amigo del otro hombre que se fue con Harley, y me dirijo a la