LEVIQué gana ese viejo en mandarla, la miro fijamente, trae puesta una falda de tubo que solo reafirma su figura de sirena, su blusa blanca está desabotonada hasta el tercer botón por descuido, lo que hace que pueda divisar la piel pálida de su pecho.—¿Acaso intenta seducirme, Señorita Cox? —me cruzo de brazos.—No sé de lo que habla —se pone a la defensiva.Mis ojos van directo a su escote, ella parece entenderlo y rápidamente se abotona la blusa.—Me retiro —dice y sale antes de que la pueda detener.Jodida mujer del demonio. Tomo mis cosas y camino en dirección a la oficina del anciano, notando que de soslayo, Maddison entra al elevador para marcharse, entro sin llamar.—Por fin llegas —Félix se coloca el saco.—¿Qué es lo que quieres? —enarco una ceja con incredulidad.—Vayamos por un trago —se limita a responder.Rechazarlo me libraría y sin duda es la mejor opción, aunque… hacerlo me quitaría la oportunidad de convencerlo de deshacer ese puto trato con esa mujer.—Por supuesto
MADDISONMINUTOS ANTES…Dejo que Harley se vaya con el chico que apenas conoció, ella merece un poco de diversión después de haber estado estudiando toda la semana, su sonrisa juguetona, me indica que va a haber sexo para ella, eso está bien, y agradezco el hecho de que no dejara de insistir para que viniera a este sitio, lo hizo por distraerme, el problema es que eso no borra el hecho de que me siga sintiendo enjaulada.No le he comentado nada acerca del asunto de mi futuro matrimonio por contrato, o como a mí me gusta llamarle; por conveniencia, con Levi Evenson, el hombre que resulta ser el nieto menor de mi jefe, y quién es mi violador, si se entera me mata.No tuve más opciones, más salidas, cuando fui a ver a mi madre al hospital, ella se encontraba delicada, sus ojos me dicen algo, pero sella sus labios y me lanza una mirada llena de lástima, piensa que es una carga, no lo es. Me despido amablemente del chico que es amigo del otro hombre que se fue con Harley, y me dirijo a la
MADDISONTengo deseos de responderle, pero estoy demasiado aturdida con lo que acaba de pasar, Dorian intenta levantarse, Levi camina a la salida del callejón y esa es mi señal para marcharme. Las manos me tiemblan, estoy a nada de dirigirme a la estación del metro, cuando un auto se para a mi lado, bajan la ventanilla y es…—Levi —susurro.—Para ti, Sr. Evenson —agrega sin mirarme—. Aprende cuál es tu maldito lugar, ahora sube.Me muerdo el labio inferior con temor, verlo, hace que recuerde aquella noche, un nuevo nudo se forma en mi garganta, su cuerpo escultural cuando levantaba mis piernas sobre sus hombros, el cómo entraba y salía de mi cuerpo, cubría mi boca y yo gemía del dolor.«Tonta, deja de pensar en eso, él te violo, recuérdalo, no es sexy, tampoco es un buen hombre»—No, gracias —balbuceo e intento volver a caminar.Aumento el paso, no conozco muy bien esta zona, contando que se encuentra oscura y al parecer mucha gente no pasa por estos rumbos.—Sube, no lo repetiré dos
MADDISONEl corazón se sigue acelerando dentro de mi pecho. Levi acelera y yo tengo miedo de que nos vayamos a estrellar, si esa es su idea de deshacerse de mí, en el fondo, está logrando asustarme un poco. Observo por la ventana hasta que noto que nos estamos alejando de mi zona segura, o mejor dicho, donde vivo. —¿A dónde me llevas? —inquiero con cautela. Molestarlo más de lo que ya se ve, es lo menos que quiero. Sin embargo, Levi Evenson no me responde, siento que mi corazón martillea con cada segundo que transcurre, uso ese silencio para pensar en todos los sucesos que acaban de ocurrir, en especial cuando, en primer lugar, volver a ver a Dorian, hace que el dolor siga estando anclado en mi pecho. Estaba ebrio, sí, pero esa no es razón suficiente para que me trate de ese modo tan despectivo. Yo estaba pasando un buen rato hasta que intentó que habláramos, como no le gustó la respuesta, me acosó. La cabeza está por estallarme, tengo todavía el asunto de la enfermedad de mi madr
MADDISONSi antes el vacío que había en mi pecho me engullía, ahora me ahoga, me encuentro sentada frente a Levi, mi violador, detrás de él como si fuera una sombra, está Tobias Jefferson, su abogado, un hombre tan apuesto como endemoniado que no deja de mirarme, analizando cada uno de mis movimientos, es poco más de la media noche y no he dejado de leer los documentos del contrato que me han dado a firmar. Leo detalladamente cada una de las cláusulas y me siento más perdida que nada, el miedo aflora en cada poro de mi piel, aunque no lo demuestre. El contrato estipula que acepto todo lo que Levi me dé en nuestro matrimonio, es decir, no tengo derecho a poner alguna objeción referente a nada, todo será tal y como él lo pida. Paso la hoja, donde se habla de que una vez casados, seremos esposos solo ante la sociedad, a puerta cerrada cada quien tomará su rumbo sin perjudicar al otro, con eso no tengo problema y de hecho me da alivio. Pero la tercera hoja es más extensa de lo que pens
MADDISONObservo al hombre que creí que era el amor de mi vida, su presencia me sienta como una patada en el estómago. ¿Cómo se atreve a siquiera verme a los ojos después de lo que me hizo? Levi sigue a mi lado, no entiendo el por qué, el besarlo solo fue un impulso, algo que hice sin pensar. Dorian pasa su mirada de él a mí, frunciendo el ceño.—¿Qué haces aquí? —inquiero con cautela—. No deberías estar en este sitio, vete. Dorian guarda silencio un par de segundos, se ve demacrado, aturdido y desorientado. —Vine a hablar —arguye rechinando los dientes, observa a Levi y luego regresa su atención a mí—. A solas. —No tenemos nada de qué hablar —espeto con firmeza. —Maddison, hablemos, por favor… —Me parece que ella ya dijo que no —la voz ronca de Levi amenaza con terminar con todas mis fibras nerviosas. Dorian y él se quedan mirando por largo rato, en silencio, ¿acaso me he vuelto loca? Joder, estoy en medio del hombre que me violó y el que me rompió el corazón, los dos al mismo
MADDISONTodo sucede de manera tan rápida, que no sé en qué momento Nolan escupe sangre, me congelo en mi sitio, donde creo estoy segura de la ira de Levi, sus ojos azules son como dos esferas brillantes, la rabia destila de su aura pesada y las piernas me tiemblan. —¡Pero qué mierda, Levi! —grita enfurecido Nolan. Se le va encima con la intención de golpearle el rostro, pero Levi es más rápido, lo esquiva y esta vez le da una patada en el estómago, lo que hace que se arquee y se retuerza del dolor. —Deberías tener vergüenza, tienes esposa e intentas coquetear con otra mujer —dice Levi en un tono tan gélido como su mirada. Lo sabe, mi pecho sube y baja, intento desaparecer, quisiera que en estos momentos se abriera un enorme hoyo en la tierra y que me absorbiera, no llevo ni un día entero aquí, y los problemas ya comienzan. —Ella fue la que se me ofreció —sigue mintiendo. Trago grueso, no tiene caso alguno tratar de arreglar o alegar las cosas con Nolan, se nota que es un hombre
LEVITRES HORAS ANTESSigo molesto, Nolan debe aprender cuál es su maldito lugar, está ardido porque Félix piensa dejarme la presidencia de la empresa, cosa que él lleva años persiguiendo, es un carroñero, cuando lo vi acosando a Maddison, no debió importarme, pero lo hizo, sentí esa maldita necesidad de protegerla como si fuera alguien en mi vida. No lo es, ella solo es un medio para un fin, y sin embargo, debo admitir que me siento culpable por el hecho de haber tenido sexo con ella. —Estás pensando en Maddison. La voz seductora de Romina me saca de mi ensimismamiento, ella coloca ambas manos sobre mis hombros, mientras que por detrás comienza a besar mi cuello. —No sé de que hablas —espeto con firmeza. Sus labios rozan la piel de mi cuello, relajo mi cuerpo al instante, solo que esta vez mi cabeza no deja de dar vueltas sobre el mismo asunto; Maddison Cox. —Me puedes decir qué es lo que te sucede —Romina bufa. —No tengo ánimos. —¿Entonces para qué me mandaste llamar? —se cr