POV MIAAl entrar a la habitación, el aire estaba cargado de una electricidad palpable. La puerta se cerró detrás de nosotros con un suave pero firme golpe, y el sonido retumbó en el silencio de la estancia. Sebastiano no perdió tiempo; sus ojos, oscuros y penetrantes, se clavaron en mí al instante.No dijo nada, pero lo entendí perfectamente. La intensidad de su mirada me decía todo. Era una mirada que hablaba de algo más profundo, de una necesidad que no podía esperar más. Se acercó con pasos firmes, hasta que estuvimos frente a frente, tan cerca que podía sentir su respiración caliente sobre mi piel.Me estremecí cuando su mano se posó en mi cintura, y sin mediar palabra, sus labios se abrieron contra los míos. El beso fue inmediato, feroz, como si estuviera absorbiendo cada rincón de mí. Su cuerpo, siempre imponente, se acercó más, y sentí su calor envolverme, atrapándome en su presencia.Sebastiano no me dio tiempo para pensar, sus manos recorrían mi espalda con urgencia, bajando
POV SEBASTIANOEl sonido del despertador apenas había terminado su primer timbre cuando lo apagué con un movimiento rápido. La luz de la mañana apenas comenzaba a filtrarse por las cortinas de la habitación, y yo ya estaba completamente despierto, preparado para enfrentar lo que sería un día largo. Mia seguía dormida a mi lado, su cuerpo envuelto en las sábanas, con una expresión de calma que casi me hizo sonreír.Me levanté sin hacer ruido, colocándome un pantalón oscuro y una camisa negra que dejé desabotonada mientras me dirigía al baño. El reflejo en el espejo me devolvió una mirada fría, pero no sorprendida. Era el rostro de un hombre acostumbrado a enfrentar cualquier mierda que se le pusiera enfrente, y hoy no sería diferente.Había recibido un informe temprano en la madrugada: algunos hijos de puta estaban robando del puerto, creyendo que podían meterse con mi operación sin pagar las consecuencias. Robarle al Don de la Cosa Nostra era una ofensa que no iba a pasar por alto. Ib
POV SEBASTIANOA la mañana siguiente, desperté antes que ella. La luz del sol se colaba por las cortinas, iluminando suavemente su rostro mientras dormía en mi pecho. Por un momento, me permití simplemente observarla, grabar esa imagen en mi memoria. Había algo en su tranquilidad que me desarmaba, como si todo el caos de mi mundo se apagara solo con su presencia.Deslicé mi mano por su cabello, apartándolo de su rostro. Ella murmuró algo incomprensible, acurrucándose más cerca. No quería despertarla, pero sabía que el día sería largo y debía empezar pronto.—Mia. —Susurré, besando su frente.Ella abrió los ojos lentamente, parpadeando para acostumbrarse a la luz.—¿Qué hora es? —preguntó con voz somnolienta, estirándose ligeramente.—Temprano, pero tenemos cosas que hacer —Le sonreí, ayudándola a sentarse.—¿Qué cosas? —preguntó confundida.—Hoy tendremos que asistir a un evento, es una gala de beneficiencia…así que iremos a comprar nuestro atuendo. —respondí.Mia parpadeó varias vece
POV SEBASTIANOCuando llegamos al evento, la atención fue inmediata. El lugar era una obra maestra de elegancia, con candelabros de cristal colgando del techo y una orquesta tocando suavemente en el fondo. Las miradas se dirigieron hacia nosotros mientras entrábamos, y no era difícil entender por qué. Mi mujer estaba deslumbrante con el vestido negro que había elegido, su cabello caía en suaves ondas sobre sus hombros, y llevaba una confianza en su andar que hacía que todo el mundo se detuviera a mirarla.Sentí un orgullo inesperado al tenerla a mi lado. Mientras caminábamos, apoyé mi mano en la parte baja de su espalda, guiándola hacia nuestra mesa. Los murmullos se intensificaron a medida que avanzábamos, pero no me importaba. Que hablen, pensé, mientras nadie se atreva a faltarle al respeto.—Este lugar es increíble —murmuró Mia, inclinándose ligeramente hacia mí.—Es solo otra gala, nada especial. —respondí, pero mis ojos no se apartaron de ella. Aunque lo intentara minimizar, sab
POV MIAEl sol se filtraba por las cortinas cuando abrí los ojos, sintiéndome envuelta por el calor de Sebastiano. Su brazo estaba firmemente apoyado sobre mi cintura, como si incluso en sueños sintiera la necesidad de protegerme. Lo observé por un momento, esa mezcla de dureza y calma que siempre parecía acompañarlo. Tenía las líneas del rostro más relajadas, lo que le daba un aire casi juvenil, lejos del líder imponente de la mafia que todos conocían.Con cuidado, me deslicé fuera de la cama para no despertarlo. Era raro tener tiempo para mí por las mañanas, pero sabía que el día estaría lleno de actividades, y quería aprovechar estos minutos de tranquilidad. Me puse una bata ligera y fui hacia la terraza de nuestra habitación. Desde allí, podía ver la inmensidad de los viñedos y la villa en todo su esplendor. Todo parecía sacado de un sueño, pero había aprendido que incluso los sueños podían tener sombras.Después de una ducha rápida, bajé al comedor donde algunos de los miembros d
POV MIA El día había comenzado con una energía diferente en la villa. Desde temprano, el bullicio de las preparaciones llenaba el aire. El personal iba y venía, cargando arreglos florales, bandejas de comida, y los últimos detalles para la ceremonia. La villa parecía un sueño, transformada en un espectáculo de elegancia y tradición.Desde mi ventana, podía ver a los invitados comenzar a llegar. Mujeres con vestidos impresionantes y hombres con trajes impecables, todos saludándose con sonrisas que parecían más políticas que genuinas. Este era el mundo de Sebastiano, uno donde cada gesto tenía un propósito y cada palabra, un peso.Estaba de pie frente al espejo mientras la estilista ajustaba los últimos rizos de mi cabello. Mi vestido, un diseño entallado en un tono champán con detalles de encaje dorado, caía perfectamente sobre mi figura. Sebastiano lo había escogido, insistiendo en que debía lucir como la esposa del Don, y aunque no lo admitiera, estaba complacida con su elección.—E
—Esto… no está tan mal.Él rió suavemente, su pecho vibrando contra el mío.—No, no lo está.La música seguía envolviendo el ambiente mientras bailábamos, pero sentía que estaba en un mundo aparte, solo con Sebastiano. Su mano en mi cintura era firme, pero sus movimientos reflejaban una suavidad que pocas veces veía en él. Nadie se atrevía a interrumpirnos, y aunque notaba las miradas de algunos invitados, me sentía protegida bajo la mirada intensa de Sebastiano.—¿Cansada? —murmuró cerca de mi oído, su aliento cálido enviando un leve escalofrío por mi piel.—Para nada. —sonreí, disfrutando el momento.—Eso es bueno, porque la noche apenas comienza.Antes de que pudiera preguntar qué significaba eso, la música terminó, y él tomó mi mano, llevándome fuera de la pista.—Sebastiano, ¿a dónde vamos? —pregunté, intentando mantener el paso con sus largas zancadas.—A tomar aire. Aquí dentro hay demasiado ruido.Nos detuvimos en el balcón, donde la vista del viñedo bajo la luz de la luna era
POV MIALa tarde transcurría tranquila, y estaba sentada en el jardín con un libro cuando escuché el sonido de un coche acercándose por el camino principal de la villa. Pensé que quizás era algún socio de Sebastiano, pero cuando levanté la vista, vi a una mujer bajarse del vehículo. Alta, de cabello castaño oscuro y perfectamente peinada, con un vestido de lino blanco que parecía hecho a medida. Su porte irradiaba confianza y una elegancia que no podía pasar desapercibida.Antes de que pudiera procesar su llegada, Sebastiano apareció en la entrada principal. Mi respiración se detuvo al ver cómo la mujer sonreía al verlo. No una sonrisa casual, sino una llena de complicidad y calidez.—Sebastiano. —Su voz era suave pero segura mientras se acercaba a él.—Giulia. —respondió Sebastiano, inclinándose para besarle ambas mejillas, un gesto que parecía casi íntimo.Sentí un nudo formarse en mi estómago mientras observaba la interacción. Giulia. El nombre resonaba en mi mente, pero no lo reco