POV MARCONo tengo otra opción que aceptar mi destino. Desde el principio supe que este trabajo tenía fecha de caducidad, pero no esperaba que me afectara tanto. Proteger a Valentina no fue solo una tarea, se convirtió en una responsabilidad que tomé muy en serio, quizás demasiado.Vi cómo Valentina luchaba con la idea de perderme una vez que se casara con Alessandro. Era comprensible; después de todo, habíamos desarrollado una conexión más allá de la simple relación de guardaespaldas y protegida. Pero la vida no siempre permite que las cosas sigan como uno desea.—No quiero perderte, Marco —dijo con sinceridad nuevamente, su voz cargada de emoción.Me enfrenté a esa declaración con una mezcla de gratitud y pesar. Siempre supe que mi tiempo con ella tenía un límite, pero escuchar sus palabras confirmaba lo que ya sabía.—Valentina, las cosas cambian. Tú tienes tu vida y tus responsabilidades, y yo tengo las mías —respondí, intentando mantener la compostura a pesar del nudo en mi garga
POV MARCOEn cuanto mi amigo Niccoló abrió la puerta de su apartamento, entré rápidamente, agitado y con la mente en un torbellino.Todo estaba cambiando y no tenía ni puta idea de qué hacer.—¡Jodidamente alteré todo! —gruñí, pasando mis manos por mi cabeza una y otra vez—. ¡Lo jodí! ¡Todo lo que planeado por años dañado por una mujer! ¡La hija de mi enemigo!Cuando volteé a ver a Niccoló, me miraba confundido y con cierta burla.—¿Qué mierda estás diciendo? No entiendo un carajo.—Tenía todo el plan trazado, Niccoló, pensé que no habría ningún puto obstáculo para llegar a matar a ese hijo de puta, ¡pero sí había uno! —golpeé la pared a mi lado—. Su hija, su maldita, hermosa e inocente hija.La sorpresa llenó su rostro en cuanto las palabras salieron de mi boca.—¿Te... te enamoraste de su hija? —preguntó totalmente incrédulo—. ¡¿Qué mierda es esa?!Apreté mis puños mientras un sentimiento amargo me embargaba. Todo estaba jodido.—No me enamoré... solo me atrae y...—Jamás en tu vida
POV MARCOAl día siguiente, con el amanecer pintando el cielo de tonos rosados y dorados, me dirigí a la mansión de Morelli. Cada paso que daba sentía el peso de la responsabilidad sobre mis hombros, pero también la determinación de hacer lo correcto.Cuando llegué, fui recibido por los guardias y conducido al despacho de Morelli. Al entrar, vi a Valentina sentada en un rincón, con una expresión de preocupación en su rostro. Mi corazón dio un vuelco, pero me obligué a mantener la calma.Morelli estaba sentado detrás de su escritorio, mirándome con una mezcla de curiosidad y desdén.—Marco —dijo con voz fría—. Parece que tenemos un asunto pendiente.Asentí, sin apartar la mirada.—Sí, señor. Estoy aquí para enfrentar las consecuencias de mis acciones.Morelli se recostó en su silla, evaluándome.—Golpeaste a mi yerno, Marco. Eso no es algo que pueda pasar por alto.—Lo hice porque estaba protegiendo a Valentina —respondí firmemente—. Ella le pidió que se detuviera y no lo hizo. No podí
POV VALENTINADos semanas despuésSi había algo que agradecer en medio de la tensa situación en la que nos encontrábamos, era que había retrasado mi fiesta de compromiso. Pero la realidad volvía a imponerse, y con ella, el regreso a la universidad. Después de todo, estar encerrada en casa hacía innecesaria la presencia de Marco, mi guardaespaldas, y la sola idea de ver a Alessandro al final de la semana me llenaba de un peso que apenas podía soportar.Me preparé para el primer día del nuevo semestre, intentando despejar mi mente de las preocupaciones. Salí de casa, el aire fresco de la mañana envolviéndome, y mi corazón latiendo con una mezcla de emoción y aprehensión. El regreso a la universidad significaba volver a la rutina, pero también significaba volver a ver a Marco.Desde nuestro primer encuentro, no había podido sacarlo de mi mente. Su mirada intensa y penetrante, su actitud fría y cortante, y ese atractivo misterio que lo rodeaba me habían dejado completamente intrigada. Sin
POV MARCOOdiaba tener que esperarla por una maldita razón. Era como si fuera un puto producto de degustación para todas las mujeres de este campus. Había perdido la cuenta de las miradas que había recibido y de los papeles con números que me habían pasado, números que jamás me tomaría la molestia de aprender o siquiera de intentar llamar.Estaba a punto de mandar a volar a esta chica cuando, de repente, apareció Valentina. La furia en sus ojos y los celos que emanaban de ella eran palpables, se notaban desde aquí hasta la maldita ciudad perdida.—¿Estás trabajando cuidándome o coqueteando con las mujeres de mi universidad? —casi sonreí al ver su actitud.Antes de que pudiera responder, Valentina se volvió hacia la chica que había estado hablando conmigo.—Vete de aquí, Antonia. Mi guardespaldas tiene mucho trabajo —dijo con una firmeza que no había visto en ella antes.Antonia se alejó con una mirada de resentimiento, y Valentina se acercó a mí, todavía visiblemente molesta. Había al
POV VALENTINANos alejamos apresuradamente de la tienda, dejando atrás el caos y las sirenas que se aproximaban. Mi corazón aún latía con fuerza por la cercanía de la amenaza, y mis pensamientos giraban en torno a quién podría querer verme muerta y por qué.—Marco, ¿qué vamos a hacer ahora? —pregunté, intentando controlar el temblor en mi voz mientras caminábamos hacia el auto.Él me miró con una determinación intensa en sus ojos oscuros, y su respuesta fue firme y decidida.—Voy a intensificar las investigaciones. Necesito descubrir quién está detrás de estos ataques y asegurarme de que no vuelvan a intentarlo.Asentí, sintiendo una mezcla de alivio y miedo. Confíaba en Marco más de lo que podía expresar con palabras, pero la idea de que alguien estuviera conspirando para hacerme daño me llenaba de una angustia que era difícil de ignorar.Seguimos caminando en silencio, y mientras nos acercábamos al auto, no pude evitar pensar en lo mucho que mi vida había cambiado desde que él había
POV MARCOHoy tenía una pelea programada y, sinceramente, no podía esperar. Era mi única vía de escape, el único lugar donde podía desquitar toda la frustración y la rabia que me consumían. La situación con Valentina, los constantes intentos de atentado, la presión de mantenerla a salvo... Todo se acumulaba dentro de mí como una olla a presión, y necesitaba soltar el vapor antes de que me volviera loco.Llegué al gimnasio temprano, el lugar estaba oscuro y vacío, excepto por el sonido de los sacos de boxeo balanceándose suavemente. Me quité la chaqueta y me cambié rápidamente, enfocándome en lo que estaba por venir. Necesitaba este combate, no solo por el entrenamiento físico, sino porque me permitía liberar el peso que cargaba día y noche.Empecé a calentar, lanzando golpes rápidos y precisos contra el saco de boxeo. Cada puñetazo era un intento de silenciar las voces en mi cabeza, las preocupaciones por Valentina y la rabia hacia quienes la querían muerta. Cada vez que mi puño conec
SINOPSISSumergida en una vida de sacrificios, Mia Jones ha renunciado a todo por salvar a su madre, cuya vida depende de un costoso trasplante de riñón. Desesperada por dinero, encuentra una salvación en una oferta tan peligrosa como tentadora: fingir ser la esposa de un poderoso hombre de negocios que ha muerto en un accidente.El plan parece simple: su "salvador" cobrará una inmensa fortuna por medio de ella, y así, podrá darle a su madre la oportunidad de sobrevivir. Lo que no sabe es que su esposo no es un simple empresario… es Sebastiano Lombardi, el temido jefe de la Camorra. Y no está muerto.Atrapada en su propio engaño, Mia debe mantener la farsa mientras busca desesperadamente una salida del infierno en el que se ha sumergido. Sin embargo, cuanto más tiempo pasa junto a Sebastiano, más se ve envuelta en su oscuro mundo de poder, violencia y deseo. Él no está dispuesto a dejarla escapar, y Mia pronto descubre que los sentimientos que surgen entre ambos podrían ser tan peligr