Emilia es una chica que vive de manera clara y concisa, ¿Qué quiere decir esto?
Bueno para ser más claros, siempre cumple con su palabra, pero así como le ha traído cosas buenas como continuar sus estudios a pesar de las dificultades que se le presentaban hasta terminar su carrera en Administración de empresas, o siempre tener la fe y confianza de su hermanito Damián, también le había traído problemas, como absorver incontables veces por responsable de destrozos o averías que hacían sus conocidos porque les había dicho que ella se encargaría de las consecuencias.Desde chica Emilia tuvo claro que en el mundo hay una diferencia abismal entre dos tipos de personas, quienes cumplen su palabra y el resto; para un claro ejemplo Liliana, su madre, que se ha visto destrozada en incontables ocasiones por personas que no respetan su palabra, la han dejado sola para con el mundo, su amada madre siempre ha sido una persona romántica y desde muy joven ha deseado encontrar el verdadero amor, ese que contra todo pronóstico sale airoso.
A sus escasos quince años Liliana creyó haberlo encontrado, un amor incontrolable y capas de eliminar cualquier barrera pero de eso solo resultó dolor, engaño y tener la responsabilidad de sacarla a ella adelante, porque en el momento en que ése hombre supo de la existencia de un nuevo bebé desapareció para nunca más regresar.
Emilia desde que tenía memoria hacía todo lo posible por cumplir su palabra costara lo que costara, y de paso quería enseñarle eso mismo a su hermano Damián, no quería que él fuera como la gran mayoría de hombres, que hacen promesas para conseguir lo que desean y después olvidan todo casi casi hasta su nombre.
No es que ella fuera una mujer experimentada en el amor, lo evitaba a toda costa realmente, pero había vivido de manera muy cercana lo que era creer en los hombres ciegamente, y cómo sin importar lo enamorada que estés, y todo lo que des de ti misma para poder hacer crecer ese amor y esa relación, él simplemente toma todo, para cuando se cansa decide alejarse sin importarle los destrozos que deja atrás o las personas que abandona.
En el caso de su madre Liliana Puentes el amor le había traído de recompensa dos preciosos hijos, como ella siempre les decía y mucho, mucho dolor como ella siempre ocultaba.
Regresando al presente después de haber dejado atrás a Tadeo y su hermano, Emilia llega al restaurante y abre la puerta, al pasar se encuentra con que está más oscuro de lo normal ya que se mira usualmente desde la vitrina con mucha luz y movimiento de personas pero curiosamente se veía listo para abrir, además la puerta estaba sin seguro.
- Creo que llegamos temprano- se dijo Emilia bajito, pero no dejó de caminar, algo la empujaba a que siguiera avanzando, después de todo tenía mucho tiempo queriendo ir y no había podido, no perdía nada con mirar un poco.
Emilia siguió avanzando hasta que se encontró con una escena como de película, todo estaba a media luz provocado por todas las velas que estaban alrededor del lugar, rosas rojas por todas partes, una música como de violines comenzó a sonar de fondo y en ese instante supo que no era el lugar en el que debía estar en ese momento, ella no era la persona correcta, todas esas cosas siempre le habían dado incomodidad.
“Podría solamente empezar a caminar en reversa hasta desaparecer, haciendo como que nunca estuve aquí” pensó Emilia y por más que su cerebro le decía que era una magnífica idea el desaparecer como carruaje de cenicienta a medianoche, aún no acababa de convencerse, sin saber realmente qué la detenía ahí, siendo sincera para sí misma después de todo nadie la escucharía, “huele muy rico” pensó ahondando su respiración para quedarse con la fragancia entre sus fosas nasales.
No se veía nadie, alomejor era para más tarde estaba muy bonito, pero (sin afán de criticar a nadie) -ella sola se justificó poniendo los ojos en blanco-, esto ya está muy visto deberían tener en cuenta los deseos de la chica a quien se le van a declarar, supongo que la gran mayoría querrían algo diferente o más personal.
En ese momento se dio cuenta que un hombre alto, muy alto realmente como de un metro ochenta salían de entre las sombras, pero no la volteaba a ver en ningún momento, “tal vez no me mira, si no me muevo”. Emilia se quedó estática para no desconcentrar al gran hombre que seguramente estaba practicando este gran momento, “debe estar muy nervioso” pensó Emilia.
-¿Quieres casarte conmigo?- escuchó que ese hombre susurraba encontrándose con sus ojos.
Su respiración se fue haciendo cada vez más superficial y ligera, como si así pudiera desaparecer o mínimo camuflarse en el ambiente para ser invisible, de un momento a otro se encienden unas luces de neón donde aparece una pregunta con letras enormes:
¿QUIERES CASARTE CONMIGO?
Se veía detrás de ese hombre que ya me había visto y atravesado con esos ojos tan negros como el azabache y una mirada absolutamente enigmática que se quedó pegada a mis ojos, con una reacción casi imperceptible dejó de lado que no fuera la mujer que él esperaba encontrar, pero se mantuvo estático e imperturbable esperando ¿qué? Mi respuesta, básicamente no se suponía que me la hicieran a mí, yo a él ni lo conozco para empezar.
En ese momento miro por el rabillo del ojo un juego en las sombras, Tadeo y Damián habían llegado, escucho detrás de mí un ¡wow! susurrado, lleno de sorpresa con la voz de Damián mi hermanito, y ahora qué debo hacer.
Por una parte todo esto se supone que debe ser para alguien más, así que técnicamente la pregunta no es para mí, pero en contraparte yo soy quien está aquí así que pensando en la condición que tengo durante estas cuatro horas horas, “cosa que debo cumplir” me repito constantemente si digo que sí, estaría cumpliendo con mi condicionamiento y lo siguiente es que ese gran y guapo hombre que tengo frente a mí me diga que es un error y lo tomen como una broma, así se cumple mi castigo, no rompo las reglas y mi hermanito aprende a que no importa qué, siempre se debe cumplir con lo que se promete y todos contentos.
Respiro profundamente y contra todo pronóstico digo fuerte y claro:
-Sí quiero.
El lugar se llena de un absoluto silencio con un gran toque de confusión.
Esto no podía estar pasando ella no era Frida, Frida es alta delgada, como una modelo de pasarela, rubia, ojos verdes e imponentes, perfecta para ser mi pareja, y al dar la media vuelta lo que me encuentro es una chica que no llega al metro sesenta, con apariencia de joven adolescente castaña y con el cabello tan corto que no le llega a los hombros, aunque debo admitir que lo tiene ondulado muy bonito, o al menos así se mira con las pocas luces que hay aquí.Al darse la vuelta y encontrarse que Frida no estaba frente a el, se quedó completamente estático, «estúpido restaurantero ¿le permite la entrada a cualquiera?, tendré que hablar muy claramente con Anibal». Pensó furioso.Para su sorpresa la chica no se movió ni un centímetro, «¿no te das cuenta que estás estorbando?» fué el pensamiento que lo inundó, pero llamó su atención que ella estaba navegando entre… ¿opciones? «¿lo está pensando? ¡Lo está pensando!» comprende sorprendido y cierta desazón e indignación lo invaden, «dejando
Después que los tres se hubieran aventado la mayor carrera de sus vidas, y no poder respirar profundamente por más que lo intentaran, se detuvieron en una esquina para agarrar un poco de aire y poder reponer fuerzas. Damián al no saber qué había pasado estaba muy interesado en que su hermana le explicara ¿qué acababa de pasar?- Qué… pasó… ahí?- preguntó Damián entre sollozos y sentado en la banqueta de la calle.- No tengo idea- respondió Emilia con gran esfuerzo.En ese momento sonó la alarma haciendo a todos consientes que todo el juego se había terminado rompiendo el corazón de Tadeo en el camino.- ¿Qué rayos pasó ahí?- gritó descargando su coraje al preguntarle a Emilia, sentía que la impotencia lo iba consumiendo.- ¿Qué pasó? ¡¿Qué pasó?! yo te diré que fue eso- gritó Emilia enojada y sin control- pasó que nunca debí aceptar esa apuesta y que a pesar de saber que estaba cometiendo la mayor estupidez de mi vida, cumplí con lo que había dicho- volteó a ver a Damián con una mirad
Después del desastre del día anterior y que Dante por primera vez en mucho tiempo saliera huyendo de la presencia de su abuelo para no dar explicaciones, estaba en el estudio que don Carlos Villanueva utilizaba para hablar y tratar asuntos importantes.- Dante, hijo- comenzó el tema Carlos- normalmente no me gusta inmiscuirme en tu vida.Dante cerró los ojos para buscar paciencia dentro de él, si bien era cierto que su abuelo siempre lo había dejado hacer y deshacer con su vida, también era algo real que cuando tomaba algo como pendiente importante no lo soltaba hasta verlo resuelto y estar más tranquilo, Dante temía que su vida, bueno su inexistente vida marital fuera el siguiente en la lista.- Pero me puedes explicar qué pasó ayer, ¿ya hablaste con ella? tal vez se sintió abrumada, ¿no sabía tus intenciones? - Dijo Carlos confuso.- Abuelo dime ¿por qué tanta insistencia en que me case?- pregunta Dante respondiendo una pregunta con otra.- Porque ya es tiempo Dante, es hora que
Ya en la noche en casa de Emilia toda la cocina estaba inundada del aroma a hamburguesa con papas a la francesa, en su casa siempre se turnaban para elegir lo que iban a cenar y ese fue el turno de Damián, estaban los tres sentados en la mesa Emilia, Damián y Liliana su madre.- ¡Quedaron deliciosas Emi!- gritó Damián para inmediatamente después pegarle una mordida a la hamburguesa lo más grande que le permitiera su pequeña boca.- Gracias querido jurado- le contestó Emilia también queriendo empezar a comer.- ¿Cómo les fue hoy chicos?- preguntó Liliana, como tenía turnos rotativos en diferentes empresas de limpieza, no tenía horarios fijos, así que las cenas con sus hijos le servían para actualizarse y compartir lo que les había pasado.- Bien mamá hoy entregué los pedidos de ropa que tenía programados e hice pedidos de otros modelos, espero tener el dinero que necesitamos para comprar un auto pronto, me preocupa que te muevas siempre en taxi o camines en la noche, es muy peligros
De nuevo Emilia y Tadeo iban de camino a casa de ella con muchas prendas nuevas para fotografiar y promocionar en la página de Emilia. Aunque fingía no haberle dado importancia al asunto de la propuesta Tadeo cada vez estaba más intranquilo, y si el tipo aquel se enamoraba de ella y la buscaba ¿cómo iba a competir contra todo lo que él representaba? Cuando llegó a su casa Tadeo había investigado el nombre de Carlos Villanueva y se encontró con una sorpresa enorme.El viejito amable que había abrazado tan amorosamente a Emilia era el dueño de un conjunto de almacenes de ropa más grandes del país y como si fuera una broma de ahí venían en ese momento, Emilia amaba la calidad de esa ropa y el precio, así que iban constantemente a surtirse de ahí, estuvo todo el tiempo ansioso de encontrarse con el señor en algún pasillo, aunque sería ridículo ya que él debería tener una gran oficina con vistas en el piso doscientos de algún rascacielos. Además de eso miró que su nieto y único familiar v
Dante estaba de espaldas a la puerta de su oficina, recargado el su amplio escritorio de madera, hablando por teléfono. Sin percatarse que alguien había entrado sin avisar y se quedaba en silencio para escuchar su conversación.- Si, necesito que la localices, se llama Emilia Puentes- escuchaba lo que decían del otro lado de la línea para continuar.- vamos sé que eres el mejor investigador que conozco, no creo que sea muy complicado para ti… si es algo que es urgente… no, no tengo más datos, es todo lo que sé, es delgada, chaparrita como un metro y medio… lo necesito para antes del fin de semana… te pagaré por el inconveniente que te estoy dando por la falta de tiempo.En ese momento su voz ya no era la misma que al principio de la llamada ahora se escuchaba tensa, y con el aviso que no quería más inconvenientes porque podrías salir muy pero muy mal parado.- Escucha bien- dijo Dante firme sin paciencia- dime si lo harás o no así de simple créeme cuando te digo que no eres el único
Habían pasado unos días y aun no tenía noticias del investigador, Dante ya comenzaba a desesperarse el fin de semana cada vez estaba más cerca y su abuelo no dejaba de pedirle información para poder organizar la cena, en cosa de una semana las cosas habían cambiado demasiado, su abuelo que normalmente solo lo llamaba una vez diaria, ya había hecho rutina y horario, lo llamaba antes que él llegara a su oficina, cuando era hora de salir a comer y antes de la cena y se escuchaba cada vez con más energía, además que había pedido limpieza profunda en toda la mansión sorprendiendo a todos ya que eso se hacía en ocasiones muy especiales, Nana la señora encargada de la organización de la casa le dijo que había comenzado a ver videos de ejercicios especiales para personas de la tercera edad y modificado su alimentación, según sus palabras citadas literalmente “quiero estar más sano y jovial para que mi futura nieta me quiera y poder jugar con mis bisnietos” sin darse cuenta Dante ya tenía una
Ya era día jueves en la noche, Emilia no sabía qué hacer, desde siempre había tenido claro que las mentiras no eran algo bueno, que es para personas sin honor, para los villanos de los cuentos que leía de pequeña, y los antagonistas de sus novelas de joven. Sí, leía novelas románticas, una cosa era no querer arriesgarse a que le rompieran el corazón o volverse loca por ese amor y otra no poder disfrutarlo a través de una ventana, ventana que se abría al leer cada novela, cada desamor y cada tristeza, gracias a eso tenía su píldora de drama de manera segura y podía mantenerse el resto del tiempo de manera racional. Pero ahora, su mentira sería por una buena causa, la sorpresa que Carlos se llevaría al ver que no llegaba a esa cena que preparaba con tanto esfuerzo le rompería el corazón, tal vez hasta le prepara él mismo, y le hiciera bollos o pasteles. Dante le dijo que sería temporal, así que podría saber qué se siente tener una familia más extensa siempre habían solo ellos tres,