Después del desastre del día anterior y que Dante por primera vez en mucho tiempo saliera huyendo de la presencia de su abuelo para no dar explicaciones, estaba en el estudio que don Carlos Villanueva utilizaba para hablar y tratar asuntos importantes.
- Dante, hijo- comenzó el tema Carlos- normalmente no me gusta inmiscuirme en tu vida.
Dante cerró los ojos para buscar paciencia dentro de él, si bien era cierto que su abuelo siempre lo había dejado hacer y deshacer con su vida, también era algo real que cuando tomaba algo como pendiente importante no lo soltaba hasta verlo resuelto y estar más tranquilo, Dante temía que su vida, bueno su inexistente vida marital fuera el siguiente en la lista.
- Pero me puedes explicar qué pasó ayer, ¿ya hablaste con ella? tal vez se sintió abrumada, ¿no sabía tus intenciones? - Dijo Carlos confuso.
- Abuelo dime ¿por qué tanta insistencia en que me case?- pregunta Dante respondiendo una pregunta con otra.
- Porque ya es tiempo Dante, es hora que hagas tu familia, quiero una nieta, y muchos bisnietos corriendo por aquí- dijo moviendo las manos por todo el lugar y con una sonrisa en su rostro.- Además aunque no me guste aceptarlo me siento viejo y quiero que seas feliz.
- No estas viejo abuelo ¿casarme me hará feliz por arte de magia?- preguntó Dante escéptico.
- No, claro que no- le respondió con cara de que era la mayor tontería que había escuchado nunca - el casarse es lo más sencillo, mantener ese matrimonio es lo difícil, el trabajo no termina jamás.
- ¿Y así quieres convencerme?- preguntó con media sonrisa.
- No todo es sencillo, pero en general es algo satisfactorio sea el resultado que sea al final. Emilia es una muchacha muy linda. ¿Dónde la conociste?- preguntó Carlos curioso y para alejarse del recuerdo del final de su matrimonio, el tema del divorcio no era algo prudente de tocar, no cuando quería que su nieto se casara.
- En la calle- responde vagamente, no tenía idea de cómo tocar el tema que realmente no conocía de nada.
Después de que Emilia y los demás salieran corriendo del restaurante, había sonado su celular, y había aprovechado para escapar de la situación además que de paso conoció la razón de que sonara un poco antes de todo ese mal entendido Frida le había mandado un mensaje para avisar que había un problema urgente en su importadora y tenía que encargarse de eso antes que se hiciera público, mínimo ya sabía porque no había llegado.
Aunque sabía que tarde o temprano se encontraría en esta encrucijada, pensaba que ya tendría una opción alterna para mantener contento a su abuelo, pero no funcionaba así el tiempo se lo estaba comiendo.
- No entiendo cómo consigues comunicarte con los demás si eres tan parco en palabras, no sé de dónde saliste así.
- Bueno son cosas que pasan- dice Dante sin mucho entusiasmo.
- En fin, trae a Emilia a cenar este fin de semana, necesito conocerla, y sabiendo perfectamente cómo eres, casi me la vas a volver a presentar el día de la boda, así que ya decidí que quiero acercarme a ella y conocerla de mi parte, solo te ocupo para el primer acercamiento, lo demás déjalo en mis manos, ya me encargaré yo que me vea como su abuelo y se sienta bien recibida en esta pequeña familia.
- Abuelo no creo que eso sea algo sencillo.- dice Dante queriendo decirle la verdad.
- ¡Tonterías!- grita para interrumpirlo Carlos haciendo un gesto de que no le importaba el resto de lo que Dante pensaba decir- hace mucho que no sentía tanta energía y emoción, ya te dije que me siento viejo, pero conocer a mi futura nieta me motiva a mantenerme activo. Siempre es algo bueno hacer crecer la familia, ya después me acercaré a su hermanito, que niño tan lindo y su amigo también podría querer acompañarlos, ¿sabes si son más hermanos?- preguntó Carlos emocionado con una cara de felicidad que apenas podía con ella.
Al verlo, Dante supo que no había vuelta atrás, su abuelo ya le había hecho un espacio en su corazón a esa chica. Carlos se dio cuenta del mutismo de su nieto y le preguntó:
- Entonces, ¿Sabes cuantos son? ¿Crees que sería mejor invitarlos a todos para que se sientan en confianza? Que comida les gustaría, dime para encargarme de eso, ya debes saber cuáles son sus preferencias.
Dante se sentía cada momento más encerrado entre tanta pregunta y más apenado por tener que confesar la verdad, su abuelo realmente se veía tan emocionado, feliz, y vivaz. “Tal vez podría buscar a la muchacha, bueno Emilia” se corrigió mentalmente “y convencerla que lo ayudara, solo por un tiempo para mantener mi abuelo feliz” - la idea cada vez le agradaba más, aunque su conciencia le susurro muy claro “solo si no tiene pareja, nada de meterse en relaciones ajenas”.
Ya teniendo un plan, bueno una idea desde donde partir para hacer lo demás, solo tenía que salir del problema inmediato y tendría tiempo de encontrarla, en ese momento el teléfono de Dante comenzó a sonar, era una llamada, rápidamente Dante revisó la pantalla era Frida. “Perfecto ya me puedo ir” pensó. Le contestó la llamada y pidió un momento para despedirse de su abuelo.
- Abuelo te mando la información, me tengo que ir, pero no te preocupes todo estará bien.
Sin dejar que Carlos contestara Dante salió casi corriendo del despacho.
- Dante, deberíamos vernos- le respondió Frida con voz sugerente- Quiero compensarte por no haber podido ir ayer.
“No te imaginas todo lo que tendrías que hacer” pensó Dante molesto.
- ¿Y qué quieres? - aunque sabía la respuesta perfectamente.
S- olo saber, tu departamento o el mío, elige.
Aunque no lo tenía planeado, Dante sabía perfectamente que esa noche la pasaría deshaciéndose de todo el estrés acumulado durante esos días, Frida siempre sabía qué hacer. Dante sonrió al mismo tiempo que bajaba las escaleras de la entrada principal para llegar a su auto y comenzar el camino directo al departamento de ella, el de él estaba vetado, era su refugio y no pensaba compartirlo.
Ya en la noche en casa de Emilia toda la cocina estaba inundada del aroma a hamburguesa con papas a la francesa, en su casa siempre se turnaban para elegir lo que iban a cenar y ese fue el turno de Damián, estaban los tres sentados en la mesa Emilia, Damián y Liliana su madre.- ¡Quedaron deliciosas Emi!- gritó Damián para inmediatamente después pegarle una mordida a la hamburguesa lo más grande que le permitiera su pequeña boca.- Gracias querido jurado- le contestó Emilia también queriendo empezar a comer.- ¿Cómo les fue hoy chicos?- preguntó Liliana, como tenía turnos rotativos en diferentes empresas de limpieza, no tenía horarios fijos, así que las cenas con sus hijos le servían para actualizarse y compartir lo que les había pasado.- Bien mamá hoy entregué los pedidos de ropa que tenía programados e hice pedidos de otros modelos, espero tener el dinero que necesitamos para comprar un auto pronto, me preocupa que te muevas siempre en taxi o camines en la noche, es muy peligros
De nuevo Emilia y Tadeo iban de camino a casa de ella con muchas prendas nuevas para fotografiar y promocionar en la página de Emilia. Aunque fingía no haberle dado importancia al asunto de la propuesta Tadeo cada vez estaba más intranquilo, y si el tipo aquel se enamoraba de ella y la buscaba ¿cómo iba a competir contra todo lo que él representaba? Cuando llegó a su casa Tadeo había investigado el nombre de Carlos Villanueva y se encontró con una sorpresa enorme.El viejito amable que había abrazado tan amorosamente a Emilia era el dueño de un conjunto de almacenes de ropa más grandes del país y como si fuera una broma de ahí venían en ese momento, Emilia amaba la calidad de esa ropa y el precio, así que iban constantemente a surtirse de ahí, estuvo todo el tiempo ansioso de encontrarse con el señor en algún pasillo, aunque sería ridículo ya que él debería tener una gran oficina con vistas en el piso doscientos de algún rascacielos. Además de eso miró que su nieto y único familiar v
Dante estaba de espaldas a la puerta de su oficina, recargado el su amplio escritorio de madera, hablando por teléfono. Sin percatarse que alguien había entrado sin avisar y se quedaba en silencio para escuchar su conversación.- Si, necesito que la localices, se llama Emilia Puentes- escuchaba lo que decían del otro lado de la línea para continuar.- vamos sé que eres el mejor investigador que conozco, no creo que sea muy complicado para ti… si es algo que es urgente… no, no tengo más datos, es todo lo que sé, es delgada, chaparrita como un metro y medio… lo necesito para antes del fin de semana… te pagaré por el inconveniente que te estoy dando por la falta de tiempo.En ese momento su voz ya no era la misma que al principio de la llamada ahora se escuchaba tensa, y con el aviso que no quería más inconvenientes porque podrías salir muy pero muy mal parado.- Escucha bien- dijo Dante firme sin paciencia- dime si lo harás o no así de simple créeme cuando te digo que no eres el único
Habían pasado unos días y aun no tenía noticias del investigador, Dante ya comenzaba a desesperarse el fin de semana cada vez estaba más cerca y su abuelo no dejaba de pedirle información para poder organizar la cena, en cosa de una semana las cosas habían cambiado demasiado, su abuelo que normalmente solo lo llamaba una vez diaria, ya había hecho rutina y horario, lo llamaba antes que él llegara a su oficina, cuando era hora de salir a comer y antes de la cena y se escuchaba cada vez con más energía, además que había pedido limpieza profunda en toda la mansión sorprendiendo a todos ya que eso se hacía en ocasiones muy especiales, Nana la señora encargada de la organización de la casa le dijo que había comenzado a ver videos de ejercicios especiales para personas de la tercera edad y modificado su alimentación, según sus palabras citadas literalmente “quiero estar más sano y jovial para que mi futura nieta me quiera y poder jugar con mis bisnietos” sin darse cuenta Dante ya tenía una
Ya era día jueves en la noche, Emilia no sabía qué hacer, desde siempre había tenido claro que las mentiras no eran algo bueno, que es para personas sin honor, para los villanos de los cuentos que leía de pequeña, y los antagonistas de sus novelas de joven. Sí, leía novelas románticas, una cosa era no querer arriesgarse a que le rompieran el corazón o volverse loca por ese amor y otra no poder disfrutarlo a través de una ventana, ventana que se abría al leer cada novela, cada desamor y cada tristeza, gracias a eso tenía su píldora de drama de manera segura y podía mantenerse el resto del tiempo de manera racional. Pero ahora, su mentira sería por una buena causa, la sorpresa que Carlos se llevaría al ver que no llegaba a esa cena que preparaba con tanto esfuerzo le rompería el corazón, tal vez hasta le prepara él mismo, y le hiciera bollos o pasteles. Dante le dijo que sería temporal, así que podría saber qué se siente tener una familia más extensa siempre habían solo ellos tres,
Dante le había mandado un mensaje desde las cinco de la mañana, quería dejarle claro a Emilia que no importaba la hora, siempre respondería, más ahora que tenían el tiempo en cuenta regresiva y la desesperación de no tener control sobre la situación comenzaba a perturbarlo, Dante había modificado todas sus reuniones del día, no sabía si tendría tiempo de regresar a la oficina antes de la cena, tenía mucho tiempo que no se sentía tan nervioso como en ese momento, pero necesitaba con urgencia mantener a raya su autocontrol, nunca le había fallado y hoy la desesperación no haría de las suyas. De pronto tocan a la puerta, y entra Frida con un vestido al cuerpo que se ceñía como segunda piel, el cabello en una coleta alta (como a él le gustaba) y unos tacones que le hacían más largas sus maravillosas piernas, ella cerró la puerta a su espalda y caminó directamente hacia él. Frida estaba decidida a aprovechar la ventaja que tenía sobre todas las demás, no iba a permitir que se olvidara de
Dante estaba sorprendido, el vaso era más una especie de experimento de colores que un alimento, se veía repulsivo, sin pensarlo le respondió: - Solo tomo café negro. - Sí me imaginé y por eso lo pedí para tí, yo amo los sabores dulces, y me encanta el café también, por si sale el tema vas a poder decir a que sabe mi café favorito, yo ya sé a qué sabe el café negro así que no te preocupes,- dijo lo último con gesto de desagrado. Dante miró con desconfianza el gran vaso que estaba frente a él, lleno de crema batida y unas líneas oscuras dentro del vaso imaginaba que chocolate. No le agradaba para nada lo dulce, pero ella tenía razón, lo probo un poco y no supo a qué sabía le llegaron muchos sabores, identificó el chocolate amargo, crema batida, un sabor a café con leche y otro que no supo identificar bien. - ¿De qué está hecho? - Es frappe de mazapán con chocolate, ¿a que esta bueno?- preguntó con una sonrisa. - Pues muy dulce para mi gusto. - Bueno es solo para que sepas, tenemo
Después de pasar una maravillosa tarde con su amiga Danna y que se divirtiera con sus ocurrencias, regresó a su casa para alistarse a tiempo para la cena, ya se había bañado y su cabello corto y ondulado el día de hoy había decidido cooperar con la causa, así que lo dejaría suelto, se puso una blusa de botones blanca sin mangas y una falda azul claro con corte circular arriba de la rodilla, con sus tenis blancos y bolso y accesorios color nude. «Sí me veo bien» pensó después de ver los montones de cambios y accesorios que había estado descartando, aunque Emilia no quería aceptarlo, estaba nerviosa, «Sí ya sé que no es real» se dijo « y si ya sé que no es la primera vez que lo veré, pero quiero que el señor Carlos se ponga feliz de verme» y una vocecita muy en el fondo le dijo que su esperanza no iba enfocada solo en él aunque quisiera negarlo, un calor inesperado tiñó de rojo su rostro, aunque Emilia comenzó a echarse aire con las manos, no supo descifrar ¿porque se sentía de esa mane