Después que los tres se hubieran aventado la mayor carrera de sus vidas, y no poder respirar profundamente por más que lo intentaran, se detuvieron en una esquina para agarrar un poco de aire y poder reponer fuerzas. Damián al no saber qué había pasado estaba muy interesado en que su hermana le explicara ¿qué acababa de pasar?
- Qué… pasó… ahí?- preguntó Damián entre sollozos y sentado en la banqueta de la calle.
- No tengo idea- respondió Emilia con gran esfuerzo.
En ese momento sonó la alarma haciendo a todos consientes que todo el juego se había terminado rompiendo el corazón de Tadeo en el camino.
- ¿Qué rayos pasó ahí?- gritó descargando su coraje al preguntarle a Emilia, sentía que la impotencia lo iba consumiendo.
- ¿Qué pasó? ¡¿Qué pasó?! yo te diré que fue eso- gritó Emilia enojada y sin control- pasó que nunca debí aceptar esa apuesta y que a pesar de saber que estaba cometiendo la mayor estupidez de mi vida, cumplí con lo que había dicho- volteó a ver a Damián con una mirada significativa, una mirada llena de complicidad y comprensión.- Esa apuesta o castigo, como lo quieras mirar me convirtió en una marioneta, que podías controlar Tadeo y no mediste las consecuencias- cerró los ojos frustrada y al abrirlos continuó- no medimos las consecuencias.
- Cálmate- le pidió Tadeo- ¿Puedes respirar antes?
- No, no puedo y gracias a que el tiempo ya terminó podré decir lo que a mi se me dé la gana, jamás pensé en que este juego se saldría tanto de proporciones. Lo bueno es que ya nos salimos de ahí y que no los veré jamás.
- Dímelo a mi- susurro Tadeo al ver todo el lío que se había hecho y él no había conseguido declararse, pero qué sería de él si lo hacía ahora, realmente ni lo tomaría en serio “después de todos esos arreglos y de una pedida de matrimonio, el que yo se lo diga así sin más sería una burla” pensó para sí mismo “además está muy enojada y no escucharía para bien nada de lo que dijera”. Tendría que volver a empezar y planearlo muy bien esta vez.
- Pero ¿por qué dijiste que si Emi?- le preguntó Damián a Emilia interesado y confundido al no entender nada.
- Porque las deudas de juego, son deudas de honor pequeño, y podrán decir lo que quieran de mí pero jamás que no cumplo mi palabra, la condición de mi castigo era que no podría decir que no a ninguna pregunta que me hicieran y aunque no los conozco nos los encontramos en esa racha de tiempo, y muy a mi pesar, porque realmente me molesta haber ilusionado en vano al señor Carlos, parecía buena persona y muy feliz con la noticia.- la cara de Emilia cambio a una llena de nostalgia y tristeza.
- Sí se veía muy feliz- sonrió Damián.
- Bueno son cosas que pasan, seguro ahorita ya debe estar con ellos la verdadera novia y seremos el chasco que se llevaron antes de la gran propuesta- dijo Tadeo quitándole importancia, no quería que les tomara mucho tiempo olvidarlo todo.
- Aunque me ahorré el tener que decirle que el matrimonio o el amor no son cosas para mí, así que realmente no iba a perderse de mucho, imagínate Tadeo tener alguien como yo de esposa, que no cree en el amor ni en los compromisos de ese tipo y menos en los hombres, pobrecillo de ti.- dijo Emilia con cara de que era la cosa más extraña e irracional que pudiera existir.
Tadeo estaba a punto de contestar que no sería tan mala idea cuando un gruñido se escuchó de pronto, era el estómago de Damián que como no había comido y aparte se habían aventado una maratón improvisada, el cuerpo le exigía alimento.
- Vamos hermano- le dijo Emilia- tenemos que comer y esto lo pago yo, no vayamos a encontrarnos con una propuesta para ti o Tadeo.- Bromeó muy a su pesar, aun no se le pasaba el enojo pero su hermanito no tenía culpa de nada, no todos los días salían de paseo.
Tadeo comenzó a preguntarse ¿Qué clase de broma era esta? En la que sin importar que la hubiera amado por más de diez años con devoción, llegara alguien que no figuraba absolutamente nada en esta historia ¿acaso sería necesario pasar algún tipo de prueba en la que debería tener aún más paciencia? Cada vez estaba más seguro que era un cúmulo de juegos estúpidos del destino para medir su decisión y fortaleza, ¿Qué sería lo correcto a partir de ahí? Tadeo se sentía cada vez más confuso, desesperado y estresado ante todo lo que quería se veia desbordado por un precipicio.
- Llamando a Tadeo a la tierra, ¡Tadeo, Tadeo!- se escucharon gritos a un lado de él, era Damián que intentaba llamar su atención gritando con sus manos en la boca simulando un megáfono, y ahí fue que regresó a su presente, había caminado en automático y no puso atención a donde iban.
Estaban en una taquería que era una de las favoritas de Damián, “perfecto, de nuevo a la rutina” pensó Tadeo antes de sonreír y sentarse para pedir la comida.
Que rico, aprovechemos que Emi va a pagar hoy –Dijo resignado a ser de nuevo el buen amigo, y a empezar otra vez.
Después del desastre del día anterior y que Dante por primera vez en mucho tiempo saliera huyendo de la presencia de su abuelo para no dar explicaciones, estaba en el estudio que don Carlos Villanueva utilizaba para hablar y tratar asuntos importantes.- Dante, hijo- comenzó el tema Carlos- normalmente no me gusta inmiscuirme en tu vida.Dante cerró los ojos para buscar paciencia dentro de él, si bien era cierto que su abuelo siempre lo había dejado hacer y deshacer con su vida, también era algo real que cuando tomaba algo como pendiente importante no lo soltaba hasta verlo resuelto y estar más tranquilo, Dante temía que su vida, bueno su inexistente vida marital fuera el siguiente en la lista.- Pero me puedes explicar qué pasó ayer, ¿ya hablaste con ella? tal vez se sintió abrumada, ¿no sabía tus intenciones? - Dijo Carlos confuso.- Abuelo dime ¿por qué tanta insistencia en que me case?- pregunta Dante respondiendo una pregunta con otra.- Porque ya es tiempo Dante, es hora que
Ya en la noche en casa de Emilia toda la cocina estaba inundada del aroma a hamburguesa con papas a la francesa, en su casa siempre se turnaban para elegir lo que iban a cenar y ese fue el turno de Damián, estaban los tres sentados en la mesa Emilia, Damián y Liliana su madre.- ¡Quedaron deliciosas Emi!- gritó Damián para inmediatamente después pegarle una mordida a la hamburguesa lo más grande que le permitiera su pequeña boca.- Gracias querido jurado- le contestó Emilia también queriendo empezar a comer.- ¿Cómo les fue hoy chicos?- preguntó Liliana, como tenía turnos rotativos en diferentes empresas de limpieza, no tenía horarios fijos, así que las cenas con sus hijos le servían para actualizarse y compartir lo que les había pasado.- Bien mamá hoy entregué los pedidos de ropa que tenía programados e hice pedidos de otros modelos, espero tener el dinero que necesitamos para comprar un auto pronto, me preocupa que te muevas siempre en taxi o camines en la noche, es muy peligros
De nuevo Emilia y Tadeo iban de camino a casa de ella con muchas prendas nuevas para fotografiar y promocionar en la página de Emilia. Aunque fingía no haberle dado importancia al asunto de la propuesta Tadeo cada vez estaba más intranquilo, y si el tipo aquel se enamoraba de ella y la buscaba ¿cómo iba a competir contra todo lo que él representaba? Cuando llegó a su casa Tadeo había investigado el nombre de Carlos Villanueva y se encontró con una sorpresa enorme.El viejito amable que había abrazado tan amorosamente a Emilia era el dueño de un conjunto de almacenes de ropa más grandes del país y como si fuera una broma de ahí venían en ese momento, Emilia amaba la calidad de esa ropa y el precio, así que iban constantemente a surtirse de ahí, estuvo todo el tiempo ansioso de encontrarse con el señor en algún pasillo, aunque sería ridículo ya que él debería tener una gran oficina con vistas en el piso doscientos de algún rascacielos. Además de eso miró que su nieto y único familiar v
Dante estaba de espaldas a la puerta de su oficina, recargado el su amplio escritorio de madera, hablando por teléfono. Sin percatarse que alguien había entrado sin avisar y se quedaba en silencio para escuchar su conversación.- Si, necesito que la localices, se llama Emilia Puentes- escuchaba lo que decían del otro lado de la línea para continuar.- vamos sé que eres el mejor investigador que conozco, no creo que sea muy complicado para ti… si es algo que es urgente… no, no tengo más datos, es todo lo que sé, es delgada, chaparrita como un metro y medio… lo necesito para antes del fin de semana… te pagaré por el inconveniente que te estoy dando por la falta de tiempo.En ese momento su voz ya no era la misma que al principio de la llamada ahora se escuchaba tensa, y con el aviso que no quería más inconvenientes porque podrías salir muy pero muy mal parado.- Escucha bien- dijo Dante firme sin paciencia- dime si lo harás o no así de simple créeme cuando te digo que no eres el único
Habían pasado unos días y aun no tenía noticias del investigador, Dante ya comenzaba a desesperarse el fin de semana cada vez estaba más cerca y su abuelo no dejaba de pedirle información para poder organizar la cena, en cosa de una semana las cosas habían cambiado demasiado, su abuelo que normalmente solo lo llamaba una vez diaria, ya había hecho rutina y horario, lo llamaba antes que él llegara a su oficina, cuando era hora de salir a comer y antes de la cena y se escuchaba cada vez con más energía, además que había pedido limpieza profunda en toda la mansión sorprendiendo a todos ya que eso se hacía en ocasiones muy especiales, Nana la señora encargada de la organización de la casa le dijo que había comenzado a ver videos de ejercicios especiales para personas de la tercera edad y modificado su alimentación, según sus palabras citadas literalmente “quiero estar más sano y jovial para que mi futura nieta me quiera y poder jugar con mis bisnietos” sin darse cuenta Dante ya tenía una
Ya era día jueves en la noche, Emilia no sabía qué hacer, desde siempre había tenido claro que las mentiras no eran algo bueno, que es para personas sin honor, para los villanos de los cuentos que leía de pequeña, y los antagonistas de sus novelas de joven. Sí, leía novelas románticas, una cosa era no querer arriesgarse a que le rompieran el corazón o volverse loca por ese amor y otra no poder disfrutarlo a través de una ventana, ventana que se abría al leer cada novela, cada desamor y cada tristeza, gracias a eso tenía su píldora de drama de manera segura y podía mantenerse el resto del tiempo de manera racional. Pero ahora, su mentira sería por una buena causa, la sorpresa que Carlos se llevaría al ver que no llegaba a esa cena que preparaba con tanto esfuerzo le rompería el corazón, tal vez hasta le prepara él mismo, y le hiciera bollos o pasteles. Dante le dijo que sería temporal, así que podría saber qué se siente tener una familia más extensa siempre habían solo ellos tres,
Dante le había mandado un mensaje desde las cinco de la mañana, quería dejarle claro a Emilia que no importaba la hora, siempre respondería, más ahora que tenían el tiempo en cuenta regresiva y la desesperación de no tener control sobre la situación comenzaba a perturbarlo, Dante había modificado todas sus reuniones del día, no sabía si tendría tiempo de regresar a la oficina antes de la cena, tenía mucho tiempo que no se sentía tan nervioso como en ese momento, pero necesitaba con urgencia mantener a raya su autocontrol, nunca le había fallado y hoy la desesperación no haría de las suyas. De pronto tocan a la puerta, y entra Frida con un vestido al cuerpo que se ceñía como segunda piel, el cabello en una coleta alta (como a él le gustaba) y unos tacones que le hacían más largas sus maravillosas piernas, ella cerró la puerta a su espalda y caminó directamente hacia él. Frida estaba decidida a aprovechar la ventaja que tenía sobre todas las demás, no iba a permitir que se olvidara de
Dante estaba sorprendido, el vaso era más una especie de experimento de colores que un alimento, se veía repulsivo, sin pensarlo le respondió: - Solo tomo café negro. - Sí me imaginé y por eso lo pedí para tí, yo amo los sabores dulces, y me encanta el café también, por si sale el tema vas a poder decir a que sabe mi café favorito, yo ya sé a qué sabe el café negro así que no te preocupes,- dijo lo último con gesto de desagrado. Dante miró con desconfianza el gran vaso que estaba frente a él, lleno de crema batida y unas líneas oscuras dentro del vaso imaginaba que chocolate. No le agradaba para nada lo dulce, pero ella tenía razón, lo probo un poco y no supo a qué sabía le llegaron muchos sabores, identificó el chocolate amargo, crema batida, un sabor a café con leche y otro que no supo identificar bien. - ¿De qué está hecho? - Es frappe de mazapán con chocolate, ¿a que esta bueno?- preguntó con una sonrisa. - Pues muy dulce para mi gusto. - Bueno es solo para que sepas, tenemo