Esto no podía estar pasando ella no era Frida, Frida es alta delgada, como una modelo de pasarela, rubia, ojos verdes e imponentes, perfecta para ser mi pareja, y al dar la media vuelta lo que me encuentro es una chica que no llega al metro sesenta, con apariencia de joven adolescente castaña y con el cabello tan corto que no le llega a los hombros, aunque debo admitir que lo tiene ondulado muy bonito, o al menos así se mira con las pocas luces que hay aquí.
Al darse la vuelta y encontrarse que Frida no estaba frente a el, se quedó completamente estático, «estúpido restaurantero ¿le permite la entrada a cualquiera?, tendré que hablar muy claramente con Anibal». Pensó furioso.
Para su sorpresa la chica no se movió ni un centímetro, «¿no te das cuenta que estás estorbando?» fué el pensamiento que lo inundó, pero llamó su atención que ella estaba navegando entre… ¿opciones? «¿lo está pensando? ¡Lo está pensando!» comprende sorprendido y cierta desazón e indignación lo invaden, «dejando el hecho que no nos conocemos, soy perfecto, cualquiera estaría gritando de emoción por ser la afortunada mujer que se convierta en mi esposa y eso es a plena vista todos saben quién soy.»
Una determinación clara le cambió la cara a la muchacha y después de una pausa que pareció eterna respondió fuerte y claro:
- Sí quiero.
«Claro que eso es lo que todas responderían y ella no sería la excepción»- pensó Dante y el orgullo que era permanente en él lo invadió en todo el cuerpo, realmente el si siempre tendría que darlo por hecho.
En ese momento Dante se dió cuenta que estaba feliz por comprometerse con alguien que no conocía, nada de lo que estaba ocurriendo estaba bien debía detener todo; en eso queriendo despedir a la muchacha antes que Frida llegara y poder hacer todo como se supone de debiera ser unos aplausos lo sorprendieron al sonar fuerte y claro. Una especie de bufido salió de los labios de Dante que estaba lleno de frustración.
“Abuelo”- Pensó ya se había olvidado de él.
- ¡Muchas felicidades!- exclamó fuerte el abuelo, con una sonrisa enorme que le abarcaba todo el rostro.
El abuelo de Dante se acercó a la muchacha que acababa de aceptar ser su esposa. “que incómodo”- pensó Dante, su abuelo la abrazó como si la conociera de toda la vida, los ojos de la chica se abrieron tanto que parecía que se saldrían de sus cuencas en cualquier momento aunque curiosamente Dante notó que los brazos de ella regresaban el abrazo tímidamente.
Eres hermosa querida, mi nieto por fin eligió a alguien linda y te miras muy amable- le dijo el abuelo a la chica después de separarse un poco.
- Disculpe señor…- quiso decirle ella con rostro de confusión.
- ¡Abuelo!- gritó emocionado - dime abuelo.
- ¿Abuelo?- pregunto confundida.
- Abuelo - dije - espera que la vas a asfixiar.- continúe alejándolo un poco más de ella.
- Emi- dijo alguien a un lado de nosotros.
Del lado de la puerta estaban hasta cierto punto escondidas dos personas, un muchacho y un niño, quien acababa de hablar era el adulto.
- Emi - Repitió llamando la atención de la chica.
“Así que se llama Emi” pensó Dante. En eso ya tenía a su abuelo frente a él hablándole en susurros.
- ¿Quién es él?- susurraba emocionado su abuelo- Que linda muchacha que bueno que no me presentaste a la chica amargada que conocí la última vez, era detestable y desabrida.
- A ella no la conoces- dije con los dientes apretados, molesto porque hubiera criticado tan duramente a quien sí se iba a casar conmigo ya que este desastre se arreglara.
- Mira no ocupo hijo, desde que la felicité me regresó el abrazo, eso indica empatía.
- ¿y?- seguía sin comprender.
- Que la otra chica nunca hizo el intento de abrazarte en las tres horas que estuvimos en el coctel, o de acercarse a mí que soy tu familia, eso habla mucho de ella a decir verdad, si no me hubieras dicho que era ella yo habría dado por hecho que no se conocían.
- No era el lugar.
- No era la chica- le respondió el abuelo con una pequeña sonrisa en los labios.- Así que vamos con tu prometida- el abuelo lo toma de la mano y lo conduce directo a ella.
Dante estaba pensativo resultaba que la mujer que penó para todo ese drama no era del gusto de su abuelo, encendieron las luces, aunque eran unas tenues que no los lastimarían después de haber estado un tiempo en oscuridad.
- Emi, mucho gusto me llamo Carlos Villanueva, soy abuelo de tu prometido.
- Mucho gusto- respondió ella - yo soy Emilia Puentes.
- El gusto es mío y ellos ¿quiénes son?- Pregunta el abuelo dirigiéndose a los chicos que habían llegado hacía un momento.
- Yo soy Damián Puentes- Dijo la voz infantil del niño que no debía tener más de ocho años, pero a pesar de ello se escuchó fuerte y claro.- Soy hermano de Emilia, mucho gusto.- le extendió la mano a Carlos.
- Mucho gusto- respondió contento Carlos por la educación que mostraba el niño. - Y usted joven ¿Cómo se llama?
Dante estaba concentrado en el hombre que estaba a un lado de Emilia, sí, él se había aprendido su nombre, el hombre en cuestión era alto, fornido, blanco con ojos azules y tenía la cara de pocos amigo (según el punto de vista de Dante), pero algo lo preocupó, tal vez ese individuo podría ser pareja o esposo de ella, y así deshacer toda la emoción que su abuelo tenía, probablemente se pondría peor.
Dante sin saber lo rápido que podía moverse e hilar todas las posibilidades, o lo desastroso que podría ponerse todo eso, se acercó a Emilia y le preguntó:
- ¿Él es tu amigo cariño?- Dante trató de sonreír y mantener su espacio personal intacto, no quería hacerla sentir incómoda.
Un momento de silencio se instaló entre todos los presentes y Dante deseó poder leerle los pensamientos para saber que tanto era lo que debatía en su cabeza aquella pequeña mujer.
- Sí, él es Tadeo, mi amigo de toda la vida.
- Bueno ya que nos hemos presentado todos, Dante pregúntale de nuevo, es que como estaba tan lejos no alcancé a oír. Además no estaban su hermano y su
- Abuelo por favor- le pidió Dante, no quería volver a hacerlo.
- Por favor hijo- continuó Carlos- es que con mi sordera no creo que hubiera podido escuchar claro, además ya conoces la respuesta.
Dante ya no se sentía tan orgulloso por saber que tendría un sí seguro de cada mujer a quien le pidiera cualquier cosa, pero una realidad lo azoto como un vendaval, si él le preguntaba de nuevo daba oportunidad de replantear toda esta situación y regresar a la cordura a todos, si ella decía que no, además de librarse del problema quedaría tan “devastado” que podría tomarse más tiempo para recuperarse.
Respiró profundo puso su rodilla derecha en el piso para hincarse y le tomó la mano con todo el cuidado que podía a Emilia para ser más realista y con toda la confianza que da el saber que dos veces no puede funcionar lo mismo, Dante preguntó:
- Emilia ¿Quieres casarte conmigo?
Se hizo el silencio de nuevo, y aunque Dante esperaba una negativa rápida, la mano de ella apretó la suya además que temblaba un poco nerviosa, de nuevo estaba viendo que se debatía en su interior, ella lo miró a los ojos y dijo:
- Sí quiero.
En ese momento Dante se quedó petrificado, al mismo tiempo que Carlos festejaba como si fuera la primera vez que sucedía todo eso y rápidamente Tadeo le preguntó a Emilia.
- ¿Quieres irte conmigo?
Ella respondió un seco - Sí - y él la tomó con una mano y con la otra al niño para salir los tres corriendo de ahí. Dante se había quedado en las mismas, hincado frente a la nada, con un caos de vida y más preguntas que respuestas, ¿ahora cómo saldría de ese lío?
- ¡hijo, hijo! - gritó Carlos- tu prometida se ha fugado…
Y esas voz fue suficiente para regresar a Dante a su realidad, ¿que acababa de suceder?
Después que los tres se hubieran aventado la mayor carrera de sus vidas, y no poder respirar profundamente por más que lo intentaran, se detuvieron en una esquina para agarrar un poco de aire y poder reponer fuerzas. Damián al no saber qué había pasado estaba muy interesado en que su hermana le explicara ¿qué acababa de pasar?- Qué… pasó… ahí?- preguntó Damián entre sollozos y sentado en la banqueta de la calle.- No tengo idea- respondió Emilia con gran esfuerzo.En ese momento sonó la alarma haciendo a todos consientes que todo el juego se había terminado rompiendo el corazón de Tadeo en el camino.- ¿Qué rayos pasó ahí?- gritó descargando su coraje al preguntarle a Emilia, sentía que la impotencia lo iba consumiendo.- ¿Qué pasó? ¡¿Qué pasó?! yo te diré que fue eso- gritó Emilia enojada y sin control- pasó que nunca debí aceptar esa apuesta y que a pesar de saber que estaba cometiendo la mayor estupidez de mi vida, cumplí con lo que había dicho- volteó a ver a Damián con una mirad
Después del desastre del día anterior y que Dante por primera vez en mucho tiempo saliera huyendo de la presencia de su abuelo para no dar explicaciones, estaba en el estudio que don Carlos Villanueva utilizaba para hablar y tratar asuntos importantes.- Dante, hijo- comenzó el tema Carlos- normalmente no me gusta inmiscuirme en tu vida.Dante cerró los ojos para buscar paciencia dentro de él, si bien era cierto que su abuelo siempre lo había dejado hacer y deshacer con su vida, también era algo real que cuando tomaba algo como pendiente importante no lo soltaba hasta verlo resuelto y estar más tranquilo, Dante temía que su vida, bueno su inexistente vida marital fuera el siguiente en la lista.- Pero me puedes explicar qué pasó ayer, ¿ya hablaste con ella? tal vez se sintió abrumada, ¿no sabía tus intenciones? - Dijo Carlos confuso.- Abuelo dime ¿por qué tanta insistencia en que me case?- pregunta Dante respondiendo una pregunta con otra.- Porque ya es tiempo Dante, es hora que
Ya en la noche en casa de Emilia toda la cocina estaba inundada del aroma a hamburguesa con papas a la francesa, en su casa siempre se turnaban para elegir lo que iban a cenar y ese fue el turno de Damián, estaban los tres sentados en la mesa Emilia, Damián y Liliana su madre.- ¡Quedaron deliciosas Emi!- gritó Damián para inmediatamente después pegarle una mordida a la hamburguesa lo más grande que le permitiera su pequeña boca.- Gracias querido jurado- le contestó Emilia también queriendo empezar a comer.- ¿Cómo les fue hoy chicos?- preguntó Liliana, como tenía turnos rotativos en diferentes empresas de limpieza, no tenía horarios fijos, así que las cenas con sus hijos le servían para actualizarse y compartir lo que les había pasado.- Bien mamá hoy entregué los pedidos de ropa que tenía programados e hice pedidos de otros modelos, espero tener el dinero que necesitamos para comprar un auto pronto, me preocupa que te muevas siempre en taxi o camines en la noche, es muy peligros
De nuevo Emilia y Tadeo iban de camino a casa de ella con muchas prendas nuevas para fotografiar y promocionar en la página de Emilia. Aunque fingía no haberle dado importancia al asunto de la propuesta Tadeo cada vez estaba más intranquilo, y si el tipo aquel se enamoraba de ella y la buscaba ¿cómo iba a competir contra todo lo que él representaba? Cuando llegó a su casa Tadeo había investigado el nombre de Carlos Villanueva y se encontró con una sorpresa enorme.El viejito amable que había abrazado tan amorosamente a Emilia era el dueño de un conjunto de almacenes de ropa más grandes del país y como si fuera una broma de ahí venían en ese momento, Emilia amaba la calidad de esa ropa y el precio, así que iban constantemente a surtirse de ahí, estuvo todo el tiempo ansioso de encontrarse con el señor en algún pasillo, aunque sería ridículo ya que él debería tener una gran oficina con vistas en el piso doscientos de algún rascacielos. Además de eso miró que su nieto y único familiar v
Dante estaba de espaldas a la puerta de su oficina, recargado el su amplio escritorio de madera, hablando por teléfono. Sin percatarse que alguien había entrado sin avisar y se quedaba en silencio para escuchar su conversación.- Si, necesito que la localices, se llama Emilia Puentes- escuchaba lo que decían del otro lado de la línea para continuar.- vamos sé que eres el mejor investigador que conozco, no creo que sea muy complicado para ti… si es algo que es urgente… no, no tengo más datos, es todo lo que sé, es delgada, chaparrita como un metro y medio… lo necesito para antes del fin de semana… te pagaré por el inconveniente que te estoy dando por la falta de tiempo.En ese momento su voz ya no era la misma que al principio de la llamada ahora se escuchaba tensa, y con el aviso que no quería más inconvenientes porque podrías salir muy pero muy mal parado.- Escucha bien- dijo Dante firme sin paciencia- dime si lo harás o no así de simple créeme cuando te digo que no eres el único
Habían pasado unos días y aun no tenía noticias del investigador, Dante ya comenzaba a desesperarse el fin de semana cada vez estaba más cerca y su abuelo no dejaba de pedirle información para poder organizar la cena, en cosa de una semana las cosas habían cambiado demasiado, su abuelo que normalmente solo lo llamaba una vez diaria, ya había hecho rutina y horario, lo llamaba antes que él llegara a su oficina, cuando era hora de salir a comer y antes de la cena y se escuchaba cada vez con más energía, además que había pedido limpieza profunda en toda la mansión sorprendiendo a todos ya que eso se hacía en ocasiones muy especiales, Nana la señora encargada de la organización de la casa le dijo que había comenzado a ver videos de ejercicios especiales para personas de la tercera edad y modificado su alimentación, según sus palabras citadas literalmente “quiero estar más sano y jovial para que mi futura nieta me quiera y poder jugar con mis bisnietos” sin darse cuenta Dante ya tenía una
Ya era día jueves en la noche, Emilia no sabía qué hacer, desde siempre había tenido claro que las mentiras no eran algo bueno, que es para personas sin honor, para los villanos de los cuentos que leía de pequeña, y los antagonistas de sus novelas de joven. Sí, leía novelas románticas, una cosa era no querer arriesgarse a que le rompieran el corazón o volverse loca por ese amor y otra no poder disfrutarlo a través de una ventana, ventana que se abría al leer cada novela, cada desamor y cada tristeza, gracias a eso tenía su píldora de drama de manera segura y podía mantenerse el resto del tiempo de manera racional. Pero ahora, su mentira sería por una buena causa, la sorpresa que Carlos se llevaría al ver que no llegaba a esa cena que preparaba con tanto esfuerzo le rompería el corazón, tal vez hasta le prepara él mismo, y le hiciera bollos o pasteles. Dante le dijo que sería temporal, así que podría saber qué se siente tener una familia más extensa siempre habían solo ellos tres,
Dante le había mandado un mensaje desde las cinco de la mañana, quería dejarle claro a Emilia que no importaba la hora, siempre respondería, más ahora que tenían el tiempo en cuenta regresiva y la desesperación de no tener control sobre la situación comenzaba a perturbarlo, Dante había modificado todas sus reuniones del día, no sabía si tendría tiempo de regresar a la oficina antes de la cena, tenía mucho tiempo que no se sentía tan nervioso como en ese momento, pero necesitaba con urgencia mantener a raya su autocontrol, nunca le había fallado y hoy la desesperación no haría de las suyas. De pronto tocan a la puerta, y entra Frida con un vestido al cuerpo que se ceñía como segunda piel, el cabello en una coleta alta (como a él le gustaba) y unos tacones que le hacían más largas sus maravillosas piernas, ella cerró la puerta a su espalda y caminó directamente hacia él. Frida estaba decidida a aprovechar la ventaja que tenía sobre todas las demás, no iba a permitir que se olvidara de