Sandra estaba totalmente devastada porque no quería darle ese trago amargo a su amiga, además de que ella necesitaba su trabajo porque era el sustento de toda su casa.
— Rebeca, necesito que hablemos un momento en mi oficina por favor. Rebeca se secó las lágrimas sin decir una sola palabra y siguió a Sandra hasta la pequeña oficina que estaba en la parte de arriba de la boutique, mientras que Cristina se había quedado atendiendo a la clienta. — Por favor Rebeca pasa y siéntate, toma un poco de agua para que te tranquilices. Rebeca intentó calmarse, estaba muy nerviosa, era inevitable sentirse devastada, estaba demasiado deprimida y con lo que acababa de pasarle hace un momento con la clienta, fue la gota que derramó la copa. — No era necesario que me trajeras hasta la oficina y dejaras la boutique sola con Cristina, total ya estoy acostumbrada a este tipo de maltratos. Sandra respiró profundo tratando de pensar de qué forma le decía que estaba despedida, luego se acercó a ella y la tomó de ambas manos mientras le decía: — Ay amiga, la verdad es que hoy no es un buen día para ti, y me temo que las malas noticias no han terminado, no sabes cuánto lo siento. Rebeca la miró muy extrañada ya que no sabía a qué se refería Sandra, enseguida la miró a los ojos y le preguntó: — ¿Pero qué quieres decir con eso? — El señor Felipe acaba de llamarme, al parecer vio todo lo que acaba de suceder con la clienta, eso lo molestó muchísimo además de todos los retrasos que has tenido con el horario, entonces me pidió que…. La verdad es que no sé cómo decírtelo Rebeca, pero te lo advertí varias veces porque sabía que él nos vigilaba por las cámaras de seguridad, lamentablemente lo que acaba de pasar con la clienta vino a empeorar aún más la situación y me dijo que te despidiera. — ¿Qué? ¿Me estás despidiendo? ¿Es enserio? — Sandra estaba realmente sufriendo porque no quería hacerle esto a su amiga, pero ni siquiera ella tenía la potestad para poder cambiar de decisión, ella solo cumplía órdenes ya que era una empleada al igual que Rebeca solo que con un cargo mayor, lamentablemente no le quedó otra alternativa que obedecer las órdenes del dueño de la boutique. — Amiga por favor perdóname, sabes perfectamente que no soy yo la que te está despidiendo, ha sido el señor Felipe el que me ha dado la orden de que lo haga, lamentablemente no puedo hacer nada al respecto, lo siento de verdad. Para Rebeca había sido un golpe bastante fuerte y más aún con toda la responsabilidad que tenía sobre sus hombros, su hija especialmente dependía de ella y sin ese trabajo ella no sabía qué hacer. Enseguida se puso a llorar inconsolablemente puesto que no podía creer que todo le estuviera saliendo tan mal en ese día. — Está bien Sandra no te preocupes, sé perfectamente que tú no tienes la culpa de nada, más bien te agradezco toda la ayuda que me has brindado hasta los momentos, de no haber sido por ti no hubiera tenido este trabajo, así que no tienes porqué sentirte culpable, ahora sí me disculpas, creo que es mejor que me vaya a descansar a mi casa, han sido demasiadas noticias malas en un día. Rebeca se levantó de la silla y salió de la pequeña oficina totalmente devastada, estaba demasiado deprimida y Sandra se había quedado totalmente destrozada al saber que le había complicado la vida a su amiga dándole esa noticia. (…) Por su parte Iván había llegado al colegio donde estudiaba Ivana, enseguida lo recibió la maestra Betty la cual se extrañó de que esta vez no la hubiera llevado Rebeca: — Hola buenos días, ¡Qué raro que la señora Rebeca no trajo a Ivanita! ¿Y usted quién es? ¿Acaso es su papá? Le pregunto porque tengo un mes en el colegio y solo conocía a la madre de Ivana. Iván apenas vio a la maestra Betty, se percató de que era una mujer muy atractiva, delgada y con muy buen cuerpo, enseguida se presentó dándole la mano mientras le decía: — Hola mucho gusto, mi nombre es Iván Medina y efectivamente soy el padre de Ivana, lo que pasa es que Rebeca tuvo otras ocupaciones y decidí traer personalmente a mi hija para que no perdiera clases. Me preocupa mucho que mi hija cumpla con sus deberes y a pesar de que no vengo regularmente al colegio, estoy muy al pendiente de todas sus cosas como lo hace un buen padre. Betty solo sonreía maravillada de ver aquel hombre tan atractivo tan responsable y preocupado por su hija. Pero además aprovechando que ésta vez había sido el padre de Ivana el que había ido a llevarla, ella enseguida le dijo muy preocupada: Me alegro que sea un padre a tiempo completo con la niña, y aprovechando que ha sido usted el que la trajo, voy a decirle algo que me parece importante que usted sepa: Iván totalmente intrigado le preguntó: — La verdad que por la forma como me lo está diciendo ya me estoy empezando a preocupar, pero dígame ¿qué es lo que pasa? — La niña está pasando por un proceso bastante difícil acá en el colegio, lamentablemente los compañeritos de clase le están haciendo bullying. — ¿Pero porque le están haciendo bullying a mi hija? Ella es una niña demasiado hermosa y la verdad no comprendo a qué se refiere con eso. — Esto para mí es muy difícil señor Iván, sinceramente es una situación bastante incómoda porque es algo realmente muy vergonzoso, sin embargo estoy en el deber de comunicárselo por el bienestar de la niña. — Pero por favor maestra Betty, ya dígame ¿Qué es lo que está pasando? Porque mi mente se está imaginando cualquier cantidad de barbaridades y ya me estoy empezando a poner nervioso. Iván no era un hombre que se preocupara realmente por su hija, sin embargo ya que le había tocado llevarla al colegio y encima conocer a una mujer tan bella como su maestra, no le quedaba otra alternativa sino que seguir fingiendo ser el padre perfecto. Pero en el fondo tenía curiosidad de saber porqué le estaban haciendo bullying a su hija, ya que efectivamente lo que había dicho no era mentira, Ivana era una niña demasiado hermosa y de eso él se sentía muy orgulloso. Betty continuó contándole la situación: — Bueno lo que sucede señor Iván, es que cada vez que su esposa la señora Rebeca trae a la niña al colegio, los niños se burlan de ella por la gordura de la señora, los niños a veces dicen cosas que lastiman mucho, porque no siempre saben medir el peso que pueden tener sus comentarios. — ¡Dios mio! Pero eso no puede ser. ¿Hasta cuándo Rebeca? —dijo para sorpresa de la maestra. — Disculpe Sr. Iván, pero no comprendo, la Sra. Rebeca no tiene la culpa de esto. — ¿Cómo que no tiene la culpa? Si no fuera una mujer tan fea y descuidada, esto no estaría pasando. —dijo molesto, sin darse cuenta de lo absurdo de su comentario. — Siento mucho que opine así, pero considero que la Sra. Rebeca, no tiene la culpa de su obesidad. —dijo si entiendo mucho pesar por Rebeca. Iván al darse cuenta del error que había cometido, intentó arreglar su comentario porque no quería dar una imagen a la maestra equivocada, le había llamado mucho la atención por lo atractiva que era, así que debía quedar como todo un caballero. —Sí, tiene razón maestra Betty, no quise decir eso, lo que pasa es que Rebeca ha descuidado su aspecto un poco. A eso me refería. — Entiendo, el problema es que la niña se ha desconcentrado mucho de sus clases y la noto muy distraída, es más, me ha dicho que no quiere regresar más al colegio. Iván estaba furioso, él no quería a Rebeca, y a pesar de no ser un hombre responsable con su hogar, le daba coraje que su hija estuviera viviendo un infierno siendo tan pequeña.Iván se llevó las manos a la cabeza, bajó la mirada y frunció el ceño. Por supuesto tomó eso como la excusa perfecta para poder tener un acercamiento más profundo con la maestra, él tenía que mantener su papel de padre preocupado.— Dios mío no puede ser, lo que me está diciendo realmente me ha lastimado profundamente, no sabe cuanto sufro por todo esto. Es que siento que me duele hasta el pecho de la preocupación tan grande que esto me provoca.Dijo Iván mientras se tocaba el pecho y trataba de que sus ojos se humedecieran procurando de cualquier forma que le saliera aunque sea una sola lágrima para así poder impresionar a la maestra.— Por favor señor Iván trate de calmarse, no se ponga así, además estamos en el colegio, no sería bueno que Ivanita saliera del salón y lo viera en ese estado, pero lamentablemente tenía que contarle esta situación que a mi parecer es muy grave y hay que tomar cartas en el asunto.— ¿Cartas en el asunto? Pero no comprendo ¿y qué se puede hacer al respec
Rebeca había llegado a su casa hecha un mar de llanto, ya no soportaba el maltrato que durante toda su vida había tenido que aguantar de las personas que se encontraban a su alrededor, ahora para colmo de males también había perdido su empleo, cosa que la tenía demasiado preocupada porque ella era el sustento de su hogar y pensaba principalmente en su hija Ivanita que dependía totalmente de ella. Fue demasiado humillante que el dueño de la boutique tomara una decisión tan drástica despidiéndola de esa forma tan injusta, por el solo hecho de que no le agradaba su aspecto físico, ni a él ni a las clientas que visitaban la boutique.Al entrar al departamento y darse cuenta que Ivanita no se encontraba en casa, recordó que tenía que irla a buscar al colegio, porque en la mañana ella le había pedido a Iván que la llevara pero no recordaba si le había dicho que también la fuera a buscar, estaba tan atormentada con todo lo que acababa de pasarle que no recordaba nada de lo que había hablado
Cuando por fin llegaron al apartamento, Rebeca estaba muy agotada tanto física como mentalmente del duro día por el que había tenido que pasar, enseguida dijo:— Mi hijita hermosa, la verdad es que todavía no entiendo qué es lo que te pasa, me estás matando profundamente con ese silencio, ya no sé cómo explicarte que se me hizo tarde, no fue adrede. Pero de lo que sí puedes estar completamente segura, es de que esto no se va a volver a repetir. Te lo prometo mi amor. — le dijo Rebeca mientras le daba un beso en la frente con todo su amor.Ivana la miró y por fin se dignó a hablarle a Rebeca, diciéndole algo que no se esperaba:— Mamá, yo quiero que me lleve a la escuela mi papá o sino el camión del colegio que se encarga de recoger a todos los niños a tiempo y no los hacen esperar.Rebeca llena de angustia ante la petición de su hija Ivana, enseguida le respondió:— Por favor Ivana ¿Cómo me pides que te meta en el transporte del colegio? Es un gasto innecesario viviendo tan cerca de l
Media hora después….Ya habían llegado al bar en donde tocaba y cantaba Iván una que otra noche a la semana, por supuesto todo el mundo lo conocía, se había convertido en una persona muy popular dentro de su ambiente y Betty al darse cuenta de eso, sentía que veía la imagen de Iván aún más atractiva para ella, eso la tenía muy encantada y solo quería conocer aún más de ese hombre tan interesante y galante, que el único defecto que le había visto hasta ahora, era que estaba casado y era el padre de una de sus alumnas, motivo por el cual estaba muy mortificada porque sabía las consecuencias si en el colegio llegaban a enterarse.Iván por supuesto era todo un galán y actuaba con caballerosidad con las mujeres que en verdad le interesaban, enseguida le dijo:— Maestra Betty por favor pasemos por acá y sentémonos en esa mesa, es la mejor en todo el bar porque está muy cerca de la tarima y para mí sería un honor que usted me escuchara tocar bien cerquita.Ella estaba fascinada con todo lo q
Ambos conversaban divinamente, y Betty comenzó a hablarle de su vida, haciendo que Iván se interesara aún más en conquistarla.Iván solo estaba escuchando muy atento cada palabra que Betty le decía; definitivamente se estaba dando cuenta de que había encontrado en ella una posibilidad de liberarse de Rebeca y emprender un nuevo vuelo. Aunque un poco mojigata para su gusto, Betty le podía brindar la posibilidad de vivir como un rey. Solo bastaba conquistarla y convertirse en su obsesión. Tenía que hacer que ella se enamorara de él a como diera lugar y, después de tenerla bien segura, comenzaría a sacarle dinero. Entre Rebeca y Betty, prefería mil veces quedarse con la segunda: era una mujer hermosa, sus padres tenían una fortuna y ella era la única heredera. No podía pedirle nada más a la vida.En lo único que pensaba era en poder sacar a Rebeca de su vida; ya no soportaba verla ni a un metro de distancia. Le causaba mucha repulsión ver lo gorda que estaba y lo descuidada que se había
Betty estaba bastante incómoda; ella no quería estar en esa situación. No estaba acostumbrada a ser la tercera en discordia, ya había pasado por ese papel de esposa engañada y no estaba dispuesta a ser la amante de nadie. Estaba muy contrariada; solo se había dejado llevar por la misma situación de inconformidad que tenía en su vida, pero no estaba dispuesta a poner en riesgo su empleo y, encima, tener que soportar vivir a escondidas como si ella fuera una delincuente.Ella quería vivir, pero al mismo tiempo ser libre, y con Iván no iba a poder experimentar esa sensación; sino todo lo contrario, se estaba metiendo en medio de un matrimonio que ni ella misma sabía si estaba destruido o no, y en ese momento pensó que tampoco se iba a quedar a esperar para averiguarlo.Iván le insistió a Betty que no se fuera, pero la decisión de ella fue un rotundo no, y enseguida salió del bar y se subió a un taxi que la llevaría rumbo a su casa, donde la esperaba su triste realidad.Por supuesto, para
Al día siguiente….Rebeca había pasado la noche en vela sin poder dormir, tenía los ojos hinchados de tanto llorar, las palabras de Iván le habían terminado de romper el corazón en mil pedazos, ella estaba con el autoestima por el suelo, se sentía totalmente destruida, no podía aceptar que Iván estuviera a punto de dejarla.Salió de la habitación y lo primero que hizo fue ir a ver Ivanita, ya que había pasado la noche con mucha temperatura, al abrir la puerta de su cuarto se acercó a ella para tocarla y verificar si se le había quitado la fiebre.Rebeca le colocó la mano sobre su frente, pero se sorprendió al sentir que la niña estaba fría como el hielo, enseguida la movió pero esta no se despertaba, Rebeca angustiada comenzó a llamarla:— Ivanita, Ivanita mi amor despierta, por favor Ivanita no me hagas esto, despierta corazón que ya va a ser la hora de ir al colegio. — por más que Rebeca la llamaba, la pequeña niña no respondía, estaba completamente fría y su rostro estaba pálido, e
Fueron momentos muy dolorosos para Rebeca y también para Iván, él jamás se hubiera esperado un desenlace tan fatal como perder a Ivanita, su única hija y de la que nunca quiso ocuparse, jamás tuvo un gesto de generosidad hacia ella porque siempre la veía como la hija de Rebeca y no como a su propia hija. Lamentablemente la relación que tenía con Rebeca era demasiado tóxica, se había casado con ella solamente por el interés de que ella lo ayudara a legalizar sus documentos de ciudadanía y así poder estar legal en los Estados Unidos, pero jamás tuvo para ella la más mínima consideración, nunca fue leal y para colmo de males, no solamente le fue infiel de la forma más descarada, sino que la maltrataba tanto psicológica como físicamente y todo por no gustarle su aspecto físico, el cual criticaba y hasta le causaba repulsión por su problema de obesidad. Eso por supuesto ocasionó que Rebeca perdiera por completo el autoestima, haciéndola perder su amor propio y hasta su dignidad, porque ell