Cuando por fin llegaron al apartamento, Rebeca estaba muy agotada tanto física como mentalmente del duro día por el que había tenido que pasar, enseguida dijo:
— Mi hijita hermosa, la verdad es que todavía no entiendo qué es lo que te pasa, me estás matando profundamente con ese silencio, ya no sé cómo explicarte que se me hizo tarde, no fue adrede. Pero de lo que sí puedes estar completamente segura, es de que esto no se va a volver a repetir. Te lo prometo mi amor. — le dijo Rebeca mientras le daba un beso en la frente con todo su amor. Ivana la miró y por fin se dignó a hablarle a Rebeca, diciéndole algo que no se esperaba: — Mamá, yo quiero que me lleve a la escuela mi papá o sino el camión del colegio que se encarga de recoger a todos los niños a tiempo y no los hacen esperar. Rebeca llena de angustia ante la petición de su hija Ivana, enseguida le respondió: — Por favor Ivana ¿Cómo me pides que te meta en el transporte del colegio? Es un gasto innecesario viviendo tan cerca de la escuela. Y además…después de lo que pasó hoy en la boutique, vamos a tener que recortar los gastos. La respuesta de Rebeca hizo que Ivana se molestara aún más de lo que ya se encontraba, enseguida se puso a llorar y salió corriendo de la presencia de su madre y se encerró en su habitación después de haber dado un portazo fuerte que puso a Rebeca muy nerviosa e incómoda. Ella no entendía por qué tenía que pasar por tantas cosas si ella no era una mala madre, trataba de darle gusto a su hija en todo lo que estaba en sus posibilidades a pesar de no tener la ayuda de Iván. Se quedó pensativa mientras las lágrimas corrían por su rostro: “ La verdad es que no comprendo qué es lo que le está pasando a Ivanita, ella siempre ha sido una niña demasiado tranquila y conforme, pero de la noche a la mañana se ha convertido en una niña agresiva y además irreverente, tengo que descubrir qué le está pasando, porque ya esto me está empezando a preocupar “ (…) Mientras Rebeca se encontraba totalmente angustiada por el día tan horrible que había vivido, el cínico de su esposo Iván había ido al encuentro de la maestra Betty, ambos habían acordado verse cuando ella terminara de trabajar. Betty se encontraba impecablemente vestida, llevaba una blusa blanca de seda muy fina, combinada con un pantalón blue Jean y se había puesto unos zapatos altos, que la hacían ver muy casual pero al mismo tiempo elegante. Cuando vio llegar a Iván enseguida se acercó a él y le dijo: — ¿Cómo está señor Iván? Ya veo que es usted muy puntual porque llegó justo a la hora que acordamos esta mañana. Iván con su acostumbrado encanto para tratar a las mujeres, enseguida le contestó: — Hola maestra Betty, pero cómo no llegar a tiempo si me iba a encontrar con una mujer tan bella como usted. Además déjeme decirle que se ve sensacional y además me encanta su perfume, huele a gloria. — Gracias señor Iván, la verdad es que es usted es todo un caballero. — Usted inspira a cualquier hombre a serlo, tiene una belleza única. Pero bueno es mejor que salgamos de aquí porque estamos muy cerca del colegio, vamos a tomar un taxi y nos vamos a mi bar. Rebeca le contestó algo extrañada en vista de que pensó que él andaba en carro y que tal vez lo había estacionado en alguna parte: — ¿Pero entonces usted no tiene carro? Pensé que tal vez estaría estacionado cerca de aquí. Iván no iba a permitir que ese detalle arruinara su imagen ante la maestra, él no podía dejar que ella pensara que era un pobretón que no tenía ni para comprarse un vehículo, así que se le ocurrió decirle: — Jejeje bueno en realidad si tengo carro, pero lamentablemente desde hace un par de semanas lo tengo en el taller porque le están haciendo unas pequeñas reparaciones. Betty enseguida le contestó: — No, por favor, no piense que yo le doy mucha importancia a eso de tener carro, sólo fue una pregunta por pura curiosidad, pero la verdad es que me siento muy bien con su compañía….digo…bueno ..jejeje…es que no quiero que me malinterprete, porque estoy consiente de que esta salida es solo para hablar del problema de Ivanita, no es una cita como tal. Iván muy nervioso le respondió sonriendo: — Pero por supuesto maestra Betty, ese es el sentido de la salida, así que no tiene de qué preocuparse, sin embargo no puedo evitar reconocer que usted es una mujer con un encanto inigualable. Pero bueno….vamos a tomar el taxi. Claro que todo lo que ambos se estaban diciendo era una total mentira, los dos estaban consientes de la atracción que habían tenido a penas se vieron, y el pretexto para verse fue solo con la excusa de hablar de Ivanita y el problema tan grave de bullying que estaba sufriendo en el colegio. Betty quería engañarse a si misma, metiéndose en la cabeza que solo había aceptado la invitación de Iván con la finalidad de hablar única y exclusivamente del problema de la pequeña Ivanita, pero en el fondo sabía que estaba jugando con fuego. (…)Media hora después….Ya habían llegado al bar en donde tocaba y cantaba Iván una que otra noche a la semana, por supuesto todo el mundo lo conocía, se había convertido en una persona muy popular dentro de su ambiente y Betty al darse cuenta de eso, sentía que veía la imagen de Iván aún más atractiva para ella, eso la tenía muy encantada y solo quería conocer aún más de ese hombre tan interesante y galante, que el único defecto que le había visto hasta ahora, era que estaba casado y era el padre de una de sus alumnas, motivo por el cual estaba muy mortificada porque sabía las consecuencias si en el colegio llegaban a enterarse.Iván por supuesto era todo un galán y actuaba con caballerosidad con las mujeres que en verdad le interesaban, enseguida le dijo:— Maestra Betty por favor pasemos por acá y sentémonos en esa mesa, es la mejor en todo el bar porque está muy cerca de la tarima y para mí sería un honor que usted me escuchara tocar bien cerquita.Ella estaba fascinada con todo lo q
Ambos conversaban divinamente, y Betty comenzó a hablarle de su vida, haciendo que Iván se interesara aún más en conquistarla.Iván solo estaba escuchando muy atento cada palabra que Betty le decía; definitivamente se estaba dando cuenta de que había encontrado en ella una posibilidad de liberarse de Rebeca y emprender un nuevo vuelo. Aunque un poco mojigata para su gusto, Betty le podía brindar la posibilidad de vivir como un rey. Solo bastaba conquistarla y convertirse en su obsesión. Tenía que hacer que ella se enamorara de él a como diera lugar y, después de tenerla bien segura, comenzaría a sacarle dinero. Entre Rebeca y Betty, prefería mil veces quedarse con la segunda: era una mujer hermosa, sus padres tenían una fortuna y ella era la única heredera. No podía pedirle nada más a la vida.En lo único que pensaba era en poder sacar a Rebeca de su vida; ya no soportaba verla ni a un metro de distancia. Le causaba mucha repulsión ver lo gorda que estaba y lo descuidada que se había
Betty estaba bastante incómoda; ella no quería estar en esa situación. No estaba acostumbrada a ser la tercera en discordia, ya había pasado por ese papel de esposa engañada y no estaba dispuesta a ser la amante de nadie. Estaba muy contrariada; solo se había dejado llevar por la misma situación de inconformidad que tenía en su vida, pero no estaba dispuesta a poner en riesgo su empleo y, encima, tener que soportar vivir a escondidas como si ella fuera una delincuente.Ella quería vivir, pero al mismo tiempo ser libre, y con Iván no iba a poder experimentar esa sensación; sino todo lo contrario, se estaba metiendo en medio de un matrimonio que ni ella misma sabía si estaba destruido o no, y en ese momento pensó que tampoco se iba a quedar a esperar para averiguarlo.Iván le insistió a Betty que no se fuera, pero la decisión de ella fue un rotundo no, y enseguida salió del bar y se subió a un taxi que la llevaría rumbo a su casa, donde la esperaba su triste realidad.Por supuesto, para
Al día siguiente….Rebeca había pasado la noche en vela sin poder dormir, tenía los ojos hinchados de tanto llorar, las palabras de Iván le habían terminado de romper el corazón en mil pedazos, ella estaba con el autoestima por el suelo, se sentía totalmente destruida, no podía aceptar que Iván estuviera a punto de dejarla.Salió de la habitación y lo primero que hizo fue ir a ver Ivanita, ya que había pasado la noche con mucha temperatura, al abrir la puerta de su cuarto se acercó a ella para tocarla y verificar si se le había quitado la fiebre.Rebeca le colocó la mano sobre su frente, pero se sorprendió al sentir que la niña estaba fría como el hielo, enseguida la movió pero esta no se despertaba, Rebeca angustiada comenzó a llamarla:— Ivanita, Ivanita mi amor despierta, por favor Ivanita no me hagas esto, despierta corazón que ya va a ser la hora de ir al colegio. — por más que Rebeca la llamaba, la pequeña niña no respondía, estaba completamente fría y su rostro estaba pálido, e
Fueron momentos muy dolorosos para Rebeca y también para Iván, él jamás se hubiera esperado un desenlace tan fatal como perder a Ivanita, su única hija y de la que nunca quiso ocuparse, jamás tuvo un gesto de generosidad hacia ella porque siempre la veía como la hija de Rebeca y no como a su propia hija. Lamentablemente la relación que tenía con Rebeca era demasiado tóxica, se había casado con ella solamente por el interés de que ella lo ayudara a legalizar sus documentos de ciudadanía y así poder estar legal en los Estados Unidos, pero jamás tuvo para ella la más mínima consideración, nunca fue leal y para colmo de males, no solamente le fue infiel de la forma más descarada, sino que la maltrataba tanto psicológica como físicamente y todo por no gustarle su aspecto físico, el cual criticaba y hasta le causaba repulsión por su problema de obesidad. Eso por supuesto ocasionó que Rebeca perdiera por completo el autoestima, haciéndola perder su amor propio y hasta su dignidad, porque ell
Horas después…Sandra se había quedado en el departamento de Rebeca arreglando un poco todo el desorden mientras esperaba la llegada de Diego Armando Izaguirre, su amigo de la infancia el cual tenía una especialidad en cirugía estética, era nutricionista y por su fuera poco, también médico internista, realmente era toda una eminencia, un hombre entregado a su profesión y que había empezado desde muy jovencito a estudiar la carrera de medicina la cual era su pasión.Diego Armando se había criado en el seno de una familia muy adinerada, su padre había sido un médico especialista en cardiología y había sido una eminencia en cuanto a su profesión, por lo que se le reconocía en todo el país como uno de los mejores cardiólogos que había existido, y que lamentablemente había fallecido irónicamente de un paro respiratorio.Dejó a su hijo Diego Armando, el mejor legado que fue el de llegar a convertirse en el mejor médico, pero no por el dinero o el prestigio que pudiera llegar a ganar, sino p
Mientras tanto Iván tenía varios días durmiendo en el bar donde tocaba la batería los fines de semana, no quería regresar al apartamento de Rebeca porque tenía un miedo demasiado grande pero no precisamente por ella, sino por el recuerdo de su hija Ivanita.Él estaba muy atormentado con todos los remordimientos que sentía, los recuerdos venían a cada momento a su memoria cuando maltrataba a Rebeca de una forma realmente inhumana y al mismo tiempo recordaba la cara de dolor de su hija Ivanita, cada vez que lo veía insultando a su madre.Estaba totalmente devastado y jamás llegó a pensar que iba a sentirse tan miserable como se en ese momento, estaba sentado a una mesa, el bar apenas tenía un par de horas que había abierto al público, y él se había quedado dormido con una botella vacía de tequila que tenía a su lado la cual se había tomado en su totalidad, se embriagaba todos los días tan solo para poder anestesiarse de sus recuerdos, no tenía empleo fijo, se estaba endeudando todos los
Dos días después….Sandra no se había movido del lado de Rebeca ni un solo minuto, ya tenía dos días en la clínica de Diego Armando, había comenzado con el tratamiento endovenoso y Rebeca permanecía en un sueño profundo, era como si no quisiera despertar para enfrentarse a la triste realidad que la aquejaba.Sandra permanecía con ella cuidándola con toda su abnegación, trataba de mantenerla en la mejor condición posible, a pesar de que permanecía aún inconsciente, la había aseado, había cambiado su ropa y le había arreglado el cabello así dormida como estaba.Se encontraba sentada al lado de su cama esperando a que fuera su hora de almorzar.De pronto entró Diego Armando a la habitación ya que estaba muy al pendiente de la evolución de Rebeca.— Hola, ¿Cómo está todo por aquí? Y La bella durmiente todavía está en un profundo sueño por lo que veo. — dijo Diego Armando mientras tomaba el pulso de Rebeca y veía sus pupilas.— Si, no ha despertado aún, ¿Cuánto tiempo crees que esté así?D